Disclaimer: "Es lo que tu haces" es la traducción de "It's what you do" de Ridley C. James. Pueden encontrar la historia original en el link s/2822790/1/It-s-What-You-Do
Todo lo que puedan reconocer de es de Warner y lo demás de ella. Ridley y Tidia, han creado todo un Universo Alternativo de Supernatural, que ha sido prestado por muchísimos otros autores para escribir sus propias historias de la Hermandad o de algunas escenas que se mencionan en sus fics. Quizá al escuchar universo alternativo, se van a desanimar, pero denle una oportunidad, básicamente es lo mismo, pero los muchachos no están tan solos. La única diferencia es que en vez de ser cazadores independientes, todos los cazadores son miembros de una organización llamada La Hermandad, que está dirigida por tres hombres. El Guardián, El Académico y El Caballero. Por casualidades de la vida, John se ve involucrado con ellos cuando recién está aprendiendo que existen todas las cosas en la oscuridad. Ridley y Tidia tienen más de treinta historias (incluso tienen su propia página de internet en que se han tomado la molestia de ordenarlas cronológicamente y buscarnos fotos y descripciones para todos los personajes. Les dejo el link .
Amablemente me han autorizado a traducir todas las historias que quiera. Espero que les guste esta historia. Como les he contado hay de todas las épocas y edades. Disfrútenlo. Es la primera que traduzco de más de un capitulo. Sam tiene siete y Dean doce.
Sam solo está haciendo su trabajo, pero Dean es el que tiene que pagar por él…
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"Es lo que tú haces"
Ridley C. James
Todo comenzó con el simple hecho de que Sam no quería tomarle la mano a Dean.
¿Se preguntaran cuán difícil podría ser lograr que un pequeño de siete años, haga esa simple acción?
Bueno, bastante difícil si ese niño es un Winchester, más inteligente que la mayoría de su edad y una verdadera molestia para terminar.
Tampoco ayudaba que dicho niño estuviese saliendo de un complicado caso de faringitis y estuviese más mañoso que de costumbre y tampoco el hecho de que su hermano mayor le hubiese cumplido cada capricho al pequeño gimoteo durante la semana anterior en la que había estado enfermo.
Desafortunadamente, recuperar el control, no era tan fácil como parecía.
"¡Dame tu mano, Tammy!" gruño Dean Winchester, sonando todo lo amenazador que cualquier niño de doce años puede parecer "No puedes cruzar la calle solo"
"¡Estoy muy grande para andar de tu mano, Dean!" dijo Sam desafiante, manteniendo sus dos brazos tras la espalda y bailoteando fuera lejos del alcance de su hermano.
Dean intentó agarrar a Sam, pero fallo "¿Quién dice?"
"Yo digo" dijo Sam inflando el pecho y agregó "Estoy en primer grado, lo sabes"
"Bueno. Yo estoy a cargo. Lo sabes. Y si quiero sostener tu mano para cruzar cuando tengas diecisiete, tendrás que aprender a vivir con eso"
"Yo voy a ser más alto que tu entonces" le indicó Sam, mirando hacia arriba a su mucho más alto hermano "Papi dice que voy a ser el más alto"
Dean rodo sus ojos y suspiró "Quizá papá no sabe todo"
El niño más pequeño frunció el ceño "Si sabe"
"Es verdad y él dijo que tenías que tomar mi mano cuando atravesáramos la calle" ¡ha! ¿Qué tal?
"Pero papi no está aquí" Sam lo miró con sus solemnes, pozos líquidos de completa inocencia.
Maldición. Nunca era fácil "Ya y yo soy el jefe cuando él no está"
Sam se encogió con un flacucho hombro "Tú no eres mi jefe"
"Siento decírtelo así, niño, pero soy tu hermano mayor. Siempre seré tu jefe. Esa es la regla"
"¿La regla de quién?" Sam todavía seguía esquivando a su hermano en la vereda, saltando de un pie al otro, adelante y hacia atrás.
Dean apretó su mandíbula e intento recordar que quería con toda el alma al pequeño monstruo que se encontraba frente a él "Mi regla. Yo la hice y tú tienes que seguirla"
"¿Por qué tú haces las reglas?"
"Es lo que hago" Dean intento una vez más agarrar a su hermano y Sam lo esquivó una vez más "Ese es mi trabajo"
"¿Y cuál es mi trabajo?" Sam dejó de moverse y levantó la mirada a su hermano "También debería tener un trabajo"
"Oh, hermanito. Tú tienes un trabajo" Dean finalmente consiguió agarrarlo "Es volverme jodidamente loco" bufó, tratando de sacar el brazo de Sam de atrás de su espalda. El niño de doce años tuvo que utilizar sus dos manos para separar cada pequeño y pegajoso dedo que el otro tenía enganchado entre sí.
"Sam" advirtió cuando vio a su hermano levantar su pie en el arco perfecto para darle una buena patada en las canillas "Te juro que si me pateas, voy a arrastrar tu triste trasero de regreso a la biblioteca y le diré a papá que corriste directo al tráfico. Él te va a obligar a usar una correa"
"Sam dejó caer su pie nuevamente al suelo "Tu dijiste una mala palabra"
"Voy a decir un montón más si no dejas de ser un mocoso"
"No soy un mocoso"
"Hoy si lo eres" Dean envió un rápido y ligero agradecimiento a quien estuviese ahí arriba que Sam no fuese en general tan difícil.
"Bueno. Tu eres un abusador y la señora Jones dice que los abusadores reciben su castigo"
Dean resoplo burlón "Pero la señora Jones no está aquí"
"No me agradas" Sam tiró tratando de liberarse del agarre de su hermano.
"No hay problema, Sammy" Dean apretó su agarre de la pequeña mano, lo suficiente para que Sam supiera que no estaba jugando, pero no para causar verdadero daño "Tampoco me agradas mucho en este momento"
"Quiero volver con papi" aulló Sam mientras iban cruzando la calle.
Esa sería la primera vez. Dean lo ignoró.
"¡Quiero a papi!" los gritos de Sam, esta vez hicieron que varias personas se voltearan a verlos "No quiero estar contigo"
"¡Papá nos dijo que comiéramos algo, Sam!" le respondió Dean enojado, ahora prácticamente arrastrando a su hermano pequeño, tras el. No podía negar que dolía. Sam nunca escogía a su padre sobre Dean "No me interesa lo que quieras. Vas a venir a la cafetería conmigo"
Dean ignoró las miradas curiosas que estaban recibiendo de los demás peatones y finalmente logró terminar de cruzar la calle con su hermano pequeño y entrar a la cafetería "Siéntate" le ordeno y metió a Sam en la butaca más alejada de la puerta y luego se sentó él.
Dejó que Sam tirara su mano para liberarla y observó como el niño de siete años se cruzaba de brazos y hacia pucheros "Espero que tu cara se congele de esa manera" Dean suspiró, agarró un menú y lo abrió frente a ellos.
Por el rabillo del ojo vio como una gorda lagrima caía en la mesa y luego otra. Gruño frustrado. No otra vez. No era como si Sam fuese siempre un mocoso. De hecho, Sammy, casi siempre era muy bueno.
Dean sabía que la pataleta se podía culpar mayormente al hecho de que el pequeño no había estado durmiendo bien desde su resfrío y que el asunto de viajar 600 millas en los últimos dos días tampoco había ayudado "Puedes pedir un milkshake de postre, si quieres"
Una sacudida de cabeza fue su única respuesta "Como quieras, pero tiene de mantequilla de maní. Tu favorito"
Sam pareció animarse un poco con eso "¿Tengo que comerme primero los vegetales?"
Generalmente ese era el trato. Al menos cuando estaban comiendo en algún lugar donde tuviesen vegetales. La mayor parte del tiempo, papas fritas o cualquier cosa fea eran la comida obligada a ser comida antes del postre. Pero hoy, Dean estaba cansado y estaba listo para hacer una tregua "No hoy, niño"
"Qué bueno. Todavía me duele la garganta"
"Todo el griterío no ayudo con eso" le indicó Dean y Sam pareció algo arrepentido.
"Perdón" murmuró.
Finalmente la mesera llegó a pedirles su orden. Dean se sorprendió cuando Sam accedió a comer un hot dog junto con su milkshake y él ordenó suficientes papas fritas para los dos, por si acaso.
Una vez que la mesera se retiró, Dean escaneo los alrededores, fijándose en las caras y el lenguaje corporal. Era un hábito arraigado que su padre había taladrado en su cabeza. Sabe qué y quien está cerca de ti todo el tiempo. Sus ojos se detuvieron en las dos puertas, no lejos de su butaca y le dio un golpecito a Sam en el brazo con su codo "Vamos, Sammy. Vamos al baño"
"Pero no tengo que ir"
"Bueno, yo si"
"¿Y?"
Dean contó en silencio hasta cinco "Al menos ven a lavar tus manos"
Sam levantó sus manos para enseñárselas "No están sucias".
Dean rodó sus ojos y se pregunto si la horrible enfermedad que había sufrido Sam la semana pasada no había sido alguna rara posesión demoniaca. Se mordió la lengua para evitar decir 'Cristo'.
"Bien, niño germen" en cualquier otro día, Sam no hubiese querido separarse de él ni siquiera por un momento. Había ocasiones en que Dean no podía ir al baño, sin la barracuda conocida cariñosamente como Sam pegada a su cadera.
Sam se encogió de hombros "Me gustan los gérmenes"
Dean suspiró y saco de su bolsillo trasero, el comic que había traído para Sam "Siéntate aquí y lee esto" le entrego el enrollado comic del hombre araña a su hermano y lo apunto con un dedo "No te muevas de este asiento"
Sam tomó el comic y asintió "Ok, Dean"
Dean realmente debió haberse dado cuenta.
Después de todo. No importaba qué dijera o sugiriera a su hermano, los últimos dos días, Sam había hecho exactamente lo opuesto. Por supuesto que nunca esperó que su hermano fuese tan osado como para desobedecer una orden directa o romper una regla que estaba escrita en piedra por el poderoso John Winchester. Le había metido en la cabeza de ambos que no podían ir a ninguna parte solos.
Desafortunadamente, los antibióticos y las otras drogas que Sam había estado tomando la semana pasada, no solo exterminaron la faringitis, sino también la memoria de Sam, porque cuando Dean salió del baño de varones, a solo 3 metros de la mesa donde había dejado a su hermano, Sam no se veía por ningún lado.
"¿Sam?" Dean camino rápidamente a la butaca, revisando bajo la mesa para asegurarse que su hermano no estaba escondiéndose.
El comic del hombre araña estaba en el suelo, como si hubiese sido tirado y Dean lo recogió. En su mente pasaron todos los terribles escenarios de lo que podría haber sucedido "¿Sammy?" llamó más alto. Sus ojos buscando en la concurrida cafetería.
Mayormente parejas mayores y hombres de negocios que se amontonaban en las butacas y en el mesón, pero no había signos de Sammy.
Dean casi dio un salto cuando la mesera tocó su brazo mientras le entregaba sus bebidas "¿Sucede algo malo?" le preguntó la rubia, observando al preadolescente mientras dejaba la coca cola y el milkshake de Sam en la mesa.
"¿No ha visto a mi hermanito?" Dean volteo a verla con una expresión de pánico "¿Pelo castaño, grandes ojos pardos, como de esta altura?" el muchacho levantó su mano como a su cintura.
La mesera dio un vistazo alrededor y miró a Dean "Solo cuando ustedes llegaron y les tome la orden ¿Iría al baño?"
Dean negó con la cabeza "No. Vengo de ahí"
"¿Y en el de mujeres?"
Dean se encogió de hombros. No lo había pensado. Quizá Sam había entrado en el equivocado.
"Voy a revisarlo" la mujer le puso su mano en el hombro brevemente y le sonrió "Estoy segura que no puede estar muy lejos"
Mientras la mesera revisaba el baño, Dean revisaba el pequeño restaurant, buscando bajo las mesas y detrás de las butacas. Había una máquina de discos y una máquina de chicles en la esquina de atrás, pero a Sam no le habían llamado la atención.
"No estaba ahí" le dijo la rubia mesera dejando la bandeja en el mesón "¿Oye, Terry?" llamó y Dean vio como un hombre calvo y con un delantal lleno de grasa sacó su cabeza por la pequeña abertura que comunicaba con la cocina "¿No has visto a un tierno niñito por ahí, verdad?"
Terry se rio con burla y observó a la mujer como si le hubiese crecido una segunda cabeza "¿Doris te parece que tengo una guardería aquí?"
Doris rodó sus ojos "Tenemos muchos clientes"
"No es la primera vez ni será la última" murmuró Terry y volvió a meterse a la cocina.
La mesera le dio un apretón en el brazo a Dean intentando tranquilizarlo "No le hagas caso. Voy a ir a revisar en la cocina yo misma. Vamos a encontrar a tu hermano"
Dean solo asintió, mientras sus ojos recorrían el lugar nuevamente. Había una pareja mayor sentada en la butaca junto a la puerta y se dirigió hacia ellos "¿Perdón?"
"¿Podemos ayudarte, hijo?" le pregunto el hombre canoso, mirando con sospecha a Dean.
"¿Por casualidad no han visto a un niño pequeño salir de la cafetería? Por favor, diga no. Por favor "Tiene pelo castaño claro y estaba usando una camiseta roja, una chaqueta azul y jeans"
"Los vimos a entrar a ustedes dos unos minutos atrás. Es la cosa más linda que he visto" sonrió la mujer como si hubiese sido sorprendida por la escena "pero no creo que nadie haya salido desde entonces".
"Gracias" Dean asintió y se alejo de ellos. Una sensación de alivio lo inundo, gracias al pequeño milagro que aparentemente Sam no había sido suficientemente estúpido para dejar la cafetería solo.
"No está allá tampoco, hijo" le informó Doris a Dean, sin aliento "No sé dónde pueda haber ido"
"¿Está segura?"
"No es muy grande. Lo hubiese visto si estuviese ahí"
Dean paso una mano por su cabello, sintiendo la ansiedad y el miedo cerrarse a su alrededor. Si Sam no había salido y no estaba en la cafetería tampoco, solo dejaba una alternativa. Algo se lo había llevado.
Algo que podía meterse a escondidas y llevarse a un niño pequeño sin que nadie se dé cuenta.
Algo de la oscuridad.
Un espíritu. O un espectro. Oh, Dios. ¿Qué pasa si fue un espectro? ¿Y si le hizo algo a Sammy?
Dean había dejado a su hermanito solo y ahora no estaba. Se había desvanecido.
Las lágrimas le picaban en los ojos y a Dean no le importó que alguien las viera. Nunca había estado tan asustado. Su corazón estaba amenazando con salir bombeando fuera de su pecho y se sentía mareado.
"¿Quieres que llame a la policía, corazón? "NO. Voy a buscar a mi papa. Está al otro lado de la calle" me va a matar, pero si me ayuda a encontrar a Sam primero, puedo vivir con eso
"Voy a estar atenta a si aparece"
Dean asintió "Su nombre es Sam. Por favor, si lo ve, manténgalo aquí. Dígale que Dean dijo que no se mueva" el preadolescente camino hacia la puerta, pero se volteó "Christopher Robín" le dijo bajito.
"¿Perdón?" la mujer frunció el ceño confundida "Creí que dijiste que se llamaba Sam"
"Es nuestra palabra clave de la semana. Le va a hacer casi si se la dice. Solo dígale y él sabrá que está seguro" por favor, por favor, que esté a salvo.
Doris asintió, retorciendo una servilleta entre sus manos y a punto de llorar "¿Estás segura de que no debería llamar a la policía, cielo? La gente está muy loca en estos días".
Dean sabía lo que ella estaba pensando. Los depredadores se llevaban a los niños todo el tiempo. No era muy joven para saber lo que le sucedía a inocentes, niñitos y niñitas cuando caían en las manos de monstruos humanos. Las personas eran más locas que las criaturas sobrenaturales que habían crecido conociendo.
Pero Sam hubiese peleado si hubiese sido un humano. Nunca se habría ido con alguien que no supiese la palabra clave. Sam lo sabía desde que tenía dos años.
"Mi papá sabrá que hacer. Lo traeré inmediatamente" Y que Dios ayude a quien sea o lo que sea que se haya llevado a mi hermano.
Doris observó como el larguirucho muchacho dejaba el restaurant y rezó para que todo fuera un gran malentendido. Después de todo, era martes y nada emocionante pasaba nunca en martes.
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