Hola :D, este es mi primer fan fic Zoro x Sanji, es una historia AU y espero que les guste :3
LEVIATHAN
CAPITULO 01: NO TE NECESITO
¿Cuánto falta? – preguntó un hombre barbudo de anteojos oscuros que iba sobre un caballo, este era guiado por un joven rubio que tenía mal aspecto, iba a pie y sus ropas estaban todas desgastadas, las personas no podían evitar sentir pena por él en el camino. Llegaron ante un gran establecimiento en donde el hombre mayor pidió descansar para comer y beber hasta que bajara un poco el sol, no quería tener que arrastrar al joven esclavo que llevaba con él, ya había perdido cinco al pasar por el desierto dos días atrás.
Oscar-sama, falta un día más de viaje – contestó el esclavo acomodándose su turbante que le servía un poco para protegerse del sol. Agradeció a su "amo" que decidiera detenerse ahí, su piel comenzaba a molestarle demasiado como para dar un paso más.
¡Sanji! – dijo en voz alta Oscar – ve a buscarme algo que beber y comer – este soltó la cadena que estaba sujeta a un collar que servía para mantenerlo sujeto a él, en caso de que quisiera escapara.
¡Hai! – contestó el rubio mientras se apresuraba por encontrar a un dependiente dentro del local. Al entrar todos se le quedaron viendo algo curiosos, pero luego regresaban a lo que hacían como si nada, no era algo nuevo que la esclavitud estuviera en su apogeo aun en esa época, ya era bastante normal que los derechos humanos de otras personas no fueran respetados, todo era gracias al rey del país de Bermature.
¿Te puedo ayudar, basura? – dijo un dependiente con actitud burlona, se acercó a Sanji para verlo mejor junto con otros rufianes que estaban ahí. Sanji notó que lo estaban rodeando y se puso en guardia en vano, uno de ellos lo tomó por el brazo y este al estar bastante debilitado no duró mucho en caer al suelo al sentir que alguien torció su extremidad.
¡Solo vengo por comida para mi dueño…! – gritó Sanji con rabia, no podía darles pelea porque estaba bastante débil, el bastardo infeliz no le había dejado nada que comer durante 4 días, no había forma que pudiera hacer algo contra estos tipos.
¡Esperen! ¡Este es el esclavo de Oscar-sama! – dijo un anciano caminando entre la multitud que estaba mirando, el que le tenía el brazo sujeto a la espalda a Sanji lo soltó y lo pateó antes de retirarse.
Apareces justo cuando me estaba divirtiendo – el que lo golpeó se quejó él antes de que la multitud se retirara dejando a un convaleciente rubio sentado en el suelo, odiaba esta situación, estaba harto de ser utilizado, burlado y golpeado sin razón, solo por un decreto estúpido, si tan solo no hubiera sido vendido como un esclavo luego de ese incidente.
Oscar al ver que Sanji tardaba mucho entró molesto - ¿así que solo estás ahí tirado sin hacer nada? – el barbudo frotó con fastidio el anillo que llevaba en su mano izquierda, Sanji se preparó para lo que venía; su cuerpo fue sacudido de repente por una fuerte descarga que provenía directamente del artefacto que servía de grillete en su cuello, esa era la razón principal por la que no podía escapar, ese maldito anillo no se lo permitía y mucho menos robarlo, así era como Oscar controlaba la vida de los esclavos que llegaban a sus manos.
N-No, me levantaré enseguida – dijo Sanji entre dientes mientras temblaba de dolor, su impotencia lo hacía querer morderse la lengua y solo morir desangrado ahí, no podía seguir viviendo así, los demás habían tenido suerte de morir en el desierto, ya que por su parte tendría que seguir aguantando a Oscar más tiempo, en caso de que no muriera de hambre en las próximas horas.
Oscar-sama, no esperaba que llegara tan rápido – dijo como si nada el anciano que antes había interrumpido al abusivo rufián.
Yo tampoco, la verdad es que no estaba seguro del camino – dijo Oscar, de inmediato el anciano pidió que lo siguieran, tenía que decirle cosas que era mejor que nadie escuchara. Sanji se levantó para seguirlos un poco mareado por la descarga que había recibido momentos atrás, no quería que los mismos sujetos vinieran a divertirse a costa de él de nuevo. Entraron a un cuarto lleno de mapas por todos lados, el anciano fue a una gaveta y sacó uno de un rollo que servía de protección por lo viejo que estaba, puso una vela en el centro de la mesa y extendió el mapa poniendo algo pesado en las esquinas para que no se cerrara.
¿Tienes el dinero? – preguntó el anciano antes de comenzar la explicación.
Por supuesto – contestó Oscar sacando una bolsa llena de berries.
Perfecto – el anciano se centró en el mapa – a partir de aquí, estas a un día de camino de las Ruinas Roronoa, esta es la ubicación exacta – miró a Sanji, vio que estaba casi moribundo y sonrió – necesitarás más hombres para esta travesía…
¿Están disponibles esos que están en el gran salón? – preguntó como si nada Oscar, le interesaba partir hacia las ruinas en ese mismo instante, el tesoro de Roronoa debía ser suyo a toda costa. La leyenda decía que una gran fortuna se encontraba bajo el templo que estaba en medio del desierto de Fuego.
¿Esos? Si les pagas bien son capaces de ir a matar hasta el mismo demonio – dijo el anciano riéndose – ahora solo necesitas pensar lo que harás con el guardián del tesoro…
UN DÍA DESPUÉS…
RUINAS RORONOA
Por alguna razón las inscripciones que tenían las ruinas Roronoa se le hacían muy familiares a Sanji, le parecía haberlos vistos en algún lado pero no estaba muy seguro dónde, un jalón de su cadena lo hizo volver a la realidad. Varios de los hombres que acompañaban a Oscar lo miraban con mala cara, a razón de qué en varios pueblos atrás habían tratado de coquetear con las mujeres de esos lugares y estos lo miraban más a él que a ellos, eso le hacía gracia ya que se merecían ese trato. Aunque estaba envidioso de que ellos hayan podido acercarse, él apenas y pudo verlas, era frustrante su posición.
Ahora que se daba cuenta, tenían horas caminando en círculos y parecían que nadie se había dado cuenta o eso le daban a entender a él, el anciano seguía un mapa pero se veía que estaba desorientado. ¿Es que acaso nadie veía las marcas brillantes en las paredes? Una de ellas tenía forma de pez y ya la habían pasado al menos 20 veces en una hora, era exasperante pero igual no podía decir nada.
"¿No te aburres de vivir de esta forma?" – escuchó que alguien susurró muy cerca de su oído, incluso podía jurar que sintió un aliento cálido muy cerca de su piel, volteó rápidamente algo asustado pero no había nadie detrás de él, todos los habían dejado de último en el grupo así que era imposible que alguien más se encontrara a sus espaldas.
¿Qué pasa Sanji? – Oscar casi lo regañó con la pregunta, gracias a él casi tropieza al detenerse de la nada por el susto de Sanji.
No pasa nada… - siguió caminando el rubio como si nada, ese lugar comenzaba a crisparle los nervios por alguna razón, esa sensación extraña lo siguió por un buen rato hasta que por fin llegaron a donde estaban al principio.
¡¿Otra vez la entrada?! - Oscar agarró por el cuello de la camisa al anciano que estaba algo asustado por el repentino tono de Oscar.
No lo entiendo, este lugar no es tan grande como para perdernos de esta forma…es extraño – dijo el anciano reflexionando mientras miraba el mapa del lugar, Sanji desde donde estaba podía ver el mapa muy bien, aún cuando su ojo izquierdo estaba tapado con un fleco de sus desordenados cabellos rubios, los peces estaban en ciertos pasillos y al final formaban un camino si tomabas los pasillos correctos.
Habían marcas en formas de peces en algunos pasillos como en ese mapa…tal vez marcan el camino – dijo él en voz baja pero fue audible para el anciano que de una vez volteó en su dirección.
¿Qué acabas de decir mocoso? – dijo el anciano algo sorprendido - ¿acaso tu puedes ver los símbolos del laberinto? – todos voltearon hacia él.
Vi los peces que aparecen ahí… - Sanji tomó el mapa para señalarles los puntos; Oscar y el anciano se miraron complacidos.
Parece que ya eligió a alguien – dijo el anciano.
De algo tiene que servir este inútil… - Oscar sonrió.
Nuevamente entraron a las ruinas, ahora guiados por Sanji que no entendía nada de lo que sucedía pero si era una manera de salir rápido de ese sitio, estaba más que gustoso por cooperar. Dio varias vueltas mientras seguía los peces hasta que estuvo a su vista una especie de altar. Habían cientos de velas que estaban alrededor de estatuas de dioses de la antigüedad que tenían expresiones iracundas en sus rostros, todos en posición de batalla.
Qué mal gusto – solo soltó Sanji al ver todo el lugar. Inmediatamente sintió un escalofrío en su espalda y volteó, pero no había nadie.
Esto comienza a fastidiarme – la sensación de que algo lo observaba lo invadía a medida que se adentraba más en esas ruinas.
¡Al fin tomaremos el tesoro! – dijo uno de los que venía con ellos.
¡No necesitaremos trabajar más! – dijo otro más que encantado.
Párense en ese cuadro que está ahí, es la entrada al tesoro, deben estar listos para tomarlo – indicó el anciano sonriente. Todos hicieron caso de la orden poseídos por la codicia, Sanji solo los veía con desprecio, bailaban por un poco de dinero, por así decirlo. Oscar presionó un dibujo que estaba en una de las paredes haciendo que se abriera una compuerta que estaba detrás del altar, el cuadro comenzó a brillar junto con los que estaban en él, Sanji se apartó algo temeroso, había algo extraño en la expresión de esos dos.
De la compuerta salieron unos enormes lobos que babeaban hambrientos alrededor del cuadro, los hombres aterrorizados salieron corriendo sin pensar pero estos los atrapaban en sus fauces sin mucho esfuerzo, Sanji presenció cómo eran despedazados.
¡¿Sanji, qué demonios espera?! ¡Ven! – Oscar le gritó para que entrara por la compuerta.
Hay que aprovechar que ellos se alimentan de esos tipos para tomar el tesoro – gritó el anciano con una sonrisa. Sanji los miró con desprecio, ya decía él que era extraño que Oscar quisiera compartir el tesoro con tantas personas, no podía evitar alejarse de ellos, Oscar jalaba la cadena con desesperación, casi sentía que lo estrangulaban.
Recorrieron un pasillo largo hasta que estaban en frente otro altar – este es el verdadero, estoy seguro – dijo Oscar jalando a Sanji hasta el mismo. Algo no le gustaba de esa situación, había una estatua enorme de un hombre que tenía una mirada de matón, en sus manos tenía dos espadas y una espada sostenida con la boca, no era un sujeto que quisieras encontrarte por ahí.
Ahora lo que sigue para llegar al tesoro… - Oscar se acercó a la espalda de Sanji con un cuchillo.
¿Qué? – Sanji intentó voltearse pero el frio metal chocó contra su piel haciendo un corte fino. Se tocó el cuello y sintió algo tibio corriendo por sus manos, Oscar acababa de cortar su garganta como mantequilla. El anciano lo tiró a un agujero que era donde iban los sacrificios esperando que el cofre que estaba sellado en el fondo se abriera. Ya solo era cuestión de arrastrarlo afuera.
Sanji cayó sobre una tumba de piedra, estaba seguro que se había roto al menos cuatro costillas, pero eso no era el problema, su sangre abandonaba su cuerpo. ¿Cómo se suponía que sobreviviría a una cortada en el cuello? Sentía que la vista se le estaba nublando. Quizás estaba volviéndose loco, pero estaba seguro que veía a un hombre de cabello color pasto mirándolo con cara de aburrimiento. La gran cantidad de sangre caía sobre la tumba a borbotones llegando a su interior como agua de vida, una luz de color verde comenzó a iluminar el lugar dejando aún más desorientado a Sanji que en esos momentos agonizaba.
"¿Quieres vivir?" – dijo el sujeto que lo miraba con ojos verdes y centellantes; Sanji se quedó hipnotizado viéndolo.
Obviamente imbécil… - Sanji escupió sangre al decirlo, su garganta quemaba, era sorprendente que aún pudiera articular sonidos.
"¿Estás dispuesto a ser mi Nova?" – dijo el hombre aún más cerca de su rostro.
¿No-Nova? Jah… ¿eso se come? Lo que sea lo seré – Sanji estaba alucinando quizás, así que ya nada importaba. Probablemente no cumpliría eso que tanto quería, pensaba con amargura.
Tomaré tu palabra… - el hombre de ojos verdes se acercó con una sonrisa al rubio, sujetó el cabello de Sanji hacia atrás bruscamente para que lo mirara.
¿Q-Qué? – dijo el rubio, todo se empezó a volver negro y lo último que pudo ver fue el rostro de aquel extraño sobre el suyo.
"¿Tienes algún deseo?"
Oh, god D8, ¿qué sucedió? ¿Sanji qué hiciste? ¿un trato? ¿Zoro qué eres? ¿Qué es un Nova?
Tantas interrogantes XD
Dejen reviews c:
DEATH GOD RAVEN :3
