I
Dibújame cómo una de tus piratas del North Blue
Se encontraba recostado en la especie de cama que se les había dado para descansar, pero, por extraño que pareciera, no dormía. No porque no pudiera, más bien porque no quería dejar de pensar en la situación que estaban viviendo ahora: la tripulación separada otra vez. Y todo por culpa de ese maldito cejas rizadas, quien se largó como si disfrutara de perseguir a Emperatrices piratas molestas con la tripulación a la que él pertenecía.
Estaba de más decir que se las desquitaría en cuanto lo viera, y deseaba que fuera pronto. No porque estuviera preocupado por el cocinero, ni porque extrañara su comida, ni ninguna de las otras razones de las que lo acusaban Ussop y Robin; pero tampoco le agradaba que la tripulación estuviera separada.
- Mientras Luffy no regrese con ese pervertido, no podré volver a dormir como antes.
-¿Por qué no sólo aceptas que te preocupa?- habló Ussop cuando pasó por casualidad por el lugar, escuchando el comentario que Zoro había compartido con el aire.
-Cállate.- El peliverde se dio vuelta para hacerse el dormido, pero al cerrar el ojo un recuerdo le atacó como si fuera una de las patadas del cejas rizadas:
Después de estar entrenando un par de horas en el puesto de vigía, había decidido bajar para quedarse dormido en plena cubierta, zona del barco que se había convertido en uno de sus lugares favoritos para descansar; sin embargo sus planes cambiaron cuando vio al cocinero de la tripulación sentado en una silla con un cuadernillo sobre sus piernas y un lápiz, seguramente de Nami, en la mano, trazando figuras sobre el papel.
Se sentó en el borde del barco, observando qué era lo que dibujaba. Más de alguna vez había podido comprobar que, como decía el rubio, no se le daba tan mal para no hacerlo tan seguido. Por ende no le sorprendió ver cómo el boceto era bastante bueno.
-¿Y qué dibujas ahora, Hemorragia Nasal-kun?
-Algo que un alga como tú no sabría apreciar.- Respondió sin mirarlo, cosa que crispó al espadachín.
-¿Otro de tus paisajes romanticones con mujeres?- el tono burlón ayudó a Zoro a conseguir lo que quería: molestar a Sanji y hacer que éste le mirara.
-¡Son paisajes del North Blue con bellas mujeres!- el rubio le había tirado una patada sin demasiada fuerza al decirlo, por lo que el peliverde se dio cuenta de lo delicado que era el cocinero no sólo con el arte culinario, sino con el arte en general-. Además, estoy dibujando barcos de piratas… Así que vete a hacer cosas de holgazán, como siempre.
-Yo hago cosas de marimos…- se defendió Zoro, pero después cayó en cuenta de sus palabras por la carcajada de Sanji-. ¡No soy un marimo!
Esperaba que el otro continuara con la pelea, pero no fue así. Después de reír por lo que había dicho, respiró profundamente para después seguir dibujando. Al parecer se había inspirado, quizás quería dejar de lado las bromas por un momento.
-¿Y desde hace cuánto estás dibujando piratas?
-Comencé hace un par de semanas, por aquí hay algunos sin terminar...- sin levantar la vista de lo que hacía elevó un poco el cuadernillo, como señalándolo-. Aunque creo que se me dan mejor los paisajes, los barcos que hice no están tan mal.
El otro hombre ignoró el último comentario, poniéndose de pie para ver el cuadro por sobre el hombro de Sanji, esperando algo épico, diferente a lo que ya estaba acostumbrado a ver en las creaciones del rubio; si debía ser sincero, el barco no estaba nada mal, y el paisaje un poco difuso que lo acompañaba no dejaba lugar a la imaginación por lo detallista que el autor siempre era… El único detalle que evitó que sus expectativas se volvieran realidad fue la silueta que estaba sobre el barco.
-Son mujeres.- Dijo secamente-. Como siempre.
-Te dije que no sabrías apreciarlo. Al final de todo eres un marimo tosco.- Habría reclamado por el apodo, pero uno de los cuadros que estaba viendo le llamó la atención, una mujer estaba recostada de lado en la orilla de la cubierta con su cabeza descansando sobre su mano derecha.
-¡Tengo una idea!
-¿¡Tanto te cuesta ir a holgazanear?!
Observó el dibujo una última vez y se lo entregó, caminando hacia donde estaba antes para sentarse.
-Oye, marimo, te pregunté algo.
-Y yo te dije que tengo una idea.- Intentando no caerse, se recostó en la barandilla del Sunny, para después imitar la pose de la chica que estaba en el dibujo-. Dibújame como una de tus piratas del North Blue.
Sanji le miraba como si se le hubiese caído otro tornillo más de la cabeza, pero Zoro no decía nada, y él empezaba a sentirse igual.
-¿Y bien, cocinero?
-Las algas necesitan agua seguido, ¿verdad, Marimo?
-Eso es obvio, cejillas.- Dijo extrañado, la pregunta no venía al caso-. Pero eso no importa.
Iba a seguir hablando, pero Sanji caminó hacia él con una mirada traviesa, pudiendo el otro casi jurar que iba mezclada con perversidad infantil.
-¡Te hace falta agua, marimo!- Sanji rió con fuerza cuando empujó al espadachín al agua con un rápido movimiento de su pierna izquierda.
-¡Cocinero de mierda, te las verás conmigo!- mientras Zoro maldecía por lo bajo la inmadurez del rubio, este se sentó donde anteriormente se encontraba el peliverde.
-¡En compensación te haré tu maldito dibujo!- dijo un poco fuerte para ser escuchado-. ¡Pero como un okama!-agregó gritando y riendo mientras movía sus piernas a la orilla del Sunny.
El otro, ya en el agua, buscó qué hacer para volver a subir. Era obvio que ese idiota no le tiraría alguna cuerda para regresar, y todavía no habían llegado a una isla que les permitía encallar, por lo que subir por la cuerda del ancla tampoco era opción. Esto le hizo percatarse que no había nadie cerca, cosa que le extrañó, pues si no estaban en una isla, lo normal sería que estuvieran allí.
-¡Oye, cocinero de mierda!
-¡No voy a ayudarte a subir!- gritó sin dejar de dibujar- ¡Vas a arruinar el retrato que te estoy haciendo!
-¡No es eso, imbécil!¿¡Dónde están Luffy y los demás?!
-¡Están demasiado ocupados como para que te ayuden a subir! ¿¡Por qué no mejor te quedas allí para siempre?!
-¡Te las verás conmigo, en serio!- Sanji soltó otra sonora carcajada y se alejó de la orilla del barco para continuar con su trabajo. Por alguna razón parecía ser que le divertía mucho la idea de dibujarle como uno de esos seres que tantas veces había descrito como traumatizantes.
-¡Sólo dime dónde están, maldición!
-¡Cállate, me desconcentras!
-¡Al menos dibújame bien!- gritó sabiendo que lo otro era caso perdido.
-¡Ya te dije que te dibujaré como un okama!- la risa de Sanji lo irritaba, de verdad parecía estarse divirtiendo a costillas suyas.
-¡Te dije bien!
-¡Yo no le veo el problema!- el rubio se acercó otra vez a la orilla, apoyando sus codos en donde antes Zoro había posado como la mujer del dibujo-. ¡Al fin y al cabo son igualitos!
Después de aquello no recordaba muy bien cómo había regresad al barco. Tal vez Luffy lo había subido o Franky había abierto el Soldier Dock, permitiéndole entrar por allí. Lo que sí sabía era que cuando por fin regresó al barco y se dirigió al cuarto de hombres para cambiarse de ropa para poder ir a cenar, se encontró con su retrato pegado en la cabecera de su parte del camarote que compartía con el cocinero.
Usopp y Chopper, que estaban ahí también, pensaron que se había molestado, pero en realidad el dibujo le había causado gracia, y debía aceptar que era uno muy bueno, incluso para lo que había en él. Al fin y al cabo sí parecía una de las chicas que el rubio estaba acostumbrado a dibujar… Una con una musculatura preocupante, y una cara demasiado maquillada, y con una cicatriz en el ojo decorada con florecitas.
-Cocinero de mierda.- Dijo riendo sin levantarse de la cama.
-¡Yo lo sabía!- se sobresaltó con el grito de victoria que Ussop soltó en la puerta.
-¡Déjame en paz!
-No es nada malo. Todos estamos preocupados por cocinero-san.- Robin había entrado a la pequeña habitación y se había parado frente a la cama.
-Ya les dije que no estoy preocupado.
-Claro que sí.
-Nariz larga-kun tiene razón.- La morena rió ante el gruñido de Zoro-. Es bastante obvio.
-No es obvio lo que no existe.- Se reincorporó sobre el colchón, sentándose-. Simplemente estaba pensando en el retrato más horrible que me han hecho en la vida.
-No estaba tan mal…- el narizón contuvo una carcajada al recordar el boceto que debía seguir en el camarote de los hombres-. Es más, podría ponerlo en una de las galerías del grandiosos Ussop-sama. Por otro lado, Zoro… Es el único retrato que han hecho de ti…
-No, alguien más ya hizo uno.- Volteó a ver discretamente a Robin, quien le sonrió-. Pero eso no importa. Vamos a buscar a Law, a ver si él sabe decirnos cuando llegamos a Wano.
