Verano: tiempo para descansar y tomar mucho sol, para salir a recorrer cada playa y conocer gente…mucha gente. Época para salir a pasear e ir a visitar a los amigos, para ver las puestas de sol con tu ser amado… ¿y Yamcha?

Tenía razón, él no estaba. De seguro pues una de esas discusiones que te hace gritar a todo pulmón acabó por el momento con una relación de 9 años aproximadamente. Ahora Bulma se sienta y mira por su balcón aquella puesta de sol que de seguro él también estaría mirando desde otra parte, quizás no…

_ Mmm- bostezando y mirando su reloj- Será mejor que me de un chapuzón para aprovechar estos últimos rayos de sol.

Se pone de pie y hurguetea entre sus ropas, tirando su bikini que traía entre sus ropas. Con un pequeño gesto de dicha sonrió y se dirigió a la piscina. Aún estaba molesta por la última discusión con su novio, pues ella sentía que él no la tomaba en cuenta como antes, desatando toda su furia contra él y poniéndolo de patitas en la calle.

Flash back

Una linda noche estrellada se dejaba caer ante la visión de toda una ciudad. Una pareja disfruta la luz de la luna que recorre al cuerpo despojado de prendas de ambos. Las respiraciones de ambos vuelven de a poco a la normalidad, como si el tiempo se hubiese detenido en esa habitación que minutos antes fue una hoguera de pasión y lujuria. Él, suspira profundamente, aún está en éxtasis. Ella, que es bañada por esos afortunados rayos de luna que recorren cada parte de su cuerpo, como si la invadiesen por completo. El muchacho, volviendo en sí, busca entre las cosas que estaban cerca de él algo para hacerse una coleta. Ella, en cambio, al ver que él ya está bien, lo abraza fuertemente y se aferra a su piel. La desnudez de ambos es atrapada por aquellas blancas sábanas que fueron testigos de aquella noche de fuego entre los amantes.

_ Quiero que esto se repita más seguido- Murmura Bulma.

_ Sólo tienes que invitarme más seguido a tu habitación- Comenta Yamcha.

_ No se trata de venir más seguido a mi habitación; vienes todos los días… se trata de nosotros- Dice Bulma con sus ojos iluminados con la luz de la luna.

_ ¿Sí?... Soy todo oídos para ti…-Acota Yamcha mientras acaricia el rostro de ella.

_ Pienso…pienso que nosotros debiésemos…-Comenta nerviosa- debiésemos, no sé… ¿Casarnos?

_ ¿No crees que estamos jóvenes aún para eso?- Tratándose de sacar la preguntita de encima.

_ ¿Y como Gokú se casó tan joven?- Responde asertivamente ella.

_ Ese es Gokú…Yo soy distinto…Además, él ya tiene un hijo. Si quieres, te hago el hijo-Con un tono de picardía.

_ Graciosito- Bulma toma la sábana y se cubre, dándole la espalda a Yamcha.

_ ¿Y ahora que dije?- Se lamenta el muchacho tratando de voltear a Bulma para que ella le dirija la vista.

_ Ese es el problema: parece que tú no quieres formalizar- Reclama ella aún molesta.

_ ¿Yo?... Perdón, sólo que lo que te he ofrecido lo miras en menos… La otra vez te ofrecí a que nos fuéramos a vivir solos y no aceptaste- Contra argumenta Yamcha- iba a comprar el apartamento más caro y lindo de la cuidad… ¿Cuál fue tu respuesta? No.

_ Es que era distinto… No estaríamos cerca de mis padres- Le dice ella mirándole a sus ojos oscuros.

_ ¿Distinto? Bulma: no era distinto…creo que fue porque no tendrías las mismas comodidades que tienes en tu casa-Responde él.

_ Está bien, tienes razón… se que aquí tengo de todo, pero… Lo nuestro es lo que importa- aferrándose nuevamente a la piel de él.

_ Bulma

_ Dime Yamcha…

_ Es sobre mis ahorros…

_ ¿Qué sucede?- le pregunta.

_ Me compré una motocicleta estilo Californiana…La compré para movilizarme por la ciudad para evitar atochamientos y-----------

_ Acabas de hablar que yo era la interesada por las comodidades y tú vas y te gastas los últimos centavos que tenías para comprar una casa por una motocicleta- Algo molesta- ¿Qué diablos tienes en la cabeza? ¡Ya no eres un adolescente, madura!

_ Sabía que si te contaba te molestarías… Entonces ¿Cómo me movilizo para encontrar trabajo?-pregunta Yamcha que ya se le está acabando la paciencia.

_ ¿Trabajo?... ¿Necesitas trabajar? ¿Y tu dinero?- Pregunta una sorprendida Bulma.

_ Ya no me queda dinero… ¡nada!... ¿Cómo crees que solventé mis viajes para entrenar, mi estilo de vida?- Se sincera el muchacho.

_ Y si no te queda nada… ¿por qué diablos no ahorraste ese dinero?... ¿Por qué diablos no estudias?...no se: ¿alguna carrera militar?- se queja Bulma.

_ Yo no soy militar: soy un artista marcial…

_ ¿Cuándo vas a madurar entonces?- Lo dice Bulma muy seria, tanto, que se pone de pie y guarda silencio después del comentario.

_Yo maduré… la que no ha madurado eres tú… a ti la vida te ha resultado fácil. Lo has tenido todo…en cambio yo, cada centavo que dices tú, sí, cada centavo lo obtuve no de una buena manera… ¡No tenía otra!... En cambio tú… has tenido lo que has querido para tus caprichos, cada cosa, cada material, cada motocicleta… ¡Y me incluyo en la lista! Ya no quiero ser un juguete tuyo…

Guardando silencio, y sintiendo cierta molestia por los comentarios, Bulma toma sus prendas que estaban desparramadas por el suelo y se viste apresuradamente. Yamcha guarda silencio y comienza a hacer lo mismo.

_ Vete- Comenta Bulma

_ ¿Perdón?- pregunta Yamcha.

_ ¡Vete de aquí!- grita enfurecida .

_ Pero si lo que dije es cierto----------

_ ¡Largo de mi vista!- Más enfurecida.

_ No vaya a ser que te arrepientas de tus palabras----------

_ ¡Largo de aquí! ¡Ahora!-dando un portazo que la deja encerrada sola a ella en su habitación.

En la mañana

Bulma despierta enredada en sus sábanas, aún molesta por el comentario de su novio: "yo sí tengo sentimientos, ¿qué te has imaginado?". Siente que un motor de motocicleta está ahí mismo, muy cerca y va a ver que diablos es ese alboroto. Mira su reloj y nota lo temprano que es. Yamcha estaba preparándose para partir: ya no sería como las veces anteriores que él cedía y era el primero en pedir disculpas, ahora era distinto.

Fin flash back

Ahora Bulma se sienta y mira por su balcón aquella puesta de sol que de seguro él también estaría mirando desde otra parte, quizás no…Vuelve en sí, abandona el recuerdo que la distrajo por un par de minutos y mira el horizonte, buscando un consuelo para sus interrogantes.

_ Si fueras un poquito más maduro serías perfecto…-Pensó- Eres joven, lo se… Pero creo que es hora de formalizar, de hacer vida, de tener una familia, de madurar… El matrimonio es una decisión seria, quizás te puse en aprietos… Perdóname, no fue mi intención…

Han pasado 2 meses después de esa pelea y Bulma no ha tenido noticias de Yamcha.

Una enorme fila de muchachos con ropa deportiva da la vuelta a un gigantesco coliseo deportivo. La gran mayoría de ellos estaban muy nerviosos, pues se presentaban a la prueba de jugadores del equipo de los Titans. Lograr un contrato con ellos significaría dinero y fama de inmediato; si bien este equipo no se caracteriza por ser el mejor, un magnate lo ha adquirido y quiere que su equipo esté en el sitial más alto del baseball. Un hombre fornido de cabello rojo sostiene con su mano izquierda una bola de baseball, mientras en la otra tiene el guante esperando a recibir un buen rechazo de los bateadores. Hace pasar al siguiente muchacho para que batee el lanzamiento… Sólo ha sido una pérdida de tiempo para él. De pronto, un joven de gorra y de traje de baño surfista calipso con blanco se apresta a salir a batear y se gana en frente del hombre pelirrojo que lanza cada bola de baseball. El pelirrojo lo queda mirando al muchacho y siente que este jugador es distinto, diferente a los demás, sólo basta con observar la estampa y el físico que tiene.

_ Ubícate en la zona de lanzamiento, muchacho- Le indica el hombre.

_ Lanza con todas tus fuerzas- Responde el muchacho.

_ No falta el novato que se cree rockstar- Comenta un jugador titular de los Titans que observa la escena fuera del campo junto a sus otros colegas- Jeffrey: mátalo con el lanzamiento y le bajas los humos.

_ Es malo vanagloriarse, hijo…- Menciona el lanzador mientras se apresta a lanzar la bola- Primero hay que ser humilde ates de convertirse en estrella.

Serio, el muchacho toma firme el bate y mira al lanzador. Su mirada está fija a las manos del tipo, observando cada movimiento. Tomando fuerza y mirado al muchacho, el hombre saca increíbles fuerzas y lanza violentamente la bola en contra de él. El muchacho batea y se siente una quebrazón de vidrios de no se donde. La imagen es confusa, pues no se ve donde cayó la bola o donde fue a dar la bola bateada.

_ ¿Ves Jeffrey? ¡Este fanfarrón era sólo palabras!- Comenta otra vez el jugador que estaba tras las gradas junto al resto del equipo oficial- ¡Sigue participando, hijo!

_…Yo no estaría tan seguro- Dice el muchacho que se quitaba la gorra y apunta con su índice izquierdo hacia el ventanal de prensa del estadio, que estaba a 100 m de distancia y 40 m de altura del lugar de la prueba.

El lanzador se da vuelta y mira aterrado el ventanal todo quebrado ¡Que estaba tan lejos de ahí! Pálido y en silencio mira a Yamcha, que se acerca hasta él y le da un palmoteo en la espalda. Los otros muchachos del equipo se bajan de las graderías y llaman al entrenador para que vaya a ver aquel nuevo novato que ha bateado con una fuerza tal que ninguno de ellos hubiese logrado ese golpe a tal distancia y con tal violencia. Le indican los preparadores físicos que la trayectoria final de la bola fue a dar a la misma caseta de transmisiones y que el impacto de la bola quebró aquel vidrio de seguridad que antes había. Sorprendido, el entrenador, que es un hombre bajo y con sus años a cuestas, baja al campo y se acerca a saludar al muchacho.

_ ¿Así que fue usted quién derribó nuestra caseta de transmisiones?- le pregunta el entrenador mientras le da la mano- Me gustaría saber su nombre, hijo.

_ Me llamo Yamcha, Yamcha Taro, Soy originario del desierto del centro, aunque viví años en la capital del Oeste.

_ ¿Desde hace cuánto que te dedicas a batear?-Curioso por saber cada respuesta de aquel diamante en bruto.

_ Desde que necesito trabajar y solventar mis gastos, o sea, desde ahora- Responde sinceramente Yamcha.

_ ¿Estás bromeando?- Comenta el entrenador, dándole un gran palmoteo en la espalda.

_ No…Pero qué va… ¡Quiero pertenecer a este equipo!…- Acota Yamcha apoyando el bate en su hombro izquierdo.

_ Nunca, nunca había visto a alguien batear con tamaña violencia y velocidad… ¡Qué me parta un rayo, pero tú eres nuestro salvador! Sacando una bola de baseball de su pantalón y pasándola a Yamcha- Quiero que demuestres otra vez cómo bateaste ¡Anda!

Yamcha toma la bola y la lanza al aire, mientras ésta cae batea violentamente, provocando el asombro de todos los que estaban presentes en el campo de juego. Va a dar lejos, cerca de marcador. Asombrados, los muchachos del equipo se acercan hasta él a saludarle, como si fuese uno más del equipo.

_ Yamcha… ¿De cuánto dinero estamos hablando para su contratación, joven?- Se escucha decir a un hombre elegantemente vestido, bajo, de canas, que fumaba un puro mientras se acerca- Pues si bateas así durante años, te convertirás en una leyenda de este deporte.

_ 500.000 zenies al mes – Poniéndose la gorra para evitar los rayos solares- Torneo ganado triplica la paga mensual ¿Qué opina?

_ Es demasiado…-Opina el hombre mientras quita el puro de su boca.

_ Entonces me voy al equipo rival: de seguro necesitarán un buen bateador------

_ ¡No! Por favor…-Ganándose de frente el hombrecito- ¡Quédate con nosotros! Acepto tu sueldo… Desde hoy serás la nueva contratación de Titans: es nuestra obligación quedarnos con la serie mundial… ¡Bienvenido!

Todos los jugadores le dan un aplauso al nuevo novato que promete, de seguro, show para cada partido en disputa. Yamcha se siete feliz, pues ha encontrado un nuevo trabajo que le asegura poca dedicación y mucho dinero a cambio. Se acerca el médico del equipo a tomarle sus datos, estatura, peso, talla de ropa, de calzado, etc. Mientras los jugadores interrogaban a Yamcha, entrenador y médico mantienen una conversación aparte sobre las condiciones físicas del nuevo integrante del equipo.

_ Yamcha: con el doc conversamos sobre tu debut en nuestro equipo… ¿Te parece si debutas este sábado?-Le pregunta un ilusionado entrenador.

_ ¡Excelente!- Salta de emoción , pues necesitaba el dinero lo más pronto posible- ¡Comencemos pronto!

Parece que más largo se hace un mes sin tener una ocupación o preocupación. Así pesaba Bulma, que estaba reparando un robot en el laboratorio, mientras tenía la música a todo lo que daba para distraerse en sus quehaceres. Se pone unas antiparras para evitar alguna salpicadura de grasa en sus ojos mientras aprieta los tornillos de la máquina. Concentradísima, continúa su labor hasta que escucha un rugido característico que hace que deje todo abandonado y salga hecha una flecha a ver que sucede.

_ ¡Necesito conversar contigo!- Grita Yamcha que está con la vestimenta del equipo de baseball sobre su motocicleta encendida y rumiante- ¿Vienes a dar un paseo conmigo?

¿Enojada? ¡Para nada! El semblante de Bulma cambió de un segundo a otro, como si nunca hubiesen estado enojados. A toda prisa se subió a la motocicleta de Yamcha, lo abrazó por la espalda, pidiéndole en ese gesto una señal de tregua ante sus diferencias. Acelerando, Yamcha cruza la avenida principal a toda velocidad con su cabello suelto que baila con el viento que viene en contra de ellos.

_ ¿A dónde vamos?- Le pregunta Bulma mientras lo abraza más fuerte por la espalda- Te he extrañado mucho.

_ Es una sorpresa… ¡Ya lo verás!- Evadiendo a toda velocidad los autos y otros coches que estaban o pasaban por su lado.

A toda velocidad y haciendo rugir el motor de la motocicleta, Yamcha acelera dejando atrás a los coches que venían a su lado. Bulma abraza fuertemente la espalda de él, como si estuviera asegurándose que lo que está viviendo no es un sueño ni una broma del destino. Estaba ella aún algo molesta, pero esa señal le dejó en estado de tregua, de paz por un momento.

_ Parece que hemos llegado- Comenta él mientras baja de la motocicleta y rasca su nuca.

_ ¿Llegado a dónde?-Totalmente sorprendida Bulma que aún no ha descendido de la motocicleta.

_ A mi apartamento- Indica Yamcha apuntando a aquel colosal edificio.

_ ¿Qué?- Gritando anonadada- ¿Tú- tú apartamento?

_ Así es…Lo compré ayer…-Sonrojado y mirando al suelo.

_ Perdona, es que estoy impactada, pero… ¿De dónde sacaste dinero para comprarte un apartamento?- Aún sorprendida.

_ Bien, pues… Ni modo que te has fijado en mis ropas…-Tomándose él mismo de las solapas- Este es mi nuevo trabajo.

_ ¿Estás jugando baseball?- Otra vez gritado Bulma- ¡Válgame!

_ ¿Qué?... ¿No te gustó mi sorpresa?- Ahora Yamcha se desilusiona de la respuesta de B.

_ No, no es eso… es que para comprarse un apartamento de éstos hay que pagar $500.000 zenies- Aún más curiosa por indagar sobre la última adquisición de Yamcha.

_ Ah… ¡Era eso!... No te he contado que mi sueldo en este equipo sea del valor de este apartamento- Ayudándole a Bulma a bajar de la motocicleta- Este trabajo sí que genera ganancias.

_ ¿$500.000 zenies?- Casi cayéndose al suelo de la sola impresión- ¿Sólo por jugar al mes?

Asintiendo con la cabeza, Yamcha se pone la gorra del equipo. Aún sorprendida por el notición, Bulma voltea y mira a él que le sonríe. Volviendo en sí, ella va y lo abraza fuertemente, colgándose al cuello de él.

_ Tranquila, tranquila- Tratando de detener un poco la efusividad de la chica- Parece que ahora sí te gustó la noticia.

_ ¡qué me parta un rayo! Es mucho dinero, Yamcha, demasiado… Tenías una carta bajo la manga… -Riendo de buena gana- Me has dejado muy sorprendida.

_ No es nada del otro mundo… Por ganar un campeonato mi sueldo mensual se triplica y---

_ ¡Calla!- Respirando profundamente y casi cayendo al suelo otra vez de la impresión- ¡Vas a ganar más dinero de deportista que de médico!

_ ¿Quieres pasar?- Haciendo el gesto de ofrecer su brazo a la chica- Faltan comprar cosas, pero lo útil ya lo tengo.

Bulma toma del brazo a Yamcha y entran al colosal hall del edificio. Murallas de mármol gris que dan sensación de elegancia al lugar. Guardias parados en las cuatro esquinas del recinto, todos vestidos de riguroso negro. Dos conserjes en el centro del hall que manejan las cámaras de circuito cerrado de TV en su módulo de ébano. Cómodos sillones de color violeta adornan con la decoración ad hoc aquel ingente lugar. Estaba tan, pero tan encantada Bulma con el nuevo hogar de Yamcha que ni se dio cuenta cuando entró al apartamento.

_ Y… ¿Qué te parece mi nuevo hogar?- Pregunta Yamcha mientras cruza sus brazos en el centro del lugar.

_ ¡Me parece fantástico!- Saltando de júbilo Bulma- ¡Wow! Este lugar es genial: tienes una panorámica fantástica de la ciudad que----

_ Bulma: quiero madurar…- Quitándose la gorra que traía puesta- Quiero que sepas que estás… Estás cordialmente invitada a quedarte y--------

_ ¡Bulma! –saludando emocionado Púar a Bulma cuando la ve- ¡Qué feliz verte otra vez!

_ ¡Ho-hola Púar!- Sorprendida por ver al felino volador- El gusto es mío.

_ ¿Qué te pareció el apartamento? Es hermoso ¿Verdad?- iluminándosele los ojos- Yamcha lo escogió pensando en ti------ (Yamcha le tapa la boca a Púar por aquel comentario)

_ ¿Qué dices Púar?- Extrañada Bulma con aquel comentario.

_ ¡Nada Bulma! Púar dice que esta era una sorpresa, nada más- Riendo con la mano en la nuca y Púar dándose cuenta que había metido la pata.

_ Te recuerdo Yamcha que aún estoy molesta contigo- Dándole la espalda- Y me debes una buena explicación y disculpas por la otra vez----

Un beso de esos que te deja de una pieza le dio Yamcha a Bulma, sujetándola contra su cuerpo y sintiendo como ella dejaba de resistirse. La chica, al dejarse llevar lo abraza y continúa aquella escena. Púar tose para que se den cuenta que no están solos y ambos, sonrojados, se alejan levemente uno del otro.

_ ¿Se supone que no estaban enojados, Yamcha?- Interroga Púar.

_ Se supone-Responde Bulma mientras abraza a Yamcha por la espalda de él, enrollando sus brazos contra los pectorales de él- Se supone.

_ Bueno, entonces voy por unas pizzas y bebidas a la pizzería más cercana- Saliendo Púar del apartamento- ¡Vuelvo enseguida!

Solos otra vez en el apartamento, Bulma mira a Yamcha y le sonríe pícaramente, causando que él se sonroje y se ría de la situación. Se abrazan, no les quedaba otra, pues Púar podía volver en cualquier momento.

_ Quiero saber por qué te compraste este apartamento, y quiero la verdad- Abrazando a Yamcha.

_ Porque quiero estar a solas contigo…-Le susurra Yamcha al oído.

_ Encuentro que vas muy apresurado- Provocando una carcajada al unísono por el comentario de Bulma.

_ Bulma… antes que nada quiero saber una cosa.

_ Soy toda oídos.

_ ¿Quieres volver conmigo?

(Pensando)Esa pregunta no se hace, querido- Obvio que sí- Sí y mil veces sí… ¡Estaba esperando este momento! Esperaba escuchar de tus palabras esta petición…No sabes lo feliz que me siento al saber que me lo estás pidiendo: tus ojos brillan de otra manera cuando me hablas de amor.

_ Bulma ¿Te sucede algo?- Pregunta Yamcha al notar ida en su mirada a Bulma cuando la ha estado abrazando por más de 10 minutos.

_ ¡Nada! Son cosas mías- Sonríe, pues se había distraído mucho pensando- Yamcha.

_ Dime- dándole un beso en su frente.

_ ¿Puedo quedarme esta noche?

_ Puedes quedarte las noches que quieras…

Abrazándose fuertemente, la pareja había vuelto otra vez a sentirse plena y feliz, otra vez. Aquella noche la habitación de Yamcha fue una hoguera desencadenada por la lujuria de ambos a sentirse plenos por estar juntos otra vez, no se dieron cuenta si los vecinos habrán escuchado ni nada, le dieron rienda suelta a su pasión. ¡Ni de Púar se acordaron! Pobre, estaba durmiendo en la otra habitación.

Así fue esa noche y las que siguieron; Bulma se iba a alojar por las noches y volvía por las mañanas a su hogar, a Capsule Corp. Ambos se veían felices, despertar era un regalo más aún si tu ser amado estaba a tu lado. Ella había cortado su cabello y vestía de manera más osada, mientras Yamcha continuaba ganando dinero por jugar baseball, incrementando su popularidad en todos lo ámbitos. Ese era su ritual: estar juntos por las noches e ir a trabajar durante el día. Púar los observaba durante las mañanas y sentía una enorme felicidad por su amigo y por Bulma, ya que hacía tiempo que no los veía tan felices.