Disclaimer: Harry Potter y su universo no me pertenecen :c


Fandom: Harry Potter

Claim: Severus Snape / Hermione Granger

Tabla: Momentos

Momento: #19.- Tregua

Título: Por La Paz

Resumen: Día a día tenía una lucha interna que deseaba acabara por su bienestar mental.


Por La Paz

Severus se daba por vencido cada que salía de su oscura habitación en las mazmorras, cuando tenía que hacerse el nudo de una sobria corbata plateada toda esperanza se atoraba en su garganta, cuando fajaba su pulcra camisa blanca todo empezaba a apretarle. Así casi los últimos días de su inexistente vida, partía de Hogwarts acompañado por el fiel Dumbledore que como en todas las audiencias lo exponía para protegerlo. Mostraban sus memorias, y Albus le molestaba explicando cada momento lo único que le consolaba de cierto modo era que aquel viejo igual había sido expuesto ante todos.

Para la tarde está agotado, sus emociones rozaban en las de un muerto y en ocasiones le pinchaban el alma de tal modo que para cuando volvía a casa el solo verla le hacía sentir fatal…

―Severus…―

Su voz le quemaba, tan infantil y lamentablemente manchada por la carga de tener que consolarlo. ¿Qué debía hacer? No la quería alejar, no la podía lastimar sin antes matarse así mismo. La chica siempre hacía la misma rutina al parecer sin aburrirse de él o sus absurdos sentires. Se sentaba a una distancia tan imprudente que le provocaba quererla abrazar allí, le colocaba una de sus pequeñas manos en la nuca y comenzaba con las caricias que como perro le hacían sentir mal y jodidamente bien.

Tan bien que le hacía daño, era un bastardo y un traidor. Ya lo habían dicho muchos, y suponía debía ser una verdad que se negaba a aceptar. Había jalado consigo a una niña que había tenido que batallar con las peores cosas desde pequeña; el rechazo, el peligro constante, la discriminación por su estado de sangre, la muerte que inminentemente le acechaba. Y tal vez él solo había ayudado un poco, tampoco podía decir a diferencia de ella que la había protegido a la perfección, la prueba estaba en su brazo con una marca que le atormentaba más que a ella.

Tan mal que le gustaba sentir aquello en el estómago y la electricidad reavivar su marchito corazón. Se miraba al espejo y no solo ella le insistía en que se veía guapo, el termino de todos esos pesos muertos que gustaba cargar hace tan poco habían logrado un gran cambio en su apariencia haciendo de pronto que apareciera como portada en la molesta revista Corazón de Bruja. Pero no quitaba el mal que su mente le hacía pensar que asía, le robaba tiempo, caricias y amor. Amor que bien podría aprovechar y malgastar algún joven idiota, sin conciencia ni apreciación por ella.

Se sentía mal cuando ella le tocaba de esa manera, jalándole el ahora largo y limpio cabello para obligarlo a mirar ese par de orbes caramelo que tanto le insistían en observar de día a noche para decirle que no estaría solo jamás con ella a su lado; pero se sentía tan bien cuando de pronto pensaba que aquello sería verdad y tendría por un tiempo un hombro donde dejar su coraza y liberar aquel ser patético que tanto repugnaba en las mañanas mirándose en el espejo. Repudiaba cuando sus labios se unían, en una explosión de sabor a hierbabuena y vainillas tan dulce que recordaba el sabor de la gloria y la tomaba por los costados subiéndola a horcajadas en su regazo. Amaba el tenerla frente así diciéndose a sí mismo que era un masoquista al atreverse después de tantas quejas a posarla sobre sí y mirarla con tanta profundidad, que sus ojos ónix chocaran contra el caramelo de ella y ambos terminaran por depositarse un beso de tanta ternura que le revolvía el estómago de contradicciones sobre juventud y desperdicio

Perdía fuerzas en aquellas batallas internas que para en la noche era una ardiente tregua, entre el dolor y la sanación. Terminaban casi siempre, él con nada cubriéndole el torso más que las deshonrosas marcas de guerra que a la castaña le encantaban y Hermione, con su camisa puesta pero abierta permitiéndole ver cada curva de su bien formado cuerpo. Tan derrotado entre aquella forzada tregua para no sucumbir en la locura que dejaba los brazos caer lado a lado, mientras ella aun en su regazo le abrazaba por el cuello obligándolo a inhalar aquello que los poetas solían llamar un calmante natural. Encerraba su nariz en los largos rizos de la castaña, percibiendo duraznos y la hormona del amor.

Después se acostaba rezando después de una repentina venida de fe a todos los Dioses que conocía que pronto eso cambiara para bien. Que por la paz de su mente y el buen querer que le tuviera a Hermione todo fuera calma…


Por acá son noches así que, buenas noches mortales. Hoy me decidido después de vencer a mi desidia a continuar con esta tabla, pronto, muy pronto empezare con otra tabla que me permitieron pero esta es especial. Porque es de Lemmon. Pero en fin, no sé porque diablos borraron esta así que simplemente la resubo le pese a quien le pese C:

Traigo nuevo capítulo y con este reabro esta serie de drabbles, los que ya estaban hechos los subo más tarde.

Muchas gracias a esos que me leen cada que pueden o cuando se acuerdan, igual a las maravillosas personas que me dejan comentarios.