Hola, aquí les traigo este nuevo proyecto en un intento por escribir una historia más larga que hace tiempo quería probar.

Sólo como aclaración, en esta historia Eren tiene 25 años y Levi 32.

Esta historia es beteada por la linda Ikki Hiyori.

Este es sólo el prólogo, espero que lo disfruten.

Advertencias: Drama, AU, reencarnación, Fem!Levi, posible Lemmon más adelante

Disclaimer: Los personajes de Shingeki no Kyojin pertenecen a Hajime Isayama


Prólogo

La habitación se encontraba en completa oscuridad, no podía ver nada y sin embargo se sentía seguro e incluso cómodo con el lugar. De pronto sintió un movimiento a su lado y giró su cuerpo para quedar de frente al hombre que descansaba en su cama.

¿No puedes dormir? —las palabras salieron de su boca sin que pudiera controlarlas, al igual que su cuerpo que se movía por sí mismo. Era como si solo fuera un espectador dentro de su propio cuerpo.

¿Qué hay de ti? Deberías estar descansando, mañana estaremos fuera de los muros.

Una de sus manos se movió para acariciar el rostro del hombre y sintió como si hubiera estado anhelando por ese contacto durante mucho tiempo. Le sonrió y las palabras brotaron nuevamente de su boca.

Estoy bien, sólo estaba pensando en la expedición de mañana.

No tienes nada de qué preocuparte, todo saldrá bien. Yo me encargare de protegerte.

Un profundo sentimiento de angustia y tristeza se instaló en su pecho de forma inexplicable. —Eso no es lo que me preocupa… tengo miedo de perderte. No podría seguir viviendo si algo te pasara. —Su voz fue bajando hasta volverse un susurro.

Hey mocoso ¿con quién crees que estás hablando? No va a pasarme nada. —Está vez fue el otro hombre quien se movió quedando sentado en la cama frente a él, desde esa posición fue capaz de ver sus ojos, grises y fríos como el hielo pero con cierto grado de temor oculto.

Eren, si algo me sucediera mañana quiero que sigas adelante. Conoce gente, enamórate, cásate con una chica que pueda darte familia. Tú y yo sabemos que tarde o temprano te cansaras de mí y buscaras una chica de tu edad.

¿Qué estás diciendo? —podía sentir que no era la primera vez que le decía aquello, sin embargo las palabras del mayor por alguna razón se sentían especialmente dolorosas esa noche, —yo te amo, no podría amar a nadie más, incluso si mueres no podría elegir a otra persona, incluso si te haces viejo y tu cuerpo cambia seguiría amándote sólo a ti.

El hombre lo miró fijamente y por un segundo pudo ver la tristeza en sus ojos mas se encargó de ocultarla bajo su expresión siempre imperturbable.

Vuelve a dormir, no quiero que mueras porque estás cansado o distraído.

Asintió con la cabeza y volvió a acostarse atrayendo el cuerpo más pequeño hacia el suyo hasta que estuvo recostado sobre su pecho.

Te amo Levi —dijo antes de besar suavemente sus labios.

También te amo mocoso.

Fue lo último que escuchó, después todo se volvió oscuro y la angustia que sentía se volvió más y más grande e insoportable, entonces, abrió los ojos.

—¡Levi! —se sentó de golpe en la cama con el corazón golpeando en su pecho y el cuerpo cubierto de sudor. Desde que podía recordar, siempre había tenido esa clase de sueños en los que se veía a sí mismo más joven en un mundo distinto, y en casi todos esos sueños siempre lo veía a él.

Eren nunca había visto a esa persona fuera de sus sueños, sin embargo sentía que le conocía de toda la vida y, por extraño que pareciera, estaba consciente de los sentimientos que le provocaba: anhelo, melancolía, pasión, amor. Estaba profunda e inexplicablemente enamorado de ese hombre.

Escondió su rostro entre sus rodillas tratando de calmarse hasta que un sonido molesto le hizo girar la cabeza para ver la alarma indicando la hora de levantarse. Pensaba seriamente en ignorarla pero entonces recordó que día era, hoy después de mucho buscar empleo finalmente Eren Jaeger había sido contratado por una exitosa firma de abogados, con un poco de ayuda claro, pero al menos tenía el empleo. Se suponía que debía estar en la oficina a las 8, pero tenía que despertar de esa forma justo el primer día.

Se levantó de la cama y se dirigió hasta el baño con cansancio para alistarse. Casi media hora después estaba saliendo de su casa a toda prisa y con apenas una taza de café en el estómago pues se había demorado bastante en la ducha. Tomo el metro hasta su nuevo lugar de trabajo y llego un par de minutos antes de la hora, agradeciendo su suerte, directo a la oficina de su ahora jefe.

Estaba sentado frente al escritorio esperando por el jefe que, según dijo la recepcionista, se encontraba atendiendo una llamada importante, no tuvo que esperar mucho pues casi de inmediato escuchó la puerta abrirse y pudo ver a un hombre alto y rubio acercarse a él con una enorme sonrisa que contrastaba con su expresión preocupada.

—Perdona la tardanza, uno de nuestros abogados está teniendo problemas con su caso. Tú debes ser Eren Jaeger, Erwin Smith —se presentó extendiendo su mano hacia él, que no dudo en aceptar su saludo —es un placer conocerte.

—El placer es mío señor, agradezco que me permitiera trabajar aquí.

—No me agradezcas, como te mencioné en la entrevista ahora mismo no necesitamos más abogados, sin embargo tu padre me dijo que estabas teniendo problemas para conseguir empleo así que empezarás como ayudante de uno mientras tanto, claro si estás de acuerdo.

—Eso es suficiente para mi señor.

—Una cosa más Eren, deja de llamarme señor, aquí todos somos un equipo, llámame Erwin. –El castaño asintió

—Justo ahora la persona con quien trabajarás se encuentra fuera de la ciudad pero volverá la próxima semana, puedes utilizar su oficina si quieres revisar los expedientes a su cargo, sólo ten cuidado de no desordenar nada o se molestará cuando vuelva.

—Gracias Erwin, eso haré.

Erwin le indicó en donde se encontraba la oficina y lo dejó para que se instalará, el lugar se veía bastante pulcro y Eren sintió un escalofrío recorrerle la espalda al entrar. Los expedientes se encontraban perfectamente ordenados sobre el escritorio y se dispuso a estudiarlos durante esa semana.

Estaba estudiando uno marcado como urgente cuando una fotografía salió de él y cayó al suelo, el joven se agachó a recogerla y en ella vio a un hombre de baja estatura vistiendo un elegante traje negro, del mismo color que su cabello perfectamente recortado en la nuca y más largo arriba, pero lo que más llamo su atención fueron sus ojos: pequeños, grises, fríos, inexpresivos… idénticos a los de…

—Levi


Por ahora y mientras la universidad me lo permita, estaré actualizando los jueves o viernes (a partir de la próxima semana) espero que me acompañen a lo largo de esta nueva historia y no duden en dejar sus comentarios ^u^

Nos leemos el próximo jueves