No soy un héroe, Granger

-¿Cómo se puede salvar a alguien que no quiere ser salvado?

El día era muy soleado, días como estos en Londres. Raro. Eso pensaba Draco Malfoy mientras daba un largo paseo por las calles, tratando de recordar su pasado, actualmente solo eso hacía. Recordar y recordar, ya nada quedaba del antiguo Malfoy, el cual nunca hubiera estado caminando rodeado de tantos muggles, por lo menos no por gusto, a lo mejor si su vida dependía de ello, solo a lo mejor…

Una sonrisa sardónica apareció en su boca, mientras le daba otra calada al cigarro que traía en mano. La vida cambia, pensaba. No, error, la vida no cambia, las personas cambian. Y vaya cambio, años, desde que la guerra había acabado, 10 años para ser exactos, y quedar sin dinero en las múltiples cuentas que antes manejaba, sin amigos, sin familia. Sí, hay cosas que hacen cambiar a las personas. Todo eso había acabado con el niño malcriado que antes presumía, ¿pues ahora que presumir?, ¿la sangre?, había quedado a un lado, ya no quedaba nada. Aunque a pesar de todo, la vida no lo había tratado tan mal, por lo menos seguía vivo.

Paso frente una tienda y observo su reflejo, era alto, delgado, el cabello le caía desordenado no engominado como solía traerlo, con una camisa blanca arremangada hasta por debajo de los codos, unos jeans desgastados y unas botas negras. Cualquiera que lo viera, no lo reconocería, nadie, y eso le agradaba. Empezar de cero. Agarro su cabello con la mano libre y lo estiro hacia atrás cayendo nuevamente desordenado, escuchando como dos chicas suspiraban y le sonreían como colegialas cuando pasaban a su lado. Por lo menos algo no había cambiado.

-¿Qué hay de nuevo, Frank?- menciono mientras entraba al bar en el que trabajaba.

-Lo mismo de siempre, Draco, lo mismo, ¿verdad Mike?-menciono pasándole una cerveza rebosante al hombre que siempre se la estaba día y noche en el bar contándole a todos los que podía como su esposa lo había tratado, como siempre lo llamaban "el fiel Mike".

El hombre solo asintió y decía algo no entendible, y se resbalaba por la barra, como siempre cada que su cuerpo no superaba la dosis de alcohol que le metía.

-Te toca-menciono Frank a Draco mientras este trataba de darse la vuelta.

-No, a mí me tocó la semana pasada, lo siento, yo me retiro- contesto Draco tratando de escaparse y se acomodaba el uniforme.

-Anda, Draco, y yo invito la próxima pizza del viernes.

-Déjame pensarlo, a ver….no, creo que no.- contesto Draco, haciendo que Jack lanzara una carcajada y lo mirara con cara de pocos amigos mal disimulada.

-Mira, si lo haces, prometo…

-Te escucho- dijo, tratando de poner su cara de suma atención.

-Prometo…que me tocara un mes entero y cerraré el lugar todas las noches, palabra de bartender a bartender- menciono con una mano al aire en signo de promesa.

-Wow, espera, si ofreces tanto, porque no lo haces tú-pregunto Draco, quisquilloso viéndolo con una fina ceja alzada a lo cual Frank levanto las manos al aire en rendición.

-Ves allá-menciono, señalando con su cabeza a una joven de cabello rojo, que vislumbraba varios tatuajes por su cuerpo.

-Aja.

-Viene todos los días a la misma hora- lo miro expectante

-¿Y?, al igual que Mike.

-Como de que ¿y?, Draco, no me vas a engañar que no te habías dado cuenta…es el destino Draco- menciono señalando su corazón, a lo cual Draco se empezó a reír negando con la cabeza, obviamente si la había visto, pero no le había dado importancia.

-Suerte con ello- menciono palmeándole la espalda, mientras agarraba a Mike y lo arrastraba a la parte trasera del bar.

-Eres el mejor, Draco, el mejor- le grito, mientras le señalaba y le daba muestras de alabanzas.

-Un mes entero, Jack, un mes.

Mike pesaba el triple que Draco, pero aun así lo manejaba con facilidad y lo sentó en el sillón que habían acomodado para él en el callejón que daba al bar.

-Ahí estas bien, muchacho- menciono cuando lo logró acomodar, y suspiró. Ya había oscurecido, empezaba a correr el aire veloz, y la gente joven despertaba.

Miró en la calle, gente histérica corría hacia la otra esquina alarmada, mientras señalaba a un lugar en el techo. Draco con el ceño fruncido y por curiosidad se fue acercando al lugar, la gente ya había hecho una bola alrededor de la esquina, subió la vista y se encontró a una mujer con los cabellos castaños y ondulados sueltos alrededor de su cuerpo que la cubrían, y un vestido blanco que se le pegaba como una segunda piel, se veía tan hechizante a diez pisos encima de todos.

-Niña, no lo hagas- grito una mujer desperada desde abajo, a lo cual la joven no respondío.

Y entonces Draco se dio cuenta, esa joven no quería vivir, se iba a aventar, su corazón salió disparado. ¿Por qué? No tiene ni la más mínima idea, pero esa mujer…tiene algo, que le hace remontar a cosas que le causaba mucho desazón o…angustia, o miedo. Mientras tenía un letargo mental, se fue acercando poco a poco a las escaleras de emergencia justo atrás del edificio en el cual se encontraba la joven.

Cuando se dio cuenta de lo que hacía ya estaba arriba del edificio a unos metros de ella, se veía tan fina, tan frágil, tan delicada… se fue acercando lentamente hasta que estuvo a un metro estirando la mano, sin espantarla.

-No lo hagas- menciono Draco, lo más convincente que pudo. Lo cual la joven se sobresaltó, y Draco pensó lo peor.

-¿Y a ti que te va a importar?-respondió la joven…esa voz.

Draco ignoro rotundamente esa pregunta, debido a que no había respuesta, si el mismo había acabado con muchas vidas.

-No sé qué te sucede, pero hay solución.

-No la hay- menciono tratando de sonar fuerte, lo cual fallo estrepitosamente.

-Vamos, ven, baja y hablamos.- dijo Draco tratando de convencerla, lo cual la joven se enojo, lo supo por ver como tensaba los hombros.

-Tu que has de saber…- respondió mientras se daba la vuelta reconociendo a Malfoy, lo cual la hizo trastabillar, y casi caer, casi si no es porque Draco la agarro de la muñeca y la jaló terminando los dos tirados en el piso, a lo que todos los expectantes terminaron aplaudiendo por la hazaña del desconocido viendo que la joven estaba fuera de peligro.-Malfoy…

-Granger…-menciono en estado de shock, puede decirse que incluso más que ella.

Ella trato de soltarse en cuanto escucho su nombre, lo cual Draco afianzó su agarre.

-Suéltame.- escupió con furia Hermione.

-Shhh…todo está bien.- menciono Malfoy tratando de tranquilizarla. Lo cual Hermione le pego con todo lo que podía de su cuerpo para al final formar puños en su camisa y llorar como si no hubiera un mañana hasta que se quedó dormida.

Draco se dio cuenta por sus respiraciones acompasadas de Hermione, la acomodo mejor a su regazo y le paso el cabello hacia atrás, que se le había pegado a la cara. Noto sus labios rojos y quebrados, sus pestañas largas y oscuras por las lágrimas, su piel pálida más de lo que recordaba rodeada de marcas de lágrimas que no se habían limpiado. Y sintió algo agudo en el pecho, que no supo descifrar.

-Granger…-susurró.

CONTINUARÁ…