La primera vez que lo vieron no sabían muy bien que era; Una esfera gigante de color blanco flotando sobre la superficie de Marte. Lo llamaron el Viajero y todo cambió con su llegada.

Nos otorgó dones para transformar el sistema solar y la naturaleza de la vida humana. Marcó el comienzo de nuestra Edad de Oro, toda una época de milagros. Remodeló nuestro sistema solar tan decididamente como destruyó nuestros marcos teóricos científicos y filosóficos. Para nuestros ancestros debió ser una revelación, una mirada detrás del horizonte de la posibilidad esperada hacia el reino del poder trascendental.

Pero nunca nos reveló sus más íntimos secretos . . .

¿De dónde vino el Viajero? ¿Por qué nos ofreció tanto?

La Edad de Oro se encontró con desafíos. Conflictos internos, desavenencias filosóficas —particularmente en torno a preguntas relacionadas con la inteligencia artificial y la «bifurcación mental»—, y duraderos enigmas científicos. Pero la humanidad y sus criaturas mecánicas se enfrentaron a esos problemas con vigor, orgullo y un sentimiento contagioso de compasión pluralista.

Esta edad era puro resplandor, y la noche que nos envolvió tras el Colapso fue rápida y absoluta. Algo nos golpeó. Puso fin a nuestra Edad de Oro. Casi acabó con nosotros. Todo lo que habíamos creado, todo lo que logramos fue destruido, exterminado, la Oscuridad apareció, nada podía detenerla, solo nos salvó el Viajero. . . y a un precio catastrófico.

Después silencio, podría llamársele . . . ¿Paz? . . .

¿Sabía que estaba siendo perseguido a través de la galaxia? ¿Y por qué, al llegar los ejércitos de la Oscuridad, decidió el Viajero quedarse y luchar por nosotros?

Nunca lo sabremos . . .

Después del Colapso comenzó la Edad Oscura, y durante esta empezaron a avanzar grandes grupos de las tierras salvajes. Se reunían en enclaves secretos y atravesaban las ruinas de las ciudades devastadas, esperando encontrar la costa, o una nave, o hallar el rastro de una promesa imposible.

De la oscuridad total, con los ojos encantados, salieron los Insomnes, nacidos del Colapso y descendientes de aquellos que intentaron escapar a su ira. Algo les ocurrió allí fuera, al filo de la oscuridad total, que los cambió para siempre. Los Exos, hechos a imagen y semejanza de la humanidad, dotados de diversidad mental y física, fabricados para una lucha ya olvidada son máquinas conscientes que marcharon junto a las columnas de refugiados, cubiertos de musgo y memorias fragmentadas. Y entre ellos llegaron los Espectros;parte máquina, parte Luz del Viajero y empezaron con su búsqueda de aquellos capaces de blandir la Luz como arma.

Fue una época de males horrendos y gran sufrimiento. Pero quedaba una esperanza: la promesa de refugiarse debajo del Viajero.

Toda alma obstinada con la mala fortuna de haber nacido fuera de los brazos protectores de la Ciudad susurra esta verdad a través de los páramos: "hay una metrópolis nacida de las cenizas del Colapso a la que el Viajero protege"; es una promesa y una ilusión, el único refugio de la Oscuridad.

La Ciudad es una próspera ecúmene amurallada, repleta de lenguas y tradiciones procedentes de todas las culturas humanas y neohumanas que han sobrevivido. La población de la Ciudad se enfrento a verdaderos desafíos: desigualdad, escasez, y el fantasma del conflicto interno. Pero las grandes tradiciones de la Edad de Oro continúan, y muchas clases de sufrimiento e injusticia han sido erradicadas para siempre.

¿Cuándo comenzó la Edad de la Ciudad? Quizá cuando la mayoría de los supervivientes del mundo decidieron vivir bajo el Viajero, en vez de en la barbarie. La Ciudad no se erigió sin luchar: hubo caudillos y feudos que intentaron aferrarse al poder; la hambruna, las enfermedades y la anarquía eran amenazas constantes. Pero los descendientes de la Edad de Oro mantuvieron la llama viva durante el ascenso a la civilización.

Pero conforme la Ciudad fue aprendiendo a caminar de nuevo, se encontró con un mundo infestado de alienígenas. Así nacieron los Guardianes, guerreros forjados por la Luz del Viajero. La última esperanza de un universo que se sume en la Oscuridad. Escogido de entre los muertos por los Espectros del Viajero.Se enfrentaba al desastre y la derrota. Incluso en años recientes, con el retorno de las expediciones a la Luna y otros planetas cercanos, el territorio de la Ciudad ha menguado, abandonando las secciones externas y convirtiéndolas en fortificaciones como lección aprendida en la Batalla de la Grieta del Crepúsculo, cuando los Titanes levantaron la primera muralla. O en los Seis Frentes, donde la Ciudad se enfrentó por primera vez a un ataque coordinado y lo repelió contundentemente.

Ahora las fundiciones y las constructoras navales de la Ciudad bullen de actividad. Los hornos de probabilidad y las cooperativas de trabajo empiezan a producir nuevas maravillas. La Oscuridad se cierne de nuevo. Pero la Luz crece también.

El total de sufrimiento puede que exceda nuestra compresión. Pero la Ciudad se erigió de entre las cenizas, reuniendo a los supervivientes. Los Guardianes se levantaron para desafiar las hordas de alienígenas. La Edad Oscura engulló gran parte de nuestra historia... pero no perdimos la esperanza.

El Viajero despertó la Edad de Oro. Pero nosotros la construimos. Lo recordamos con orgullo, incluso después de todo lo que hemos perdido. Ocupamos nuestro sistema solar y lo llenamos con nuestra labor. Y lo volveremos a hacer . . . Tras una era en retirada y lucha desesperada, pelearemos por recuperar nuestro sistema solar y reclamar un nuevo futuro.