Aquí les dejo el primer capitulo de la historia que edite y gracias a Raquel cisneros taisho okomura por hacerla de mi beta espero y les guste.

Recuerden sus comentarios son lo que nos alientan a seguir la historia son nuestro sueldo el saber que les gusto la historia

Disclaimer: Aclaro que los personajes de Inuyasha no me pertenecen a mi si no a la gran Rumiko Takahashi

"Pensamientos"...

Intervención de las bestias internas.

Escritura normal


Si yo muriera

Y tú quedaras en este mundo

Desde el más allá

Vendría a verte cada noche,

Decirte que te extraño

Que en mi otra vida

Me haces tanta falta.

Siempre seré tu ángel

Y al mirar la luna

Te siembren esperanzas

En el corazón;

Esperarte toda una vida eterna

Para estar junto a ti,

Porque eres la razón

De mi existir.

Eres la luz de mí mirar

De cada anochecer

Cuando alumbran las estrellas,

Que te abracen hasta sentir

Todo mi calor y reencarnar

En tu piel de ceda morena;

Perderme en tu alma.

Te miraría a los ojos

Hasta dejarte helado de amor.

En cada sueño vallas a mi mundo

Porque en él me siento sin ti,

Y decirle a las demás almas

Que vivo aunque sea absurdo

Por alguien que está vivo.

Te llevaría en una noche de noviembre

Bajo la luna llena,

Entrar en tu cuerpo

Y tocar tu piel de terciopelo;

Con mi mano robarme tu espíritu

Y alma para siempre…

Eso haría después de mi muerte.

~Alma Saavedra. ~

Prólogo

En un día soleado paseaba por unos los frondosos jardines del castillo, una hermosa Taiyōkai, junto a su amiga de infancia, platicando y cortando rosas cuando en ese momento se acerco un guardia.

— Disculpe por interrumpirla mi Señora — Decía mientras la reverenciaba —. Pero han invadido de nuevo las tierras. – Informó mientras terminaba de darles las malas noticias a su señora hubo una explosión cerca del castillo alarmando a todos.

— ¿Pero que ha sido eso? —Preguntaba la hermosa Taiyōkai cuando vio que se elevaba un hermoso Inu blanco —. Enyo prepárame mi traje de batalla. – Ordena y se volteaba a ver a su amiga de infancia, la cual era una yōkai tigre.

— Pero amiga no te encuentras bien, tus heridas aun no sanan por completo y no es conveniente el que salgas asi.- Trataba de hacer entrar en razón a su amiga ya que la quería como a su hermana menor.

— No te estoy preguntando, ¡te lo estoy ordenando Enyo! – Le gritaba a su amiga ya que ella se preocupaba por su esposo que estaba en batalla.

— Discúlpame Kagome pero sabes que en la última batalla contra los del Sur, el Lord Ryukotsusei te ha herido gravemente y aun no te encuentras en condiciones para salir a pelear. – Estudió el rostro de su amiga cuando unas lágrimas abordaron su rostro ya que tenía un mal presentimiento.

— Si lo sé amiga — Se acercaba poco a poco a Enyo dándole un fuerte abrazo ya que ella también tenía un mal presentimiento —. Pero sabes que no lo puedo dejar pelear solo por nuestras tierras, además que si me pasa algo regresare lo prometo.- La soltaba regalándole una sonrisa.

— Esta bien tu ganas pero sabes que él no puede estar sin ti —soltó un largo suspiro —. Si me disculpas me retiro a prepararte tu traje y armas.

Mientras veía como se retiraba su amiga y se perdía en el umbral del castillo decidió llamar a su guardián.

— Kuzo ven por favor — Estudiaba atentamente el cielo y pudo ver como un gran dragón blanco descendía hasta quedar en frente a ella —. Kuzo se que algo sucederá hoy, ya que es noche de luna azul.- Miraba el cielo viendo como poco a poco el día iba dando paso a la noche.

— Por lo que te pido que si llego a morir en esta batalla levantes una barrera en el Este que impida que alguien entre, a tratar de apoderarse de todo ya que van a quedar expuestos sin mi.- Le sonreía mientras se acercaba acariciar las escamas de su cuello donde se podia apreciar una estrella de cinco picos que indicaba que el solo la obedecía a ella.

— Pero mi Lady ¿por que dice eso? Yo siempre la protegeré incluso con mi vida — dijo volteando su cara para verla a los ojos azules que poseía su Ama —. Sabe que nunca me alejare de usted. Desde que usted nació me eligió como mi dueña y primero muerto antes de que a usted le suceda algo grave… - Kuzo en verdad quería proteger a su ama pero esta lo detuvo.

— Lo se Kuzo pero debes de entender que esto que te pido es por si algo me pasa, me es importante dejarte a cargo así que tu cuidaras de mi Señor — Le sonreía nostálgica ya que no quería alejarse de su amado pero necesitaba salvar sus tierras y a "él" —. Yo sé que no te parece pero en esta pelea tu no intervendrás te quedaras custodiando el castillo, por favor Kuzo te prometo que volveré.- prometió mientras abrazaba el cuello de su dragón derramando una lagrima.

— Esta bien mi Lady como usted diga, pero antes que otra cosa pase — Con su hocico levantaba la mano de su Ama y derramaba una lagrima en su muñeca asi apareciendo una pulsera de oro con imágenes de un Inu y un dragón —. Con esta pulsera cuando usted regrese lanzara un destello azul y aparece a su lado junto a sus mas grandes amigos.

— Gracias Kuzo los quiero mucho y dile a Yue y Akira que me perdonen y que los dejo a cargo de mis tierras ellos serán los jueces para determinar quienes entran a nuestra tierra sin malas intenciones, y no dejes que se maten entre ellos no dejes que Inuyasha llegue hoy al castillo ni a Toga por favor — comenzaba a soltar a su dragón y se alejaba un poco —. Ve Kuzo y recuerda que los quiero mucho.

— De acuerdo mi Lady hare lo que usted diga.- Y con eso se fue volando rumbo al castillo del este.

Mientras la Taiyōkai se dirigía al castillo, ya una vez dentro se dirigió a su habitación que compartía con su esposo, cuando llego las puertas de madera con la imagen de un Inu aullando a la luna.

Se abrían dándole paso a ella, al entrar pudo ver su traje encima de la cama que era un kimono rojo hecho de las escamas de Kuzo ya que eran muy gruesas de esta manera sería muy difícil que saliera lastimada y asi cuando no se encontraba cerca Kuzo, ella no salía tan lastimada, a su lado pudo observar sus katanas y espada especialmente forjadas por Totosai con un colmillo de ella y otro de Sesshomaru, se empezó a cambiar quitándose el kimono rosa y quedando solo en su yukata de seda blanca, frente al gran espejo que estaba al lado de su cama observo la luna menguante que le adornaba el cuello haciendo símbolo de que estaba emparejada con el Lord del Oeste.

Sonrió recordando que hace poco había sido su ceremonia de emparejamiento, pero en una época de guerra había durado muy poco su felicidad ya que hace una semana los del Sur habían atacado al Oeste para tener más poder al enterarse que tenían alianza con el Este.

Esta vez el ataque era diferente ya que querían a Kagome muerta por haber despreciado al hijo del Lord del Sur y en su lugar preferir a Sesshomaru, tomo su estola y la acaricio ya que se sentía inquieta y para tranquilizarse la empezó a acariciar, y prosiguió a vestirse, una vez ya arreglada salió del castillo rumbo a un claro del bosque que rodeaba el castillo donde se veía que era el campo de batalla.

Cuando visualizo a su marido dio un brinco llegando junto a él que de reojo la vio gruñéndole en desapruebo por estar ahí con él peleando en lugar de estar descansando dentro de sus aposentos.

Ella al oír el gruñido de su marido no pudo evitar soltar una sonrisa por lo que con su estola lo acaricio por un momento para que ya no siguiera enojado, el al sentir la estola de su mujer como le acariciaba una pata, rio para sus adentros ya que ella era su vida propia.

Durante la batalla se alejaron uno del otro mientras sus soldados luchaban junto a sus señores llegando asi la noche donde se podia ver cadáveres por doquier tanto soldados de ellos como enemigos caídos para cuando la luna se alzo en cielo siendo testigo de lo que a continuación pasaría.

Cuando quedaban pocos enemigos llegaron más atacando a Sesshomaru que ya se encontraba en su forma humanoide por lo que no pudo ver cuando emboscaron a su mujer, ella al ver el objetivo era ella peleo con todas sus fuerzas pero un enemigo la tomo por la espalda cuando se disponía a deshacerse de su atacante llego un brujo lanzándole un hechizo que la dejo inmovilizada por lo que aprovecho otro soldado para clavarle la espada en su estomago por lo que ella pego un grito por el dolor.

Que automáticamente oyó su marido llegando con él, el aroma a su sangre por lo que se enfureció transformándose de nuevo en un Inu gigante matando todo a su paso el hechicero al ver eso se escondió para evitar su muerte con la furia del Taiyōkai; una vez todos sus enemigos muertos regreso a su forma humanoide y se acerco a su esposa donde vio a unos soldados como trataban de parar el sangrado.

Para cuando ellos habían notado el olor de su sangre corrieron a su lado para ayudarla y para evitar morir a manos de su señor ya que enojado era incontrolable y la única que lo calmaba era su esposa al ver que su Lord se acercaba a ellos con los ojos rojos se hicieron a un lado para que quedara solo con su señora.

Él al ver como se retiraban sus soldados hizo una sonrisa que paso desapercibida por los demás menos para su esposa que lo conocía que había debajo de esa mascara de hielo al ver que el estado de su mujer era delicado se incoó para tratar de cargar a su esposa, ella al ver que los ojos de su marido seguían rojos decidió tranquilizar a su bestia.

— Mi amor cálmate que asustas a los soldados, además ellos no son tu enemigo.- levantaba una mano para acariciar su rostro.

— ¡Hump! Pero saben que debían cuidarte y no dejarte salir de las murallas del castillo.- Hablaba la bestia de Sesshomaru, mientras levantaba la mirada hacia donde estaban los soldados y en ella prometía muerte provocando que en los soldados les corriera una gota de sudor frio en la nuca, regresaba la mirada al cuerpo de su mujer por que sentía su mano acariciar su rostro —. Sabes que no puedo estar sin ti.

— Mi vida debes de vivir, no te debes de dar por vencido, vive para ver por lo que tanto hemos luchado, yo estaré bien te lo prometo — Terminaba de decirle para después toser sangre al ver eso Sesshomaru alzo el torso de su mujer y lo abrazo porque si ella moría también se moría su razón de vivir —. Mi amor te prometo regresar a tu lado y por favor espérame.

— No por favor mi vida no me dejes.- Sesshomaru hundía su rostro en el cuello de su amada respirando el dulce aroma de ella, que era de rosas con gardenias —. No puedo estar sin ti Kagome sabes que me será imposible seguir adelante. – susurro solo para que ella le escuchara.

— Lo harás Sesshomaru aun después de la muerte siempre te amare y regresare a tu lado pase lo que pase, estaré a tu lado siempre, regresare en la próxima luna azul hasta entonces espérame amor. Kagome exponía su cuello para que la volviera a marcar.

Él al ver la acción se acerco a la marca abriendo su boca exponiendo sus colmillos que poco a poco se fueron hundiendo en la piel nívea de su amada succionando la sangre de ella y sintiendo todo lo que ella sufría en ese momento, ya que sus marcas eran un vinculo que los unía en cuerpo y alma.

Y podían sentir los sentimientos del otro, ella al sentir los colmillos de su esposo no pudo evitar soltar un gemido ocasionando que su amado enterrara más a fondo los colmillos haciendo su agarre mas posesivo, cuando retiro sus colmillos limpio los hilos de sangre que salían de la marca con su lengua cerrándose al momento, ya que su saliva es curativa, después el expuso su cuello para reforzar la marca de su esposa y acerco su cuello a ella.

Al ver la marca de su marido sus colmillos crecieron enterándose en la piel blanca de él cuando termino de beber la sangre de su marido veía como su marca de estrella se volvía roja, mientras se acerco a los labios de su marido cerrando la promesa de volver, pero el hechicero al ver eso salió para lanzarles un hechizo donde borraría sus recuerdos de los dos pero no contaba con que Kagome se percato de su presencia y con las pocas fuerzas que le quedaban se levanto haciendo una barrera cubriendo a su marido, recibiendo ella el hechizo.

Al ver Sesshomaru a su mujer caer, su enojo pudo más que el shock inicial por lo que destruyo la barrera de su esposa que se iba desvaneciendo por que sus fuerzas se acababan, por lo que ataco al hechicero y cuando lo iba a matar el hechicero se rio.

— ¡Jajaja! piensas que con matarme ella vivirá está muy equivocado mi Lord por que el hechizo que les mande y ella recibió ocasionará que sus recuerdos con usted se borren para cuando ella regrese no lo recordara a menos que usted haga que ella lo recuerde esa será su mayor prueba ya que recordara a todos menos a usted.- Sesshomaru clavo sus garras en él dándole la muerte para después aventarlo hacia un árbol; corrió al lado de su esposa cargándola y sentándose en un tronco recargando en su pecho a su amada para estar con ella sus últimos momentos.

— Perdóname mi amor pero no podia que te diera a ti el hechizo cuando regrese no te recordare.- Volteaba su rostro para ver los ojos ámbar de su amado resbalando por sus mejillas gruesas lágrimas ya que le dolía el olvidar a su amor.

— No te preocupes por eso porque yo siempre te recordare y para cuando regreses haré hasta lo imposible porque me recuerdes.- Le decía el limpiando sus lagrimas con cuidado de no lastimarla con sus garras, mientras eran cubiertos por sus estolas enredándose para darse calor.

— Gracias, mi amor recuerda que te amo.- Y con esas últimas palabras se fue, dejando a Sesshomaru destrozado y abrazando su cuerpo sin vida tratando que despertara.

— No mi amor no te vayas despierta por favor no me dejes, ¡despierta! - Gritaba y al ver que ya no despertaría y su bestia aulló a la luna derramando lágrimas y aferrándose a la promesa que volvería.

********** Dos mil años después **********

En un día soleado una hermosa joven de cabello azabache con tonos azulados de 17 años caminaba junto a su amiga una castaña de 19 años, que su ocupación era ser una exterminadora con un zorrito en brazos durmiendo y una gatita al hombro de su amiga ya que tenían tiempo caminando y buscando los fragmento de la perla Shikon que se había fragmentado dos años atrás, delante de ellas iba un mitad demonio de cabellos plateados y junto a él un joven monje de 21 años.

— Oye Kagome no crees que deberías de hacer algo para saber en qué piensa Inuyasha ya que últimamente ha estado muy pensativo.- Le hablaba despacio a su amiga para que el hanyō no la oyera ya que su oído era mucho más sensible que el de los humanos.

— ¡He! No Sango déjalo asi lo más seguro es que esté pensando en su amada Kikyo por que últimamente sale toda las noches.- Fue la respuesta que escucho la exterminadora de boca de su amiga que miraba triste hacía el suelo.

— ¿Pero como te has dado cuenta? - Le preguntaba Sango ya que últimamente el aspecto de su amiga había cambiado un poco.

— No lo sé Sango siento que mis poderes se han estado incrementando.- Le contestaba tratando de encontrar las respuestas que tanto necesitaba ya que ella misma había notado que su cuerpo estaba cambiando su cabello se hacía más largo con forme pasaban los días, sus caderas se habían anchado y su busto crecido por lo que tuvo que regresar al futuro a comprarse ropa nueva porque la anterior ya no le quedaba — ¿Qué te parece Sango si mas tarde nos damos un baño? – con eso dio terminada la conversación con su amiga.

— Claro ya que hoy hace mucho calor por lo que podremos ir al rio a bañarnos ¿qué te parece? - Le sonreía a su amiga ya que le quería levantar el ánimo ya que los últimos días se le veía triste.

— Claro Sango me parece buena idea. – Con eso finalizó la conversación.

Mientras adelante iba Miroku e Inuyasha platicando, ya que Miroku veía el extraño comportamiento de su amigo.

— ¿Inuyasha qué es lo que te pasa? Últimamente por todo peleas con la señorita Kagome solo por ver que tu her...- Se quedo con la palabra en la boca Miroku al ver la mirada de odio que le lanzo Inuyasha por la palabra que iba a decir por lo que se aclaro la garganta y prosiguió.- Quiero decir por qué cada vez que Sesshomaru se acerca a recoger a Rin cuando viene a jugar con Shippo y Kirara te pones de un carácter que nadie te aguanta.

— ¡Feh! Ese es mi problema Miroku pero, no voy a tolerar que se acerque a ella.- Ya que él se había percatado de los cambios en el cuerpo de Kagome y su memoria le recordaba aquella Taiyoukai que estaba con su hermano de la que fue su primer amor por lo que no la iba a dejar ir tan fácil, ahora se arrepentía de aquella primera vez que la vio y la confundió con Kikyo, pero al verla bien esos ojos azules y sus facciones era igual a ella por eso cuando la vio Sesshomaru no la pudo atacar y procuraba tener encuentros frecuentes con ella con el pretexto de querer a colmillo, aunque también por otro lado estaba su segundo amor Kikyo y no sabía qué hacer con sus sentimientos.

— Pero ¿por que estas tan posesivo? no ves que le haces un daño a la señorita con tus acciones ya casi no ríe y en su mirada se refleja su tristeza, aunque ella quiera aparentar otra cosa.- Regaño el castaño tratando de hacerlo entrar en razón.

— No lo sé Miroku pero no me puedo decidir. - Y con eso dio por terminada la conversación con Miroku.

Al caer la tarde las chicas se fueron al rio a darse un baño mientras ellos se quedaban recolectando leña para que en la noche cenaran y descansaran ya que había sido un día demasiado largo.

Una vez que las chicas terminaron de bañarse regresaron al campamento y al no ver a Inuyasha, Kagome se entristeció por lo que quiso salir a dar un paseo sola mientras se adentraba al bosque unos ojos ámbar tan fríos como el hielo la seguían en silencio cuidando que nada le pasara.

Continuara...