Los personajes de este maravilloso manga no me pertenecen, son propiedad de Katsura Hoshino. Todos aquellos que no conozcan son de mi propiedad. Esto es solo por diversión y no lucro de ninguna manera con esto.
Prólogo
El viaje había sido largo, los rumores eran fuertes y ellos no podían hacer nada, solo esperar a llegar y ver con sus propios ojos todo lo que pasaba, ver que todo lo que se hablaba en verdad estaba pasando. Se decía que los generales estaban en peligro, ya habían perdido al general Kevin Jeager, no podían darse el lujo de perder más gente. Ir al cuartel general era la mejor opción de todas y por órdenes de arriba los tres debían moverse con rapidez.
No iban por decisión propia, fueron obligados a ir para allá. El tren iba a máxima velocidad, faltaban poco menos de dos horas para llegar a la sede del cuartel general, eso sin contar el tiempo que les tomaría en llegar exactamente a la puerta del cuartel general.
— ¿Estas bien, Annia? —preguntó un joven de cabello rubio mirando a la chica que tenía en frente. La chica iba cruzada de piernas con un abrigo largo donde solo se veía la punta de su zapato—puedes aguantar más que esto, ya pronto llegaremos.
—Habla por ti, yo estoy aguantando perfectamente—la chica sacó un pequeño libro de su bolso de mano, era una biblia—aun no entiendo por qué nos mandaron a llamar. Estábamos perfectamente en Sudamérica.
—Es muy obvio, la guerra está comenzando, ahora sí—el joven miró por la ventana, era de noche y las estrellas brillaban como pequeños diamantes en el cielo—desde hace 7000 años comenzó.
—Y desde hace más de 1000 años apenas estábamos saliendo a la luz para quedar encerrados en esta oscuridad. Nuestros antepasados han hecho lo que nosotros hacemos desde hace más de 1000 años… no soy una niña, Ariel—dijo la chica de cabello rubio cenizo con frustración—toda mi vida la he pasado escuchando historias y leyendo libros.
—No te quejes, somos los únicos que quedamos vivos de nuestra familia y eso ya es un milagro de Dios—la chica de ojos azules lo miró con molestia—entiende de una vez que este es nuestro destino.
—Sí, entregarnos para acabar con esta guerra del demonio y luchar hasta el final con nuestro camaradas exorcistas, en nombre de Él y por Él—abrió la biblia y se puso a buscar que leer—los planes de Dios siempre son un misterio.
—Incluso para ti son un misterio pero siempre hay que tener fe en que todo saldrá bien, esperemos que todo esto acabe pronto.
—Fe… —la chica cerró la biblia, la abrió sin mirar en donde y con los ojos cerrados uso su dedo para señalar un versículo—1 Corintios 16:13 "Velad, estad firmes en la fe, actúen como hombres, sed fuertes" puede que si tengamos una oportunidad de ganar esto.
—Te lo dije, tu biblia jamás se equivoca—la chica lo miró y le sonrió— ¿Dónde estará Avia? Se ha tardado mucho.
—De seguro que está bien, ella sabe cuidarse sola y más aún si lleva el uniforme de la orden puesto, solo espero que no haga desastres en el tren—el joven rió ante el comentario de la rubia de cabello corto— ¿de qué te ríes, Ariel?
—De que el tren está muy callado… a pesar de que somos los únicos en este vagón… ¿no te parece extraño que no haya venido ningún encargado a preguntar si deseábamos algo… en todo el viaje?
—Solo esto nos faltaba, justo cuando quería descansar un poco—Annia cerró la biblia y de repente la puerta se abrió de golpe mostrando la figura de una chica de unos 16 años, cabello rubio corto hasta la mitad del cuello y su traje de exorcista—por fin Avia, ¿estás bien?
—Fueron una molestia muy grande, menos mal que el tren esta medio vacío… pero creo que se rompió algo—la chica se sentó al lado del único hombre de la cabina. Tenía un rosario dorado con algunas piedras preciosas de varios colores, la hermosa joya estaba entrelazada en sus dedos y bajaba por parte de su brazo dejando caer la cruz dorada—Ariel, ¿Cuánto falta?
—No mucho, el cuartel general ya sabe de nuestra llegada así que creo que algún buscador nos estar esperando en la estación de tren.
— ¿Cuántos akumas mataste? —Annia sacó una libreta pequeña para anotar lo que dijera Avia—tengo que llevar este registro a Komui.
—Tres de nivel 1—en todo el viaje habían sido atacados por esas criaturas conocidas como akumas, seres creados a partir del dolor humano y la desesperación—jugué con ellos un rato sobre los vagones del tren.
—Te he dicho que no hagas eso, es peligroso—dijo Annia guardando su libreta y posando su vista nuevamente en la biblia. El pequeño libro era de cubierta dura en tornasol con letras doradas, tenía detalles en dorado por todo el lomo con una cruz que tenía incrustados cinco pequeñas piedras preciosas, una en cada extremo de la cruz y una en el medio.
—Descuida, fue divertido—Annia soltó un suspiró con pesadez, controlar a su hermanita era un problema mayor que los akumas. Ariel miraba por la ventana, parecía que fuera a caer dormido en poco tiempo.
—Hermano, ¿crees que estamos haciendo lo correcto? —Ariel volteó a ver a su hermana sin entender—que nosotros vayamos y sin saber nada aún no me parece muy lógico. Aún sigo sin encontrarlo.
—Descuida, en el cuartel de seguro habrán más cosas que te puedan ayudar a encontrarlo, se perdió en la historia pero nosotros sabremos encontrarlo. El Corazón no ha desaparecido, no todavía.
Ambas hermanas asintieron ante lo dicho por su hermano mayor. Los tres venían de la rama Sudamericana y al pasar los años cambiaban de cuarteles cada que necesitan información de algo. No era fácil pero era un deber que tenía su familia, algunos lo llamarían castigo divino y otros como servicio a Dios. Ellos solo lo veían como un deber heredado por sus padres, no lo odiaban pero tampoco les gustaba mucho.
Annia miró su biblia un momento intentando analizar y recordar cada detalle. No eran Bookman pero sus mentes funcionaban tal y como una de ese famoso clan. Anotar cada detalle también era su deber, más de Annia y Ariel que de la joven Avia. La única diferencia era que sus perspectivas eran distintas y eran guiadas por alguien más.
Ellos eran un poco especiales tal vez, puede que un tipo de caso no muy común en esos días pero si les había dado unos malos ratos, todos relacionados con algún laboratorio, agujas, científicos, experimentos con su sangre… todos los recuerdos de la niñez se vieron arruinados por el simple hecho de haber nacido en esa familia.
Cada uno había jurado entregar sus vidas a la lucha contra El Conde Milenario, muy pocos sabían de su existencia, solo los "dueños del circo" conocían de la existencia de esta familia. Hijos de Auriel y Eleazar Delacroix, una familia francesa que desde hace generaciones daban sus vidas al servicio de Dios para la lucha.
— ¡Quiten esas caras ustedes dos! —ambas se espabilaron al escuchar el grito que pegó su hermano—mamá y papá no murieron en vano hace mucho como para que ustedes se estén arrepintiendo ahora, ¿Saben los que pasara si llegan a abandonar todo? No permitiré que se conviertan en Caídos como el tío Dion.
—Jamás hemos dicho que abandonaremos esto, somos muy conscientes de lo que puede pasar si lo hacemos… prefiero morir antes de convertirme en una traidora—dijo Avia. A pesar de ser la menor de los tres su madurez alcanzaba a ser igual a la de su hermano Ariel.
Los tres hermanos se entendían a punta de peleas, una costumbre adquirida al pasar de los años y que los mantenía unidos porque, para ser sinceros, no tenían a más nadie en todo el mundo, solo eran ellos tres. Sus abuelos, sus tíos, sus primos, sus padres… todos muertos hace ya mucho tiempo.
—Hay que tener en cuenta que cuando lleguemos tendremos que dejar que nos revisen, no podemos entrar así como así al cuartel—dijo Ariel con un poco de cansancio mientras agarraba la cruz que colgaba de su cuello, bajaba por su pecho y pequeñas cadenas salían de cada extremo de la cruz envolviendo su cuerpo— ¿A quién le toca guardia?
—A mí—dijo Annia mientras seguía leyendo la biblia—una hora y luego tú, Ariel.
—Te has leído la biblia más de 30 veces, cada pasaje, antiguo y nuevo testamento, cada libro te lo has leído y aun así…—dijo Avia sentándose mejor en su lugar— ¿Qué buscas?
—Debe haber algo que complete la información que buscamos, el Corazón no puede perderse así como así, debe de estar en algún sitio. Por eso leo tantas veces la biblia, sé que debe haber algo escondido… pero no puedo encontrarlo, puede que no sea nada pero aun así...
—El Corazón lleva perdido desde los días del diluvio… —dijo Ariel con fastidio—hemos buscado en cada registro, cada historia que pueda significar algo y nada; hasta en los manuscritos encontrados en Jerusalén, solo decían algo de la Inocencia pero no de el Corazón. Por ahora nuestro deber es otro.
—Además de matar akumas—dijo Avia rascándose la nuca.
—Además de eso… —Annia se levantó de su puesto, se quitó su abrigo revelando su traje de exorcista. Una mini falda con aberturas a los lado, un short por debajo para tener mejor movilidad, botas altas con poco tacón y la típica chaqueta—espero no encontrarme nada por afuera, no quiero usar mucho la Inocencia.
—Estarás bien, los acabarías en un instante. Además de que eres rápida corriendo—dijo Ariel mirando por la ventana—y que suerte la tuya, hermana.
— ¿Por qué lo dices?
—Ahí va un nivel 1.
—Mejor coloca la barrera y ya—dijo Avia bostezando—quiero dormir un rato antes de que nos tengan de trabajo en trabajo.
—Inocencia actívate—la cruz que envolvía pecho de Ariel brilló y se transformó en un báculo dorado con forma de cruz y varias inscripciones en Latín formaban pequeñas cadenas que envolvían a todo el báculo e iban en constante movimiento—"Barrera del Edén" —dio un golpe al suelo y una fuerte luz se expandió por todo el vagón. No veían hasta qué punto había llegado la barrera pero conociendo a su hermano y de seguro abarcó bastante—ahora sí, acábalos mientras nos echamos un sueñito—Ariel se acomodó en su asiento junto a su hermana menor, tomó una almohada y se la puso detrás de la cabeza—buena suerte, no me despiertes cuando entres.
—Eres un… —Annia se aguantó la rabieta y salió hecha una fiera por la puerta—malditos akumas, no pueden dejar vivir en paz.
Annia subió al techo del vagón, y efectivamente ahí estaban tres nivel 1. Le molestaban mucho y más aún cuando quería descansar de un viaje tan largo como ese.
—Hola hermosos, tiempo sin verlos… —abrió un bolsillo que estaba sujeto a su cintura y sacó la hermosa biblia—esto no les dolerá mucho… Inocencia actívate "Libro de los Días, castigo de Judas"…
Continuara.
Bueeeeenas!
Aqui va una idea semi/AU para este gran manga/anime. Todo es culpa de ciertas personas que me apoyan con mis locuras. Espero que les guste este proyecto nuevo y que lo disfruten con cada capitulo.
Algunos dirán que Ariel es nombre de chica pero la verdad es que es unisex y me gustó mucho. La historia se irá desarrollando poco a poco y los personajes nuevos tendrán sus momentos ya que, igual que todos, también tienen su historia. Habra momentos cómicos, familiares, de angustia, romance... mas adelante, locuras, tristeza y mucho mas. Para aclarar, yo tengo mi religión y yo soy de mente muy abierta y jamas juzgo o discuto con nadie sobre temas como estos porque me parece que cada uno cree en lo que quiere, pero si llego en algún momento a ofender a alguien pues solo me queda pedirles disculpa y que el fic siga su rumbo :3
Sin mas que decir me despido y les mando muchos besos a mis tres loquitas :3
Althea de Leo.
