(UA) 2D, Murdoc, Noodle y Russel son todos desconocidos los unos de los otros. 2D es un ladrón callejero, Murdoc un borracho empedernido. Como se conocen, aquí la primera parte.
Accion/aventura, general
Se me vino esto despues de ver piratas del caribe XD nose como que me gustan las aventuras de piratas, aunque deverias leer mas de esas cosas supongo ¬¬U aca dejo lo que se me ocurrio que podri ser un comienzo, pero aun no lo se, no tengo nada definido, si a alguien le gustaria continuar la historia por mi esta bien. n.n
Gorillaz es propiedad de Damon y Jaime. (snif T.T)
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Cuenta los ancianos en los bares que una vez existió una tripulación de piratas. Eran los mas famosos, aunque ya no se recuerde su nombre. Ellos poseían los mas maravillosos tesoros de los mares del Caribe. Y en una isla, cuya ubicación solo la sabían ellos los escondían. Pero una vez, dicen que se les tendió una emboscada otros que los descubrieron o talvez algún motín, pero la versión mas popular y fantástica dicen que habían fantasmas o quien sabe que en esa isla, que pasaron a llamar la Isla Fantasma porque nunca se sabia bien donde estaba por las neblinas que esta provocaba; algo allí mato a los famoso piratas, perdiéndose para siempre los maravillosos tesoros.
La real Marina Inglesa impuso leyes y decretos, y la mayor parte de los piratas quedaron relegados a simples borrachines en bares o con algún oficio de marino. Algunos soñando con aventura y riquezas.
Pero aun se cuenta la leyenda, y solo los mas ancianos dicen, aunque no les crean, que el hijo de uno de estos piratas escapo de la isla Fantasma, y por allí anda, mitad vivo y mitad muerto, con el secreto del tesoro tatuado en la piel.
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Capitulo 1:
Encuentros atropellados. Parte 1.
Salado era el aroma del mar en los puertos de donde se zarpaba. Donde mercancías eran bajadas de los barcos para ser finalmente vendidas. Algún pescado agitándose aun vivo, después de ser sacados de las redes. Hombres robustos y con el mismo olor del mar que se encargaban de que todo continuara con su orden. Las mujeres, algunas sirvientas, otras nobles, yendo a las compras encargadas o a disfrutar de la vista respectivamente. Y niños a los que todo les era ajeno corriendo en la calle. Así era la cotidiana vida de Sea, una ciudad portuaria de gran esplendor.
Siempre se estaba trabajando, ya fuera en los barcos como en la ciudad. Cada sector se veía como tal era su región. La ciudad con calles de piedras, con carrozas, locales organizados y bastante limpio, viviendo allí las personas mas ricas y de nobles linajes, descendientes de los ingleses mas respetados de su país, y con ellos sus sirvientes. Por el contrario la zona portuaria era mas pobre, las calles recubiertas de tierra siempre húmeda, las basura por dondequiera, y gente mas marinera de no demasiada higiene, y de dudoso comercio, y lugares de mala muerte.
Hacia un buen día, con todo el mundo en la calle con sus asuntos. Una mujer de ropas de segunda mano comprando pescado, de la mejor calidad según el vendedor, que caminaba calle abajo, cruzándose con otras doncellas nobles, las que reían con esas vocecitas chillonas sintiendo lastima de los pobres.
Circulaban por la calle, pasando frente a la puerta de un bar, adentro bastante oscuro, con los fuertes olores del alcohol. Algunos hombres tirados el en el suelo perdidos de borrachos, todos desaliñados y mugrientos, que incluso las moscas se posaban sobre ellos.
Pero nos interesa uno en especial. Uno casi tan sucio o mas que los otros. Apoyaba la espalda contra la pared también durmiendo. Con una camisa gris, que algunas vez fue blanca, un chaleco negro, y un saco grande gris como el polvo. Pantalones marrones manchados, y rotos en las puntas de las piernas, aunque no se notaba por las botas altas que usaba. Murmuraba maldiciones y demás cosas. Dormía placidamente mientras un sujeto gordo con delantal se aproximaba a el.
-Oye preciosa... te gustaría conocer mi barco...-murmuro el durmiente con una sonrisa. Una sacudida le hizo abrir los ojos y vio el feo rostro gordo y rojizo del tabernero.-WA! Tu no eres la preciosa...!
-Y tu no eres el príncipe azul. Ahora lárgate de mi local antes de que muela a patadas!.-dijo el dueño del bar muy enojado, ya que el lugar parecía atacado por un toro rabioso.
-Óyeme! No me hables así estúpido! Yo soy el que mas bebe aquí!
-Si y el único que no me a pagado!
-Eso quieres pues aquí tienes tu jodido dinero!.-y se reviso los bolsillos hasta el fondo, dándose cuenta de que estaba totalmente vacíos.-Espérame un segundo...- dijo consternado, y dio vuelta el bolsillo hacia fuera, descubriendo que tenia un agujero.-Uh... me puedes fiar?
Fue lanzado a la calle cayendo de cara a un charco. Se sentó con pesadez secándose la cara con una manga.-Y no vuelvas!.-le grito el gordo que lo lanzo.-Tenia un sombrero!- y por la puerta le tiraron un tricornio pisoteado.
Lo tomo y le sacudió un poco el polvo y las huellas de zapatos. Se lo puso, lo cual que se veía gracioso con el mamarracho sombrero. Perezosamente se puso de pie, tambaleándose para los costados. Su garganta pastosa e irritable, y la cabeza victima de las acostumbradas resacas de hace años.-Como si quisiera volver! Yo voy a ser famoso! Tendré mi propio barco y seré el capitán mas conocido de todos! Tanto que hasta los bebes sabrán mi nombre! (Miko: esto me suena familiar o.o ustedes no?)
-Oh Murdoc Nicals, cuando vas a aprender?-dijo una voz cansada.
El mencionado se dio vuelta buscando al dueño de la voz. Era un hombre anciano de calva incipiente y una barba blanca, un camisa blanca con chaleco y pantalones marrones. Fumando tranquilo su pipa sentado en una silla de madera enfrente de su casa.-Cállate Viejo.-contesto Murdoc al anciano que siempre llamaba Viejo. Era uno de los pocos amigos que tenia.
-Jeje, es gracioso cuando hablas de esa forma de tus sueños.-sonrió de forma paternal, Murdoc tenia 39 años pero si que tenia voluntad cuando quería hacer algo, no como la mayoría de las personas de similar edad, que solo se conforman con lo que el mundo les da. Le agradaba que tuviera esperanzas.
-No son sueños Viejo, porque eso va ser realidad.-decía a la vez que se quitaban tierra de la ropa y alguna cosa mas del suelo.
-Pues igual te deseo buena suerte ya sabes que si una vez necesitas algo, excepto dinero, cuantas conmigo.-el Viejo le tenia estima a pesar de que Murdoc fuera tan intratable.
-No necesito suerte ni ayuda Viejo, yo puedo solo.-grito ya desde la esquina ya marchándose a buscar algo que hacer para tener dinero para mas bebida.
-Quien sabe, por ahí la suerte te cae del cielo!-y con ese comentario el anciano se rió con mucha gracia mientras veía la lejana figura del hombre que hacia años que no se bañaba decentemente.
Mientras tanto...
En otra parte de la misma ciudad, en el umbral de un burdel un marinero rubio y hosco salía de mal humor y con ganas, porque había tratado de levantarse a una mujer pero se termino metiendo en una pelea con otro sujeto. Lo echaron antes de que armara un escándalo. Por ley estaba prohibidos los burdeles, pero como es siempre en la historia de la humanidad, los abrían ilegalmente en zonas clandestinas haciéndolos pasar por otros locales.
El rubio seguía enojado cuando una suave voz lo llamo. Una mujer con la mitad de la cara cubierta, escondiendo sus ojos con una capucha marron. Una camiseta de manga larga y anchas y un chaleco cerrado. Pantalones sostenidos con una soga solamente y que llegaban hasta las rodillas, los bordes atados con pañuelos y una botas.
Después de un pequeño dialogo, los dos fueron hasta un callejón solitario. La mujer con la capucha, anexada a una capa marrón, encaro al rubio.-Que quieres ahora?-pregunto molesto que ya tenia ganas (diossss -.-U pero así es por vergüenza que me de, soy tan inocente ú.u)
-Solo quería decir...-trago un poco de saliva.-que cobro por adelantado, sino nada.-gotas de sudor recorrían su sienes, ya dudando de su plan.
-Si pues...-y sin darle tiempo la agarro de los hombros acorralándola contra la pared.-... veremos después de que termine encanto.-dijo y trato de besarla. Ella soltó un pequeño chillido y puso sus manos en la boca para evitar el horrible beso.
-Euh!... apestas! Suéltame!
-Vamos encanto que te va a gustar.
-No! no me va a gustar nada!
El rubio empezó a besarle el cuello, a lo que la mujer hizo una arcada. De pronto sintió una mano meterse en su camisa. El rubio toco un seno, pero se detuvo de inmediato y miro con mucha sorpresa a la mujer.-Degenerado!!!!-grito y sin mas le dio una patada en la zona que mas les duele a los hombres. Se tomo su entrepierna y cayo de rodillas. La supuesta mujer tomo lo primero que encontró en el suelo, una tabla algo podrida, y la partió en la cabeza del marinero. Se desplomo inconsciente en el suelo con la boca abierta.
Se apoyo contra la pared suspirando, al segundo se sacudió frenéticamente.-Asco! Asco! Asco! Asco! ASCO!!!... Nunca volveré a hacer esto! nunca!
Se metió la mano en la camisa y se saco la otra naranja que se había puesto para asemejar pechos, la otra aun seguía en la mano del tipo inconsciente en el piso babeando. La tiro lejos y corrió su capucha para atrás. Tenia un cabello azul alborotado y ojos totalmente negros con gruesas cejas.
En realidad se trataba de un chico de unos 25 años, pero con un cuerpo tan delgado que a veces llegaban a confundirlo con una mujer. Se agacho junto al cuerpo del otro tipo, revisando sus bolsillos.-Disculpa, pero lo necesito mas que tu.-sonrió un poquito cuando encontró el dinero.
Su plan original había sido que primero le diera el dinero y darse a la fuga, no pensó que llegaría a pasar lo que sucedió, por un momento casi creyó que lo iban a violar. Le daba escalofríos cada vez que pensaba eso.
Ya despojando al marinero de todas sus posesiones de valor, se puso de vuelta su capucha y salió a la calle. Trato de parecer tranquilo, como si nada hubiera pasado. Camino un buen trecho, pasando por al lado de la gente que apenas si le daba un vistazo, y mejor así.
Al fin después de dos días de pasar hambre en la calle pudo probar bocado. Compro un poco de pan y fruta. Lo suficiente para sentirse satisfecho.
En ese momento caminaba por las calles como todos los demás, feliz de la vida. Pasando junto a un grupo de tipos arrojados en el piso como si tal cosa, ni siquiera los había visto. Pensaba en la inmortalidad del cangrejo cuando lo llamaron.-HEY TU!
Se detuvo en seco, lo que fue un grave error. Miro la cabeza al costado encontrándose con los tipos, los dos que estaban en el suelo levantándose.-Ya sabia yo, solo un tarado se para cuando uno llama.-dijo el de pelo negro largo y un pañuelo rojo en la cabeza.
No recordaba haberlo visto, pero un sexto sentido, para compensar la poca inteligencia que tenia, le decía a gritos que debía salir corriendo al instante. Ese sexto sentido le había salvado la vida muchas veces, ya que para la profesión de ladrón era necesario ser inteligente y perspicaz para que no te atrapen. Justo como en un caso así.
-Pero miren esto, el dos desgracias, hacia tiempo que no nos veíamos...
-Uh... supongo...-contesto sonriendo, retrocedió un paso, pero tropezó con uno de los compañeros del pelinegro, que tenia los brazos cruzados y una sonrisa nada agradable.
-Karl, por si quieres saber. Hace, digamos unos meses, me vendiste una pieza importante, de valor. Recuerdas 2D?.-hacia círculos en el aire con su dedo índice, con aire nostálgico.
-Si...-dos desgracias, para abreviar le decían 2D, intentaba acordarse. Su memoria no era muy fuerte que digamos.
-Que bien.-Le puso un brazo al hombro y lo atrajo mas así si, hablándole en un tono mas cómplice y simpático.-Me la vendiste a precio de oferta, muy económico, creí que solo un idiota la vendería tan barata, pero yo no creo que seas idiota 2D.
-No...-y haciendo un esfuerzo se acordó.-... Oh si! esa vez, si.-sonrió mas nervioso.
-Bien, lo que ocurrió fue que nos agarraron con ella, nos metieron en prisión dos meses, bajo el cargo de robarle a una figura importante del consulado. La pieza valía, por lo menos diez veces mas de la que nos vendiste.
El peliazul trago saliva. El nunca pensaba cuando robaba las cosas, solo tomaba lo que le parecía bonito.-Oh... lo siento?
-Oh y vaya que lo sientes... y queremos que nos retribuyas los daños por ello. No soy cruel ni nada, así que simplemente nos pagas el precio real del articulo y te dejamos ir solo con una pierna o brazo rotos. Te parece?
-A...- el ladrón miro a los otros dos, que ya estaban haciendo crujir los tendones de sus puños.-Preferiría que sin la ultima parte.
-Puede ser, pero el precio será mas alto.
Karl arrastro a 2d a un callejón, con sus compañeros siguiéndoles los talones. Con pesar vio la luz del sol desaparecer detrás de los fríos muros de las casas. Le empuyaron unos pasos hacia delante, y le ordenaron que se diera vuelta a verlo.-Vacía tus bolsillos.
-Pero si no tengo bolsillos.-replico sin entender el peliazul.
-Mira, solo es una expresión. Quiero decir que nos des todo lo que tienes, todo lo de valor.
Se quedo parado unos segundos y obedeció, esos tipos no eran de jugar. Lo único que tenia era una bolsita con monedas, cortesía del marinero cachondo, y unos cuantos anillos de oro con piedras preciosas, de parte de las damiselas que se sonrojaban al trabar un pequeña charla con ellos.-Es todo lo que tengo.
-Si claro, después de lo de la prisión no voy a subestimarte, de seguro tienes mas.-empezaron a acercarse.
-No, lo juro. Yo... yo no sabia que tan importante aquella pieza! De verdad!-a cada paso que daban 2D retrocedía, ahora si que estaba en problemas.
-Regístrenlo y después lo de siempre.-ordeno Karl.
No le gusto eso de "lo de siempre". Miro para todas partes, pero la única salida era por la que habían entrado. No... le quedaba otra.-Eh ah... que es eso?!-grito apuntando detrás de ellos, que eran tan brutos que voltearon la cabeza a ver. El ladrón tomo la oportunidad, sacando impulso de alguna parte, y fue directo a la puerta trasera del edificio de la izquierda, rogando a dios que estuviera abierta.
Lo estaba.
Cerca de allí...
Un pelinegro con tricornio, de nombre Murdoc, volvía a salir echado del bar que momentos antes había alcanzado a beber dos vasos al menos, lo reconocieron y lo rajaron. Ya se estaba convirtiendo en costumbre esto.
-Idiotas. A mi que me importa.-murmuro para si.
Dio unos pasos tratando de irse con dignidad, pero sintió el contacto de algo blando bajo su bota. Al revisar con disgusto descubrió el regalo de algún perro vagabundo. Maldijo mentalmente su gran suerte.
Desde chico su padre le enseño que el mundo no era cosa fácil, que debía ser fuerte. Ese fue el mejor consejo que le dio antes de morir en el mar. Pronto lo supo a carne viva cuando empezó a trabajar a los ocho años de edad. Y ni hablar de su hermano Hannibal, ese se había ido en el primer barco al otro lado del continente y quien sabe que fue de el.(como que le tengo estima al hermano de Murdoc no? n-n)
Pero lo que le apasionaba era el mar. A los doce trabajo de ayudante en uno, obviamente le dieron pésimo trato y explotación, pero la vida en el mar era extraordinaria. Tanta libertad, ir a donde uno lo desee sin ataduras.
Decidió que tendría eso. Pero el mundo siempre encuentra la manera de aplastarte contra el suelo. No tenia nada de dinero, solo lo suficiente para comer dos veces al día. Y a cada día su sueño se hacia mas lejano.
El alcohol le ayudaba a olvidar eso por lo menos unas horas. Pero claro, esa tampoco era la solución. Era un hombre inteligente pero su mayor defecto era el orgullo, no le gustaba que lo mandaran, eso le costo muchos empleos remunerativos.
Y así es como termino en la calle vagando y pisando excrementos de perro. Gruño al pensar en que se pasaría toda la vida tirado en la calle como al vago que ahora estaba viendo.
Aunque el no sabia que el destino le guardaba sorpresas, una estaba por llegar.
Se quito con un pedazo de madera la maloliente cosa aplastada en la bota, y tiro con bronca el pedazo.-Maldita sea mi suerte, no podría ser peor...
-Auch!... quien fue el idiota que tiro esto!
-Tenia que hablar.-Murdoc se volteo a ver a los policías que estaba detrás, a donde justo arrojo el pedazo de madera con heces caninas.
-TU!-le señalo enojado el tipo corpulento, con parte de la mejilla manchada.
-No sabia que estaba allí, Señor.-dijo escupiendo la ultima palabra. Evidentemente ninguno en esa zona apreciaba a los supuestos representantes de la justicia.
-No es tu día de suerte amigo.-y ya iban por el, a encerrarlo en una de las sucias celdas que tenían en su edificio.
-No soy tu amigo y algo mas...-dijo Murdoc, y tomo unas botellas vacías que habían dejado unos borrachines, y las arrojo contra los polis. Eran tres tipos grandotes pero aun así cayeron al suelo ensuciándose con el barro. Sin esperar el pelinegro salió corriendo de la escena.
Corrió por la calle, con la gente mirándolo con curiosidad. Los guardias le seguían los talones. Mierda se decía a si mismo. Vislumbro a un grupo de mujeres con paraguas, se le ocurrió pasar por en medio de ellas y despistar a sus perseguidores. Se oculto en un callejón y los observo pasar de largo, se separaron en la esquina en diferentes direcciones.
A su vez que esto pasaba, nuestro otro protagonista de pelo azul, con sus propios perseguidores, se encontraba saltando los techos e las casas. La puerta lo había llevado a una casa de diversión, para adultos. Sin pensar tomo las escaleras, se metió a un cuarto y cerro la puerta. Esta estaba ocupado por una mujer y un tipo en la cama, 2D no les dio a tensión intentando encontrar una salida. La puerta fue golpeada, estaba trabada con una silla, gracias a eso tuvo tiempo para escurrirse por una ventana que tenia un pequeño balcón. Cuando Karl y sus tipos ingresaron 2D ya se había subido al techo del local.
Los techos estaban hechos de materiales no muy fuertes, como madera o bronce, pero 2D no pesaba menos que un hombre de su edad, y por tener piernas largas logro alcanzar otros techos. Pero para su desgracias sus perseguidores no lo dejarían ir tan fácil, y ellos también se lanzaron a la carrera.
2D no veía la forma de bajar y llegar al piso, allí estaba demasiado expuesto, y ya estaban sacando sus armas. Llego a una parte de donde ya no se podía seguir. Un gran agujero se habría, y el tejado que seguía estaba demasiado lejos para llegar. Los tres hombres lo obligaron a retroceder hasta la punta.-Vamos, no queremos que esto se ponga violento.
-De verdad?- pregunto ingenuo el ladrón, sin pensar que lo estaban engañando.
-Si, iremos a un lugar bajo y hablaremos tranquilamente.
2D ya empezaba a dar el paso, pero hoyo un ligero clic. De no ser que tenia rápidos reflejos, una bala hubiera atravesado su cabeza. Pudo oír el ruido que hace el aire a ser cortado por un objeto pequeño y veloz, sentir una pequeña corriente darle el frente de la cara. Todo eso duro para el mas que segundos, con tal lentitud. Sin salir de su asombro, un pequeño shock, su cuerpo, que había retrocedido para eludir la muerte, ahora caía al vació, hacia lo que fuera que estuviera debajo en el suelo.
Murdoc salía de su escondite y se aseguraba de que los guardias ya no estuvieran a la vista. Suspiro con molestia.-Hn... que a suerte me cae del cielo... si claro.
Gruño. Y oyó un disparo. Movió su cuello a la dirección del origen. No vio demasiado, solo una sombra que crecía y que iba hacia el.
2D había caído encima del pelinegro llamado Murdoc. Ambos terminaron atontados y adoloridos, levantando mucho polvo. Unos minutos de silencio transcurrieron, y el ladrón incorporo la mitad del cuerpo.-Estoy muerto...?
-No... pero pronto lo estarás! Quítate de encima!
El peliazul miro para abajo, estaba sentado en el estomago de Murdoc. Con boba expresión dijo lo primero que se le ocurrió.-...Uh... me llamo 2D mucho gusto.
-QUE MIERDA ME IMPORTA ESO!!! BAJATE DE MI TARADO!!!
Murdoc empujo de encima a chico, el que soltó una pequeña queja a ser tirado bruscamente.-Ouh lo siento, no sabia que estabas abajo.
-Y que esperas si saltas de los techos así?! si queres matarte hace por un acantilado!- Murdoc se sostenía el abdomen que soltaba rayitos de dolor.
-Perdón.-decía de verdad lamentándolo.
-Que dejes de decir perdón! O voy a romperte la cara.-advirtió poniéndose de pie.
-Lo lamento?
-Ahora si te jodiste!- Murdoc, muy enojado, garro del cuello de la vestimenta de 2D, ya a punto de golpearlo.
-Creo que hoy es mi día de suerte.-dijo la gruesa voz del guardia.
-Oh mierda...-dijeron 2D y Murdoc a la vez.
