Y así es como todo empezó
Anjali Sharma llegó a la Universidad Saint Xaviers sin conocer a nadie. Las chicas la miraban de forma extraña por su manera de vestir; y es que Anjali no era la típica chica amante del maquillaje, ella prefería lo natural, además no usaba faldas ni blusas como las otras chicas, su estilo era más cómodo y deportivo.
Al sonar la campana del receso, Anjali dejó sus cosas en su casillero y decidió explorar el campus universitario. Al pasar por el gimnasio escuchó gritos de emoción y decidió echar un vistazo. El lugar estaba lleno de chicos y chicas que formaban un círculo, dentro del cual había dos muchachos practicando lucha libre. Anjali se acercó para tener una mejor vista y en ese instante sonó la campana, la cual anunciaba que la lucha había terminado. El estudiante derrotado yacía a un lado del campo con sus amigos consolándolo, mientras el ganador era ovacionado con los gritos de las chicas diciendo su nombre: "¡Rahul, Rahul, Rahul!"
-¡Qué vanidoso es! –Pensó Anjali, pues Rahul miraba a todos con autosuficiencia-. ¡Yo le enseñaré a pelear!
Anjali se acercó al estudiante que arbitraba las luchas y le dijo que deseaba enfrentarse a Rahul. El árbitro la miró con incredulidad, pensaría que estaba bromeando, pero al verla bastante decidida, tomó el micrófono y dijo:
-Estudiantes de St. Xaviers, tenemos un nuevo retador para Rahul, se trata de una chica nueva, su nombre es…
-Anjali Sharma –contestó Anjali.
Todo el gimnasio quedó en silencio hasta que alguien empezó a reírse y todos le siguieron.
-¡Silencio! –gritó Rahul. Anjali lo miró agradecida pues empezó a avergonzarse -. Anjali te llamas, ¿no? Ven, acércate.
Al estar frente a frente ella pudo ver mejor su expresión. Debajo de ese aire de superioridad se encontraban unos ojos solitarios pero llenos de bondad.
-¿Así que crees que puedes derrotarme?
-Sí, así lo creo –le contestó Anjali.
-Bueno, ¿qué esperamos?
Se pusieron en posición al sonar la campana. Anjali empezó a analizar los movimientos de Rahul. Bastante apresurado el muchacho; no pensaba mucho lo que iba a hacer, simplemente lo hacía. Esto le trajo problemas pues Anjali era más rápida. La lucha culminó con un revés de Anjali, el cual Rahul no había visto venir.
-La… la ganadora es Anjali –pronuncio el incrédulo árbitro.
Todos se quedaron en silencio, estupefactos, cuando se escuchó a alguien aplaudir. Anjali volteó y vio a Rahul mirándola a los ojos y aplaudiéndole, lo cual generó la ovación de todos los presentes.
-Eres… eres realmente buena –dijo Rahul al acercarse a Anjali.
-Gracias, tú también.
-¿Practicas algún deporte?
-¡El Básquet me encanta! –dijo Anjali emocionada.
-¿En serio? ¡Yo lo practico siempre! –le contestó Rahul, emocionadísimo-. Ojala algún día juguemos.
-¿Qué te parece ahora mismo? Así puedo ganarte dos veces en un solo día.
-No lo creo, juguemos entonces.
Y así es como todo empezó.
