Ella sonreía. Tan majestuosa, hermosa, imponente, tan… Perfecta. Ella no se daba cuenta de que era perfecta por el simple hecho de existir, que no necesitaba hacer esfuerzo alguno para lograr ser aquella persona sin defecto alguno en la que quería convertirse. Sonreía… Pero no era a mí.
- Estúpido mocoso estúpido-mascullé a regañadientes, ¡cielos! Comenzaba a usar ese lenguaje tan habitual en ella; aunque el exceso de esa maldición en su léxico fuera altamente ofensivo para los demás, a mí me parecía… Adorable.
Ahora reía, tomaba un mechón de cabello y lo enredaba en su meñique, eso suelen hacer las chicas cuando están con el chico que les atrae o cuando quieren flirtear, ¿no? Es casi como cultura general, algo que sabía por mis años de juventud y las señoritas que tenían la misma reacción al hablar conmigo. Estúpido. ¡Pero qué podía decir! Después de todo, Klavier Gavin compartía nacionalidad con ella, era rubio, mucho más joven que yo, inteligente, amigable, encantador, prodigio (obvio que eran el uno para el otro), talentoso y… Guapo. Tal vez, si mi género hubiera sido otro al nacer hasta yo me sentiría atraído por él. ¿Pero acaso él no traía algo con una de las adolescentes de Wright? Estaba seguro de que era con Skye…
-Imbécil-gruñí mientras observaba a Franziska charlarndo animada con Gavin que se encontraba recargado en un escritorio. Me urgía salir de la fiscalía para no tener que seguir viendo esa escena, dejar de observarla me era imposible, creo que era lo que la gente llama "Celos". Respiré hondo y saqué mi teléfono celular para contestar la llamada entrante lo más pronto posible antes de que alguien alrededor notara mi tono de llamada de El Samurái De Acero, antes de que Franziska y Gavin notaran que me encontraba espiándolos con odio.
-Miles Edgeworth al habla-respondí bruscamente, era un número telefónico que sabía de memoria, que en otras circunstancias hubiera declinado la llamada, pero en ese momento necesitaba una distracción, aunque viniera de parte de ese sujeto con el que llevaba algo así como una relación parecida al amor/odio, que aunque me costara admitirlo era mi mejor amigo, tal vez él podría darme un consejo o decirme qué hacer en estos casos de cólera extrema.
-M-Miles…-creo que mi buen amigo notó la aspereza en mi voz por el titubeo con el que respondió-Te llamaba porque… Bueno… Maya…-¡Esperen! ¿De verdad estaba considerando la posibilidad de pedirle un consejo a Wright y comentarle acerca de mis celos sobre Franziska, la niña con la que había crecido y pasado toda mi vida? ¡Pero si él era un completo imbécil que no se daba cuenta de que la médium con la que pasaba tantas aventuras y desventuras tenía sentimientos por él! Con tan solo decir que ese par fue el tema de conversación hacía unos días en la oficina…
-¿Sí? ¿Qué pasa con ella?-inquirí.
-Estamos preparando unas hamburguesas, así que ella y las chicas insistieron en que te invitara a comer y a ver un rato…-"El Samurái De Acero", era de esperarse… Casi dejo pasar por alto un detalle que me sacó una risita, Wright dijo "Maya y las chicas", y entre las "chicas" se encontraba la niña de sus ojos, esa tan adorable Trucy. Reí aún más. ¡Demonios, Wright! ¡Es obvio que tú igual sientes algo por esa rara mujer!
-Lo lamento, Wright-decliné la propuesta a pesar de que estuve a punto de aceptarla, resultaba verdaderamente tentador comer hamburguesas y ver esa serie la cual era mi gusto culposo-Será en otra ocasión… No obstante me gustaría pedirte algo-confesé.
-Sí, por supuesto, ¿estás bien? ¿Te pasó algo malo?-preguntó con cierta preocupación en su todo de voz.
-Oh, sí lo estoy, no es algo físico… Es más "algo personal"-admití. Hubo silencio al otro lado del teléfono.
-Okay, te escucho-respondió después de unos siete segundos.
-Tengo… Tengo un problema y no creo que Larry vaya a ser de mucha ayuda en esta ocasión-Me mataría si supiera, eso lo sé, me llamaría "Traidor" o algo parecido-Supongamos que tienes a alguien especial, alguien muy importante para ti-.
-¿Así como Maya?-reí para mis adentros, ¡menudo imbécil!
-Sí, sí, así de especial como Maya lo es para ti-respondí irónicamente, ¡Phoenix era tan ingenuo que juraría que no entendió mi bella indirecta-Pero hay alguien más que considera especial a esta persona, muy especial, casi tanto como lo es para ti-.
-Ajá…-
-Pues eso, ¿qué harías tú en este caso?-hice una mueca de disgusto, no me sentía muy cómodo revelando así mis sentimientos.
-Miles, la verdad no te entiendo…-.
-¡Estoy celoso, idiota! ¡ESTOY CELOSO!-refunfuñé, volteé para asegurarme de que nadie me haya escuchado.
-Oh, ya… ¿De mí?-Imbécil.
-De Franziska, querido amigo-respondí apacible reprimiendo un "¡Estúpido estúpido que dice comentarios estúpidos sin utilizar tu estúpido cerebro para hacer estúpidos razonamientos que cualquier estúpida persona hubiera ya comprendido!".
-Oh… Cielos… Bueno, esto es inesperado-confesó apenado y luego soltó una carcajada, fruncí el ceño ante su burla-Bueno, bueno, Miles… Yo pienso que deberías decírselo… No directo, pero sí invitarla a salir o hacer algo especial por ella… Yo… No sé de relaciones, debería comunicarte con Maya, ella ya escuchó todo-¡Maldita sea!
-¿Miles?-rió tomando el teléfono-Lo siento, escuché todo-siguió riendo-Yo pienso que, como dijo Nick, deberías hacer algo especial por ella, tú la conoces mejor que nadie, deberías hacer algo significativo para ella, pero ojo: un paso a la vez, no vayas a ser… ¿Cómo se dice…? ¡Muy atrevido! ¡Eso! Puede que ella sienta lo mismo, pero tenga 23 psicocandados en su corazón, yo te podría ayudar en eso…-.
-No, no, está bien así-admití ya molesto.
-¿Sabes, Miles?-añadió ahora ya más seria-A veces los hombres son muuuy lentos para asuntos como el amor, ¿me entiendes o captas por qué lo digo?-capté la indirecta.
-Menudo idiota que te conseguiste, Maya Fey-reí-Te ofrezco mi ayuda para lo mismo-colgué el teléfono y dirigí mi mirada hacia donde hace unos instantes mi alemana hablaba con Gavin.
Ella le dirigió una última sonrisa, él tomó su mano izquierda y depositó un suave beso en ella, ella sonrió. Enfurecí aún más… Ella no lo había agredido con su látigo como lo hubiera hecho con todos, incluso conmigo. Gavin salió de la oficina con una sonrisa en el rostro y caminando por el pasillo como si se encontrara en una estúpida película romántica.
-Eh, Franziska-dije entrando a la oficina.
-Dime-respondió con una sonrisa y tomando su inseparable compañero el cuál se encontraba en el escritorio. No había notado que se encontraba a una lejana distancia comparada con la habitual, rara vez lo suelta. La expresión de su rostro me molestó.
-Yo… Tengo planes para esta noche, pienso salir a cenar a un lugar que me recomendaron, ¿gustas venir?-esperé que declinara la proposición, supuse que el estúpido rubio ya la había invitado a una cita.
-Por supuesto, Miles Edgeworth-me sonrió. Franziska von Karma era de verdad la mujer más hermosa que mis ojos hubieran visto.
Bueno, esta es mi primera historia respecto al Friles, mi pareja favorita de esta bella saga. Espero sea de su agrado, ya que estoy segura de que mi amadísima Franziska von Karma la consideraría una verdadera estúpida estupidez con estúpidas cursilerías. Se aceptan comentarios, preguntas, sugerencias, etc.
P. D. Aclaro que los capítulos serán más largos (odio leer capítulos cortos), en esta ocasión no pude por equis razón.
P. D. de la P. D. Y mil gracias por leer, amigos.
