1937
La puerta de la pequeña biblioteca se abrió de improviso.
-La Srta. Branson-anuncio el Sr. Barrow que era el mayordomo desde que el Sr. Carson se había retirado, con un tono de sorpresa en su voz que no paso desapercibido para los reunidos en aquel lugar.
La joven mujer entro por la puerta, su rostro revelaba preocupación y asombro, sus abuelos estaban tan sorprendidos como sus tías y sus primos; los pensamientos de todos eran los mismos, ¿Cómo llego aquí? ¿Qué había ocurrido? ¿Dónde estaba Tom?, la sorpresa de verla aparecer sin previo aviso los dejo sin palabras unos momentos.
Hacía mucho tiempo que no la veían, cuatro años para ser exactos, en donde la dulce y tierna jovencita de 13 años se transformó en una hermosa mujer de 17 años, tan igual a su madre a esa edad solo que unos pocos centímetros más alta y un poco menos arreglada.
Cora fue la primera en reaccionar.
-Querida mía esta si es una sorpresa ¿Cómo has estado? ¿Cómo has venido?-la recibió con un abrazo e invito a sentarse
-Me encuentro bien pero eres tu abuela quien me preocupa ¿es correcto que estés fuera de la cama? ¿Qué ha dicho el medico?-pregunto muy preocupada y confundida, ahora que la veía de cerca no parecía tan enferma
-¿De qué hablas?-pregunto algo contrariada
-George me escribió diciendo que estabas muy enferma, lo bastante grave como para suponer que morirías y cuando papá llamo para preguntar como estabas el abuelo dijo que cada vez estabas peor, que no sabía cuánto resistirías-relato con aflicción ante la sorpresa de su abuela.
-Mamá no ha estado enferma en lo que va del año-intervino Mary, mirando alternativamente a Sibbie, su padre y su hijo, poniendo una cara más seria.
George y Robert se miraban con complicidad, el ardid fue tramado por el más joven de los hombres.
-Robert ¿Has engañado a nuestra nieta para que viajara de forma precipitada y preocupándola en exceso?-interpelo inmediatamente lady Grantham a su marido
-Abuela yo fui al que se le ocurrió esta mentira, envié la carta sin pensar, después le conté al abuelo-confeso George
-¿Cómo has podido hacer algo así George? Me decepciona tu comportamiento-lo regaño su madre
-El abuelo es inocente-expreso Marigold con prontitud
-Aun así no desmintió esta farsa cuando Tom llamo y hablando de él ¿Dónde está?-dijo Edith dándose cuenta de la ausencia de su cuñado
-En Boston, no pudo viajar así que solo vine yo-respondió recobrando la voz, pero también sabía que esta noticia no le agradaría a sus familiares.
-¿Completamente sola? ¿Pero que tiene Tom en la cabeza?-exclamo Robert con impaciencia
-No vine sola, el viaje en barco lo hice a cargo del Sr. y la Sra. Brown que venían a visitar a sus suegros, en Liverpool el tío Kiram me recibió, él personalmente me puso en el tren y me dio dinero para un taxi al llegar a la estación, así no tendría que caminar hasta aquí-respondió un poco enfadada
-¿Por qué no llamaste? Abríamos enviado el coche por ti a la estación-
-Salí temprano y no se me ocurrió, además no quería causar molestias-respondió sinceramente
-Aun así, no justifica...-Robert estaba molesto
-Si lo justifica, le dijiste a papá que era un asunto de vida o muerte, tú y George mintieron, tomo una decisión precipitada porque yo insistí en venir, él quería acompañarme pero no podía por su trabajo, así que resolvió que yo hiciera este viaje sola, papá me dio permiso y consintió en la idea solo porque le suplique que me dejara venir, creí que de verdad no alcanzaría a ver a la abuela con vida-Sibbie estaba muy enojada con su primo y en especial con su abuelo, que en muchas ocasiones cuestionaba abiertamente la forma de actuar de su padre hacia ella .
-Sibbie tiene razón, si no hubieran mentido ambos estarían aquí y ella no habría tenido que venir sola, además Tom tuvo la precaución de que estuviera al cuidado de alguien durante el viaje por barco-le apoyo Edith aunque ella también pensaba que se había cometido una imprudencia.
-Estoy de acuerdo con Edith, lo importante ahora es telefonear a Tom para informarle de todo lo ocurrido, pero antes podrían explicar ¿por qué hicieron todo esto?-hablo Mary, pero para su sorpresa fue su sobrina la que contesto
-El Abuelo había dicho que deseaba ver a Sibbie, quería que sus tres nietos se reunieran en Downton este año, George termino sus estudios en Eton y yo el próximo año terminare los míos, Sibbie ya había acabado los suyos, así que deseaba que todos nos reuniéramos y permaneciéramos aquí; a George y a mí se nos ocurrió la idea, él escribió la carta y yo le ayude a redactarla, luego le dijimos del plan al abuelo y al Sr. Barrow cuando ya habíamos enviado la carta, era solo cosa de tiempo para que respondieran, todo salió como lo planeamos excepto esta última parte-tomo aire y dirigiéndose a su prima dijo-Te juro que lo hicimos sin malas intenciones, solo queríamos que vinieran a casa con todos nosotros, una temporada larga, la última vez que viniste fue para el funeral de la abuela Violet hace 6 años y hace 4 viajamos a verlos a América, las cartas y las llamadas telefónicas no son lo mismo, de verdad lo siento.
Sybil suspiro tratando de entender lo que había ocurrido, tenía una debilidad por Marigold, no podía enfadarse con ella, simplemente no podía.
-oh Marigold, no sé cómo le explicare esto a papá, estará furioso-trato de resignarse
-Lo hare yo, así evitaremos errores; mamá será mejor que Anna prepare una habitación-sentencio Mary
-No puedo creerlo, ninguno tuvo la decencia de decir nada, estoy muy enfada con ustedes tres-señalo Cora mientras salía en busca del ama de llaves, Anna asumió ese puesto cuando la Sra. Carson se jubiló, además ella ya era viuda con una hija algo más crecida que envió a un internado para señoritas en York.
-Es una gran decepción, pareciera que la educación que han recibido no ha surtido efecto alguno,-y añadió mirando a su hija-Marigold esto aún no ha terminado más tarde hablaremos-le advirtió su madre que se notaba enfadada por el tono severo de su voz.
-Querida debes estar tranquila, no te preocupes, aunque sea una visita inesperada no por eso tu presencia es menos agradable, pronto será la fiesta de jardín, la venta benéfica y el partido de cricket, podríamos organizar alguna fiesta y recorrer York, podremos ir a Londres, ya verás nos la pasaremos muy bien-trato de animarla su madrina
-Gracias tía Mary, pero creo que no extenderé mucho mi visita, ¿puedo salir a caminar?-dijo sin pensar
-No te precipites con tus decisiones, mañana veras todo de otro modo-de una u otra forma podía entender que su ahijada no se sintiera con ánimos para ver esto como una oportunidad
-¿quieres que te acompañe, podemos pasear por el jardín?-se ofreció Edith
-Gracias tía Edith pero preferiría estar a solas un rato, la verdad es que no sé qué sentir-
-como gustes, pero no olvides que pronto tomaremos el té-comprendió su tía
-Claro, no faltare-prometió
Salió de la mansión y camino lentamente por el esplendoroso jardín, la brisa era suave y el sol calentaba sus manos, lo disfrutaría si no estuviera tan abrumada por sus sentimientos, se sentía engañada y traicionada pero también conmovida, su familia la quería a pesar de que tenían ideas distintas, aun así el mal sabor de tal artimaña la hacía dudar si debía quedarse y disfrutar de una visita a Inglaterra o volver a su casa y prepararse para entrar a la universidad, si hubiera sabido antes que todo era mentira se hubiera quedado más tiempo con su tío en Liverpool. Con esos pensamientos continuo con su paseo.
Robert contemplo a la mayor de sus nietas desde la ventana, le sorprendía como se parecía a su madre por no decir que eran iguales, sentía remordimiento por participar en la mentira pero no se arrepentía, quería que su nieta tuviera las mismas oportunidades que los otros dos; George había terminado Eton y el próximo año iría a Cambridge estudiaría la gestión de la tierra y aprendería sobre los negocios para un día heredar el título de conde y las tierras de Downton además estaba rodeado de amistades relacionadas con la alta sociedad, Marigold terminaría este año sus estudios en la academia Saint Elizabeth y se harían las gestiones para presentarla en la corte (después de todo fue adoptada por la familia Crawley) también heredaría la revista que dirigía Edith y pronto se involucraría en su dirección también ella tenía una infinidad de amistades influyentes, parecía como si Sibbie fuera la única que no tenía un futuro brillante, sabía que su nieta tenia deseos de ingresar a la universidad y estudiar medicina en América si eso ocurría ella nunca volvería, aunque tenía la confianza de convencerla de que realizara sus planes en Londres y de paso también introducirla a la sociedad, apoyarla durante la temporada y después en sus estudios, era consciente de que Tom no estaría de acuerdo pero si Sibbie se entusiasmaba con la idea él cedería ante los deseos de su hija. Tenía planeado algunas fiestas, visitas a distintos lugares para amenizar y por supuesto invitaría a su yerno a quedarse una temporada larga, de esta manera seria mucho más sencillo; con la compañía de Marigold, Mary, Edith y Cora, Sibbie mejoraría sus modales y aprendería las formas de comportarse propias de una dama, no es que criticara la educación que la joven había recibido pero según él su nieta debería haber sido instruida de mejor forma, su yerno se preocupó de buscar una buena escuela elemental donde aprendiera matemáticas, ciencia, historia, literatura y caligrafía, después una secundaria femenina dirigida por monjas donde se impartieran las mismas asignaturas y las bases de la química, física, biología, filosofía y obviamente religión católica, por ultimo envió a Sibbie a la preparatoria donde aprendió lo necesario para ingresar a la universidad, todo eso estaba muy bien pero a su nieta le faltaba ser más versada en otras áreas como el dibujo, el canto, la música, el baile y el dominio de otras lenguas como el francés, cosas banales pero que de todas formas eran importantes; su nieta necesitaba influencia social y femenina, ya no era una niñita que corría por las calles pateando balones como en años pasados, ahora era una mujer que en cualquier minuto podría recibir una propuesta de matrimonio, para él mejor si fuera de un hombre ingles de buena posición, al menos la tendría en el mismo país.
Cora estaba molesta por lo que habían hecho George, Marigold y Robert, incluso estaba un poco molesta con Barrow por ocultarlo, pero en su interior saltaba de alegría aunque no estaba lista para admitirlo frente a su esposo; ya se estaba arreglando la habitación que ocuparía su nieta, la idea de tenerla cerca le encantaba, también había pedido a la Sra. Molesley que arreglara unos vestidos para Sibbie para que los utilizara durante la cena mientras le compraban unos propios, le deleitaba imaginar llevándola de compras por York o mejor aún por Londres, visitando museos y acudiendo a reuniones junto con Marigold y sus hijas, era consciente de que Sibbie no estaba hecha a la sociedad, no sabía ocupar todo el servicio de la mesa ni el uso de los guantes entre otras cosas pero era una chica inteligente y aprendería con prontitud las reglas de protocolo inglés; era tan hermosa, su figura era esbelta, su piel suave y blanca, sus ojos azules tan expresivos, tenía un carácter suave y tierno, era compasiva y dulce como la miel, ella se encargaría de pulir sus habilidades pues creía firmemente que la joven mujer se convertiría en una dama excepcional, también reconocía que Tom Branson había hecho un buen trabajo cuidando y educándola.
Se sirvió el té en la biblioteca y todos asistieron, Sibbie fue la última en llegar pero estaba más repuesta.
-Tu padre ya está al tanto de todo cariño, estaba un poco molesto pero ya se ha calmado-le comento tía Mary-también dijo que le llamaras apenas tuvieras oportunidad, no tiene inconvenientes en que te quedes aquí si tú quieres.
-Gracias, lo pensare después de hablar con él.-
-Tu habitación ya está lista, espero que la encuentres cómoda, tu equipaje ya fue subido-le comunico su abuela-Jane se encargara de ti, también se ocupa de Marigold pero a ella no le importa compartir-añadió
-Gracias pero no preferiría que no fuera así-
-Querida necesitarás ayuda para vestirte y con el cabello, ahora más que nunca, te unirás a nosotros en todas las comidas y si hay un invitado deberás lucir esplendida-le aconsejaron
-Pero me avergüenza que otra persona me vea desnuda-replico con sinceridad
Robert se atraganto con el té ante la declaración de su nieta, Molesley mudo de color, Edith y Mary se escandalizaron un poco mientras que los hijos de estas se reían sin disimulo.
-No hables de esa forma-le pidió su abuelo una vez recuperado
-A papá no le gustan ese tipo de comentarios y tampoco los relacionados con detalles médicos-le advirtió Edith
-Hablaremos de eso más tarde cuando estemos a solas-aconsejo Mary
-Cualquier cosa que necesites solo pídelo-
La hora del té termino de forma más tranquila, luego Sibbie se dio un pequeño baño y telefoneo a su padre, la conversación fue larga, hablaron de lo ocurrido y que se haría, Tom no podía viajar hasta dentro de 3 meses quizá más pero prefería ir por ella, no quería arriesgarse a que algo le sucediera a su única hija, por lo que la visita sería bastante larga; descansó hasta la hora de la cena, el Gong sonó como siempre y mientras elegía la ropa que llevaría en la cena entro Mary junto a Jane la primera doncella. Mary era una aficionada de la moda, veía que su ahijada aún se vestía como una niña, el vestido verde oscuro que llevaba puesto parecía un uniforme de colegio junto con los zapatos negros y bajos, el cabello estaba amarrado en una trenza baja, se fijó en el vestido azul con mangas que estaba sobre la cama.
-Tu abuela pidió que prepararan algunos vestidos para ti ¿no son de tu agrado?-
-No es eso, son hermosos, solo que…-realmente no sabía que decir, le incomodaba tomar esas ropas pero no quería ofender a nadie
-¿Cuál es el problema?-esperaba una respuesta de su sobrina, pero dicha respuesta nunca llego-ves no hay ningún problema, Jane escoja algo que le favorezca a la Srta. Branson-
Jane obedeció, saco del armario un vestido lila muy moderno, Marigol lo había comprado para sí misma pero era demasiado grande para ella, en cambio a Sybil le quedaría perfecto; Jane comenzó a desvestir a la muchacha que se sentía avergonzada, antes había visitado Downton cuando niña y una doncella la había vestido pero ahora le resultaba ridículo y le daba pena que alguien la viera sin ropa, al retirar el vestido se hiso evidente que Sibbie no traía brassiere, tanto la doncella como su tía quedaron impresionadas.
-¿Dónde está tu brassiere, querida?-le pregunto con incredulidad
-No tengo, nunca he usado uno-respondió como si fuera lo más normal del mundo-mi tía Aislin me compro unos y me enseño a ponérmelos pero me incomodaba demasiado así que nunca los ocupe.
-Toda mujer debe ocupar brassiere, es parte de su vestimenta cualquiera sea su posición-le explico-Jane triga uno de Marigold, usted sabe dónde están-ordeno con prontitud
Acto seguido la muchacha salió en busca de lo solicitado.
-¿Sibbie hay algo de lo quieras hablar?-pregunto acercándose un tanto preocupada
-No-dijo con su tono natural
-¿Estas segura? A tu edad yo tenía muchas preguntas y me era difícil hacerlas, mamá me instruyo en algunas cosas pero no sabía cómo preguntar el resto…-pero fue interrumpida
-Tía Mary, ya sé cómo vienen los niños al mundo, no te preocupes, tía Aislin me lo explico todo o al menos eso creo, papá le pidió que hablara conmigo acerca de "temas de mujeres", además en la escuela una enfermera nos explicó un montón de cosas-realmente no tenía ganas de entrar en detalles
-Estoy sorprendida pero ¿qué incluía esos temas de mujeres específicamente?-Mary sentía mucha curiosidad
-Fue hace tres años, me hablo de los hombres, lo que es correcto y lo que no con respecto a ellos, que no debo permitir que nadie sobrepase sus confianzas conmigo, como se concibe a un bebe y porque es la mujer quien queda embarazada, me hablo de que no debo aceptar tantos favores de muchachos ni de hombres mayores y que debo tener cuidado, jamás debo estar a solas con un chico y todo eso-trato de resumir a grandes rasgos.
-Veo que ha abarcado lo más importante, respóndeme algo ¿alguna vez has tenido novio?-Mary sabía que la respuesta era si, una vez había leído por accidente una carta de Sibbie a Marigold donde hablaba de esto.
Sibbie se sonrojó ante la pregunta pero contesto con la verdad, siempre había sentido que con sus tías podía hablar de todo.
-Sí, tuve uno pero ya terminamos nuestra relación, a papá no le agradaba ni un poco en especial cuando se presentó en casa para pedir su aprobación para casarnos-se detuvo al ver como su tía se ponía pálida-¿sucede algo?
-No nada, es solo que…bueno me he perdido muchas cosas, continua ¿quiero saber que hiso Tom?-trato de recomponerse
-No le causa ninguna gracia y después de gritarle un rato lo tomo por el cuello de la camisa y lo tiro fuera de la casa, en seguida me llamo para un interrogatorio-respondió mientras se sentaba en la cama
Mary estaba divertida al imaginarse la escena
-¿terminaron porque tu padre no dio su autorización?-definitivamente la vida de su sobrina era mucho más interesante de lo que había sido la suya a esa edad.
-No, más bien fue porque nunca me pregunto si yo estaba dispuesta a casarme, me molesto mucho que no me tomara en cuenta en algo tan importante, no tenía ningún derecho a hablar con papá sobre matrimonio sin mi consentimiento y menos tan pronto, me puso en un aprieto que aún no puedo superar; después de eso papá no me dejo salir a ningún lado a excepción de la escuela y para mi humillación me acompañaba en el trayecto de ida y vuelta, mis amigas y compañeras de clase se rieron por meses-recordó con mucho pesar
-No me sorprende que se allá comportado así, eres su única hija y solo quiere protegerte, para muchos padres los hombres que pretenden a sus hijas, en su mayoría son indignos-explico con calma recordando un poco el pasado.
-Lo sé pero yo no tenía la culpa, además no hacía mucho tiempo que le había informado de mi relación con Peter, eso fue suficiente para cambiarle el rostro y solo un mes después casi le da un ataque con semejante proposición-el recuerdo de aquello aún era penoso.
En ese instante entro Jane con unas ropas en sus brazos, el descubrirlas dejo ver tres brasieres de la medida adecuada, continúo con su tarea de vestir a la Srta. Branson, quien realmente no estaba acostumbrada a tal trato, la experiencia de utilizar cierto tipo de ropa interior era peor en ese instante que la primera vez que uso uno, los zapatos eran más altos y pronto comenzaron a dolerle un poco los pies, además de que caminando hasta el tocador se dobló uno de sus pies, nunca en su vida le habían tirado tanto el cabello al peinarla; al verse al espejo reconoció que de esa manera se veía muy bien pero le costó un poco acostumbrarse a este nuevo reflejo, era como si algo de ella se hubiera perdido entre toda esa elegancia.
Bajo las escaleras y entro al salón de dibujo junto con su tía, la transformación asombro a todos, ahora si nadie podía decir que no era igual a su madre.
Durante la cena, tuvo algunos inconvenientes con el servicio y con los cubiertos, afortunadamente solo estaba la familia presente.
-No te preocupes aprenderás rápidamente todo esto, yo te lo enseñare mañana, eres inteligente así que no te costara trabajo memorizarlo todo-se ofreció George
Sibbie agradeció este particular, pues realmente no tenía idea de que tenedor ocupar para cada plato, otra cosa que noto su primo fue que en toda la cena ella no había tocado las copas de vino, al parecer su tío era más estricto de lo que él y todos pensaban.
Una vez terminada la cena las damas se retiraron a la sala de dibujo mientras que George y su abuelo fueron a la sala de fumadores.
Una vez allí, Robert interpelo a su nieto.
-Ayuda a tu prima en todo lo que puedas, pronto tendremos la fiesta de jardín preséntale algunas de tus amistades pero no la dejes sola con nadie-
-Espero que no estés pensando en buscarle un prospecto de esposo, no creo que algo así le guste, y el tío Tom no te lo agradecerá-le advirtió su nieto
-Claro que no, solo quiero que conozca gente joven, de su edad y que entable amistad, ella no conoce a nadie más que a nosotros aquí, tú y Marigold son idóneos para presentarles amistades que puedan agradarle, además es tu deber como primo protegerla y como anfitrión proporcionarle una estadía placentera-se defendió Robert.
-Está bien, tengo algunos amigos que posiblemente se llevarían bien con ella, pero te advierto que no soy una celestina-a George no le gustaba la idea de presentarle gente nueva a ninguna de sus primas, al menos no cuando el motivo estaba tan claramente puesto.
-No te pongas tan serio, mi intención es que ella se quede aquí no que termine por casarse tan joven-le respondió con sinceridad
En el salón de dibujo, las damas se encontraban separadas, las dos más jóvenes reían en una esquina del salón, las mayores hablaban entre ellas.
-Así que Sibbie tuvo una proposición, eso fue muy rápido-dijo Edith muy sorprendida
-Me preocupa, solo tiene diecisiete años, aún es muy pronto para una propuesta de matrimonio, ¿Qué hubiera pasado si ella hubiera aceptado?-Cora estaba asombrada también.
-Dudo que Tom lo hubiera permitido, pero a mí también me preocupa, es cuestión de tiempo para que reciba otra, es tan hermosa como Sybil lo era a esa edad y su buen carácter atraerá a muchos, habrá que tener cuidado de que se entusiasme demasiado-trato de tranquilizar Mary a su madre y hermana
-Además está el hecho de que también heredara lo que le correspondía a Sybil, hermosa joven de buen carácter y con una herencia, parece un anuncio puesto en el diario o en una revista para buscar marido-opino Edith.-Definitivamente llamara la atención de algunos caballeros, aunque sea solo por curiosidad.
-Sí, pero creo que aún no es consciente de lo hermosa que se ha vuelto ni de lo mayor que es ahora, me parece que aún se ve a sí misma como una niña-analizo Mary
-Entonces no debemos preocuparnos, si así se siente consigo misma, aunque se encuentre rodeada de pretendientes no los tomara en cuenta.-se esperanzo Edith
-Al contrario, es más probable que se deslumbre ante las atenciones que pueda recibir, su corazón estará mucho más dispuesto a ser impresionado y a creerse enamorada-intervino su madre con más preocupación que antes mientras desviaba la mirada hacia sus nietas-Lo mejor será que no nos apartemos de ella durante las reuniones u otros eventos, no sabría cómo explicarle a Tom que su hija aceptara una proposición.
Edith y Mary se sonrieron por los comentarios de su madre, pero definitivamente estaban de acuerdo con ella. Pronto entraron Robert y George, la velada se extendió un buen rato, luego todos se fueron a dormir.
