Después del fin
Capitulo I
Todo comenzó ese día nublado en cada de Tía Pinako, comiendo la especialidad de ella: pie de manzana, el favorito de Alphonse.
Winry y yo jugábamos tranquilamente en el living cuanto a ellos, el juego estaba muy apretado, un empate, 100-100. Después de un minuto nos aburrimos y fuimos a ver el crepúsculo, sólo nosotros dos; en un instante creí que todo era verdad, pero como dicen todo lo bueno se acaba pronto. Los labios de Winry sobre los míos, yo acariciándole la espalda, ella con sus brazos en mi cuello. La magia acabó cuando se escuchó una voz profunda, con tono de preocupación; era la voz de Roy Mustang junto al mayor Armstrong. Me necesitaban para la combatir en la guerra de Ishval. Me negué rotundamente, no quería dejar a Winry, a Tía Pinako, a Alphonse y a Den otra vez, no quería estar solo en este mundo de nuevo…, no quería volver a matar. Me llevaron entre 5 hacia el automóvil para luego dirigirme a Ciudad Central y recibir órdenes.
Cuando llegamos Riza me esperaba en la oficina con un gran pastel de bienvenida; yo no esperaba eso, solamente quería volver a casa. Después de todo el ajetreo de mi llegada fui a mi habitación, y sobre mi cama encontré una carta con una perfecta caligrafía que decía así:
Edward:
Debes regresar a casa pronto, espero que llegues bien. Alphonse esta muy preocupado, Den cada vez que entra en tu habitación obscura, vacía, sin vida, empieza a chillar, Tía Pinako te espeta con tu comida favorita: pescado a la plancha con ensalada.
Pronto iré para allá, tus miembros necesitan mantención, lubricarse, ajustarse y acomodarlos a tu estatura, más te vale que te cuides mucho y recuerda que te estamos esperando acá, en tu hogar.
Con amor, Winry.
Después de leer la carta de Winry una lagrima cayó de mis ojos, cosa rara en mí, no me gusta llorar. El trauma de la guerra, al ver a la gente llorar de sufrimiento, a los niños al ver los cuerpos sin vidas de sus madres, me recuerda en intento de revivir a nuestra madre, el dolor intenso cuando me desgarraron la pierna y el brazo, me choca. Un estruendo se escucho en mi puerta, era Riza Hawkeye que tenia mis ordenes y horarios, lugares adonde tenía que ir a inspeccionar o si las circunstancias eran malas quizás matar; esas fueron las ordenes del teniente coronel Roy Mustang, matar si era necesario; no saben cuanto odio la sangre. Me causa repulsión.
Una vez en Ishval, al llegar a los cuarteles me dirigí a mi cuarto, y en ese momento, justo ahí, frente a mí, el homúnculo de mi propia madre, el homúnculo que yo mismo cree con mis propias manos, y ella ahí, mirándome con la misma dulzura con la que me miraba antes de morir y ser creada otra vez por sus propios hijos.
Hola hijo mío -me dijo una vez que me vio fijamente a los ojos con ese extraño brillo y esa dulzura que extrañaba mucho.
Me quede perplejo, no sabía qué decir. En ese mismo momento se acercó a mí, al intento de poder correr por mi vida me afirmó fuertemente para no salir en busca de ayuda. En el mismo instante en el que me sujetó sentí ese calor maternal que no había experimentado hace años, el calor de madre, ese calor que tranquiliza a los bebes cuando no quieren dormir.
Madre -fue lo único que salió de mis labios en ese instante.
En el mismo instante pensé en qué pasaría si la encontraran aquí, qué pasaría si la vieran…, simple: se la llevarían y la usarían como experimento, lo único que mas me dolería es perder a mi madre otra vez, me devastaría.
Continuara…
