HOOOOOOOOOLAAAAAAAAA! QUE BUENO QUE SABEN TENER PASIENCIA Y...¡No me maten que ya se que deje abandonado todo y Zafiro no me manta la actualización del fic de Rurouni Kenshin!

Así que e regresado a darles dolores de cabeza con un nuevo fic y esta vez NO VOY A DEJAR NADA A MEDIAS! Como siempre aquí me acompaña una perr-

Inu: ¡VUELVE!

Kaoru: Ahhh! No! No! Espera que yo te puedo explicar todo!

Inu: *le da una mega patada en el trasero y lo manda a volar* ¡PARA QUE TE EDUQUES!

Como decia, aquí me acompaña un animal como siempre la cual es mi más grande desgracia.

Inu: Este fic tendra contenido sexual, violento, sanguinario, brutal, demoníaco, religioso, oriental, occidental, mexicano... *sigue ablando*

...e_eUu...ya que, esta historia se la dedico a esas fans del MinaKushi que buscan nuevo material y estara compuesta de tres partes, cada una de ellas tiene nuemero de capitulos indefinidos...Seee, se los dedico a mis hermanas de Irresistible Naranja ademas de ser un proyecto de algo más grande que tengo pensado. ¡Luru ya que te vi déjame un review! xD espero te guste ^-^

DENTRO DE POCO ESTA HISTORIA SE VERA EN Wattpad PERO CON LOS NOMBRES DIFERENTES Y NO SERA MINAKUSHI(como dije es un projecto que algo más grande)
ESTA HISTORIA ESTA PROTEGIDA CON LOS DERECHOS DE AUTOR CUALQUIERA QUE PLAGIE MI HISTORIA Y LA USE PARA GANAR PLATA U OTRAS COSAS SERA SANCIONADO, Y SI, ES DEMANDA AUTOMÁTICA, Y SI, ME TENDRÁN QUE PAGAR.

ahora si los dejo leer ^-^

[Recuerden dejar Review para continuar BD Sin Review no escribo!]


CRVCNL
PRIMERA PARTE

Carmine Rufam
Rojo Carmín


En esta vida solo había dos clases de ser humano, el que progresaba y el que se hundía, al igual que dos creaciones de hombres, los incondicionalmente fieles y los mujeriegos; por lo mismo dos tipos de mujeres, las indiscutiblemente bondadosas y las crueles sin escrúpulos. Se sabía en todas las Heras y culturas que una mujer despechada era peor que el mejor torturador, que alguien golpeara al ingenuo que negara que una mujer era la persona más maravillosa y peligrosa de la creación.

Con la seducción como arma fácil hasta un sacerdote podía caer en el pecado.

Dios creo a la mujer de una costilla de Adán la cual porto el nombre de Eva, única esposa del primer hombre creado a la imagen y semejanza del amo de los cielos

Esta línea es parte de la historia, quitando la creación del pecado original por Eva, la Tentación.

¿Pero porque hay tanta infidelidad por parte el sexo masculino si su antepasado fue el mejor ejemplo de la unión eterna con el ser amado al igual que del sexo femenino? Seamos realistas, hay tanto infiel por parte de ambos sexos que es ridículo el intentar contar cuantos y cuantas han faltado a sus votos de amor, sean ante el Todopoderoso o su pareja.

No es escusa lo de: -Aun no eh encontrado al/la indicad -

Hombres…

¿Acaso no sabían que se condenaban al profesarle amor a una mujer y después desecharla cual trapo viejo?

Mujeres…

¿Es posible despreciar al hombre tirando su amor cual servilleta usada después de tantas muestras de afecto mutuo?

Además… ¿Qué pasa con la esterilidad? Se dice que es un mal congénito y los que no tienen ese tipo de antecedentes en la familia les ocurre un accidente evitándoles procrear sean buenos o malos.

¿Qué, porqué lo digo? Muy fácil, de verdad que muchos creen que es por mala suerte.

Pero no. Si pensaron eso están muy equivocados, pues todo eso es obra del de arriba.

Y lo peor de todo es que es a causa de un ser humano no muy conocido.

Pero no es Lucifer, el Diablo o como quieran llamarle al primer demonio, que fue el primer arcángel/querubín perfecto y de inexplicable belleza creado por el Todopoderoso, el cual termino siendo expulsado a las llamas de las entrañas de la tierra.(según me han contado por allí).

Ni siquiera algún pobre pecador no arrepentido que prefirió hacerle compañía al anterior mencionado.

Esos males de la infidelidad, esterilidad, y desamor tienen un pasado en común que es la causa de las canciones de cuna que ayudan a los recién nacidos a dormir tranquilamente permitiéndoles llegar a ver la luz del nuevo día, y como todos porta un nombre.

Pero eso ustedes lo sabrán a su tiempo, esta historia no es muy distinta a otras, quizás ni siquiera sea la más original, pero si cuenta una verdad.

Una que nos negamos a aceptar.

No todo lo que brilla es oro, y por ende, no todo lo oscuro es carbón.

Minato siempre fue un chico muy inteligente y amable, de alguna manera ingenuo. Era selectivo al elegir quienes eran sus amigos, calculador en todo momento, frio en ocasiones pero casi nunca odiado. Como la esponja seca al entrar al agua, cuando encontraba algo de interés absorbía toda información relacionada, no era el chico guapo casanova, tampoco insensible y bruto, posiblemente un poco mojigato y un tanto demasiado curioso respecto a ciertas cosas. Él era una buena persona, un ángel para muchos, un amado hijo, comprensivo nieto, un gran amigo, leal a sus principios, cumplía las promesas que juraba y siempre fiel a su palabra… pero eso es poco en comparación a lo que él era para mí, él era mi mundo, mi salvación…mi mejor amigo…

¿Quieres que os cuente su historia…nuestra vida?

Él era único ser en el que confié mi vida y prometí amarlo aun cuando ya no estuviera sujetando mi mano para no caer en aquél abismo del que nací…–


Purpura Rubrum:
Rojo y Purpura
[Prologo]


Coahuila México, 01 de Marzo de 1866, Batalla de Santa Isabel.

Un carruaje guiado por cuatro sementales avanzaba entre el tiroteo, se movía apresurado, las ruedas rebotaban con cuanta piedra se topara haciendo más desesperante el trayecto a la hacienda en el irregular camino, los caballos soltaban relinchos a minutos causando estremecimientos, los tecolotes ululaban dando el pésame a las familias de los cadáveres que yacían en la tierra, los coyotes aullaban esperando tomar carroña.

–¿Cuánto falta? –dijo un hombre con desespero– ¡Si no pasamos rápido nos dará alguna bala perdida!

–Cálmate, solo harás que se despierte antes de lo debido. –puntualizo la mujer mirándolo con suspicacia.

–¿Cómo quiere que me calme cuando llevamos a esta… –miro por el rabillo del ojo el bulto entre sus brazos no más grande que un perro–… esta aberración a costa de nuestra vida?

–Cuida tus palabras… –los ojos avellana brillaron en advertencia– Recuerda por qué de nuestra partida, no era seguro quedarnos en la mansión, Mi Señora nos lo dejo claro.

Intento tranquilizarse, pero los alaridos de batalla no le ayudaban, mucho menos la criatura que sostenía le daba algo de consuelo, si por el fuera la hubiera arrojado por el primer barranco que divisaron al entrar a la región, pero no podía, no solo le faltaba coraje sino que la mujer que estaba frente se encargaría de hacerle pagar semejante falta.

Habían cruzado el mar, estaban en la otra punta del mundo para poner a salvo a quien seguramente era la perdición encarnada, porque lo que cargaba no era humano.

Incluso dudaba que fuera de su tierra, las características además de extrañas eran llamativas, no como las comunes y sencillas de Japón.

Sea como sea, seguía con dudas respecto al ingenioso pero estúpido plan que apoyo ciegamente.

¿Qué importancia tenía la restauración? ¿A caso de todas formas no perderían ante los Samurái?

Era casi imposible el que hubiera un cambio para bien y próspero.

No importaba si ocultaba la más preciada posesión de la familia, era más que obvio que el Shogunado los encontraría y ejecutarían.

Sudo frio, tenían que criar a un monstruo aun sabiendo que moriría.

–¿No podríamos haber elegido otro lugar? –el nerviosismo, pensó al rubia ante las palabras temblorosas y poco coherentes– Como la selva, escondida, abundantes árboles y lo mejor… –dijo a punto de un colapso–, lejos, muy, muy lejos del contacto humano.

–No. –sentencio afilando la mirada–. Tenemos que esperar hasta que logren recuperarse, Mi Señoradejo claro que al cumplir años aquí llegaran personas aptas para ocuparse de la criatura, recuerda que el clan Tokugawa esta tras nosotros, no duraran mucho en encontrarnos aun estando a kilómetros de Japón.

–Con haber aceptado nos condenamos a muerte… –tartamudeo.

Con la mente fría calculó el tiempo de vida del hombre que temblaba como cachorro asustado, el principiante samurái estaba más que asustado, pero no debería de estar temblando como una hoja, tenía 17 años y era mayor, no un crio que se pondría a llorar en cualquier momento, no era que ella misma no estuviera preocupada, a estas a alturas era probable que antes de pasar siquiera un año estuvieran tres metros bajo tierra.

Pero el idiota que estaba a segundos de despertar a la preciada carga moriría en el mismo momento de en el que la criatura llorara, porque no estaba para aguantar a inútiles por muy bien que estos usaran la espada.

Señorita… –hablo el conductor con idioma extraño para los dos pasajeros - …ya estamos donde me dijo… aquí les bajo o quieren que siga entre los cerros…

Ambos extranjeros se miraron durante largos segundo preguntándose lo mismo.

¿Qué demonios había dicho el hombre?

No se preocupe joven. –una voz acaramelada les lleno los tímpanos, relajándolos–, Nos bajamos aquí, que tenga buena noche.

Gracias señorita. –dijo el campesino y espero a que bajaran.

La puerta del carruaje se abrió dejando ver una mujer de largos cabellos negros recogidos en su totalidad por un listón oscuro, la mirada carbón se posó en el resplandor que en la negrura de la noche en conbinacion con las llamas de batalla parecía un aura boreal macabra, al bajar la brisa y gritos de muerte le erizaron los bellos del cuerpo, un ligero hakama gris que portaba le daba movilidad en el terreno junto el kosode blanco y las kurogane geta. Se vislumbraron dos katana de mango negro al lado izquierdo de su cintura mientras que en el lado derecho una katana de mango blanco y una daga al parecer plateada se ajustaban en su cinturón fuertemente anudado en la estrecha cintura.

–Princesa, –hablo la fémina–, los soldados se han retirado de la mansión, el tiroteo ha acabado, podremos llegar sin problemas. –dijo para levantar una mano y recibir otra delicada– Si no hay contratiempos podremos partir hacia el Sur en 3 días.

–Excelente observación, –alagó bajando con cuidado–, hazme el enorme favor de bajar a tu hermano, creo que fue demasiado viaje para él.

–Enseguida, Princesa.

Hizo una reverencia dejando pasar a la dama, sonriendo miro a su hermano que temblaba levemente, le señalo que bajara con una inclinación de cabeza, el muchacho inmediatamente obedeció, bajo con cuidado de no despertar a la tan mencionada criatura, sus ropas eran las mismas que las de la mujer, pero con la diferencia que eran totalmente negras, las dos espadas de finas y fuertes empuñaduras negras reposaban en uno de los asientos. Por temor no se atrevió a ver a los ojos a su hermana, la vergüenza era demasiada, se sentía una paria al dejarse llevar por el miedo, exactamente lo que un samurái no debía hacer.

–Tranquilízate, estúpido hermano menor. –sonrió con cariño al joven, desgraciadamente este le miro con cara de enojo–, ¿Vez cómo se te pasa el miedo de rápido?

–Deja de llamarme así, hermano. –ahora fue el turno de la mujer de fruncir el ceño, si bien era la mayor y tuvo en ocasiones que hacerse pasar por un varón, no le parecía que él dijeran así, mucho menos refiriéndose a ella como un hombre– ¿Ves cómo se te paso la burla de rápida?

–Pequeña alimaña, calla de una vez y sal sin hacer mucho ruido. –gruño apuntando a la negrura.

El joven bajo con un ligero temblor, no era miedo al tiroteo, tampoco a su hermana, no, era lo que cargaba lo que lo ponía nervioso, si la criatura despertaba y el la sostenía...

Corto se le iba a ser el camino para regresarse a Kyoto.

–No me digas que te da miedo… –el sarcasmo tampoco le ayudaba a decir verdad–, Dámela antes de que hagas alguna tontería.

Ni bien termino de pronunciar la última palabra ya tenía a la preciada carga entre sus brazos, miro a su hermano con claro regaño y molestia, no era de esperar que teniendo solo diecisiete años el jovencito apenas supiera lo que era ser un Samurái si solo llevaba dos años en ello y apenas conocía la guerra.

¡Al demonio!

Ya era un hombre hecho y derecho así que tenía que aguantarse y tragarse tan patético miedo.

Es decir: ¿Qué demonios le podía hacer una niña recién nacida?

–Daisuke, –pronuncio con lúgubre voz mirando al pelinegro enigmáticamente–, las tradiciones que nos criaron siempre se han respetado a lo largo de los siglos.

–Hay, no… –se lamentó el menor.

–Y es por esas tradiciones que durante toda mi vida se me hizo pasar por un hombre, –camino lejos del carruaje haciendo la seña al muchacho al frente de dicho transporte, debían de sacar las armas– mientras nuestras hermanas se desvivían para ser damas de porte elegante, sumisas, señoras dignas del mas honorable señor feudal, yo, la mayor, la primogénita, tenía sobre mí el peso de toda la familia.

Nuestro padre rompió con descaro y mucha contrariedad la principal regla tanto familiar como social. ¿Sabes de cuál hablo, Daisuke?

–Una mujer se dedicara al hogar para ver por el bienestar y la crianza de la familia, será sumisa y leal al hombre quien se encargara que a esta no le falte nada como a sus hijos una buena educación. –recito corrido y perfecto, la mujer sonrió.

–Exacto. –camino unos pasos, el joven que los traía le entrego un saco al joven samurái, así como las espadas que traía, inmediatamente este se las coloco en el cinturón–, Nuestro padre estaba total y completamente convencido que el primogénito debía de aprender las artes de la espada, ni el segundo ni tercer hijo, aun siendo el primogénito una mujer él se encargó de seguir con la tradición, –sonrió un poco mirando al frente–, o bien, parte de ella.

Como si fuese un varón me crío, quienes ayudaron en el parto cuando nací y varios miembros de la familia fueron asesinados por venganza de los nobles al negarles el derecho de desposarme con uno de sus hijos, cuando tuve cinco años comencé a entrenarme, el cabello se me dejo crecer como una fija oración para mi bienestar y salud, al cumplir los ocho años me regalaron un traje especial, a mis quince años en vez de entregarme fina ropa para presentarme ante la sociedad se me dio una espada a medida echa por lo mejores herreros y las ropas que ahora porto, como constaba la tradición me había convertido en samurái como se dictaba a la edad adecuada.

–¿Por qué me cuentas esto, hermana? –estaba nervioso, la historia de su hermana no era la más normal ni mucho menos la más adecuada para una adulta de 23 años.

Él era el cuarto hijo, el tercer varón de la familia, aun cuando su padre le ordeno quedarse a la protección de la familia y de sus hermanas él se negó a abandonar a la primogénita, a su ejemplo a seguir, a la única mujer que el allá conocido con belleza y peligro en sí misma a partes iguales, su hermana era sin duda el prospecto más bizarro y curioso a desposar.

Aunque eso le alegraba, si, pónganlo de esta manera:

No tenía que cortar cabezas de quienes ni siquiera tenían buena cara a marido de la mujer.

¡Así se ahorraba mancharse las manos de sangre innecesariamente!

Bueno, ni tanto.

–Para que veas que hay mayores riesgos que: Cuidar de una aberración. –le contesto la mayor, lentamente camino hacia su hermano extendiendo sus ocupados brazos–. Respóndeme una pregunta, sin equivocar las letras de cada palabra que pronuncies, –el pelinegro asintió–, ¿Qué es lo que les ocurre, siendo mejor más explícita, que es lo que les hacen a las mujeres que osan desafiar el dominio que tienen los hombres sobre ellas?

–Son ejecutadas. –respondió con simpleza recibiendo una mirada significativa de la pelinegra.

El menor miro con sorpresa, sintiendo lo que era meter la pata por primera vez, él, siempre tan correcto y serio para temas de suma importancia desde que tenía conciencia, él, que siempre tuvo que aconsejar a sus dos hermanos mayores y al resto de los varones menores, él, quien a pesar de ser aun un principiante a samurái la, oficialmente, líder del clan había permitido acompañarle e incluso cuidar.

¡Se estaba comportando como un cobarde!

¿Y por qué?

Porque tenía miedo de una recién nacida, que ni bien sabía de donde había llegado ya la tachaba de fenómeno por rumores de Japón.

Exacto, era un gran idiota.

En silencio escucho como el carruaje se alejaba repasando mentalmente la lista de cosas por las que su hermana podría cortarle la cabeza de un tajo, pero eso no era lo más relevante no, lo más relevante eran el par de ojos que lo miraban con curiosidad, abrió los propios grandemente y después sintió un peso en sus brazos, su hermana había dejado la bebé en los suyos, con algo de miedo, para que negarlo, poso los dedos sobre el rostro pálido y redondo de la criatura, una manita se posó sobre dos de sus dedos sobresaltándolo, sentía impotencia sin motivo, al igual que ira y negación, no podía dejar de recordar esas historias contadas por sus abuelos, ni tampoco las canciones que su madre susurraba a veces en días de invierno, era todo tan confuso, por un lado, el razonable, le decían que tomará su fiel espada y atravesará ese cuerpo que tenía en sus manos, pero por el otro…

–Ella…parece tan…frágil…–dijo en susurros cortados, descubrió más el cuerpecito y miro una manda de cabellos oscuros, pero no tanta como el mismo, no parecían negros sino de un color fuerte.

–Oye, mira, mira, –señalo la chica el rostro de la bebe con una sonrisa–, alguien te saluda.

Daisuke observo con sentimientos encontrados unos ojos oscuros como cualquier recién nacido, pero algo tenían diferente estos ojos.

Tenían un brillo de inocente violeta en ellos…


Continuara... ¿como es pareció? ¿Patada de mula? ¿Gancho al hígado? ¿Cáncer ocular?

Inu: *le rompe un bath en la cabesota*
*se soba* Por eso digo que mejor me callo...
¡PAS!
¡¿Ahora porque animal?!
Inu: Se me antojo...
¡Hija de tu put...!
Inu: Buuueno! Este es el primer MinaKushi que escribe así que...Háganla Sufrir.

Bien este fic lo llevo pensando desde...ufh! así que no me maten que las demás historias las seguiré ya que estoy de vuelta.

Esto tal vez les confunda...yo me estoy cuestionando mi idea pero bueeee...ya se sabrá si esto tiene o no futuro.

Inu: ...

¡PAS! ¡PUM! ¡AH! ¡WUAU! ¡SHH! ¡CRACK!

Nos Leemos Pronto!
Sayonara! Bye! Bye!

Atte: Seyoumi. (Shitami-Chan-Onne-sama)
[CUALQUIER FALTA DE ORTOGRAFÍA FAVOR DE AVISARME, GRACIAS]