Amistad a Través Del Tiempo
Capítulo 1
-Vamos Rose, vamos Victorie, Albus, Lily, Hugo y Teddy, vamos a entrar a la habitación prohibida de la tía Hermione.- musitaba un ansioso, terco y desesperado James Sirius Potter tratando de halar a todos sus primos del brazo. El chico de pelo castaño y el más travieso y pícaro de todos los Potter quería saber la razón del porqué sus tíos no querían que entraran a la habitación prohibida.
-James, sabes que mi padrino no quiere que entremos a buscarle sus cosas. Él nos dijo un millón de veces que no debemos de hacerlo porque es peligroso.- lo regañaba Teddy Lupin; pero James lo ignoraba canturreando una canción muggle, que Albus y Teddy odiaban porque lo consideraban solo para chicas.
-¡James, deja esa bendita canción!- refunfuñaba Albus.
-No la dejaré hasta que me hagan caso.- dijo James enojado. Entonces se le acercó más a la rubia de la familia para convencerla que lo acompañara.
-Vicky, Victoriecita, por favor ven conmigo al cuartito prohibido.- suplicaba a su prima; pero ésta lo ignoraba.
-Pero James, madura ya. Debes entender que eso está prohibido. Por favor crece ya.- dijo Victorie.
-Bueno, te acompañamos James.- dijo Lily, no tan convencida de lo que hacía.
-Si te acompañamos. Es mas veremos lo prohibido. Vaya me pregunto que será.- decía con alegría Hugo pensando que de seguro era unas fotitos bochornosas de sus padres y tíos cuando eran jóvenes.
-Bueno está bien James; pero solo por ésta vez.- dijo Rose y Teddy.
-Pues yo no. No quiero meterme en líos.- gritó Albus.
-¡Ohhhhhhh! La, la, la, la, la, la, quiero cantarle al amor, ooohhhh, quiero cantarle al…-
-Arrrrrr está bien, te acompaño. Pero no vuelvas a cantar esa tonta canción.
-Bueno yo también. Me gustaría aventurarme por un buen rato y salir de éste aburrimiento que tengo. Muy bien iré al cuarto prohibido James.-sonrió Vicky y todos se fueron alegres; pero caminando despacito a la habitación.
Los chicos Potter Weasley estaban esperanzados y pensando en todas las cosas que habían en ese misteriosa habitación. Quizás había objetos y experimentos fallidos de los Sorciegos Weasley que los escondieron por su propia seguridad, o fotitos bochornosas como decía Hugo, o quizás objetos mágicos completamente fascinantes mas allá de su imaginación. Pero al llegar al lugar y cuando abrieron la habitación sus sonrisas s borraron y solo había objetos comunes y corrientes. Nada, nada interesante, o eso creían hasta que Rose miró una cajita pequeña que decía "Prohibido Tocar". La niña tomó la caja, con sumo cuidado y susurró.
-Hey miren chicos eso.- Sus primos y hermano se acercaron, luego la niña abrió la caja y para su sorpresa un objeto pequeño y plateado brilló en todo su esplendor. –Es un gira tiempos.- sonrió Rosie. La curiosa pelirroja de cabellos ondulados miró a todos con un rubor de curiosidad. Ella no sabía el porqué ese indefenso gira tiempos era peligroso.
-Oh no sé quizás si sea peligroso Rosie. Guárdalo ahí por favor.- ordenó con dulzura Teddy.
-Pero Ted, quizás eso cambiará el cómo vemos el mundo. Quizás podríamos devolverle la vida a nuestros abuelos y a muchísimos más. Y quizás también papá no tendría esa cicatriz.- dijo Albus.
Pero James, tratando de ser el gracioso le quitó de las manos a Rosie el gira tiempo y comenzó a jugar con el objeto. –Hey miren eso es peligroso, ja,ja,ja. Vamos Ted, vamos a viajar en el tiempo. Eso no nos hará daño a nadie. Chicos, nosotros seremos los señores del tiempo y el espacio. ¡Weeeeaaaahhh, hurra!- sonreía el chico.
-James, deja eso.- gritó Vicky.
-Hermanito, no lo hagas. No juegues con el gira tiempos.- suplicaba su hermanita.
-Ohhhhh eso va a ser genial. Vamos James, ¿Qué hace eso?- preguntó un curioso Hugo girando uno de los lados del gira tiempos tres veces y de pronto una oscuridad tremenda arropó la habitación.
Los chicos Potter Weasley giraron y giraron sin parar y todos se marearon. De pronto todos los objetos, muebles y la habitación prohibida desaparecieron por arte de magia, todos gritaron y desaparecieron.
Minutos después los chicos aterrizaron en un lugar muy extraño. No estaban los muebles, no estaban los objetos, ni muchísimo menos sus demás familiares. Ellos estaban desaparecidos. Pero de pronto escucharon una voz que preguntó.
-Oigan, ¿qué hacen ustedes aquí?- y al mirar quien era todos los chicos se asustaron.
-¡Ahhhhhh, un monstruo, un monstruo!- gritaron y se fueron a correr, todos excepto Victorie ya que notó que el monstruo no era un monstruo, sino una persona y que estaba llorando.
