Eriol Hiraguizawa, un hombre al que no le gusta la navidad; Tomoyo Daidouji, su novia, una mujer que adora la navidad, tiene un regalo muy especial para su adorado novio.
"Amor, sabes lo que opino de la navidad, no me gusta esta época, me parece tan sosa, y tan comercial", "pero Eriol, la navidad no es solo mercadotecnia, es una época para estar con tus seres queridos, para pasar buenos momentos, y...", "¿no lo entiendes verdad? debes sentirlo, no puedes creer en la magia y no sentirlo", "cariño, la "magia de la navidad" no existe, solo es un invento de algún publicista que trabajaba para una marca de refrescos"
(Adaptación de "Cuento de Navidad)
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Los personajes de la serie Card Captor Sakura no pertenecen, son propiedad de la chicas de Clamp, solo utilizo los personajes para mi historia sin ningún fin de lucro, igualmente la historia original del famoso "A Christmas Carol" pertenece a Charles Dickens.
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C1: La navidad está en el aire
Era una irregularmente soleada mañana de diciembre, de esos días que a pesar de haber sol no deja de sentirse frio, y como no, si apenas el día anterior por la mañana había caído una nevada en la pequeña ciudad de Tomoeda, que en sus calles del centro parecía una villa navideña típica de estampa, todo se veía como sacado de una película de temporada, los tejados rojos cubiertos casi en su totalidad por la blanca nieve, que al igual que los jardines, las coronas y los moños colgados en las puertas y arboles, pinos multicolores en todas las tiendas, si, definitivamente, el espíritu navideño cubría con su singular alegría y villancicos la ciudad, lo cual, para cierta pelinegra era un deleite, quien ataviada con un abrigo azul, pantalones, botas, guantes, bufanda y gorro negros, recorría las calles con una enorme sonrisa pintada en su rostro, enumerando mentalmente las personas a quienes deseaba dar un regalo el 25 de diciembre.
Decidió entrar a una panadería, en cuya vitrina se exhibían los famosos cupcakes decorados con pinos, estrellas, bastones de caramelo, esferas e inclusive con el famoso Rodolfo el reno de la nariz roja.
-buenos días señorita ¿en qué le puedo ayudar?
-quiero un paquete de cupcakes y un pay de queso
-desde luego, enseguida se lo traigo
Después de que la encargada le entrego el pedido y se despidieron con un "feliz navidad", Tomoyo Daidouji caminó las pocas cuadras que la separaban del lugar donde había estacionado su auto, y con la sonrisa aun pintada en el rostro y la cajuela llena de adornos navideños se dirigió a la casa de su novio, a la cual entró sin si quiera tocar la puerta.
-¡ya llegué! -gritó, y a los pocos minutos una sonriente chica de cabello castaño y largo, seguida de un singular personaje, que más bien parecía un muñeco de peluche, apareció para recibirla- ¿lo trajeron?
-sí, llegó muy temprano
-excelente, ayúdenme a bajar los adornos, y espero a Eriol le guste
El tiempo pasó volando mientras Tomoyo y los guardianes entusiastas adornaban el pino navideño, y mientras cantaban y reían fueron sorprendidos por el dueño de la casa, quien recién llegaba de viaje.
-¿qué es todo esto? -preguntó apenas posó sus ojos en el colorido árbol, spinel se quedó a medio camino de colocar el toque final, la estrella en la punta
-¿verdad que quedó fantástico? -chilló Nakuru acercándose a su amo y jalándolo del brazo para que entrara a la sala, pero la mirada del pelinegro estaba fija en su novia
-creí que ya habíamos hablado de esto, Nakuru, Spinelsun -el guardián deshizo su camino hacia el árbol y le entregó la estrella de cristal a la amatista, que de pronto se había puesto seria.
-Eriol, yo... -intentó decir la pelinegra, insegura acerca de si debía dar una disculpa a su novio
-¿chicos, podrían dejarme a solas con Tomoyo?
Ambos guardianes dirigen su mirada a la chica, y esta solo asiente, Eriol pasea su mirada por los calcetines cerca de la chimenea, los cojines bordados con el dibujo de ese hombre gordo de cabello y barba blanca, un arreglo de Nochebuenas en la mesa de centro, un par de ángeles de cristal sobre la chimenea, y para terminar el navideño cuadro, el árbol lleno de esferas azules y plateadas, listones, moños, y esas luces que titilaban insistentemente, o mejor dicho, exasperantemente. por último detuvo la mirada en la guapa mujer frente él, haciendo en silencio la pregunta que ella al parecer no captó, o mejor dicho, la ignoró, es decir, tratándose de Tomoyo Daidouji, es seguro que se dio cuenta de la pregunta implícita, sin embargo, cual niña regañada, bajó la mirada hacia la estrella que aún sostenía en sus manos
-¿cómo te fue en tu viaje?
-bien, bueno, todo iba bien hasta que llegué a casa y me encontré con esto
-ah... ¿por qué, no te gusta?
-amor, sabes lo que opino de la navidad, no me gusta esta época, me parece tan sosa, y tan comercial
-pero Eriol, la navidad no es solo mercadotecnia, es una época para estar con tus seres queridos, para pasar buenos momentos, y...
-basta, no quiero discutir contigo, y por favor llévate todo esto
-escúchame, yo se que para ti tal vez no signifique nada, pero hazlo por mi... solo esta vez por favor
-eh dicho que no, no quiero nada de esto en mi casa
-¿ya no me quieres? -acercándose para abrazarlo
-eso es chantaje emocional, y yo no pienso caer
-¿estás seguro?... yo compré todo esto especialmente para ti, no creo que seas tan amargado para no celebrar la navidad conmigo
-Tomoyo, eh hecho todo lo humanamente posible por seguirte la corriente estos últimos años, pero de verdad, cariño, este año no, vayamos a donde quieras pero que no haya ni un solo adorno o villancico
-¿no te das cuenta que esto es importante para mí?, además te tengo una sorpresa, Eriol, yo…
-nada de sorpresas ni regalos, ya lo decidí
-desde luego…está bien, hoy estás imposible, volveré mañana a ver si ya cambiaste de idea
-te aseguró que no lo haré cariño
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Horas más tarde cierta chica de cabellos largos y oscuros platicaba con su mejor amiga en uno de los tantos cafés que había en el centro de Tomoeda, donde también ya se sentía el espíritu navideño.
-¿entonces qué pasó?
-te digo que se enojó y casi que arranca todos los adornos, creo que tuvo que contenerse mucho para no hacerlo -se lamentaba la chica mientras daba un sorbo a su capuchino de vainilla francesa
-hay amiga, pero no entiendo cómo puede no gustarle esta época del año, nunca había conocido a alguien que no le gustara la navidad
-pues ahí tienes un vivo ejemplo, tengo que averiguar porque no le gusta celebrar la navidad para ayudarlo y que celebre conmigo
-tal vez deberías darle un poco de espacio, tal vez solo por esta vez
-no lo sé... de hecho me propuso que nos fuéramos de viaje, con la única condición de que no hubiera nada que le recordara a la navidad
-ahí lo tienes, creo que deberías hacerle caso
-¿tú también?... estuve a punto de darle la noticia... -dijo bajando la mirada
-¿y? ¿Qué pasó?
-nada, me dijo "no quiero nada de regalos ni sorpresas por navidad", hazme el favor, pensé que tal vez lo haría reflexionar, pero ya veo que no...
-hay amiga, pues no sé qué aconsejarte entonces
-no te preocupes, gracias por escucharme, debo ir a trabajar o mi asistente me va a querer matar
-animo y mucha suerte amiga
Al día siguiente, Tomoyo Daidouji, quien nunca se rinde regresó a la casa de su querido novio, llevando nuevamente la estrella para ponerla en el gran árbol de navidad que adornaría la sala, entró sigilosamente a la casa y se dirigió a la sala, donde encontró a los guardianes de la reencarnación de Clow que empezaban a guardar los adornos en una gran caja, aunque se veía que lo hacían de muy mala gana.
-Tomoyo-sama
-¡Tomoyo-chan! -la guardiana de la luna se lanzó a los brazos de la amatista
-hola chicos ¿está Eriol? -preguntó mientras correspondía el abrazo
-el amo Eriol estaba en la biblioteca revisando unos documentos
-creí que para esta hora ya habrían quitado todo esto -se escuchó que dijo el mago con una voz un tanto molesta, al tiempo que se dirigía hacia su novia para darle un beso en los labios, pero la pelinegra se movió, haciendo que los labios del inglés chocaran contra su mejilla- veo que sigues molesta cariño -tomando su mano y dándole un beso en ésta
-no, no estoy molesta, ¿o tendría que estarlo?
-francamente no, pero supongo que podrías estarlo de todos modos, con todo este asunto de la navidad
-no es "todo este asunto de la navidad" Eriol, es importante para mi
-¿debo suponer que es más importante que yo?
- ¿y ahora quien chantajea a quien? -la pelinegra empezaba a irritarse
-no es chantaje querida
-yo solo quiero que pasemos un buen momento como familia, tú, Spi, Nakuru, yo...
-claro que podemos pasarlo, sin necesidad de tanto adorno y luces
-¿no lo entiendes verdad?
-explícamelo
-es imposible, debes sentirlo, no puedes creer en la magia y no sentirlo –la morena parecía muy emocionada mientras su novio solo negaba
-cariño, la "magia de la navidad" no existe, solo es un invento de algún publicista que trabajaba para una marca de refrescos
-¡eres imposible!, toma esto -entregándole una caja de terciopelo negro
-te dije que nada de regalos Tomoyo
-no es un simple regalo, solo tómalo, si quieres quitamos todo esto y ya me doy por vencida, pero quiero que tengas esto
-pues no lo quiero -negándose a tomar la caja de las manos de su novia
-por favor -entregándosela de nuevo, pero el pelinegro no la toma, por lo que termina en el piso junto con un sonido de algo de cristal quebrándose- ¡no! -mirando hacia el piso donde la caja yace abierta y pedazos de vidrio que anteriormente formaban una estrella estaban regados por el piso- está arruinada -en los ojos de la chica empezaban a formarse las lagrimas
-escucha cariño, no era mi intención, yo... -tratando de levantar los fragmentos
-olvídalo -limpiándose las lagrimas- ya no se puede hacer nada, lo mismo que yo aquí... me voy
-espera amor, podemos comprar otra
-es que no hay "otra", no lo comprendes –la chica sale ante la mirada atónita de su novio y los guardianes que en vano trataron de detenerla por el pasillo
-esta vez te pasaste Eriol –dijo la guardiana de la luna mientras juntaba dentro de la caja lo que quedó de la estrella
-no era mi intención romperlo ni que se fuera así –el mago se dirigió a sentarse en el sillón, donde aplastó un muñeco de "Santa" que sonó con un "jojojojo" y lo aventó al piso
-Tomoyo-sama se esforzó mucho para que todo quedara así de bonito, ella cosió los cojines y bordó las medias con el nombre de todos –el guardián del sol se colocó en el descansabrazos del sillón donde se encontraba su amo
-ya les dije que no me gusta la navidad, y ella lo sabe también
-tal vez, pero por alguna razón para Tomoyo representa un motivo de gran felicidad, así que deberías esforzarte por complacerla, total, solo son un par de días, creía que el amor era actuar en pos de la felicidad del otro, pero eres muy egoísta, no sé como una persona tan dulce y buena como Tomoyo se enamoró de ti
-Nakuru, te estás pasando… -le advirtió su hermano guardián
-hagan el favor de dejarme solo –los guardianes salieron del salón dejando la decoración a medio quitar, Eriol en cambio se dirigió a un mueble de dónde sacó un vaso y una botella de whisky
Algunos días después en la casa de las Daidouji, Sonomi se preparaba para salir de viaje con su novio, aunque le daba un poco de pena ver a su hija tan decaída
-si me lo pides me quedo aquí contigo hija –la empresaria se acerca para abrazar a su hija
-no mamá, no podría arruinar tu viaje, nunca tomas vacaciones, además Edward te está esperando en París, no puedes dejarlo plantado
-el entenderá, además no debes ponerte así, no es recomendable, y tampoco estás comiendo bien, hija, debes cuidarte mucho, y así yo no me voy tranquila
-ma, ya te dije que no te preocupes, te prometo que voy a comer bien, y ya se me pasará, y Eriol ya regresará cuando se pasen estos días, estaré bien mientras tanto
-¿segura?
-en serio, ahora vete o te va a dejar el avión
-está bien, pero cualquier cosa me llamas ¿sí? –La abraza nuevamente y le da un beso en la cabeza-te quiero mucho hija
-y yo a ti mamá
