¡Hola!
Si, San Valentin ya pasó e incluso este cortito fanfic lo escribí para aquel momento. Pero, como no sabía que la serie ya estaba disponible en esta pagina, sólo lo subí a mi tumblr ese día. Ahora, lo dejaré por aquí también~
Fue lo primero que escribí para este par (los amo mucho!) y espero seguir haciendo historias para ellos.
¡Espero les guste!
(Prince of Stride no es mío)
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Estaba agotado.
Tanto como si llevara todo el día corriendo, entrenando, o como si recién hubiera concluido una larga y pesada carrera...
Y todo porque era catorce de febrero.
Es que, nunca había sido acosado y acorralado por tantas chicas en su vida ¡Era una locura! Al principio le resultó divertido, no iba a negar que ser popular era interesante, pero poco a poco las cosas comenzaron a salirse de control, tanto que terminó huyéndoles...
Y eso que Kuga, oh pobre Kuga, la tenía mucho peor.
Soltó un suspiro y se masajeó el hombro derecho, realmente todo ese desastre lo dejó exhausto. Pero bueno, ya había terminado y ahora se dirigía al club en busca de un pedido de su profesor, una carpeta importante que había olvidado por error.
El pasillo estaba solo, muy silencioso, y nunca antes había apreciado tanto el silencio. Definitivamente, la experiencia anterior (porque fue todo el día de clases) lo dejó algo... Traumado.
Ya frente al club abrió la puerta e ingresó, el lugar estaba vacío y eso se debía porque ese día entrenaron sólo por la mañana, antes de clases. Divisó la carpeta marrón sobre la mesa y fue por ella, cumpliendo con lo que prometió. Antes de salir pasó por su casillero, recordando que debía entregar el libro que dejó ahí hace días atrás, y cuando lo abrió quedó algo sorprendido...
Pues no recordaba el haber dejado una bolsita de dulces más una tarjeta de colores.
Primero tomó la tarjeta, dejando la carpeta a un lado antes, y se enfocó en su contenido...
"Feliz San Valentín, Heath"
No tenía remitente, pero no hacía falta, esa letra la conocía muy bien... Y tal vez exageraba, pero hasta había captado su olor.
-Hozumi...-
Una sonrisa se le escapó, aprovechando la soledad del lugar, sintiéndose bastante conmovido por su detalle. Es que ¡Era tan diferente! Mientras todas esas chicas lo habían acosado, haciéndolo sentir tan incómodo, el muchacho de cabellos rubios fue tan discreto con su presente... Tan adorable.
El sonido de su reloj de muñeca, anunciando una nueva hora, lo hizo reaccionar... Tal vez si se apresuraba podía alcanzar al muchacho para darle las gracias por su bonito detalle.
Y con esa idea, tomó sus cosas y salió rápidamente de ahí con una sola cosa en mente: Kohinata Hozumi.
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Eso fue todo por ahora ¡Gracias por leer!
