EDITADO 02.04.2019

NOTA: TUVE QUE SUBIR EL CAPÍTULO NUEVAMENTE YA QUE ÉSTE SE SUBIÓ MAL. EL COMPUTADOR DONDE SUBÍ LA HISTORIA TRADUJO LA PÁGINA Y A SU VEZ HIZO UNA AUTOCORRECCIÓN, POR ESO MUCHAS DE LAS FRASES QUEDARON SIN SENTIDO. DISCULPEN SI NO ME DI CUENTA AL PUBLICARLO, YA QUE NUNCA ME HABÍA PASADO. RECOMIENDO LEERLO NUEVAMENTE PARA QUE ENTIENDAN BIEN LA HISTORIA. GRACIAS.

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Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí. Hoy les traigo un nuevo Two-Shot, es algo que hace mucho tiempo quería escribir y al final lo hice. Es una adaptación de uno de los mini relatos de la película chilena «Un día cualquiera», espero que les guste :D

Nota: La calificación de la historia está susceptible a modificación.

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Como siempre agradezco a todas las personas que leen mis historias y dejan reviews, a las que marcan mis historias o a mí como favorita y/o siguiendo, y a las que simplemente leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar :D

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Capítulo dedicado a todas las lindas personas que me dejaron un review en mi última actualización: Winnyz, Bebitapreciosa, Roronoa Saki y ANABELITA N. Gracias chicas por comentar, les mando a todas un beso y un fuerte abrazo.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es una adaptación y la publico sin ánimos de lucro. Todos los créditos para el creador de la idea original.

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Volvamos a empezar

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Capítulo 1.- Incertidumbre al despertar.

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Escuché a lo lejos el vibrar de mi celular lo que de a poco me hizo despertar.

Con lentitud abrí los ojos, reconocí de inmediato el lugar.

Me sobresalté, no podía creer donde estaba. Volteé hacia atrás para confirmar lo que sospechaba.

Con sólo verlo la culpa me embargó, me sentí de lo peor.

Por instinto levanté la sábana y bajé la mirada.

Sólo vestía con mi ropa interior.

La incertidumbre me invadió.

Cerré los ojos y suspiré.

A los pocos segundos me senté al borde de la cama. Volví a girar mi rostro hacia él.

Dormía relajadamente.

Dejé de observarlo y me puse de pie. Comencé a buscar mi ropa, debía marcharme pronto de aquí.

Di unos pasos y tomé mis zapatos, sin embargo, por más que buscaba mi ropa no la encontraba.

Lo escuché bostezar, por inercia giré mi rostro hacia él.

Me sonrió de medio lado pese a que aún se veía somnoliento.

—Buenos días —balbuceó apenas.

Le sonreí con cierto pesar.

—Buenos días, ¿dónde está mi ropa? —inquirí fríamente mientras él me miraba con detención.

Volvió a sonreír.

—No sé dónde la dejaste ayer —me contestó con un deje de ironía, lo cual de algún modo me molestó.

No quise seguir mirando su cara de idiota, por lo que giré mi cuerpo completamente y seguí buscando mi ropa con la mirada.

—Ayúdame a buscarla —le dije con seriedad mientras avanzaba por la habitación.

—¿Te ibas a ir sin despedirte? —preguntó con curiosidad.

Aquella pregunta me incómodo. Me detuve en seco.

—No estaba en mis planes quedarme anoche —señalé fríamente sin siquiera mirarlo.

—Entonces debes ser más ordenada, sino eso de perder tu ropa siempre te va a pasar —espetó con parsimonia, aunque yo pude percibir el sarcasmo en sus palabras. Quería fastidiarme y lo logró.

Giré mi rostro hacia él.

—¿Dónde está mi ropa? —alcé la voz con cierta molestia.

Él me miró sereno.

—La puse a lavar.

Aquella respuesta me sorprendió

—¡Qué!, ¿por qué? —inquirí algo exaltada frunciendo el entrecejo.

—Se te cayó una copa de vino encima —argumentó calmadamente.

Aquello que me decía no lo recordaba. Mi enfado desapareció.

—¡Nooo!, ayy ¿verdad? —espeté mirándolo fijamente.

—Sí.

—Me tengo que ir, ahora —le dije con cierta preocupación, yendo hacia el mueble donde había divisado mi celular.

Lo tomé y comencé a revisar los mensajes del Whatsapp.

Me mordí el labio inferior.

Tenía demasiados mensajes.

—Espérate un poco, si no le falta mucho —acotó comprensivo mientras se puso de pie. Cogió su remera que estaba en la orilla de la cama y me la pasó—. Toma.

Le recibí la playera y continué revisando los mensajes que tenía.

—Oye, tu teléfono qué sonó —señaló a modo de queja y yo lo miré de reojo. Sacó algo de ropa del armario —, deberías ponerlo en silencio la próxima vez.

—No te preocupes no habrá una próxima vez —le dije con seguridad mientras lo vi ingresar al baño.

Me senté al borde de la cama y me puse la remera. Continué leyendo los mensajes del celular.

La puerta del baño se abrió, por inercia alcé la vista. Lo vi acercarse cansinamente con un vaso de agua.

Me lo pasó. Comenzó abrir una tira de analgésicos, sacó dos.

—Analgésico para dolor de cabeza —susurró y yo extendí mi mano para recibirlos.

—Gracias —acoté escuetamente y me los eché a la boca. Me bebí el agua mientras vi que se acercó al armario para sacar... ¿un pantalón vaquero?

Regresó a mi lado a paso lento.

—Toma —acotó estirando su brazo.

—¿De quién es? —inquirí a su vez que cogí la prenda con mi mano. Lo tomé con ambas manos y comencé a observarlo.

—¿Adivina? —espetó con una semi sonrisa—, de hecho la conoces.

Sonreí de forma forzada.

—Prefiero no saber —le contesté con incomodidad. Me puse de pie y avancé hacia el baño, me sentía fuera de lugar.

—Ya mujer... si en media hora te podrás ir de acá —acotó al percibir que no me sentía a gusto.

Cerré la puerta y apoyé mi espalda en ésta.

Suspiré.

Todavía me costaba creer que había dormido aquí.

Volví a extender el pantalón con mis manos y lo miré por un momento, a los pocos segundos me lo puse.

—¿Cómo te quedaron? —inquirió, mi ex pareja, desde el otro lado de la puerta.

—Bien, tu amiga tenía buen gusto —le respondí con sinceridad. Me fue imposible no sonreír por la situación que estaba viviendo, sin embargo, al instante me sentí culpable.

Luego de cinco minutos encerrada en el baño tratando de recordar cómo había terminado en este apartamento, abrí la puerta.

La habitación estaba vacía por lo que avancé hacia la sala. Shikamaru no estaba, supuse que estaba en la cocina.

Caminé hacia allá.

Cuando me vio ingresar, dejó el vaso de agua que tenía en su mano sobre la encimera.

—Toma —susurró pasándome una taza de café.

—Gracias —le respondí bajado la mirada para recibírsela.

Volví a levantar la mirada.

—¿Qué pasó? —le pregunté con algo de nerviosismo y curiosidad.

Me miró divertido.

—¿En serio no te acuerdas? —inquirió esbozando una semi sonrisa.

Negué con la cabeza y acerqué la taza de café a mi boca.

—Ni siquiera me acuerdo cómo me manché —le respondí con cierto pesar. Bajé la mirada y bebí un poco de café.

Volví a enfocar la mirada en sus ojos.

—Un accidente no más —espetó bajándole el perfil al asunto—. Le eché una y media de azúcar, ¿está bien?

Sonreí y asentí con la cabeza. Me sorprendió que pese a los años aún recordara ese detalle.

Sacó algunas frutas de frutero para luego abrir el mueble que estaba adosado a la pared. Al parecer pretendía dejarme en la incertidumbre, ya que todo indicaba que iba a prepararse el desayuno.

—¿A qué hora nos fuimos de la inauguración? —le pregunté con el fin de que me diera más información.

—Temprano por suerte —me contestó mientras continuaba arreglando un par de tazas con sus utensilios —, la celebración ya estaba bastante aburrida.

—Al lado tuyo, ¡cómo no! —acoté con sorna y él sonrió.

—Oye, no seas así, mujer, ¿hay alguien más entretenido que yo en este mundo? —se defendió divertido.

Evité reírme y me puse seria. Era hora de aclarar esta situación.

—Esto fue una confusión, yo no hago esto —acoté con firmeza mirándolo a los ojos.

Su sonrisa desapareció.

—¿Hago qué? —inquirió con curiosidad.

—Haberme venido contigo —le aclaré y su semblante de inmediato cambió.

—¿Fue una excepción? —preguntó con un deje de molestia. Me dio la espalda y continuó preparándose el desayuno.

—Exacto —le respondí. Me tomé el café al seco y dejé la taza en la encimera—. Me tengo que ir a duchar.

—Oye, tú te metiste sola en esto —espetó a modo de reproché.

—Lo tengo claro —espeté con seriedad —, ¿pero no «tiramos», cierto?

Tuve que preguntarle, ya que la duda me estaba carcomiendo.

Se giró sobre su eje y me miró fijamente.

—¿Vas a tener problemas? —contrapreguntó con cierta sorna.

El tono que utilizó me molestó.

—¿«Tiramos» o no? —inquirí alzando la voz.

Se quedó en silencio por varios segundos para luego gesticular que no tenía idea.

Su actitud infantil me irritó.

Fruncí el entrecejo.

—¿«Tiramos» o no? —volví a preguntar notoriamente enfadada.

Shikamaru chasqueó la lengua.

—No —respondió fastidiado.

Aquella respuesta me sacó un peso de encima.

—Menos mal —susurré aliviada desviando ligeramente la mirada, sin embargo, la tranquilidad me duró poco. Volví a enfocar la mirada en sus ojos marrones—. Shikamaru, nadie puede saber que estuve aquí, escuchaste, ¡NADIE!

Su semblante se endureció.

—¿Entonces me puedes decir a qué «mierda» viniste? —inquirió visiblemente irritado.

Tragué saliva.

—No sé, pero te juro que esto nunca fue mi plan —le respondí con sinceridad. No quería hacerme la víctima, pero era la verdad. Nunca me propuse irme con él a su apartamento.

Mi respuesta para nada le gustó.

—Ya... entonces le vas a echar la culpa a «los mojitos» que te tomaste anoche — aseveró con cierta ironía.

Le sostuve la mirada.

—Sí, tal cual —confirmé sus dichos con firmeza.

Su semblante se tornó serio.

—¿Sabes qué?, no podemos hacer como que aquí no pasó nada, porque sí pasó.

Fruncí ligeramente el ceño.

—No te creo... —rebatí su afirmación aunque en el fondo no sabía que era verdad. Traté de recordar —, nos dimos unos besos, pero... pero no pasó nada más.

Una sonrisa burlesca se le dibujo en el rostro.

—¿En serio no te acuerdas? —inquirió otra vez mirándome fijamente.

—No —le respondí con cierto agobio.

Al darse cuenta que en realidad no recordaba, comenzó a narrar.

—Te manchaste la blusa con vino, te sacaste la blusa...

—¡Mentira! —lo interrumpí para que no siguiera. En ese momento lo volví a odiar.

De inmediato su mirada cambió, supongo que percibió lo que en ese momento estaba sintiendo.

Suspiró.

—Está bien, es mentira —afirmó en un tono neutral —. Yo te saqué la blusa.

Una mezcla de sentimientos invadió mi interior.

—¡Maldito vago, te aprovechaste de mí!, ¡te aprovechaste de mí! —exclamé con enfado. Le golpeé el pecho con las manos.

Me tomó de las muñecas para detenerme.

—¿Entonces para qué viniste, mujer? —inquirió con cierta molestia, acortando la distancia.

Sus ojos rasgados me miraron con detención.

—Ya, me descubriste —le respondí irónicamente—, lo único que quería era «tirar» contigo.

Me soltó las muñecas y negó con el rostro.

—Temari, tú viniste sola, yo ni siquiera te insistí —espetó tratando de normalizar la voz.

—Pero no teníamos para que tirar —me quejé con cierto pesar.

—¿Ah, no? —me miró curioso.

—No —insistí visiblemente afectada —. Yo sólo quería verte, quería conversar contigo.

Reconocí lo que quería hacer. Había sido el motivo del por qué habido asistido a dicha exposición. Sabía que él iba a estar presente, ya que es el mejor amigo de la pareja del artista.

—Claro, a las tres de la mañana en mi apartamento —aseveró de forma sardónica.

—Sí —le contesté con sinceridad, suponiendo que mi subconsciente quería llevar a cabo lo que en realidad me había propuesto.

—Sospechoso, porque en la exposición nunca me dirigiste la palabra —me cuestionó. Estaba en todo su derecho de hacerlo.

—Es que había mucha gente —le expliqué. Era la verdad, como me acercaba a él después tanto tiempo sin hablarle.

—¿Y luego en la celebración? —continuó con su interrogatorio.

—Bueno, me puse nerviosa —aquello también era verdad. Supongo que por esa razón bebí más de la cuenta.

Bajé la mirada.

—Entonces aprovechemos de conversar ahora —señaló con convicción—. ¿Cuéntame algo?

Alcé la mirada y lo miré fijamente.

—¿Qué quieres saber? —le pregunté imaginándome lo que podía ser.

Se quedó en silencio por varios segundos.

—¿Sigues con él?

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CONTINUARÁ...

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Gracias por leer, espero que les haya gustado.

Cualquier cosa que quieran decirme, pueden hacerlo a través de un review, me encanta leerlos y responderlos. Recuerden que los reviews siempre motivan al escritor, yo los amo :D

Entre mañana y pasado responderé los reviews pendientes, disculpen la demora.

Disculpen también las posibles faltas de ortografías, apenas tenga tiempo las corregiré (ayyy Kami...quién sabe cuándo jajajaja)

Nos estamos leyendo en mi próxima actualización.

Ahora me despido, que tengan una linda semana :D

Les mando a todos un beso y un fuerte abrazo.