Hola
Debo estar loca para comenzar un nuevo fic, pero hacía tiempo que quería hacerlo.
De hecho, vengo trabajando en él desde Julio.
Espero que les guste
-¡Atrápeme!- gritó la menor de las princesas
-¡Espera!- le advirtió su hermana mayor, pero la pequeña no la escuchaba.
La cosa iba así: las dos hermanas Anna y Elsa eran princesas, Elsa, la mayor, tenía poderes y controlaba el hielo y la nieve (no pregunten por qué, supongo que fue la primera X-Men) y Anna siempre la convencía para in a jugar con la nieve en plena madrugada.
Pero un día las cosas salieron mal:
-¡Anna!-gritó Elsa
La menor cayó de un montículo de nieve que la mayor había creado y, para evitar su caída, Elsa le arrojó un rayo de energía helada. Quería formar otro montículo de nieve debajo de ella para que no saliera herida, pero en la desesperación, no apuntó bien y el rayo la golpeó en la cabeza. Y aunque había caído sobre la nieve y no sobre el hielo, por lo que no se había lastimado, había quedado inconsciente.
Elsa, asustada, corrió al lado de su hermana y la tomó en sus brazos.
-Anna…- murmuró mientras veía horrorizada como un mechón de su cabello se tornaba blanco-¡MAMÁ, PAPÁ!- llamó a gritos mientras la habitación se congelaba y la mayor lloraba. Un muñeco de nieve se desplomó y el hielo cubrió las paredes.
Los reyes ingresaron a la habitación.
-Elsa ¡pero qué hiciste!- la retó su padre- ¡Se está saliendo de control!-
-¡Fue un accidente!- se defendió Elsa- Como lo siento, Anna- susurró.
Su madre tomó a la pequeña Anna en brazos.
-Está helada- dijo con el horror dibujado en su rostro.
-Ya sé a donde tenemos que ir- dijo el rey con determinación.
Una hora después toda la familia real estaba cabalgando rumbo a un claro místico en cual solo el rey creía.
Las leyendas de Arendelle decían que en el bosque, donde la aurora boreal brilla más, un claro en algún lugar del bosque, habitaba el último clan de Trolls sobre la tierra y, que el más viejo y sabio de estos, Grampabbie, poseía suficiente poder como para descongelar a una persona. Y era a él a quien el rey buscaba.
Durante el viaje en caballo Elsa reflexionó sobre lo que había pasado hacía solo una hora y media.
Estaba completamente convencida de que fue su culpa. Si no hubiera resbalado en el hielo… si hubiera tenido más puntería… si hubiera tenido más cuidado… habría podido evitarlo. Pero ahora Anna estaba inconsciente… quizás muerta. Y ellos buscando a un troll que quizás ni siquiera era real y, aunque fuera real, quizás no tuviera suficiente poder para curar a Anna.
Por fin llegaron al claro del cual su padre tanto hablaba. Elsa no le veía nada muy interesante hasta que el rey actuó como un completo tonto.
-¡Por favor! ¡Ayúdenme!- les gritó a las piedras- Es… mi hija- finalizó.
Las piedras de forma esférica cubiertas de musgo comenzaron a rodar en dirección a la familia real.
De repente, las piedras se "abrieron" dejando a la vista unos trolls pequeños de color gris vestidos con el musgo que cubría originalmente la roca.
-¡Es el rey!- exclamó un troll.
-¡Y la reina!- agregó otro.
Una roca un poco más grande y con más musgo se acercó rodando a la familia real y se abrió dejando ver a un troll un poco más grande que el resto.
-Su majestad- se inclinó un poco, aunque la forma casi esférica de su cuerpo le impedía inclinarse mucho- ¿sus poderes vienen de nacimiento o hechizo?- preguntó bastante calmado.
-De… de nacimiento. Y están creciendo- contestó el rey con un tono de inseguridad en la voz.
-Acérquenla- siguió el Troll señalando a Anna. La reina se agachó para que el troll la viera mejor y este puso su mano sobre la frente de la pequeña- por suerte no fue su corazón. El corazón no es nada sencillo de alterar. Pero es sencillo convencer a la mente-
-haga lo que sea mejor- dijo el rey cortante.
-Yo recomiendo que la pequeña entrene más sus poderes y que reciba suficiente apoyo y amor familiar. Es la mejor forma.
-¿Y es la única?- preguntó el rey por pura casualidad.
El troll vaciló. No quería decirle la otra forma, pues la última vez que había pasado, la primera Reina de las Nieves había sido abandonada y había crecido con un corazón de hielo. Ella era tan cruel que había secuestrado un niño, borrado su memoria, congelado su corazón y lo había utilizado como sirviente. No quería que la inocente niña que estaba allí siguiera sus pasos. Pero el rey fue quien preguntó. Si él quería podría enviar soldados para destruir el bosque, incluido su claro.
-La otra opción es matándola- contestó mientras Elsa daba un paso atrás asustada- Es la opción más fácil. Pero la más fácil no siempre es la mejor-
-Gracias por su ayuda- dijo la reina mientras su marido, disimuladamente cogía una pequeña piedra de color verde.
Él había leído en un libro que las piedras del valle de los Trolls poseían propiedades mágicas. Quizás podía serle útil más adelante.
Agradecieron al Grampabbie y abandonaron el claro.
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-¡¿Cómo pudiste?!- le gritó el rey a su hija mayor mientras la empujaba adentro de su habitación.
-¡Fue un accidente! ¡Ya te lo dije!- se defendió.
-Sí, claro. Un accidente- dijo con sarcasmo
-¡Pero Papá!-
-¡Pero nada!- el rey se sentó en la cama de su hija- Ya no se qué hacer con vos.
Entonces vio un pequeño candelabro con una vela encendida sobre la mesita de luz de la princesa.
"La otra opción es matándola" había dicho el troll.
Elsa se percató horrorizada de que su padre miraba el candelabro y una sonrisa siniestra se formaba en su rostro.
-No, papá… Por favor…- El rey la ignoró y tomó el candelabro con fuerza.
Elsa se puso muy tensa y extendió sus brazos hacia adelante para defenderse.
El rey levantó el candelabro por encima de su cabeza, sus ojos reflejaban odio y locura, mientras que los de Elsa mostraban un pánico y terror terrible.
La nieve comenzó a caer y a arremolinarse alrededor de ambos. Pero la vela no se apagó.
El rey bajó su mano con el candelabro… pero no golpeó a Elsa.
"no puedo matar a mi propia hija" pensó.
Bajó el candelabro y lo dejó de nuevo en la mesita de luz.
Viendo que Elsa bajaba las manos y se relajaba, agarró rápidamente un libro y la golpeó en la nuca con este, dejándola inconsciente.
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Al día siguiente, a las 05:30 pm…
El rey cabalgaba en un caballo blanco rumbo a la montaña. Había tomado una decisión sobre su hija mayor.
Elsa estaba envuelta en una manta blanca inconsciente, en brazos del Rey. Hacía calor. Era verano. El sol alumbraba el bosque y la luz se filtraba entre las hojas de los árboles.
Después de cinco horas de cabalgata, llegó a un claro escondido en el bosque. Ese era el lugar perfecto: era un camino difícil, lejos de la ciudad… Ahí terminaba la vida de Elsa como heredera.
El Rey bajó de su caballo y dejó a su hija en el suelo.
El siempre había temido a su hija… temía que lastimara a alguien. El Troll dijo que ella jamás será un peligro mientras le demostraran amor… y eso era algo que ni el Rey ni la reina podían darle, pues no sentían eso por su hija.
"La otra opción es matándola"…
Él tampoco podía matarla… Mejor alejarla de su vida… así si lastimaba a alguien no era su responsabilidad.
Se levantó del suelo y volvió a montar el caballo.
Miró a su hija inconsciente.
-Adiós, Elsa- dijo-Aquí termina tu vida como princesa.
Emprendió rumbo a Arendelle para entrenar a su hija Anna, la futura reina de Arendelle y la nueva heredera al trono.
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El mismo día, de noche (10:15 pm)…
El Rey Adkar llegó a castillo, donde sus sirvientes más leales, Kai y Gerda, lo esperaban.
-Oh, su majestad, ha vuelto- dijo Gerda- estábamos preocupados por usted-
-Gracias, Gerda- agradeció.
-Su majestad, su hija menor ha despertado- dijo Kai.
-No, Kai- dijo Adkar- A partir de ahora, Anna será mi única hija-
Gerda se llevó la mano a la boca. La temperatura descendió bruscamente. La escarcha cubrió el suelo y las paredes del castillo.
-Su majestad…- Comenzó Gerda, pero se le cortó la voz, así que señaló con el dedo lo que tanto la espantaba.
Kai abrió los ojos con horror.
Al rey no le quedó más remedio que voltear a ver.
Y lo dejó tan espantado como a sus más leales sirvientes.
Unas nubes de tormenta en espiral se arremolinaban alrededor de la Montaña del Norte, donde el Rey Adkar había abandonado a su hija hacía solo unas horas.
El cielo se oscureció.
Y ese fue el inicio de un Invierno Eterno que duró casi 10 años. Pero esta historia no trata de este largo y gris invierno.
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La montaña del norte (10: 15 pm)
Elsa la verdad no esperaba despertar en el bosque, esperaba despertar en su mullida cama.
Pero le sorprendía no haber esperado despertar ahí, ya que, después de que su padre la hubiera amenazado con fuego y la hubiera noqueado con un libro.
Él… él la había llevado a la montaña…
La ira creció dentro de la niña de solo 11 años.
(N/A: yo también tengo 11 años, pero soy más madura que Elsa entonces :P)
Sus poderes querían salir… querían catarsis… quería venganza.
Comenzó a nevar, la nieve se arremolinó a su alrededor.
Entonces atrajo toda la mini-tormenta de nieve y disparó un montón de rayos de energía helada a su alrededor, congelando los árboles y las rocas.
"Venganza" esa palabra rodó por su mente "Odio" otra palabra que rondó en su cabeza.
Las nubes de tormenta se arremolinaban a su alrededor. La temperatura bajó bruscamente. La escarcha cubrió el suelo y las hojas de los árboles.
E inconscientemente, la niña llevó así a Arendelle a un invierno eterno de casi 10 años.
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Castillo de Arendelle 11: 00 pm.
El rey le mostró la joya que había robado del valle de los trolls hacía un casi día a su esposa.
-¿seguro que la joya tiene magia?- preguntó la reina Idum
-Estoy seguro- aseguró el Rey.
Buscó en la biblioteca el libro que decía lo de las joyas.
Leyó las "instrucciones" del libro para usar el cristal y conjuró el hechizo.
Era un hechizo complejo para un ser humano. Servía para borrar la memoria o parte de la memoria de una persona.
En este caso, tenían que borrar la existencia de Elsa de la memoria de todos en Arendelle. Incluyendo Anna.
Los reyes recitaron el hechizo (que por alguna razón estaba escrito en latín) y observaron como la joya brillaba y luego su resplandor se extinguía.
-¿seguro que funcionó, Adkar?- le preguntó la reina a su esposo.
-Estoy seguro, Idum- contestó- Ya nadie sabe de la existencia de ese monstruo-
Pero no tenía razón del todo.
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Al día siguiente...
La joven princesa pelirroja despertó en su cama ¿qué había pasado? Solo recordaba que jugaba con su hermana, un rayo de hielo la golpeó en la cabeza y después todo se volvía oscuro.
Se levantó. Tenía un moretón en el brazo debido a la caída, pero nada más.
Se sorprendió al ver que ni la cama ni la mesita de luz ni la cajonera de Elsa estaban.
Abrió el placar para cambiarse y vio que los vestidos de Elsa no estaban.
¿Qué había pasado? Quizás había decidido mudarse de habitación.
Se cambió y salió corriendo de la habitación, pero no vio a su hermana por ninguna parte.
Pasó por el salón de los cuadros y vio, horrorizada, que en el cuadro que antes tenía a la familia completa ahora faltaba Elsa.
Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra… como si nunca hubiera existido.
La busco por todo el castillo, asustada por la desaparición de su hermana.
Pero apenas dio un paso, se percató de la extremadamente baja temperatura ¡Quizás Elsa estaba por ahí! Pues solo ella podía hacer que la temperatura bajara tan bruscamente,
Miró por la ventana y se sorprendió de que estaba nevando y que todo Arendelle estaba medio congelado.
-¡Elsa!-la llamó, pero ella no apareció.
Fue a la cocina y desayunó sola.
Se acercó un sirviente cargado de libros.
-Su majestad, es hora de estudiar-
Anna lo miró confundida. Sí, era princesa y como todos tenía derecho (y el MALDITO deber) de estudiar. ¡Pero era sábado! Que ella supiera, solo su hermana estudiaba los sábados.
-¿Y para qué?- preguntó amablemente.
Ahora era el sirviente quién la miraba confundido.
-Para que cuando crezca sea una buena reina, su majestad…-
Pera Anna ya corrí por el castillo buscando a sus padres. Tenía algunas preguntas importantes que hacerles.
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-¡Mamá, Papá!- les gritó cuando los encontró.
-¿qué pasa, cielo?- le preguntó su madre amablemente.
-¡Elsa desapareció y Kai quiere que sea reina!- exclamó.
Los reyes se miraron preocupados ¿Elsa? Algo debió salir mal.
EL rey se agachó para quedar a la altura de su hija.
-¿Quién?- peguntó tranquilamente.
-Kai, el quiere…-
-No- la interrumpió el rey- Lo que dijiste antes ¿quién desapareció?-
-Elsa. Ella…- comenzó, pero fue interrumpida por su madre.
-¿quién?-
-Mi hermana Elsa… ¿se olvidaron de ella?-
Los reyes se miraron preocupados.
-Hija, tu no tienen ninguna hermana. Debe ser una conmoción cerebral de cuando te caíste ayer de la bicicleta-
TAN, TAN, TAN!
Este es el primer capítulo de mi nuevo fic, espero que les guste.
nada que diecir
fan-de-caidos-del-mapa fuera
