Verano
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.
Para: Leonor Snape.
Personaje: Sally Anne Perks.
Lo bueno de las vacaciones es que ese año le toca pasar todo el verano en la casa de su madre. Eso es lo que sucede cuando los padres deciden separarse y tener la tenencia compartida, un verano lo pasa en una casa y el siguiente en otra. Sally no se queja porque le encanta la cabaña que su madre ha alquilado por todo el verano en esa zona rural al norte de Inglaterra. La temperatura es agradable y el aire que se respira es fresco.
Sally Anne Perks se deja caer de espaldas sobre la hierba verde que rodea la cabaña y sus fosas nasales son invadidas por el aroma a tierra húmeda por el rocío de la tarde. Megan Jones se deja caer a su lado y su extensa cabellera castaña arreglada en una trenza despareja, crea un enorme contraste con la hierba. Suelta un suspiro y dice:
—Me gusta como huele la tierra. Huele a rocío, a tarde y a verano.
Sally se voltea y se encuentra con la mirada de su amiga Megan Jones. Ella tiene los ojos más celestes que ha visto en toda su vida y si observa hacía el cielo, no encuentra diferencia entre los dos. Su mirada es como el cielo de verano y es igual de cálida que una jornada en dicha estación.
—¿Y a qué huele el verano?
—Así como la primavera huele a capullos recién florecidos y polen de abeja por todos lados, el otoño a ramas de árboles desnudos y a hojas secas en el suelo húmedo y el invierno a nieve blanca que acaba de caer y pistas de hielo donde los niños se deslizan; el verano huele a llanuras bañadas por el sol y a sal del mar.
—Nunca me detuve a pensarlo de esa manera —admite Sally con un leve encogimiento de hombros y se muerde el labio inferior—. Pero en algo tienes razón, el verano huele a sol y a mar. El verano no solamente se huele, también se siente.
Toma la punta de la trenza de Megan y la deshace, solamente para volver a trenzar los tres mechones de una forma más prolija y pareja. Cuando termina, la anuda con una banda elástica y sonríe.
—Me pareces mucho más atractiva en está estación.
Sally se observa a sí misma. Lleva puesta una camiseta suelta de un equipo de fútbol al que nunca ha ido a ver, unos pantalones gastados que le caen lánguidamente por las caderas estrechas y unas zapatillas Converse all star que su madre le ha comprado en el último centro comercial al que fueron. Cualquier pensamiento que ella pueda tener en ese instante es disipado cuando Megan se inclina en su dirección y le besa la mejilla. Su rostro arde con intensidad y su mirada se encuentra con la de ella.
—Tú hueles a verano, ¿lo sabías?
