Despertó desorientado, con la boca seca y bastante adolorido en un lugar extraño, una especie de cabaña en medio de la nada, con la luz de algunas velas, estaba cubierto por algunas mantas en una cama cómoda, con su mano derecha esposada y una vía en la mano izquierda, una especie de suero para ser más exacto. No sabía dónde estaba y su experiencia le decía que nada bueno venia de lugares extraños y esposas, su ballesta no estaba, debía sacarse la esposa y no sería fácil, de pronto escucho un ruido que provenía de la puerta.
Aun le costaba enfocar la mirada y la vio llegar. No medía más de 1.65 de altura, era delgada y larga, llevaba su ballesta encima, cuando se quito el pañuelo del rostro, quedo sorprendido ante ese angelical rostro, sus ojos azules eran enormes y pequeñas pecas sobre su nariz, su cabello era lacio y era rojo como el fuego y su voz muy particular.
-Despertaste! Dijo acercándose. él desconfiaba, no tenia nada con que atacar a su captora, era prisionero no solo de ella, sino de la mirada más impresionante que había visto en mucho tiempo.
-¿Quién eres? ¿Dónde estoy?
-Este es mi refugio, no es un lujo pero hago lo que puedo. Entenderás que estás esposado porque no puedo arriesgarme soy una chica de 19 años sola en un apocalipsis.
-¿Cómo llegue hasta aquí?
-Estabas rodeado de croatons, los distraje y tuviste tiempo de caer a una laguna, luego volví por ti, estabas lastimado, afiebrado, pero no vi mordidas posibles, entonces te traje, cure tus heridas, te hidrate y espere que la fiebre bajara, te espose porque temía que despertaras como una de esas cosas, atado sería más fácil matarte. él la escucho atento, pero estaba tan aturdido que la interrumpió bruscamente.
-¿Siempre hablas tanto?
-No, la mayor parte del tiempo estoy sola o con Wilson.
-¿Wilson?
-Si, mi pelota de voley-Dijo ella convencida.- Es una broma remato sin quitarle la mirada mientras sonreía.
-Ya he visto cosas similares, no me extrañaría que fuera cierto. Vocifero ronco - Quítame las esposas.
-¡Rayos! Estás sangrando te quitaste la vía! Sabés, no es fácil colocar esas cosas y lo hice para hidratarte. No creo que Beth quiera verte deshidratado.
-¿Beth? ¿Cómo…? Cuestiono sorprendido.
-Bueno.- Dijo ella abriendo un sobre con un aguja estéril- Cuando tenias mucha fiebre hablabas entre delirios, dijiste cosas como "Lo siento Beth, no quería que nada te suceda. Te extraño, no quiero ser el último hombre sobre la tierra" y que mataras a todo aquel que la dañe. Déjame ver ese brazo.
-No, quítame las esposas debo seguir adelante.
-¿Buscas a Beth?- pregunto y sintió como él la alejaba- Oye, intento ser amable, si vuelves a empujarme las manos, tendré que degollarte y beber tu sangre.- El trago saliva ante esa declaración, después de terminus esperaba cualquier cosa. - Es broma. Estaba pensando en soltarte alguien que busca a alguien que ama en este maldito mundo, no debe ser malo. Murmuro ella, mientras con un algodón limpiaba su brazo.
-Tal vez si, tal vez apenas me sueltes abuse de ti. Intento asustarla él, sin poder quitar su mirada de las pecas de su hombro.
-¡Hey! Sobreviví a una madre ebria y a un padre ebrio y abusador. Estoy hecha para este mundo. Por cierto, soy Moonshine Woods.
-¿Moonshine?
-Madre ebria, recuerdas?
-Oh…
-¿Y tu nombre arquero?
-Daryl… Daryl Dixon.
