Hola, este es mi primer historia. Espero sea de su agrado, cualquier critica constructiva es bienvenida. esta historia no tiene mas propósito que entretener y aprender, los personajes no me pertenecer son de Disney y Dreamworks respectivamente, lo único que he hecho es hacer una historia mezclada con mis personajes preferidos, con fines de entretenimiento. Así que empecemos subiré mas capítulos dependiendo de la aceptación de la historia. Gracias por darle una oportunidad y tomarte tu tiempo para leerlo.
Capitulo 1: Destino
Algo que ha quedado claro a lo largo de la historia, es que las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida afectarán nuestro futuro de una manera drástica. Esto es algo que yo sabia perfectamente, cuando acepte ser un Guardián había adquirido una gran responsabilidad con los niños del mundo, esto abarcaba desde protegerlos, cuidarlos y el ser un ejemplo a seguir. Valla que esto último me estaba costando más de la cuenta, por 300 años obtuve una reputación no tan buena que digamos, básicamente siempre hacia mi voluntad sin que me importaran las consecuencias que ocurrieran o a quien afectaran, y ahora mi tarea principal era aprender a controlarme.
Justo después de mi ceremonia de bienvenida, Norte se había dado a la tarea de darme una tipo de inducción al puesto, durante varias sesiones de pláticas motivacionales (como el las llamaba), había enfatizado de una forma muy sencilla como no ser imprudente, rebelde, obstinado, desobediente y sobre todo travieso. Digamos que para ser el Guardián de la diversión, no me daba buena espina el hecho de hacer lo contrario a lo que estaba acostumbrado, según Norte debía ser divertido pero cuidadoso. Yo por mi parte hacia un gran esfuerzo por cambiar, ya que estaba más que fascinado por el hecho de que los niños pudieran verme, pero lo más importante de todo: que creyeran en mí, y si el precio era dejar de lado "ciertos hábitos" por mi estaba bien.
Ya llevaba cerca de dos años viviendo en el polo, Norte me estaba guiando para que llegara a ser el primero en la lista de los niños buenos por tal motivo me dio hospedaje el tiempo necesario, aunque he de aceptar que desde mi punto de vista eso ya lo había logrado desde hace algunos meses, pero Norte insistía en que faltaban aun algunos puntos por completar, pero nunca aclaraba cuales puntos en específico. Yo por mi parte tenía otros planes, por alguna razón en los últimos meses se me había metido en la cabeza la idea de tener algún lugar donde establecerme. Los otros Guardianes tenían su propia base, por así decirlo y para ser sincero yo quería un lugar propio, a pesar de tener el clima adecuado para mí, el polo no me resultaba el lugar óptimo para vivir eternamente y eso podría otorgárselo en parte a mi falta de paciencia hacia los pequeños duendes de Norte ya que en la mayor parte del tiempo con su forma natural de ser torpes/molestos a la larga hacían que un día común me resultara tedioso, sin duda fue todo un triunfo personal no congelar a ni uno solo en todo ese tiempo, pero sabia que mi paciencia tendría un limite.
Una tarde después de haber ayudado a algunos Yetis a decorar algunos juguetes decidí tomar un descanso e ir a visitar a un viejo amigo, tome mi cayado y le pedí al viento me llevara, en mi mente se formaban nuevas formas de diversión que podría utilizar al llegar a casa de Jamie, pero por alguna razón comencé a pensar lo que me estaba preocupando recientemente.
-Sería bueno buscar un lugar donde vivir- Quedé suspendido repentinamente, no se porque lo había dicho en voz alta pero viento pareció interpretarlo como una orden y cambio el curso bruscamente.
-¿A dónde me llevas?- No quise detenerlo, tal vez el sabría de algún lugar perfecto para mí, no por nada viajaba libremente por todo el mundo. Después de un rato empecé a ver una serie de montañas nevadas, la vista era espectacular, conforme más me acercaba me gustaba lo que veía, a lo lejos en la última de las montañas cerca de la cumbre se alcanzaba a visualizar lo que parecía un castillo, parecía completamente imposible, si alguien me lo hubiera contado no lo habría creído, ¡un castillo de hielo!, viento me dejo justo frente a unas escaleras de hielo que servían de puente hacia el castillo, me encontraba fascinado con los detalles: eran maravillosos, camine ansioso hasta llegar a la entrada, el castillo se encontraba algo deteriorado en muchas partes de su construcción sin embargo se veía majestuoso, sin duda recién terminado debió haber sido impresionante.
Varias interrogantes cruzaron en mi enredada cabeza: ¿Quién construiría este castillo?, ¿Con que propósito?, ¿Tocar o no?, Pasar, invadir, tomar el lugar. Valla mi mente había pasado de la duda a la acción, así que pensé en lo más simple y lógico: ¿Alguien vivirá aquí? A simple vista parecía que no, pero había que cerciorarse. Bueno, ante todo modales, toque con todas mis fuerzas sobre la puerta: una, dos, cuatro, seis veces, cada una con una fuerza mayor y la respuesta siempre fue la misma: nada, intente empujar ligeramente la puerta pero no se abrió.
-Bueno viento parecía una buena opción pero tendrá que ser otro…- No termine ya que viento me elevo hasta el balcón principal.
-Valla que si eres persistente, espero que no te equivoques- me acerque a la entrada del balcón lo más precavidamente posible con mi cayado en guardia por si era necesario, aunque en todo caso el intruso era yo, empuje la puerta y esta no presento resistencia, entré lo más silenciosamente que pude y di una mirada rápida a toda la habitación, no había nadie a la vista. Ya más tranquilo comencé una exploración más detallada una vez que termine inspeccione habitación por habitación y al terminar me sentí más tranquilo, no se encontraba ni rastro de que alguien habitara ahí. ¡Sí!, tenía que aceptarlo era perfecto para mí. Era lo que yo buscaba: alejado de todo, amplio para cualquier tipo de diversión y lo mejor de todo: ¡De hielo, mi clima ideal, nunca lo hubiera imaginado mejor!. Entonces realice un segundo vistazo, ahora observando la maravillosa obra de arte que era aquel castillo, cada detalle era hermoso, había varios daños en el castillo, pero tenían remedio, con mi hielo fácilmente podría arreglarlos y adornarlo a mi real antojo. Salí al balcón, la vista me regalaba una puesta de sol impresionante, con esto acabe de confirmar mi decisión. Este sería mi nuevo hogar.
Le pedí a viento que me llevara de regreso al polo, al llegar le diría mi decisión a Norte. Llevábamos algún tramo recorrido cuando mire a lo lejos una ciudad y se me ocurrió una idea:
- Viento llévame a esa ciudad- Al llegar vi un gran puerto productivo, mucha gente llegaba en barco con varias exportaciones, comencé a buscar a mis objetivos: niños, aunque había visto el castillo de hielo vacío, una gran duda seguía en mi cabeza, tal vez alguna información extra sería útil, pero debía ser prudente, la temporada de invierno aun no era esperado en aquella ciudad, así que una gran nevada no ayudaría mucho. Después de dar un rápido recorrido me detuve cerca de una de las plazas principales y localice a una pequeña niña que jugaba con un pequeño perro, era todo un cuadro de felicidad, bien ella será la elegida. Me acerque hacia ella, forme un pequeño copo de nieve y se lo lance a los ojos, la pequeña parpadeo repetidas veces, tallo sus ojos y al abrirlos nuevamente se quedaron como platos en mi dirección. Repitió la acción de tallarse los ojos más de una vez, yo le lance una sonrisa mientras con mi mano hacia un ademan de saludo, enseguida la pequeña dio un gran sonrisa y se lanzó a mis brazos
-Jack Frost, ¡De verdad eres tú!
-Hola pequeña, ¿Cuál es tu nombre?
-Amber
-Hola Amber, ¿Te gustaría jugar?- La pequeña Amber dio saltos alrededor de mí y entonces cree una pequeña nevada a nuestro alrededor, empecé a formar pequeñas bolas de nieve las cuales le lance lo más suave posible, Amber no tenía más de ocho años y recordando lo que Norte me había dicho, no podía hacer cosas como la que le hice a Jamie cuando se le cayó el diente. Después de deslizarnos un rato, nos recostamos a hacer muñecos de nieve y comencé mi investigación.
-¿Qué ciudad es esta?
-La ciudad de Arendelle.
-¿Dónde vives pequeña?
-Cerca del castillo, mi mamá es la panadera del castillo.
-Valla, oye ¿Sabes algo sobre un castillo de hielo?
-El único del que he escuchado está en un cuento: El de la Reina de las Nieves de Arendelle, mamá me lo cuenta seguido y siempre habla de un castillo de hielo.
-Y, ¿Cómo va el cuento?
-Si quieres, puedes venir esta noche, le pediré a mamá que lo cuente, es una excelente cuenta cuentos.
-Excelente entonces iré contigo- Jugué con Amber el resto de la tarde me sentía con una gran ansiedad, sin duda eso de reina de las nieves me había causado mucha curiosidad la verdad es que deseaba escuchar la historia. Cerca del atardecer acompañe a Amber a su casa, me señaló su habitación a lo lejos la cual tenía una ventana hacia la salida, me dirigí hacia ella y me senté en el borde de esta. Después de un rato llego Amber en brazos de su madre ya lista para dormir, la recostó suavemente en su cama y le acaricio el cabello.
-Mamá podrías contarme un cuento.
-Hija es muy tarde.
-Por favor mami.- Amber realizo esa cara de niña buena a la que ningún padre dice no.
-Está bien angelito, ¿Cuál te gustaría?
-¡La Reina de las nieves de Arendelle!
-Se ha vuelto tu favorito últimamente- La mamá de Amber la arropo bien, bajo la luz y se sentó en uno de los sillones cerca de la cama, yo por mi parte me acerque lo más que pude, puse firme mi cayado y me senté arriba de este poniéndome lo más cómodo posible, Amber me miro sonriente mientas su madre comenzaba la historia.
-Hace muchos años, cuando en la bella ciudad de Arendelle aún existían los Trolls y las criaturas más mágicas y hermosas del mundo, sucedió uno de los más grandes milagros conocidos en esta ciudad. Todo comenzó cuando los que eran los reyes de la época habían sido bendecidos con dos bellas hijas. La primera y la futura heredera al trono se llamaba Elsa y la menor se llamaba Anna. Las pequeñas princesas eran queridas y amadas por todos, pero un suceso desafortunado hizo que se cerraran las puertas del castillo, en ese entonces nadie lo sabía pero la princesa Elsa había obtenido un poder especial: con sus propias manos podía crear hielo en todas las formas posibles –cuando la madre de Amber dijo esto último el asombro se apodero de mí que casi hace que caiga de mi cayado, alguien tenía los mismos poderes que yo, esto se ponía excitante para mí a cada momento- pero la futura reina tenía un problema: no podía controlar sus poderes ya que el peor de los sentimientos estaba apoderada de ella: el miedo. –no pude sentirme más frustrado por esto muy seguramente ese endemoniado de Pitch tuvo toda la responsabilidad de eso- sus poderes con el miedo que la poseía era peligroso para todo aquel que estuviera cerca de ella, por tal motivo los reyes decidieron aislarla de todos, inclusive de su propia hermana, la mayor parte de su vida la Reina de Arendelle tuvo la vida más solitaria de todas, sin amigos ni familia cerca de ella. Con el tiempo las cosas fueron empeorando y la cúspide fue cuando los padres de ella murieron. –me sentí frustrado y enojado me imagine a la pobre Elsa solitaria día y noche, si hubiese sabido… habría sido increíble divertirnos juntos- Todo parecía perdido hasta que llego el día de la coronación y se abrieron las puertas, entonces en el baile la reina dejo salir sus poderes frente a todos los invitados, pero todos la consideraron como una hechicera malvada y comenzaron a perseguirla.
-¡No!- grite mientas empezaba a caminar por la habitación fuera de mí, eso era el colmo ¿Cómo podían?, en mi exalto espante a Amber y por consecuencia a su madre, enseguida le hice señas para que se tranquilizara mientras me iba al rincón de la habitación.
-Querida creo que no debo continuar- Le lance una mirada a Amber como suplica para que no interrumpiera la historia, yo por mi parte controlaría mi carácter explosivo, hasta llegar al final de la historia. Amber convenció a su madre y está un poco indecisa continuo la narración.
-La Reina Elsa huyó muy lejos y ahí fue donde por fin conoció lo bello que era liberar su poder haciendo una de las mejores cosas: un castillo de gran belleza que fue su hogar. Con lo que no contaba la Reina es que en su huida había congelado toda la ciudad y cuando su hermana Anna fue a informárselo el miedo se apodero de ella nuevamente y sin quererlo lastimo a su hermana congelándole el corazón, la princesa Anna con ayuda de su futuro esposo y Rey Kristoff pidieron ayuda a los Trolls para descongelarla pero estos le dijeron que solo un acto de amor verdadero la salvaría. Mientras tanto la Reina Elsa era perseguida por el ahora conocido bandido Hans, en aquel tiempo se hizo pasar por un príncipe amable que parecía tener interés en la Reina Anna y en el pueblo de Arendelle pero sus verdaderas intenciones fueron descubiertas a su debido tiempo. Hans capturo a la Reina Elsa a través de manipulaciones, engaños y por un accidente que hizo que la Reina quedara inconsciente, fue encerrada en una celda donde le cubrieron completamente las manos, al despertar no le fue difícil deshacerse del obstáculo, pero cerca de ahí la Reina Anna moría lentamente ya que Hans la dejo congelándose para que muriera, ya que no la amaba como le había hecho creer, si no que buscaba sus propios intereses. Mientras tanto la Reina Elsa logro escapar y formo una gran tormenta. Hans al darse cuenta fue a perseguirle para matarle, una vez mas le engaño diciéndole que Anna había muerto, la Reina Elsa cayo devastada, aprovechando esto Hans intento matarla pero antes de que lo hiciera su hermana Anna logro protegerla, pero al instante quedo hecha una estatua de hielo, la Reina Elsa al verla lloro y al abrazarla por el amor que le tenía logro salvarla y descongelarla ya que esa era una prueba de amor verdadero. Gracias a que descubrió ese poder, la Reina Elsa pudo descongelar el reino, hacerlo provechoso y feliz para todos. Ya que fue gracias al amor que liberaba de sí misma que supo lo que era ser feliz. Se dio cuenta de que lo que sentía en su interior, lo reflejaría al exterior ya que el amor que sentía era lo más poderoso que podría existir y mientras lo tuviera nunca mas tendría miedo.
Amber aplaudió, mientras su madre le daba un beso a su frente. Yo por mi cuenta tenía la mente más enredada que nunca. Tenía miles de dudas, y alguien tenía que aclarármelo, pero ¿Quién?, antes que la mama de Amber saliera pedí que le comunicara algunas dudas por mí.
-Mami y ¿Que paso después?, ¿Qué ocurrió con la Reina Elsa?
-Después de eso... pues, la Reina duro muy poco en el poder ya que en el cumpleaños de la Princesa Anna, la Reina Elsa tuvo un fuerte resfriado que la hizo caer en cama y por desgracia no se recuperó de eso. Así que la ´Princesa Anna ocupo su lugar, se cuenta que la Reina Elsa fue enterrada cerca de sus padres.
-¿De verdad?, ¿Y el castillo de hielo, lo has visto?
-No cariño, nadie conoce la ubicación de tal castillo. Es una leyenda muy famosa, para este tiempo un castillo de hielo en el caso de que existiera probablemente no este de pie, recuerda que era de hielo.
-Pero, mami…
-Ya jovencita, es muy tarde y tú debes dormir.- La mama de Amber salió de la habitación, y yo mire a la pequeña la cual me miraba con una sonrisa.
-Tu mamá tiene razón es hora de poner a Sandy a trabajar, ¡así que a dormir!.
-¿Fue de ayuda para ti, Jack?
-Así es, con tu ayuda, fue más fácil. Ahora debo irme.
-¿Vendrás a visitarme?
-Claro pequeña, lo prometo, ahora descansa.- Acaricie el cabello de la pequeña Amber y salí volando de la habitación. Tenía muchas preguntas, sin duda las investigarla y uniría una por una, hasta descifrar todo. Por alguna razón sentía en mi corazón que mi destino dependía de lo que averiguara sobre Elsa de Arendelle.
