¿CELOS DE GRANGER?
¡Hola gente! Soy Rose Malfoy-Black! :) ¿Como han estado? Espero que bien.
Bueno, como veran he creado otra nueva historia. Me causa emocion escribirla ;D Sera muy divertida, lo aseguro!
Solo me queda decir que los personajes son de J.K. Rowling y que nada de esto me pertenece.
Disfruten la lectura! :D
Saludos!
P.D.: Esta historia es un final alternativo.
CAPÍTULO 1: UN NUEVO INICIO
Luego de la batalla final del Señor Tenebroso donde Harry Potter salió victorioso; Hermione Granger, Ron Weasley y el mismo Harry Potter decidieron volver a Hogwarts a estudiar su séptimo año. La profesora McGonagall fue nombrada directora de Hogwarts y el profesor Flitwick como subdirector. El profesor Slughorn continuaría enseñando Pociones y Hagrid, Criaturas Mágicas. Otros profesores nuevos entrarían. Hogwarts fue reconstruido y volvía a ser el lugar seguro que había sido una vez.
Hermione Jane Granger se propuso seguir con el puesto de mejor estudiante de Hogwarts de su generación; había perdido un año y esperaba ponerse al corriente lo más pronto posible. Sin embargo, no solo el trío dorado había decidido continuar sus estudios. Muchos Slytherins, hijos de ex-mortifagos, volverían también. Ron decía que a aquellas serpientes no se les debería permitir la entrada, algo a lo que Harry no le parecía pues ellos no tienen nada que ver con los homicidios que sus padres hubieran cometido. Y con eso venía a colación el nombre de Ron Weasley, su mejor amigo. Cuando terminó la batalla contra el Señor Tenebroso, Ron la había besado y Hermione pensó que ello aclaraba todo... que al fin serían novios. Pero nada.
La Señora Weasley le ofreció techo en la Madriguera al enterarse que había hechizado a sus padres para protejerlos de los mortifagos y del mismísimo Voldemort. La consideraba una hija más. A Harry le pasó lo mismo y la Señora Weasley estaba contenta de poder ofrecerles su hogar. Ginny compartía cuarto con Hermione y ella se sentía muy cómoda con los Weasley, todos eran muy amables. Por otro lado, a Ron parecía incomodarle su presencia, lo que entristecía a la castaña; esquivaba su mirada en las comidas, se marchaba cuando ella se acercaba a él y, cuando Hermione lo encontraba desprevenido y lograba hablarle, Ron se portaba cortante con ella, hiriendo a la chica profundamente. Luego de soportar su extraño comportamiento por unas semanas, Hermione le preguntó a Harry, su mejor amigo, si sabía porque Ron se portaba así con ella.
-No lo sé, Hermione- respondía Harry mientras bajaba de su escoba con la snitch dorada en su mano izquierda. -Quizá esté enojado por algo que le dijiste- Hermione quizó hablar, pero Harry le interrumpió- o simplemente, está de mal humor- dijo Harry sonriendo y levantando los hombros. Su amigo podía ser muy temperamental y explotar con una sola palabra.
-Harry, yo no le he dicho nada desagradable- rezongó la castaña. Ginny apareció en el jardín con escoba en mano a unos metros de ellos. -Y la verdad, se está portando como aquella vez que nos enojamos en tercer año, ¿recuerdas?- preguntó la chica cruzando sus brazos.
-¡Harry!- grito Ginny subiendo a su escoba. -¡Vamos a jugar!- le instó la pelirroja a Harry. El susodicho no pudo negarse a aquello. La pelirroja era su debilidad.
-Hermione, lo que yo te aconsejo es que hables con él. Hablen sobre sus problemas-Harry se subió a su escoba y con una fuerta patada en el piso, despegó, dejando a su amiga con las mismas dudas. Esa misma noche, cuando todos terminaban de cenar y levantaban sus platos, Hermione decidió hablar con su amigo pelirrojo. Charlaba con Harry sobre los Chuddley Canons, un equipo internacional de Quidditch. Boberías, pensó ella. Hermione esperó pacientemente a que todos se marcharan hasta quedar sólo ellos tres. Fingió limpiar algo en la cocina.
-Te digo, Harry, esa pirueta es genial. Seguro asombraríamos a todos en el campo si la hicieramos- decía enérgico Ron.
-Ya, ya- respondió Harry. La castaña les miraba de reojo. -¿Y no crees que los de Ravenclaw se la sepan ya?-preguntó escéptico Harry.
-¿Por qué no mejor traes tu libro de Quidditch? El que te regalé- le dijo el pelirrojo a su amigo.
-¡Qué genial idea, Ron!- Harry subió corriendo las escaleras que llevaban a su habitación. Es tu oportunidad, Hermione, se dijo. Ron esperaba expectante sinmoverse. Hermione dejó loq ue hacía y se acerco con lentitud.
-¿Ron?- le habló la chica. Ron se sorprendió de que la chica estuviera ahí. Saltó de la silla.
-¿Hermione? ¿Qué haces aquí?- preguntó el chico mirandola como si se tratara de un fantasma. Vivo aquí, Ron, quiso decirle al pelirrojo.
-Yo...- balbuceó Hermione. - Quiero hablar contigo, Ron- pidió Hermione. Miró detrás del hombro de Ron, esperaba que no llegara Harry y arruinará aquello.
-Oh...- Ron se rascó la cabeza, confuso- Mmm...- estaba incómodo con la situación- ¿ Y de qué quieres hablar, Hermione?- fué directo al grano. Hermione tragó saliva, se infundió valor, después de todo, era una Gryffindor.
-Quiero hablarte sobre el beso- también fue directa. Ron abrió los ojos y miro alrededor. ¿Le avergonzaba que alguien supiera?
-¡Shhh!- le calló. La jaló del brazo hacia la cocina. -Hermione, alguien te pudo haber escuchado- le reprendió Ron. A Hermione le molestó su comportamiento. Y explotó.
-¡¿Y qué, Ron?- le gritó, soltándose de su agarre. - ¡Fue un beso solamente! ¡No es nada malo!- apuntó la chica. Ron la miraba con curiosidad.
-No te entiendo, Hermione- dijo contrariado. - ¿De qué quieres hablar exactamente, si tu has dicho que ha sido sólo un beso?- Hermione palideció.
-¿Para tí fue sólo un beso? ¿No significo nada?- Hermione contuvó las lágrimas que comenzaban a crearse en sus ojos.
-Tu lo has dicho, Hermione- respondió como si nada el pelirrojo. No ha significado nada para él...
-Entonces...- ¡Vaya masoquista que soy!- ¿tú no sientes nada por mi?- preguntó, temiendo la respuesta. Ron le miró apesumbrado.
-Hermione- pronunció su nombre con cuidado- Yo solo te veo como una amiga- Hermione sentía algo clavándose dentro de ella- mi mejor amiga- especificó Ron- Y lo del beso... fue algo impulsivo, nos dejamos llevar por la emoción- Hermione no pudo controlar una lágrima, que resbaló por su mejilla. -Lo siento, Hermione- limpió su mejilla con mano. -Siento haberte herido así- Hermione cerró los ojos, intentando controlar sus emociones.
-Ron, no hay nada que disculpar- aseguró la chica, aún sin verlo a los ojos. Esos ojos color cielo le podían mucho- Todo está bien- mintió. Cuando tuvo control de sí misma, abrió los ojos y Ron la miraba con pena. No le gustaba dar pena a los demás. - No me mires así, Ron. Yo estoy bien- se limpio los ojos con el dorso de sus manos e intentó sonreír. Estaba segura que su sonrisa parecía más una mueca. - Seremos los amigos de siempre, ¿de acuerdo?- lo miro por última vez, antes de marcharse con los ojos humedecidos a su habitación. Subió de dos en dos los escalones. Por suerte, no encontró a nadie en el camino. Cerró la puerta lentamente y se recargó en la puerta. Se quedó unos minutos así, inmóvil, con cálidas lágrimas cayendo de sus ojos.
-¿Hermione?- Ginny tocaba la puerta, la había visto pasar junto a ella en ese estado tan deporable- Hermione, ¿qué ha pasado?- le pregunto Ginny tras la puerta. Hermione se alejó y su amiga entro por ella. Se miraron por unos segundos, luego, Hermione abrazó a su amiga sollozando. Ginny dejó que su amiga se desahogara, pero quería saber que la había puesto así... -Hermione, cuéntame qué pasó- le pidió. Hermione rompió el abrazo y le vió la cara hinchada y sonrojada de tanto llorar; sus mejillas estaban húmedas y sus ojos enrojecidos. -¿Qué ha pasado, Herms?- le pregunto cariñosamente acomodándole el cabello.
-Es solo que...- hizo una pausa para sonarse la nariz con el rollo que habia junto a su cama. Ginny aguardó. -Ron ha estado evadiéndome todo el verano- unas lágrimas traicioneras resbalaron por sus mejillas - Así que hablé con él y...- no pudo seguir más, comenzó a llorar de nuevo. Ginny la abrazo preocupada, el muy imbécil de su hermano la había herido. - Me dijo que el beso que nos dimos no significó nada...- Ginny la escuchó con la boca abierta. Nadie sabía del beso.
-¿Ustedes se besaron? ¿Y fue con lengua?- cuestionó la pelirroja asombrada y divertida al mismo tiempo.
-¡Ginny!- Hermione tomó más rollo y se sonó los mocos. Ginny soltó una risita.
-Pura curiosidad, Hermione- se defendió Ginny con las manos en alto.
-Eso no importa, Ginny- se sentó en su cama con la vista baja. -Él me dijo que fue un error y que él me seguía viendo como su mejor amiga- le contó la castaña con más lágrimas. Ginny se puso seria y se sentó junto a ella.
-Hermione, sé que te duele saber eso- le apretó la mano, en señal de que la comprendía- Y lo único que puedo decirte es que, mi hermano es un completo tarado por no apreciarte- Hermione la miró- No vale la pena que llores por él- Ginny deseó partirle la cara a su hermano por hacer llorar a su amiga.-Olvídalo- le aconsejo tomando un pañuelo para limpiarle el rostro.
-El problema, Ginny,- empezo Hermione, limpiándose los ojos- es que lo he amado duante los últimos siete años de mi vida- confesó la chica, aunque no era ningún secreto, todos lo sabían. Excepto Ron... - ¿Cómo lo olvido? ¿Cómo?- preguntó desesperada con los ojos aún enrojecidos.
-Saliendo con otros- contestó Ginny sin pensarlo, eso había hecho ella para olvidar a Harry -Sal con otros muchachos, Hermione- continuo la pelirroja. Hermione la miró dubitativa - Quizá sea esa la raíz del problema, que no hayas salido con otros más- concluyó Ginny pensativa.
-Salí con Victor Krum en cuarto año- refutó Hermione algo ofendida.
-Por favor, solo un chico- Hermione quiso debatir aquello, más Ginny hablo primero- Que justo ahora esta en otro país- alegó. Hermione la miro mal.
-Nos seguimos mandando cartas, Ginny- señaló la castaña. Ginny levantó una ceja.
-Pero son amigos ahora, Hermione- la susodicha abrió la boca para decir algo, pero no dijo nada- Y no lo niegas, son amigos, Hermione- le sonrio a su amiga. - Así que él, prácticamente, está descartado- Ginny en un solo movimiento, se quito los zapatos, subió sus piernas a la cama y las puso en posición de indio.
-Tienes razón- tomó más papel higiénico y se limpió la nariz. - Victor ha pasado a ser más un hermano- admitió la chica.
-Lo que necesitas, es conocer más chicos, Herms- le recomendó de nuevo- Salir con ellos y olvidarte del cabezota de mi hermano- Hermione sonrió ante el apelativo.
-Hay una cosa, Ginny...- dijo Hermione avergonzada.
-¿Qué cosa, Hermione?- pregunto escéptica. Hermione pareció pensárselo unos segundos.
-Que deberás ayudarme, porque estoy muy oxidada en ese asunto- pidió Hermione. Ginny dió unos grititos y la abrazó feliz.
-¡Claro que sí!- aceptó gustosa. Luego, la soltó y se paró de la cama de un brinco. -Debo decirte, que quizá te exija ciertas cosas y deberás obedecerme, ¿te parece bien?- Ginny estaba emocionadísima por Hermione y ya tramaba algo en su cabeza. La castaña se preguntó si eso era bueno.
-Ginny, tampoco quiero salir con alguien como Crabbe o Goyle- Ginny rió- No estoy tan desesperada- le aseguró.
-Tú tranquila, Hermione. Yo me encargo de eso- le guiño un ojo. - Yo me encargaré de que olvides a mi hermano- Hermione no lo creía posible. Amaba a Ron con todo su corazón.
-¿Crees poder hacerlo?- pregunto.
-¡Por supesto!- afirmó alegre.
-¡Gracias, Ginny!- respondió abrazándola.
-Aún no agradezcas, niña- le reprendió en son de broma- Falta encontrarte al chico perfecto para tí- dijo Ginny sonriendo. Hermione pensó en aquello. Tal vez todo lo que Ginny dijo fuera cierto. Tal vez era solo que no había salido con más chicos, tal vez hubiera un chico perfecto para ella que no fuera Ron...
Los últimos dos días habían sido ajeteadros para las dos chicas. Ginny le había puesto en una bolsa mucha de su ropa, pues según ella eran semejantes a las de su tía Muriel. Hermione aceptó a regañadientes, sólo le quedaron tres blusas y sus pantalones de mezclilla, lo demás, estaba perdido. Además, Ginny la obligó a leer revistas muggles sobre moda. Sin embargo, Hermione no se imaginaba como las bellas modelos de las revistas, todas eran esbeltas, bronceadas y con gracia. Ese día, Ginny le había pedido permiso a la Sra. Weasley para hacer compras en el callejón Diagon, para disgusto de Hermione. Su amiga le instó a ponerse ropa más femenina, y termino llendo con una falda color marrón que le llegaba a las rodillas, y una blusa blanca de tirantes delgados, junto con unos zapatos blancos de poco tacón, su cabello lo llevaba en una coleta alta con unos rizos sueltos. No llevaba maquillaje. Ginny iba más arreglada, unos pantalones negros de mezclilla, una blusa azul con flores lilas con unos tacones azules que la hacían lucir más alta; llevaba su cabellera de fuego suelta. La señora Weasley las dejó ir con al condición de no volver tan tarde, ahora que la guerra había terminado, era seguro andar en las calles sin temor a ser atacado por mortifagos. Harry y Ron jugaban ajedrez mágico en la mesa y escucharon la plática. Harry miraba a Ginny con la boca abierta.
-¿Ustedes no quieren ir, muchachos?- los invitó la Señora Weasley. Hermione desvió la mirada de Ron, quien no dejaba de mirarla con lástima.
-Sería fabuloso- respondió Harry sonriéndole a la pelirroja. Ambas chicas se miraron.
-Eh...- Ginny buscó una excusa- No creo que quieran ir, haremos muchas compras y ustedes se hartarán- aseguró Ginny.
-¡Ginny!- intervino la Señora Weasley con las manos sobre sus caderas- ¡No seas grosera!- le regañó. Sin embargo, su plan funcionó. Los chicos ya no se veían tan entusiasmados en ir... mejor dicho, Harry no se veía tan entusiasmado. Ron lucía huraño.
-Pero si no estoy mintiendo, mamá- objetó la chica.
-De todas formas, Ginny. Si quieren ir...- continuó su madre.
-Señora Weasley- interrumpió Harry con cuidado. Molly Weasley se giró y su expresión se suavizó. -Sinceramente, no nos apetece ir de compras- miró a Ron, quien asintió con la cabeza.
-Si, mamá, estamos muy cansados para ir- Ginny le lanzó un codazo a Hermione. Hermione le sonrió.
-Esa fue buena, Ginny- le celebró a la chica en voz baja. Ginny le devolvió la sonrisa. La Señora Weasley aceptó que fueran sin la compañía de Harry y Ron. Se depidieron sin mucho afán y con polvo Flu desaparecieron en la chimenea. El concurrido Callejón Diagon apareció frente a ellas. A Hermione le gustaba mucho aquel lugar, podías encontrar de todo. Ginny la arrastró, literalmente, de una librería hacia el área de ropa. La mayoría sólo vendía túnicas para la escuela. Se detuvieron en la última tienda, la cual tenía en los aparadores túnicas muy llamativas y sombreros puntiagudos con plumas, muy parecidos a los de la profesora McGonagall.
-Te deshiciste de mi ropa anticuada- ambas miraban la vitrina con escepticismo- ¿y crees que esto es mejor?- Ginny no respondió y echó un vistazo dentro. Salió decepcionada.
-Podemos ir al Londres muggle- propuso Ginny. Hermione aceptó, la moda muggle era más bonita.
-¿Por qué no fuimos ahí en un principio?- pregunto Hermione. Ambas chicas rieron. Caminaron hacia las Tres escobas, la taberna de Tom y utilizaron su chimenea para trasladarse por polvos Flu al centro muggle. Hermione ya podía aparecerse, pero Ginny no hizo su curso de Aparición porque dejó de asistir a Hogwarts desde la Navidad pasada; así que, los polvos Flu eran su única opción. Llegaron a un callejón deshabitado muggle.
-Ningún muggle a la vista- susurró Ginny. Salieron del callejón y caminaron al centro comercial más cercano. Entraron a todas las tiendas. Ginny le hizo probarse cada prenda. Parecía un desfile de modas de nunca terminar. La señorita de una tienda llamada "Always Fashion" le dijo que el verde le quedaba muy bien al probarse una blusa de mangas cortas con rayas horizontales negras. A Hermione también le gusto y la compró. En otra tienda, "Sweet Girl", que era todo lo contrario a su nombre. Era ropa más reveladora y Ginny la hizo entrar por si "iba a alguna fiesta".
-En Hogwarts no hay fiestas, Ginny- le respondió Hermione, aún rehusandose a entrar.
-¡Oh, claro que las hay!- Ginny había ido a muchas fiestas que se organizaban en las noches en las salas comunes de las casas. -Nunca has ido a una- afirmo la pelirroja. -Pero este año iremos a unas cuantas- Ginny empujó a la chica a la tienda.
-Está prohibido estar por los pasillos de noche, Ginny- argumentó Hermione mirándola por sobre su hombro. Su prefecta interior salía a flote.
-Calla, Hermione- la campanilla de la puerta de "Sweet Girl" sonó. Hermione la miro mal. Ella no violaría las reglas del castillo.
-Buenas tardes- saludó una chica de casi la misma edad que ellas- Mi nombre es Gabrielle, ¿en qué les puedo servir?- se presentó amablemente la muchacha.
-Sólo vamos a echar un vistazo, gracias- contestó Hermione. Ginny la adelantó.
-En realidad, mi amiga quiere probarse alguna ropa- Hermione quizo replicar. -Recuerda tu promesa- le amenazó la pelirroja- Me obedecerás- Gabrielle las mirba alternativamente con la pregunta en la cara.
-Eres perversa, Ginny- soltó Hermione enojada consigo misma por haber aceptado.
-¿Qué talla eres?- preguntó Gabrielle a Hermione.
-Ehm... talla 5- respondió la castaña. Toda la tarde había dicho lo mismo, que ya le hartaba ese número. Gabrielle la condujo por muchos pasillos, mostrándole la ropa que posiblemente le gustaría. Después de una hora, aproximadamente, entró a los probadores. Ginny esperaba sentada en frente, con las dos bolsas de ropa que Hermione había comprado hasta ese momento.
-¿Ginny?- llamó Hermione a su amiga.
-¿Mande?- Ginny se acercó a los probadores.
-No voy a salir así- aseveró la castaña. Gabrielle, que estaba junto a la caja cobrándole a otra cliente, escuchó y se aproximó.
-¿Necesitas una talla más grande?-inquirió.
-No- ratificó Hermione. -Es que... no me queda muy bien- agregó la chica.
-Hermione, sal- imploró Ginny. Tras unos segundos, la puerta chirrió al abrirse. Hermione se había probado un top negro ajustado con una falda de piel roja que le llegaba poco más arriba de la rodilla. Se veía muy bien.
-¡Hermione, te ves divina!- aduló Ginny. Hermione se estiraba la falda, intentando en vano cubrir más sus muslos.
-Le queda muy bien el atuendo- la elogió Gabrielle antes de regresar a las cajas.
-Gracias- Hermione sonreía timidamente. Nunca había usado atuendos tan cortos. Unos chicos muggles que pasaban por ahí, la miraron por la vitrina y le gritaron "sexy" y muchos: "¿quieres salir conmigo?". Ginny estalló en carcajadas. Hermione estaba roja como un tomate.
-Caramba, esta ropa si que funciona-dijo Hermione sarcástica llendo a los vestidores a cambiarse. Pagaron todo y por último, fueron a una zapatería pues, según Ginny, toda mujer debe tener un par de tacones en su armario; compró unos negros para que combinaran con todo. Tenía que aceptar que Ginny era excelente en eso, mucha de su nueva ropa era una ganga, todas tenían cincuenta por ciento de descuento. El dinero le había rendido muy bien. Y yo que pensaba que sería un desaste... se dijo Hermione.
-Deberíamos ir a la heladería Florean Fortescue por un helado- sugirió Hermione. Habían entrado al Callejón Diagon por el Caldero Chorreante, que conecta la calle Charing Cross Road del Londres muggle.
-Sí, vamos- concordó la pelirroja. A Hermione le dolían los pies, habían caminado toda la tarde y sus zapatos no eran precisamente para una larga caminata. Se preguntó por un momento, si toda la nueva ropa, maquillaje, zapatos, accesorios coquetos y hasta el corte de cabello que Ginny le había prometido hacer al llegar a Hogwarts, le haría olvidar a Ron... ¿Cómo me ayudará todo esto? No creo poder engañarme a mi misma. Suspiró. Llegaron al lugar que hacía un año estuvo cerrado por la Batalla Final, pero ahora abría sus puertas y muchos de los magos que compraron material para el siguiente año escolar en Hogwarts, se encontraban ahí, disfrutando de un delicioso helado. Ambas chicas entraron, saludando a uno que otro conocido, entre ellos, Dean Thomas. No pudo evitar lanzarle una nostálgica mirada a Ginny.
-Sentémonos por allá- señaló Ginny. Era un lugar alejado de las miradas de cordero de su ex- novio. Dejaron las bolsas en el piso y ordenaron sus helados. Hermione pidió uno de vainilla, su sabor favorito; y Ginny uno de chocolate. Estaban sentadas en la terraza, dónde podían observar a todas las brujas y magos que transitaban por la concurrida calle.
-¿Viste a Dean? ¡Merlín, da pena el chico!- mencionó la pelirroja. Hermione le dió un lenguatazo a su helado.
-Si... ¿y no has pensado en volver con él, Ginny?- curioseó Hermione. Ginny la miró fijamente.
-¿Qué? ¿Estás loca?- inquirió. - Dean fue solo un capricho, no es mi tipo- expresó Ginny, echándose su cabello rojizo hacia atrás con un gesto rápido.
-Cierto, Harry es el único para ti- dijo con sorna Hermione. Ella no encontraba feo a Dean, en realidad, era atractivo e inteligente. Y dibuja muy bien...
Hermione había visto muchos de sus dibujos pegados a la pared cuando iba a la habitación de Harry y Ron, eran muy buenos.
-Pues sí, Harry es el chico de mis sueños- declaró Ginny con ojos soñadores. - Es perfecto para mí- Hermione sonrió por su amiga.
-Espero que todo se arregle entre ustedes- deseó la chica. - Son tal para cual- aseguró.
-Yo también lo espero- dijo Ginny con cierta tristeza. Cambiaron de tema y parlotearon sobre el regreso a Hogwarts, los profesores y cosas sin mucha importancia. Rieron y se divirtieron con la compañía de la otra. Cuando vieron la hora, decidieron marcharse, la Señora Weasley se preocuparía si llegaban más tarde... Antes de irse, Hermione convenció a su amiga de entrar a la librería de la que la había sacado a trompicones. Quizá cambie por fuera, pero sigo siendo la misma por dentro. Hermione fué directo a buscar un libro titulado Historia tendenciosa y selectiva de Hogwarts.
-Hermione, ya has leído esos libros- le decía Ginny, entrando a la librería.
-No, Ginny. He leído Historia de Hogwarts e Historia censurada de Hogwarts- aclaró Hermione. Ginny rodó los ojos y decidió esperarla ahí. Hermione se lanzó entre los pasillos, buscando el título... lo encontró unos estantes más arriba de su estatura. Estiró la mano, poniéndose de puntillas para alcanzarlo. Una mano blanca y más grande que la de ella, lo tomó antes.
-¿Disculpa? Ese libro...- quiso reprender la chica a la persona que lo había tomado, pero calló. Se topó con un chico muy apuesto a su lado que debía tener casi su misma edad. Era más alto que ella por unos diez centímetros, cabello ondulado y castaño oscuro, unos expresivos ojos grises adornaban su rostro masculino; asimismo, una pícara sonrisa lo hacía aún más apuesto con algo de barba en el mentón. Usaba un pantalón de lino color camel y una camisa arremangada azul naval.
-¿Lo ibas a tomar?- preguntó con una voz muy sexy. ¡Merlín! ¿Por qué no pudo ser un chico soso con frenos quien tomara el libro? se dijo con sarcasmo.
-Sí, lo he querido leer desde que se publicó- confesó la chica sonrojada.
-¿En verdad? Yo también- coincidió. - He leído los tomos de Historia de la Magia, pero me han recomendado éste ampliamente- Hermione sonrió. ¿Puede existir alguien más perfecto? Le gusta la tendencia literaria... y parece sacado de una revista de modelos.
-Entonces...- empezó la castaña, el chico le parecía cada vez más atractivo. No conocía a nadie que leyera aquellos libros. Además de si misma, por supuesto. -¿Estás en Hogwarts?- preguntó con discreción. No le era familiar su rostro. Quizá deba ir a esas fiestas de las que habla Ginny...
-No- negó el chico. -Bueno, entraré a séptimo año este septiembre. Estuve antes en Durmstrang- le contó.
-¿Durmstrang? Seguro conociste a Victor Krum- dijo Hermione ya con más confianza.
-¡Oh, claro!- declaró el muchacho. - Era el orgullo de Karkarov y no había un segundo en que no lo mencionara- reveló el chico. -Por cierto, soy Alphard- extendió su mano derecha.
-Mucho gusto, Alphard- estrechó su mano. -Mi nombre es Hermione- se presento.
-Un hermoso nombre- expresó sonriendo descaradamente. Hermione se sonrojo. -Mucho gusto, Hermione- sus ojos grises eran tan atrayentes. Alphard miro el libro que sostenía aún en su mano izquierda- Si lo quieres, tómalo tú- planteó el castaño.
-Oh, no, no- rechazó Hermione. -Tú lo tomaste primero, yo no podría quitártelo- expresó la chica. Claro que podrías, Hermione. El punto es que no quieres quitárselo a Él, dijo una voz burlona dentro de su cabeza.
-No, enserio, tómalo- ofreció el libro. Hermione no pudo resistir su caballerosidad y lo tomo. -Así podré tener una excusa para buscarte en Hogwarts- manifestó con una sexy sonrisa de lado.
-Puedo prestártelo cuando lo termine- insinuó Hermione. ¿Le estoy coqueteando?
-¡Perfecto!- dijo alegre Alphard. - Te buscaré- aseguró con un guiño de ojo.
-De acuerdo- respondió Hermione con voz baja. Puedes presentar un extenso examen de Aritmancia y sacar un Extraordinario, pero no puedes hablar con un chico. ¡Demonios, Hermione!
-Debo irme, Hermione. Nos veremos en Hogwarts- se despidió Alphard.
-Si, yo también. Te veré por ahí- dijo solemne Hermione mientras le estrechaba nuevamente la fuerte mano.
-Adiós, Hermione- pronunció Alphard antes de salir de la librería. Ginny, que estaba junto a la puerta, vió la escena de la despedida y levantó las cejas en señal a Hermione. La castaña se sonrojo y fue a pagar el libro, preparándose para las cientas de preguntas que seguro Ginny le haría camino a la Madriguera. Y así fue.
-Hermione, ¿de dónde conocías a ese chico griego?- inquirió la pelirroja conmocionada.
-Lo acabo de conocer, Ginny- explicó sonriendo. -Buscaba el mismo libro que yo- Ginny abrió los ojos.
-¿De veras?- Hermione asintió. -Debo ir más a la biblioteca de la escuela- murmuró.
-Sólo charlamos un poco. Me dijo que es de Durmstrang, viene de intercambio este año- platicó Hermione.
-¿Durmstrang? ¡Merlín, esos tíos son los más sexys!- declaró Ginny en son de broma. Hermione rió. -¿Y cómo se llama?-preguntó.
-Alphard- Hermione intentó no sonreír como tarada al pronunciar su nombre.
-¿Alphard qué?- indagó Ginny.
-Alphard...- Hermione sonrió y miró a su amiga asombrada. -No dijimos apellidos, solo nombres- aclaró la chica.
-Eso significa que no le importa toda esa basura de la sangre- comentó Ginny.
-Si, no parece interesarle nada de eso- dijo Hermione con un toque de ilusión.
-¡Parece que alguien está enamorada!- canturreó Ginny, sacándola de sus pensamientos que ahora tenían nombre.
-Yo no estoy enamorada, Ginny. Lo acabo de conocer- expusó Hermione.
-Pero lo verás en el colegio- apuntó Ginny. -¿Y quién no se enamoraría de él? ¡Está guapísimo!- se burló su amiga. Se pasaron el resto del camino hablando de Alphard. Ginny apostaba a que tenía familia griega, porque parecía hecho a mano. A Hermione solo le daba risa. Verdaderamente era atractivo, pero no era eso lo único que le agradaba de él, sino su pasión por la lectura. Ni siquiera Ron compartía ese pasatiempo con ella. Ron y ella eran como agua y aceite; Alphard y ella, probablemente, fueran más semejantes en muchos aspectos. Este será un año emocionante... pensó con una sonrisa.
¡Chan, chan, chan! jajaj ¡Merlín, me divertí tanto escribiéndolo! Tal vez este si lo termine pronto.
Como pudieron ver, seguí la historia al principio: Hermione y Ron se besaron como en el libro y ella sigue enamorada de él, pero Ron piensa que no fue nada en realidad. :l A mi, la verdad, nunca me gustó esta pareja. Son tan opuestos.
Y ya conocieron a Alphard :D Pronto sabremos más de él! Y también aparece Draco :B (yeahhh! Draco! Draco!) jajaj Lo siento u.u no puedo evitarlo!
Dejen su comentario al respecto. Cualquier cosa como " yo tmb amo a malfoy" o " alphard es sexy" x)
ROSE MALFOY- BLACK ^-^
P.D.: ¡Feliz Navidad a todas! Espero que se la pasen muy bien en compañía de su familia y amigos. Les deseo lo mejor a todos! :)
