Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son propiedad de Kishimoto. Yo solo los utilizo para escribir sobre ellos sin ánimo de lucro.

Bueno lo primero es decir que aquí estoy con otro fic, el cual llevo escribiendo ya un par de semanas, y preparados tengo dos capítulos más, este es algo lioso por eso me gustaría que lo leyerais con atención, después más abajo explicaré un par de cosas, besos y espero que os guste.

Los enemigos se conocen

Introducción

El mundo sigue su curso, distintas formas de vida lo rodean, la luz y la oscuridad siguen adentrándose en sangrientas batallas. Cada especie había evolucionado a su manera con sus características singulares. Los humanos ajenos a todo vivían tranquilos sin percatarse de los extraños sucesos ocurridos. Una cruel batalla entre vampiros y shinigamis ocurría desde hace siglos, siendo múltiples sus encuentros y atrocidades, masacres de clanes enteros.

El último suceso ocurrió hace exactamente 100 años, el heredero del clan Uzumaki, el más importante y el que gobernaba a los shinigamis o dioses de la muerte, se había enamorado perdidamente de la también heredera del mayor clan vampiros el Kurayami, ahora extinguido pasando el liderazgo al segundo más importante el Uchiha. De la unión del shinigami y la vampiresa nació un lindo pequeño que aún para el asombro de todos era superficialmente un dios pero en un rincón de su alma su mitad oscura se mantenía oculta para ser despertada solo en caso de emergencia, el nombre de aquel fue Uzumaki Naruto.

Tanto los shinigamis como los vampiros vivían entre los humanos, los puros podían cambiar su cuerpo a uno etéreo, volviéndose imperceptible para el ojo humano, por otra parte comían y dormían al igual que cualquier otra persona, sin embargo los vampiros aunque vivieran entro todos, ni comían, ni dormían su único alimento la sangre humana, de la cual se alimentaban todas las noches siendo buscados y cazados por los dioses. El señor de la oscuridad tenía un nombre, con solo pronunciarlo hacía temblar a todos sus vasallos, Uchiha Itachi, el gobernador sangriento más cruel de la historia.

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Un rubio seguía durmiendo a pesar de los insistentes gritos que su compañera le regalaba como todas las mañanas. El capitán Uzumaki se rascó la nuca molesto, estaba harto de su segunda teniente Haruno. Esa chica revoltosa y energética lo volvía loco, tanto estrés lo mataba, pero… era la esperanza de su raza y su misión destruir a todos los clanes de vampiros, esos odiosos seres que se alimentaban a costa de la vida de otros. Se incorporó en el futón y se observó detenidamente, había rasgos que los diferenciaban y uno era en particular las puntiagudas uñas que tenías los seres oscuros, se fijó en ellas, exactamente iguales, como maldecía que por sus venas le recorriera esa deshonrosa sangre, a veces su corazón se paraba y su piel empalidecía pidiendo a gritos su preciado néctar rojizo. Pero lo había detenido, siempre lo había conseguido y pensaba seguir haciéndolo.

Su otro compañero y primer teniente Hyuuga Neji entraba en esos momentos en la penumbrosa habitación, en su mano una bandeja con tostadas y leche calentita despertaba el apetito de cierto taichou que aún no se decidía a vestirse.

-Naruto-san le traigo el desayuno-, comentó un poco nervioso, aquel día había una reunión entre clanes y eso lo aturdía, se planeaba la venganza contra los seres de la noche.

-Gracias Neji-kun, sabemos algo de Hyuuga Hinata?-, formuló el rubio cogiéndole la comida, posándola sobre sus rodillas y empezar a tragar como un animal.

El ojiblanco miró a través de la ventana, recordando a su preciada prima secuestrada, al principio no sabía muy bien de quién sospechar, lo hicieron de una forma simple y tan poco brutal que dudaba que hubiera sido un Uchiha, pero ayer llegó la noticia de que un clan se estaba revelando, el Suna y seguían unos ligeros experimentos con algunos poderosos dioses, en sus manos se encontraba la dulce peliazul.

-Te lo conté todo capitán, solo me queda informarle que por fin averiguamos el nombre del jefe del Clan Suna, un tal Gaara, los que secuestraron a mi prima fueron sus hermanos-, explicó con voz apagada, su corazón se encogía cuando hablaba o pensaba en ella, en su… prometida.

-Tranmpfflo yomf laff encofatrageeff-, intentó decir con la boca llena, expulsando pequeños pedacitos de pan que cayeron directos a la cara del moreno. (traducción: tranquilo yo la encontraré XD)

Neji con asco se limpió la cara y una gotita en su frente apareció, como podía ser que su capitán del primer escuadrón fuera el más fuerte de todos los shinigamis? A primera vista cualquiera lo diría. Se veía tan…, como diría… ingenuo, infantil, una mezcla extraña con su gran poder espiritual. Una pequeña miga que había quedado en la boca del rubio lo sacó de sus cavilaciones, recogiendo una servilleta y acercándola a él se la limpió con cuidado. Naruto se sonrojó un tanto, pero ya estaba algo acostumbrado a las atenciones que el chico le brindaba, aun así le era algo vergonzoso.

La puerta se abrió y una pelirosada entró con su habitual energía, aunque al ver la escena sonrió y les guiñó un ojo socarrona.

-Si molesto me voy, mis queridos superiores-, pronunció con picardía.

Taichou se puso tono tomate maduro y agachó todo tierno la cabeza, se veía tan rico en ese estado…. El Hyuuga se limitó a mantener un gesto inexpresivo y recoger la bandeja con los restos, no soportaba a la segunda teniente, en verdad le crispaba los nervios y la mayoría de las veces optaba por ignorarla como hizo ahora, pasando a su lado como si no estuviera.

Sakura lo observó alejarse y se lanzó a brazos del ojiazul casi dejándolo sin respiración.

-Uzumaki Taichou, levantase, tenemos que ir a trabajar!-, gritaba contenta, tendida completamente sobre él.

-No podré si no te levantas Sakura-chan-, se quejó con una sonrisita, agarrándola por la cintura alzándola y sentándola a un lado.

La pelirosa se sonrojó a sobremanera por el acto de su jefe, mientras la había mantenido en el aire la miraba tan dulcemente que la chica se sentía derretir, coqueta se atusó un poco el pelo y intentó seducir a aquel joven que tanto la atraía.

-Naruto-kun te gusta mi nuevo cor-.

-Teniente sal por favor me quiero vestir-, soltó con tranquilidad abriendo el armario y buscando algo decente que llevar.

-Pero capi-, de nuevo la cortó.

-No me esperes, adelántate y ahora iré yo, de acuerdo?-, pidió sin mirarla, sumido totalmente en sus pensamientos.

La ojiverde asintió y algo decepcionada salió del cuarto. Hace un par de años ese chico por el cual ahora suspiraba estaba enamorado de ella, ahora que lo amaba no le hacía el menor caso, se limitaba a seguir con su dulzura característica pero nada más.

Naruto miró sus ropas, había de todas clases, pegado a un extremo se encontraba su uniforme de capitán y las pálidas prendas que tenía que llevar en el ministerio del más allá. De ahí hasta la mitad había ropa de calle, pantalones vaqueros rasgados y camisetas pasajeras, por último ojeó lo que tenía para el trabajo, agarró unos finos pantalones de pinzas marrones y una camiseta blanca de seda. Se lo colocó despacio, se abrochó los puños y dejó algunos botones abiertos, optando por descubrir algo su cuello. Le obligaban a ir formal pero todo esto para él tenía un cierto punto.

Apresurado porque pasaban de las ocho y media de la mañana bajó las escaleras elevándose en el aire y deslizándose por los escalones sin tocarlos, antes observó que no hubiera nadie. Cuando llegó al final suspiró, le encantaba utilizar sus poderes pero los tenían totalmente prohibidos si no era absolutamente necesario, sería un problema que cualquier humano los viera.

-Te diviertes, Uzumaki taichou?-, preguntó un serio Neji saliendo detrás de él.

Naruto pegó un saltito por el susto y notó como su corazón se aceleraba. Cerró uno ojo y con el otro se volvió a mirarle deseando que no se hubiera enfadado.

-Gomen, teniente-, soltó sorprendido al ver que el chico le sonreía y le colocaba la chaqueta compañera a los pantalones.

-Venga, apresurase, si no Iruka-sensei le volverá a regañar-, le colocó bien el cuello y le dio un suave empujoncito en la espalda para que se decidiera a caminar y dejar de mirarlo como si hubiera cambiado de cara o algo.

-Arigato Neji-kun-.

Salió corriendo ofreciéndole al moreno su última sonrisa, que fue totalmente correspondida.

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Naruto se dirigió al garaje y lo abrió esperando que la puerta se alzara por completo. Solo llevaba cuatro meses con su Ferrari rojo nuevo y cada vez que lo veía se le saltaban las lágrimas de alegría. Pasó rozando todo el chapado y se sentó dentro, pulsó un pequeño botón y el techo quedó descubierto, pues a sus 63 años que en humanos serían 17 no había tenido nunca un coche tan lujoso. (Naruto es un vejestorio XD) Sin dar más rodeos los arrancó disfrutando del sonido del motor y se dirigió hasta la universidad.

Llegó sin ningún percance y entró en el gran edificio, estaba construido para shinigamis, pero también podían ingresar los más brillantes humanos y algunas veces se paseaban vampiros sin ser reconocidos, no sabía porque lo hacían, seguramente para vacilar después de haber estado entre puros sin ser detectado o simplemente para interesarse por algo. Él nunca había dado con ninguno y no sabía si se podría controlar si los viera (me refiero dentro de la uni), aunque de día tenía automáticamente prohibido enfrentamiento alguno, da igual de quién se tratara. Antes las cosas no eran así, pero solo provocaba batallas sangrientas y miles de humanos muertos, su padre fue el que la impuso y por eso nunca quiso revocarla ni cuando se votó para ello.

Agitó un poco la cabeza para despejar sus pensamientos y subió despacio los grandes escalones principales que llevaban a la entrada de la biblioteca. De repente sintió algo extraño, su cuerpo se agitó y su corazón se encogió con presión, que era ese sentimiento? Casi era atracción más que desagrado.

Entre la multitud una chica de pelo rosa corría en su busca, Naruto la miraba con una gotita en la cabeza previendo que de nuevo se le iba a tirar al cuello como todas las incansables mañanas. Pero chocó con alguien cayendo al suelo de culo, con gesto dolorido se tocó el trasero magullado, el rubio corrió para alcanzarla.

-Estas bien?-, preguntó un chico desconocido, ofreciéndole su mano.

Sakura levantó la vista para observarlo y se quedó impresionada, aquel ser era lo más hermoso junto a Naruto que había visto en su vida, sus cabellos azules se mantenían rebeldes hacia atrás y dos lindos mechones recaían sobre su cara, su piel era pálida y los ojos profundos y grises. Su cuerpo tan bello con su rostro, bien formado y con un traje elegante, pantalones grises y camisa beig, definitivamente era alguien para voltear la mirada cuando pasaba por tu lado. Después de hacer el reconocimiento le sujetó la mano y se levantó sacudiéndose un poco el traje de falda rosa pálido.

-Si estoy bien-, sonrió coquetamente y le miró a los ojos, -usted…, como se llama?-, preguntó haciéndose la tímida.

-Me puedes llamar Sasuke y usted?-, le devolvió la pregunta.

Cuando Haruno había abierto la boca para responder, llevaba el capitán, apoyándose en sus muslos para coger aire después de la carrera.

-Es… tas bien… Sakura-chan…?-, pudo formular con la respiración más apaciguada.

La chica asintió con una gran sonrisa mientras que el ojiazul investigaba al extraño, había algo en él que le hacía desconfiar.

-Yo me llamo Haruno Sakura, pero me puedes llamar Sakura-chan-, respondió estrechando su mano.

El Uchiha lo contempló intentando ocultar su sorpresa, aquel chico era hermoso como un ángel pero solo lo miró, y le ofreció un estrechón también a él.

-Y usted, como ya dije antes me pueden llamar Sasuke-, su sonrisa algo siniestra pero elegante.

-Es de falta de educación presentarse sin su apellido pero dejémoslo, yo soy Uzumaki Naruto, el encargado de la biblioteca-, explicó aceptando el saludo.

Ese contacto les produjo varias sensaciones, para el capitán fue como un estremecimiento, notó como ese joven tenía un incomparable poder tanto como el suyo, en definitiva o era un humano con poderes de shinigami, uno en persona o un desgraciado vampiro. Sasuke por su parte se quedó impactado al escuchar el apellido, sin duda alguna era a quién buscaba, a quién le habían ordenado investigar.

-Encantado de conocerle Uzumaki-sama-.

-Igualmente y por favor llámame Naruto, odio las formalidades-, explicó buscando cualquier signo de culpabilidad.

El moreno se retiró un poco y se adentró en el edificio, los observó con un movimiento de mano y les volvió a dar la espalda, dejándolos a los otros dos solos. Ambos no dejaban de contemplarlo, en cierto modo los había impactado demasiado.

-Uzumaki taichou, no te parece un chico espléndido y hermoso-, comentó jugando con sus dedos.

-Más bien me parece misterioso y si, para que lo voy a negar, es hermoso-, admitió algo ruborizado.

La ojiverde se dio cuenta y con una pícara sonrisa le clavó el codo en el estómago, sin parar de reírse.

-Te has puesto rojo-, pronunciaba a carcajada limpia.

Naruto se sonrojó aún más bajando la cabeza y rascándose la nuca, nunca se había puesto así por un chico, pero ese tal Sasuke sin apellido era único, incomparable y el aura de misterio que lo envolvía solo causaban más ganas de conocerle.

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Aclarar un par de cosas, tanto los shinigamis y los vampiros están separados por clanes, hay buenos y malos en cualquier bando, otra cosa es que van a salir todos los personajes de la serie…, en el próximo habrá un pequeño lima entre sasunaru para así explicar otro par de cosas que me quedan.

Ahora lo de la edad, cuando llegan a los 13 cada año cuenta como 10 para ellos, por eso Naruto tienes 63 y después 17, entendéis?

Ya tengo previsto que será cada personaje, no se si ponerlo mediante vayan apareciendo o escribir la lista en el segundo capi, vosotros me diréis.

Las parejas pues siempre es sasunaru, menos algo de itanaru que pondré después, y gaahinaneji, uff esto si me va a costar.

Espero vuestras opiniones, y que me deis una oportunidad, besitos, cuidaos y gracias.