Saludos.

Antes de que empiecen el fic, es importante que lean esto.

Muchos que lean el fic me dirán: "Pero esto es totalmente contradictorio! Lady Beelze, tú odias los fics de romance entre humanos y ahora has escrito uno!"

No gente, no odio los fics de humanos, odios los repetitivos, pegajosos, que no salen nunca con nada nuevo, donde además la gente se dedica a discutir cosas tontas. Este fic lo escribí un par de días antes de San Valéntín (no con ese propósito). El punto es que, es un fic de amor, es un fic de parejas, pero hice lo que me gustaría leer por ahí. Algo diferente. Si bien al principio dirán "este es un fic igual a los otros", paciencia. Tiene de lo que me gusta, que son cosas curiosas mezcladas con digimons.

Si bien no soy nada buena con los personajes humanos, me esforcé en mantenerlos parecidos a los originales, y esta historia surgió por un rollo que se me ocurrió hacer con el personaje de Mimí. O sea, empezé la historia desde la mitad hacia adelante, pero está escrita en orden por supuesto.

NO, NO HAY MIMATO NI TAIMI NI ESAS COSAS.

Sin más, les dejo el fic.


• Princesa del Mundo •

1.-Algo difícil de explicar.

Era algo bastante difícil de explicar aquello que le sucedía a su amiga Mimí. Ese extraño sentimiento llamado 'amor' la había venido a visitar un sinnúmero de veces en el pasado, pero siempre había sido una visita corta y luego una fugaz despedida. Ahora, y según ella, había llegado para quedarse para siempre. Nadie podía decir que sí a esto, excepto por Yolei quien la apoyaba en todo al ciento por ciento. Todos sus demás compañeros, incluida la pequeña Palmon, querían creer firmemente que esta visita sería larga y duradera, muy provechosa para Mimí y para su camino en la larga vida, pero echando apenas un leve vistazo por sobre el hombro hacia su pasado, era fácil descartar cualquier posible idea de un amor que durase más allá del fondo de la tarjeta de crédito del nuevo prometido.

Los chicos se habían reunido esa tarde en casa de la joven pelirroja, quien había ofrecido a Mimí su casa vacía aquella tarde para hacer presentación del nuevo afortunado. En lo que la chica llegaba, lo que por cierto ya estaba alargándose, los jóvenes habían consultado con Sora sobre la situación de Mimí, y si aquel extraño 'amor' era tal y como sus cuatro letras le componían esta vez; si era solo la cubierta de la nueva obra de teatro de la chica, o una visita real del extraño sentimiento. Sora se mordió una uña y lo repensó varias veces.

-Es como…

No podía decir mucho de la relación de Mimí sin tener que agregar algo de la fantasía. Habían hablado por teléfono varias veces, y ella le contaba cosas increíbles y maravillosas del nuevo aparecido en su vida, "quien había entrado como un ladrón y se había robado todo en su corazón, dejando su hermosa carcasa de diecisiete años, vacía"

-Yo no sé-decía Davis cruzando la manos detrás la cabeza-A Mimí no le va mejor que a mí en el amor…

-No seas mentiroso Davis-comentó Vmon por lo bajo.

-Me refiero-dijo el chico un poco sonrojado-a que ella puede atraer a muchos chicos y eso, pero no por eso tiene muy buenas relaciones. ¡Son todas muy cortas!

Todos contuvieron una afirmación con la cabeza. Si bien esto era cierto, era algo negativo, y que solo sirvió para teñir más oscuro el aire de la habitación. Guardaron un pesado silencio, en el que solo el tic del reloj de la pared se escuchaba en el lugar. Izzi puso su mano en el mentón, como siempre hacía cuando pensaba.

-Tal vez…-hizo una pausa ordenando sus rápidos pensamientos-Tal vez nosotros vemos el amor por otro lado, y Mimí lo ve a su propio estilo.

Esto parecía una posibilidad bastante razonable.

-Pero ¿Qué es el amor exactamente?-preguntó Gabumon para comenzar desde el principio.

Todos redirigieron su mirada a la dueña de casa, quien se sonrojó de pronto al tener tanta e inesperada atención. Otra vez volvió a morderse la uña, pensando, y repitió lo de antes, sin tener una respuesta exacta.

-Es como…

Era algo difícil de explicar. Muy difícil. Incluso para la persona con mayor experiencia en el mundo, o tratar de entenderlo solo con vivirlo. Sora había experimentado el amor un par de veces en sus diecisiete años; había sido de lo más extraño, incluso más de lo que ella hubiese imaginado. Ser la portadora del Emblema del Amor en su interior, no la hacía más experta o capacitada en el ámbito para hablar de ello. Lamentó esto, y que todos sus compañeros creyeran que ella tenía mayor conocimiento en un mundo tan grande, colorido y disparejo como lo era el amor.

Cuando llegaba, te daba tanto miedo, que solo deseabas evitarlo a toda costa. O te emocionabas y saltabas lleno de una energía salida de quién sabía dónde. Una energía que no era tuya. O simplemente intentabas hacerlo a un lado e ignorarlo, pero era una fuente de atracción tan grande, mística e inexplicable, que terminabas preguntándoselo y respondiéndote al lado de aquella persona que te lo enseñó accidentalmente con una mirada. Era imposible de ignorar. No se dejaba ignorar. Si aparecía, no podías hacer nada, era para unos como una sentencia de muerte.

Una sentencia de muerte de color rosa para algunos. Muy oscura para otros. Sora siempre se había preguntado si el amor le llegaba distinto a todos, o era igual y todos lo sentían distinto. ¿Cómo saberlo?

Se mostraba hermoso y muy prometedor al principio, y era como aquel héroe místico, noble y valiente que te promete el mundo entero, con la protección de una espada y la suavidad de una pluma. Y de pronto, cuando apenas parpadeabas de aquel destello dorado, cálido y luminoso, se volteaba riéndose de ti, golpeándote con el dolor más negro y profundo que en tu vida hubieses probado, y te dejaba dolido y agonizante en un suelo frío y desconocido, llorando, y cambiando todo cuanto pensante, dijiste y creíste, por un profundo abismo, vacío.

Un suave y leve soplo de placer y dolor. Iba siempre de la mano de las cosas más contradictorias, hermosas, ridículas y desesperantes del mundo, y si no acababa destruyendo la delicada torre de cartas de tus emociones, solo podía añadir nuevas y fuertes cartas que elevaban tu edificación.

La joven aún no sabía cómo poder dar una respuesta a sus compañeros, cuando el pomo de la puerta se giró con un sonido seco, y la hermosa y radiante Mimí apareció envuelta en un largo abrigo manchado, sus altas botas de piel y una falda también manchada que le llegaba un poco más arriba de las rodillas. Su blusa clara de encajes combinaba con su sonrisa, y su cabello ahora teñido de color granate, caía en ondas sobre sus hombros.

-¡Hola chicos!-saludó muy emocionada, alzando su brazo.

Todos trataron de mostrarse lo más emocionados y alegres posibles, pero era un poco difícil. Estaban preocupados.

-Hola-saludaron de uno en uno, con una sonrisa o un gesto de cabeza o mano.

-Adivinen a quien traje-dijo la chica con picardía en sus palabras y estirando ambos brazos fuera del marco de la puerta.

Los jóvenes se pusieron en pie, curiosos y ansiosos de conocer a la nueva victi-err novio, de Mimí. La chica dejó pasar algunos segundos, como aumentando la emoción del momento, hasta que ni ella se aguantó y tiró del brazo de la persona que aguardaba fuera de la vista de todos. La reacción de todos los presentes fue exactamente la misma.

Una sorpresa imposible de ocultar.

Continuará...


Lady Beelze: Se aceptan críticas, comentarios, aportes, notas, apuntes, NO CONTI CONTI, sugerencias, ideas, whatever. Iré subiendo los caps cada vaaarios días.

Nos leemos!