HOOOLAAAA! bueno para comenzar esta es la primera vez que publico algo en español a pesar de ser mi lengua materna, me siento mejor cuando escribo en inglés, no me pregunten por qué, debe ser que ya estoy acostumbrada a que todas mis historias sean en ese idioma, sé que no es mucha la gente que lee historia en español sobretodo si tiene OC's pero igual me arriesgare, de todos modos solo quiero decir que lo único que me pertenece de esta historia es el personaje principal y la trama como tal, de resto todo le pertence a Matsuri-sama! GRACIAS!^^
Por favor R&R se supone que lo quiero hacer como un one shot, pero obviamente quedaria muy largo por lo tanto decidi dividirlo en tres capitulos, mientras la imaginación va y viene en mi mente, fue un momento de inspiración y es algo que le debo a mi mejor amiga, entonces disfrutalo Mina-chan! ^^ (Nightlotus)
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El comienzo de la pelirroja
Un infierno. Esa era la simple frase con la que describían el estilo de vida de un vampiro; no poder disfrutar de la luz del día tan tranquilamente como lo haría un humano, tener que usar la sangre de otros para mantenerse vivos y ser considerados como seres lujuriosos y crueles al mismo tiempo, no era un estilo de vida ejemplar, pero eso no era del todo malo, al menos no para los vampiros, después de todo, nacieron para eso.
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Nuestros colmillos brillando a la luz de la luna mientras nuestros ojos penetran el alma de nuestra víctima, hacen de esa experiencia algo encantador. Sobre todo cuando te acostumbras a este estilo de vida, en ese preciso instante, te das cuenta que lo que es cruel para un humano es maravilloso para un vampiro. Nada como probar la fruta prohibida mientras está te observa con frialdad y temor al principio, pero una vez que decides perforar su cuello delicadamente, lo único que piden, es que nunca la dejes.
Suspiro-"¡Vaya, los humanos son tan ingenuos. No entiendo como hay vampiros que caen de rodillas ante ellos"- Arrugo la entreceja ante la idea-"¡Patético! Un insulto a nuestra especie, deberían arrancarles la cabeza"- gruño mientras observo desde mi ventana como la luna hace posesión de la insignificante villa a unos kilómetros de casa. Doy media vuelta sobre mis pies descalzos, ojeando mi habitación en el proceso, hasta ahora comenzaba mi "día". Una pijama cómoda y simple me cubre el cuerpo mientras sobre mis hombros cae como cascada una cabellera de fuego.
"Akako, el Señor te necesita"-Escucho a Hisoka tocar a mi puerta varias veces. Hisoka es un joven vampiro de nivel-E, inestable al principio, la verdad no sé como mi padre fue capaz de controlarlo tan rápidamente, otro simplemente lo habría matado. Su historia era larga y aburrida, lo único que sé es que siente un enorme respeto hacia mi padre por haberlo ayudado y ahora trabaja para él, como un perro faldero.
"Enseguida voy…"-Respondo en un tono ronco, que probablemente lo hizo suspirar enojado por mi actitud perezosa, pues he dejado en evidencia lo tarde que me había levantado.
Antes de que inciase un discurso sobre el "Verdadero comportamiento de un vampiro" y como yo, no encajaba en el, decido cambiar de ropa para estar presentable. Mi padre es muy conservador, mantiene viva la imagen de los vampiros con su actitud sadomasoquista, pero debo admitir que no es del todo malo. Me visto con un simple vestido azul noche, de tiras y cuello en V, no muy profundo, la falda tiene cierto vuelo que facilita mis movimientos y hace sobresalir mis ojos cerúleos.
"Akako, sabes que él no tiene paciencia. No lo hagas esperar más"- Dice Hisoka, dando otro golpe a la puerta en señal de irritación.
"No seas aguafiestas, Hisoka"- Le refuto, sonriendo para mis adentros al imaginarme la cara de angustia del vampiro. Acelero mi ritmo para vestirme y peinarme, sin embargo, al no saber qué zapatos escoger, decido seguir descalza.
Antes de salir de la habitación, doy un brinco, tratando de disimular mi emoción. Pensar que mi padre quiere verme a primer hora, me genera exaltación. Probablemente, al fin me dará la oportunidad de salir de esas cuatro paredes a las que siempre tengo que observar con detenimiento, día tras día, para encontrar algún tipo de diversión.
Hisoka me guia por la mansión, hasta la habitación de Rido. Mientras bailoteo (sin que él se diera cuenta) por la baldoza de grano de mármol, que refleja la luz de luna, me doy cuenta que el Nivel-E está muy callado. No puedo decir que nos llevamos bien, pero siempre hay un tema de conversación de por medio.
Al escucharlo suspirar, me doy cuenta que mis monerías los están irritando, así que las incremento para llevarlo a su límite de paciencia. Es divertido cuando se enoja. Sin embargo, mientras observo los obscuros corredores, y presto atención a nuestro alrededor, el único ruido que resona en mis oídos es el de nuestros pasos.
Por alguna extraña razón...
Hoy no hay invitados.
"Hemos llegado"- Hisoka me saca de mis pensamientos con su voz. Levanto la mirada para ver la puerta que nos separa de mi padre y lo miro extrañada.
"Ésta no es su habitación, es el comedor, tonto Hisoka"- Hago un gesto de desgrado que hace que una vena aparezca en su frente en señal de enojo. El vampiro mantiene su pose de mayordomo y toca a la puerta.
"Señor, hemos llegado"-Dice, simultáneamente empujando la entrada. Retrocedo unos pasos. Una habitación oscura y un olor putrefacto que viaja rápidamente a mis pulmones, resultar ser mi bienvenida. Desconcertada y tras un brusco empujón de Hisoka para entrar a la habitación, siento el frío viento que entra por la ventana y el bailar de las cortinas, que parecen olas. El Nivel-E cierra de un portazo, haciéndome brincar. Un insulto por lo bajo, se escapa de mis labios.
A lo lejos, escucho una risita y me giro hacía la izquiera, de donde provino el ruido. Vistiendo una camisa negra ceñida al cuerpo, el cuello abierto y los primeros botones sin abotonar realzan la buena figura del viejo, no tan viejo en realidad, solo unos cuantos siglos y ya, pero algo que me hace reír entre dientes por la vergüenza, es la capa negra que lleva en los hombros, le dan un estilo más "vampírico", lo cual es encantador y ridículo al mismo tiempo. Sin lugar a dudas, su tez pálida y el extraño color en sus ojos, uno rojo y el otro azul, hacen del viejo un ser bastante llamativo, sin mencionar que su pelo castaño oscuro y largo que le llega a por encima de los hombros lo hacen ver bastante juvenil, lo cual atrae aún más. Sus facciones son perfectas, simétricas y fuertes, pero...
"¿Padre?"- Pregunto, sintiendo la mirada del susodicho sobre mi ser. El vampiro sentado en el comedor, sonríe de medio lado, por sus labios cae una gota de sangre que viaja hasta su mandíbula y se desparrama sobre la mesa de madera vieja.
¡Oh, genial!-Pienso por un momento mientras disimulo mi inconformidad con su aspecto. Su mano pálida, en la cual descansa su rostro, tiembla por unos segundos. Bajando la mirada, noto que detrás de su asiento, yacen todo tipo de mujeres humanas, cuerpos sin vida, pálidos y aún más fríos que el de un vampiro. Ojos totalmente en blanco, pero sus expresiones tranquilas, como si haber muerto en las manos de un vampiro hubiese sido su mayo sueño.
Con que ahí están los invitados...
No sabiendo contener mi asco, vuelvo la mirada hacia el vampiro-"Si me has llamado para alardear de tu vida social, no estoy interesada"- frunzo el ceño ante el silencio del vampiro. Hasta ahora, no ha dicho nada pero temo que muy pronto hará algo. Lo miro de reojo, esperando su respuesta.
"Akako..."- El vampiro me mira con un brillo singular en sus ojos. Trago saliva y muevo mi cabeza en señal de cortesía-"Llegas tarde"-me reprime, conteniendo su usual tono enojado. El cual es fuerte, muy fuerte y molesto.
Sin pensarlo dos veces, emito un automático-"Lo siento"-para salir del "aprieto".
"Akako..."- Su voz aterciopelada pronuncia mi nombre nuevamente y puedo ver la irritación en su rostro. Lo miro confundida, normalmente, después de comer, queda de buen humor por un rato. A menos, claro, que la comida no haya sido lo suficientemente buena como para satisfacerlo.
Lo cual siempre termina siendo así.
Conciéndolo, probablemente quiera que le traiga algún ser insignificante para comer. Por eso aclaro mi garganta, pongo mis manos sobre mis caderas y le pregunto-"¿Qué quieres? Si tienes hambre, puedes decirle a Hisoka que te traiga más humanos. Yo no lo haré"
El vampiro murmura algo para sí mismo.
"¿Qué dijiste?"- Pregunto. El vampiro me mira, otra vez con ese extraño brillo en sus ojos y en un parpadeo, desaparece de mi vista. Mis ojos se abren como platos ante el súbito apretón en mi brazo.
"¡Ow!"-grito desesperada por zafarme de aquel dolor que corre por mi extremidad-"¿Qué crees que haces?"- pregunto en tono brusco al sentir que cada vez el dolor es más fuerte. Me muevo en varias direcciones intentando encontrar una forma de zafarme. No es una pelea justa, al menos no para mí.
"Dije que todavía tengo hambre, creo que necesito algo más fuerte ¿No crees Akako?"
Siento un escalofrío recorriéndome la espalda-"N-No... así estás bien"- Tartamudeo.
"¿Tu crees?"- El vampiro roza sus labios contra mi oreja. Reprimo un grito ahogado, al tiempo que siento como su mano deja libre mi brazo y me empuja lejos de él. Parpadeo perpleja ante la situación ¿Qué había sido eso?. Lo único que consigo escuchar es una risa malévola a unos cuantos pasos de mí, la voz de terciopelo resuena en la habitación.
"No me parece gracioso"-Señalo firmemente mientras me acomodo el vestido, y acaricio mi adolorido brazo, pero aunque mis palabras fueron dichas en un tono agresivo y demandante, mi esfuerzo no vale la pena, esa risa sigue resonando en la habitación como si nada. Enojada, me giro sobre mis pies para dirigimirme a la puerta. Le paso por el lado y aún con mis pies descalzos, le doy una pisotada que lo hace gruñir.
"¡Tch! Te odio ¡Me largo!"- Digo, aplastándole el pie.
"¿Te vas tan pronto?"- Mi padre pregunta un tanto burlón, demostrándome que mi fuerza no lo afecta en lo absoluto. Mi frente se arruga mientras frunzo el ceño y lo fulmino con mis ojos azules.
Había olvidado mencionar que aquel vampiro con la mirada clavada en mí, desde hace un buen rato, es nada más ni nada menos que: Kuran Rido.
Sí, un ser despreciado por vampiros y cazadores, por igual, especialmente por algunos miembros de la familia Kuran, pero aún así, a pesar de saber que ésta ha sido una pelea que ha durado siglos, sigo sin entender el porqué del odio hacia mi padre, o hacia mi supuesto padre, ya que por simples leyes de la genética, no nos parecemos en nada y es obvio que soy adoptada, es decir ni siquiera puedo sacar como excusa el color de sus ojos; "!Tengo el pelo rojo por su ojo rojo y los ojos azules por su ojo azul!".
¡No puedo creer que lo haya dicho de niña!
*NOTA: ESTOY ARREGLANDO LOS CAPÍTULOS, ES DECIR, MEJORANDO REDACCIÓN, PUNTUACIÓN, ORTOGRAFÍA ETC. Y CONECTANDO MEJOR LAS IDEAS, ASÍ QUE PUEDE HABER CIERTA INCOHERENCIA ENTRE CAPÍTULOS POR EL MOMENTO. POR FAVOR, PACIENCIA :) (2015/12/10) ESPERO TERMINAR PRONTO.
Próximo cap.
Pero si eso era un infierno entonces no podía imaginarme el cielo. Sentía la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo mientras el dulce aroma de su sangre me llevaba a un mundo de éxtasis, mis ojos se tornaron carmesí al ver su cuello totalmente despejado, no había nada que lo cubriera ni siquiera la bata negra que llevaba sobre los hombros me impediría admirar aquella pieza tan exquisita.
Listo! eso fue todo por hoy! jaja algo corto pero espero que haya sido de su agrado, no es la gran cosa lo sé! soy una principiante hasta ahora, y a pesar de ser mi segunda historia con vampiros...bueno! mejor dicho, seguire intentando a ver que tal me va! jejejeje =P
Thanks for your support! xD
Hikari-Letal-Blood! ^^
