¿...Cuánto había pasado?
Años y ella apenas si lo recordaba...
-...Vamos Darién... deja de pensar y acompáñame...
El hombre se volteo rápido, como si despertara de un sueño ¿por qué ahora la recordaba después de tantos años?
-¿...Dijiste algo...?
La joven rubia se dio vuelta enfadada.
-Ya no sé en que mundo vives... apenas si me tomas en cuenta. ¿Qué pasa amor?... ¿sucede algo en el hospital?...; Dijo arrojándosele suavemente a los brazos, como una gatita buscando refugio.
-...Nada Umiko...solo estoy un poco distraído...; volviendo de nuevo a su realidad;- ¿qué querías que hiciera?
-Que me acompañes a la tienda...hoy es domingo...Tienes el día libre...por favor...; la rubia, lo beso suavemente en los labios.
"Maldita debilidad ante las rubias" .Darién Chiba, asintió.
Serénity bajo del elegante automóvil negro, cerrando con prisa la puerta de aquel.
"Maldición...Otra vez tarde"
Subió por el ascensor hacia el décimo primer piso. Miraba con impaciencia su reloj, nunca se había demorando tanto este ascensor.
Cuando por fin llego a la sala de juntas, casi cayó.
Diez personas, alrededor de una mesa, la observaban acusadamente.
-...Disculpen...
Todo el mundo se relajo, nadie ignoraba quien era.
La Princesa Serénity, tomo su lugar, sentándose al centro.
La reunión, había transcurrido en la más absoluta tranquilidad.
Pero aun así, se sentía inquieta.
Toda la culpa la tenían aquellos malditos recuerdos... ¿por qué justo ahora volvían?
...ahora que su vida marchaba bien...que estaba a punto de casarse...que era feliz.
Solo se calmo, cuando ya estuvo en su hogar. Cuando estuvo sola, ella y sus pensamientos.
Se acomodo, acurrucándose en el gran sillón de cuero negro, sacándose los tacos. Cerró los ojos suavemente y recordó...
11 años atrás...11 largos años...
"Tenia tan solo 14 años cuando la historia se inicio, donde supo, su verdadero destino.
De ser Serena Tsukino una chiquilla corriente, de pronto en un segundo, paso a ser una princesa, la Princesa de la Luna.
Todo había sido tan rápido, ser una Sailor scout, y luego enterarse de su verdadera identidad.
Aquella que la había destruido en lo mas profundo de su ser...
Cuando todo comenzó con la destrucción de la Reina Metallia,
Cuando llego el momento de enfrentarse a su destino...".
Sobresaltada, contesto el móvil, con un diga, tremendamente soñoliento.
-¿...Serénity...? la voz masculina, la despertó del todo. Era Andrew.
-Si...hola Andrew...;
-¿Qué pasa¿Dormida otra vez?
Serénity sonrió al escuchar el comentario. El, la conocía bien.
-...Si, solo estoy un poco cansada...
-¿La junta?...;
-...mmm...; mintió.
-Vamos Amor...Levanta el animo...tu sabes que lo estas haciendo muy bien...eres una digna heredera de la Reina Serénity...
-Lo se Andrew...pero aun así, tengo miedo de hacerlo mal...; era una carga demasiado grande para ella.
-...Bueno...Pero que te parece si...para subir ese animo... ¿vamos a cenar por ahí...como en los viejos tiempos...?
Dudaba, y no sabia porque.
Ella quería demasiado a Andrew...se iba a casar con el, pero este ultimo tiempo, no sabia lo que le ocurría. Sus amigas decían que se debía al nerviosismo, que tienen todas las novias antes del matrimonio, pero ella sabia que no era eso.
-...Esta bien...a la misma hora de siempre ¿no?
-Si.
-...Andrew...; la voz de Serénity, sonaba extraña, casi triste.
-¿Si amor?...
-...Nada...fue una tontería...; Su voz volvía a ser alegre, igual que siempre;-...esta bien...nos vemos a la noche...
-...Claro...adiós...
Respiro aliviada. ¿Qué estaba a punto de hacer?
-...Doctor Chiba...; Karin, la enfermera lo siguió;-...lo necesita el Dr. Anzai en la 201...
Darién Chiba, se giro.
La enfermera de nuevo, se quedo observándolo. Siempre le producía lo mismo verlo.
¿Como ese hombre tan atractivo, y exitoso podía tener aquella mirada tan triste?
Miraba todo con un vació interminable, con aquellos ojos azules, que jamás demostraban lo que sentía.
Pero también jamás entendería porque el Doctor Chiba, tenía por novia una rubia tan tonta y presuntuosa, como Umiko Endo.
Anochecía en la ciudad. Las calles estaban más alumbradas que nunca .Ya todos volvían a casa, después de un largo día de trabajo, volvían al hogar.
Saco las llaves de su chaqueta, abriendo con cuidado la puerta de su departamento.
Rogó que Umiko no estuviera hoy en el. Deseo estar solo, siquiera por esta noche.
Encendió con cuidado las luces, suspiro aliviado, ella no estaba allí.
Se saco los zapatos, y la corbata, desabrochándose la camisa. Hoy estaba más cansado que nunca.
Fue al bar y saco un poco de whisky con hielo. Así estaba mejor.
Suspiro.
Echado sobre el sillón cerro los ojos y trato de dormir, pero no lo hacia.
"La luna tras suyo, iluminando a la niña ángel, que llegaba de un hermoso castillo.
Luego, su calidez abrazándole, su risa, suave y a la vez escandalosa, haciéndolo reír...
El, la tomaba y le decía... Odango Atama...
Su Cabeza de Chorlitos..."
-...Maldita sea Darién Chiba... ¿qué estas pensando?
Eso ya había pasado, y ya nunca más volvería a pasar...nunca más.
Se maldecía a si mismo por haber cruzado de nuevo por su mente aquella imagen, que nunca pudo olvidar.
No importando que hubiera pasado mas de una década.
Una década, que había sido la peor de su vida.
Sin Ella.
De pronto fijo su mirada, en el periódico del día, tirado a la entrada de su puerta.
Unas letras grandes y llamativas, eran el titular de día.
Corrió a coger el periódico .Y enterró con fuerza sus manos en el. Destrozándolo.
