Hola! Bienvenidos a lo que es el primer fanfic de Jimmy Neutron hecho por mí al 100 por cierto. Espero les guste para ser el primero que hago XD. Sin más preámbulos:
Verano en el Candybar
Capítulo 1: Una malteada de chocolate
Verano, muchos jóvenes se derriten con solo escuchar esa palabra. Dos meses enteros de libertad pura, salir con las amigas, mirar películas, hacer pijamadas cada semana, contarse chismes y mensajearse toda la tarde. Sin tarea, sin deberes, sin preocupaciones. Bueno, o eso es lo que para la mayoría de los jóvenes hoy en día consideran ideal para un gran verano. Pero no para esta chica, no. Cindy siempre ha sido ambiciosa. Era hora de comenzar a sacarle provecho a esas horas libres que tendría gracias al verano. Para muchos de su edad, la ambición se limita a cosas sencillas como empezar una banda, ser niñera de medio tiempo, esa clase de cosas que implican ser libres de un jefe. Alguien que no te tenga al margen, que te de órdenes, y te limite. Pero Cindy ve más alla de eso, necesitaba algo que ocupara su mente, y por supuesto, que le dejara un sueldo fijo con prestaciones de ley, la oportunidad de propinas y claro, un lugar donde no perdiera el contacto con su vida social. El CandyBar era perfecto para ello.
"Mesera, y mi pedido?" se escuchó una voz a lo lejos.
"Ugh", soltó un quejido, "si, un momento, por favor", contestó la joven rubia con una sonrisa mientras recogía los platos vacíos al otro lado del sitio.
"Señorita, y yo?"
"Yo también estoy esperando!"
Diferentes voces exijian su atención.
"Ya voy, ya voy," respondió desganada. "Rayos, por lo menos ya es viernes.", se decía a sí misma. No es que se estuviese arrepintiendo de la idea brillante que había tenido, es que simplemente aún no conseguía acostumbrarse a la rutina, a la gente, a andar todo el día en esos rollerskaters.
La joven de dieciseis años se deslizó con la ayuda de sus patines hasta la barra, donde su jefe se hallaba con los encargos acumulándose sobre la tabla. Vestía un conjunto de blusa y falda rosa con un mandil blanco que rodeaba su cintura. Un pequeño gorro blanco que hacía juego con el uniforme y su cabello largo amarrado en una cola de caballo. Era el típico look de mesera al estilo retro.
"Este es para la siete y este para la mesa once", dijo el viejo regordete de gran calva.
"Banana split especial y un pastel imposible. Saliendo!", dijo apresurada, tomando los dos platillos con las manos.
"Hey", le interrumpió Sam, "y esta vez sin malabares. Asegúrate de que llegue completo a la mesa." le ordenó.
La chica hizo una pausa molesta "Sam! Me lo tienes que restregar en la cara?" se quejó, "Lo del otro día fue un simple error de cálculo"
"Uy, si, error de cálculo. Es imposible que logres ese doble mortal al frente sin derramar todo sobre los clientes". Sam era todo un cascarrabias escéptico. Aunque debía admitir que la chica era hábil para el trabajo.
"Exageras. Puedo hacerlo sin problemas", discutió la chica. No tenía errores normalmente pero aquel detalle ocurrido el martes parecía darle pelea aún.
"Nada, ni se te ocurra intentarlo de nuevo o quedas despedida Vortex. No te quiero saltando cada que alguien pida el especial. Si, Si.", terminó de decir Sam, quien de hecho tenía la última palabra después de todo.
"Ush", fue lo único que soltó…
El martes en verdad había sido un desastre que absolutamente no quería repetir. Error era sinónimo de más trabajo, de pasar toda la tarde limpiando y sin cobrar las horas extras.
Se acerco a la mesa siete donde se hallaba una pareja de jóvenes. La rockola empezó a reproducir una pista clásica de aquél popular grupo de chicas The Chordettes: Lollipop.
"Creo que moriré aquí," pensó Cindy mientras escuchaba la canción y veía a la pareja toda acaramelada. "Aquí tiene: un banana split especial con doble crema batida. Que lo disfrute!" interrumpió, mientras deslizaba la orden sobre la mesa mostrando una gran sonrisa en el rostro.
"Esto es de lo que yo hablaba. Gracias!" agradeció el sujeto mientras tomaba una cucharada del pedido y se lo llevaba a la boca a su chica. "Prueba esto cariño, es perfecto"
"Sí, perfecto," pensó Cindy con una sonrisa forzada mientras se deslizaba rápidamente hacia la mesa once.
Allí se encontraba otra pareja pero esta ocasión eran un par de ancianos. Ancianos sin hormónas, gracias a Dios, ah, y con escasos dientes. El señor se veía muy delgado a comparación de su acompañante. Una mujer grande, con grandes gafas y pelo corto.
"Aquí está, su pastel imposible; un paraíso de sabor para su paladar."
"Aw, Gracias, cariño," respondió la anciana. "Se ve exquisito!" agregó.
"Es un placer servirles. ¿Se les ofrece algo más?"
"Oh, no, no, gracias", contestó la mujer agitando su mano. "Mi esposo tiene alto los niveles de azúcar en la sangre. No quisiera que se me muriera en nuestro 47 aniversario. Aún lo quiero otro par de años más", terminó de decir añadiendo una ligera carcajada, muy modesta.
El señor hizo un ademán hacia Cindy para que se le acercara, "Muñeca, cóbrate el pedido y uhm…" comenzó a decir, "Envúelveme discretamente otro de estos, para llevar." Susurró guiñándole sutílmente el ojo y deslizando unos billetes bajo la mesa.
"Qué dijiste amor?" se quejó su anciana mujer quien parecía haber escuchado eso último.
"Ah, nada. Le doy su propina." Dijo riendo nerviosamente, y entregándole el efectivo a la chica de ojos verdes, quien aprovechando la incómoda situación lo tomo y se deslizó hacia la barra.
"Oye, Vortex", gritó alguien desde lejos.
Esa voz. Sin duda alguna.
Giró para encarar aquel rostro familiar y se acercó para atenderlo. Estaba acompañado de un chico con lentes gruesos y pecas en las mejillas, con un peinado muy gracioso. No despegaba su cara de las hojas que tenía en la mesa.
"Y bien, se te ofrece algo?"
"Si, me gustaría pedirte otro vainilla doble." Contestó el castaño.
"Muy gracioso, aún no te acabas el que te serví… Butch", contestó en exasperación la rubia.
"No es para mí", inquirió el enorme muchacho mientras soltaba una risita, al mismo tiempo que Oleander despegaba su vista de la tarea de Butch con un aire de esperanza.
"Es para tí. Tu favorito, no?... Preciosa" Se rió un poco más otra vez, para luego lanzarle una mirada al nerd que tenía a su lado. "Tú que miras? A trabajar… ratón de biblioteca!", añadió, y Oleander se sobresaltó y continuó rápidamente su trabajo con gran temor. Qué ingenuo.
Cindy solo se abstuvo a rolar los ojos. "No, gracias", contestó, dándose una media vuelta para retirarse en buenos términos. Pero Butch la tomó del brazo.
"Vamos, muñequita. Sabes que yo-", fue lo que articuló, pero antes de que pudiese terminar la frase Cindy lo agarró y lo lanzó contra el suelo, usando sus conocimientos de Tai Chi y el peso de su contricante como ventaja.
Toda la clientela volteó a ver con cara anonadada a la gran escena que armó la chica, pero más que nada, admirados por la fuerza ejercida de la rubia.
"Agh" soltó un quejido Butch.
"La próxima vez que intentes algo conmigo no dudes en que llegarás al hospital." le advirtió una enfurecida Cindy mientras se sacudía las manos.
"Una chica difícil. Me encanta eso" concluyó Butch, antes de quedar inconsciente. Toda la clientela aplaudió a Cindy. Seguido de esto, rápidamente el atemorizado Oleander se levantó de su lugar para socorrer a su matón. Claro, podía escapar pero esa no sería la mejor decisión. Podía irle peor si Butch despertaba y él no se encontraba en donde le dejó. Así fue que se las arregló para agarrarlo y sentarlo en su sitio de nuevo.
Cindy simplemente se alejo del lugar y se dirigió donde el viejo Sam.
"Jovencita, es la tercera vez de esta semana en que lastimas a ese buen cliente.", comenzó a decir Sam con voz demandante mientras limpiaba los vasos. "Déjate de salvajismos y simplemente acéptale la invitación, si, sí." Fue lo que sugirió.
"Y darle alas? Para nada. Él se lo buscó." Dijo mientras cruzaba sus brazos y volteaba la cara hacia otro lado en señal de irritación.
"Terminarás dejándome calvo!" exclamó el viejo mientras dejaba el vaso a un lado y señalaba su cabeza para enfatizar el punto.
"Calvo? Ja," fue lo único que expresó.
Ese era un buen chiste. Salir con Butch. Ni en un millar de años. Butch no era nadie, solo un bravucón más en esa pequeña ciudad. Pero ella podía controlarlo, así que no tenía de que preocuparse realmente.
Se escuchó el abrir de la puerta principal y Cindy giró para mirar a los clientes recién llegados. No se trataba de nada menos que de los tres amigops. Sip, ese trío.
"Oh, no" susurró. Mientras rápidamente agarraba un menú que estaba a su alcance y se cubría la cara con él. Sus oídos estuvieron atentos hasta del murmullo más mínimo, escuchando atentamente.
"Amigos, esta noche es para celebrarla!" exclamó el mexicano, con gran emoción mientras se abrían paso a la dulcería. Su voz era grave y su atuendo había cambiado un poco en comparación a lo que solía vestir de pequeño. Ahora tenía 17 años, lucía una linda chaqueta morada que al reverso decía "Psyco", y una camiseta gris con un estampado muy familiar. Un par de jeans oscuros y unas botas moradas. Se podía ver que estaba comenzando a dejarse crecer una pequeña barba en el mentón.
"Sheen, el episodio numero 1000 edición remasterizada de Ultralord no es motivo de celebración", comentó el genio cabezón, quien recientemente había conseguido alcanzar una altura más modesta, en la que ya no se veía tan cabezón. Ahora vestía una playera negra y por encima tenía un chaleco rojizo con el átomo amarillo al reverso y por el frente las iniciales "J. N." estampadas en el cuello de la prenda. Unos pantalones cafés y unos converse aerodinámicos. Su ojos rodeados por unas oscuras ojeras.
"Mil episodios? Ah, no deberían cancelarlo ya?" comentó Carl. Si de cambios se trataban Carl se llevaba el premio mayor. Su aspecto era muy diferente, seguía igual de regordete pero su estilo era distinto al pequeño nerd que era antes. Ahora su cabello estaba alaciado y usaba unas gafas cuadradas de micas amarillas, una guayabera blanca y unos pantalones beige. Un look muy fresco y relajado para él.
Sheen dejó soltar un grito apagado de su boca al escuchar las palabras de Carl. "Que tu boca arda en el infierno, gordo! Cómo te atreves a decir tal cosa! No mereces ser mi amigo." Comentó mientras hacía ademanes exagerados
"Ya eres casi un adulto Sheen, por qué no comienzas a madurar."
"Calla, solo me molestas porque sufres del mal de la inseguridad!"
"Ultralord no existe!"
"No te oigo! Lalalalala-"
"Amigos, amigos, por favor." Interrumpió el genio. "Simplemente tomemos unas malteadas, salí del laboratorio para relajarme un poco, no para ser agobiado por sus gritos."
"Es cierto. Sheen, deberíamos celebrar de que Jimmy por fin se ha atrevido a salir de su laboratorio", sugirió Carl.
Los tres se sentaron en el mismo lugar de siempre. Era casi una tradición para ellos elegir aquella mesa, la tercera a la derecha. Cada vez que entraban al Candybar era como si mágicamente estuviese esa mesa llamándoles. Era de ellos después de todo.
"Si, es cierto", afirmó el hiperactivo. "Pasaste casi una eternidad allí abajo. ¿En qué trabajas con tanto misterio." Decía Sheen, quien como era normal se encontraba sentado a la izquierda de Jimmy.
"Silencio Sheen! Quizá esconde un secreto", le regañó Carl. Con el tiempo, Carl sabía que hay ciertas cosas de Jimmy que se debían respetar, pero no era el caso para Sheen.
"Un secreto?", repitió Sheen."Hablas de que quizá se convirtió en zombie? en alienígena?", fueron las ideas que invadieron la mente del mexicano.
"Sheen", susurró Jimmy.
"o quizá este no es Jimmy y se trata de un zombie controlado por alguna raza extraña de alienígenas miniatura dentro de esa cabezota. Eso explicaría las grandes ojeras que tiene y lo rojizo de sus ojos", continuó diciendo Sheen.
"Sheeeeen", exclamaba Jimmy.
"Yo encontraré el cinturón de Orión y detendré la invasión espacial!" dijo el hiperactivo mientras se paraba sobre su asiento y levantaba su dedo índice hacia el cielo.
"Sheen! Tomaste tus pastillas?", le interrogó Carl.
Hizo una pausa para hacer memoria y contestó: "Se me olvidó otra vez!", y se dejo caer sobre su asiento.
"Nada de eso, Sheen." Comenzó a explicar Jimmy. "Estuve ocupado en un nuevo proyecto que tengo. Se trata de un nuevo avance en la ciencia que podría revolucionar el estilo de vida actual. Un centro de poder que produzca toda la energía potencial que requiere el planeta para funcionar. "
"Como Ultralord?"
"No"
"Como las llamas?"
"Que no." Suspiró. "Básicamente se trata de una concentración de flujo comparable con la energía quantum que hallamos en Marte hace años.", intentó explicar haciendo algunos ademanes para luego recostar su cabeza sobre la mesa, con los ojos cerrados.
"Ah, bueno, ya que hablamos de energía, necesito recargar mis baterías. Oye, mesera, mesera!", exclamó Sheen mientras agitaba su brazo hacia la chica de uniforme rosa que estaba sentada cerca de Sam.
Cindy sabía que este momento iba a llegar a su tiempo, pero aún no se terminaba de hacer la idea de que la verían allí: Carl, Sheen… y Neutrón.
"Sam", dijo Cindy llamando la atención del regordete. "Cómo me veo?" preguntó, sonriendo nerviosa mientras se acomodaba un poco el cabello y se sacudía la ropa.
"Como mesera. Si, si," contestó sin mirarle. "Ahora, a trabajar" le ordenó.
Cindy respiró profundamente y luego se dio media vuelta sobre sí misma y se dirigió hacia los recién llegados.
"Si, bueno", seguía hablando el genio. "El caso es que he estado noche tras noche desvelándome. Incluso he usado los parches de cafeína neutrón para aguantar, pero aún cuando intento resolver las ecuaciones, me termino distrayén-", hizo una pausa al notar que quien se aproximaba a la mesa le era muy familiar. "Cindy? Qué haces…. aquí?", exclamó sorprendido.
Carl y Sheen estaban igual de sorprendidos pero sus reacciones fueron distintas a las de Jimmy que quedó boquiabierto.
"Wow, Cindy, te ves muy bien", comentó Carl.
"Te ves graciosa!", gritó Sheen mientras intentaba contenerse la risa.
"Escuchen, chicos, una palabra más y los hago papilla. Este es mi nuevo empleo, así que acostúmbrense, o si no!", dijo mientras les mostraba su puño a los chicos y miraba ferozmente a Sheen.
"Ahora, que desean ordenar? Si me lo permiten, quisiera sugerirles la especialidad del día: El Tiramisú del tío Sam", comentó con un drástico cambio de actitud.
"Nah, yo tengo antojo de algo grande", dijo Carl, quien en seguida recibió una mirada amenazante de Cindy. "Esta bien, quiero el Tiramisú", corrijió Carl.
Antes de que Sheen pudiese decir algo recibió tambien otra mirada feroz de la rubia, que le ayudó a cambiar de opinión."Ah…Yo también", dijo nervioso.
"Excelente decisión amigos.", contestó Cindy, sonriendo como si nada. "Y tu, Jimmy?".
"Uhm, yo quiero…", comenzó a decir el castaño, mientras apoyaba el mentón sobre su mano. "Una malteada de chocolate, por favor", dijo, guiñando un ojo con una sonrisa. Cindy se sonrojó un poco y para no pensarlo, aceptó la orden.
"Dos tiramisú y una malteada. Enseguida!", contestó aún sacada de onda, y se alejó patinando.
Carl y Sheen se quedaron mirando al genio.
"Ya te vimos.", dijo entre risas Carl.
"Aja-ja-já, picarón!", se burló un poco Sheen dándole un ligero codazo a Jimmy.
"Ah? Que? No se de que hablan. Tenía algo en el ojo", fue lo que dijo Jimmy defendiendose y recobrando su postura.
"Claro que sí. Algo", insistía Carl.
"Tienen razón, debe ser uhm…", se pausó para pensar en algo rápido. "Efecto de los parches de cafeína. Me siento agotado", añadió con un bostezo que reafirmara su argumento.
Del lado de la barra, Cindy entregaba las peticiones a Sam, cuando, sin darle un respiro, fue sorprendida por una chica que iba entrando al establecimiento. Era Libby, su amiga de la infancia.
"Cindy! Cindy!", exclamó Libby, mientras alcanzaba a su amiga a toda prisa.
Libby ahora tenía el cabello muy corto y estaba alaciado. Vestía siempre atuendos a la moda, justo ahora traía un blusón rosa sin mangas, una falda negra de encajes y unos mallones que le hacían juego, al igual que unos accesorios.
"Escucha esto.", decía Libby emocionada mientras jalaba a Cindy hacia un espacio donde podían tener más privacidad. "Hablé con Marissa, que habló con Britney, que escuchó por ahí que tienes pegue con Arnie", dijo, susurrando y aguántandose todas las ganas de gritar.
"Qué? Arnie?", fue lo que alcanzó a decir Cindy, sacada de onda (por no decir asqueada)
"Si, ya sabes. Iba con nosotros en primaria"
"Oh", no tenía nada más que decir.
"Si, y esta es la mejor parte, puedo comenzar un rumor de que te gustan los irlandeses para que se anime y te invite a salir." Sugirió Libby.
A Cindy parecía no emocionarle la idea. "A salir? Como en una cita?"
"Obvio!", contestó la morena.
"Escucha, Libs. Uhm..", dijo Cindy. "No estoy interesada"
Libby casi cae en shock. "Oh vamos Cindy!", reclamó, "Ya es hora de que comiences a conocer más chicos. Ser una aventurera en el amor y esas cosas. Eres hermosa! Todos los chicos mueren por ti. Y vamos, que Neutron no es el único pez en el mar" dijo colocándole las manos sobre sus hombros y mirándola a los ojos.
"Y dices eso porque lo tuyo y Sheen avanza sobre ruedas, no?". se rio burlonamente Cindy. Era un golpe bajo. Y Libby no lo vio venir.
"Sheen, es todo un caso, y tu lo sabes", se defendió.
Discretamente las dos lanzaron una mirada rápida hacia la mesa tres. Sheen tenía dos popotes atorados en los colmillos y hacia muecas extrañas, como si imitara a una morsa, y Carl se reía de él. Jimmy por otra lado revisaba unos códigos binarios que se proyectaban en un holograma de su reloj, a pesar de que parecía que en cualquier momento se podía quedar dormido.
"Aun no entiendo como desperdicias tu tiempo con ese zoquete", comentó Cindy después de ver las payasadas que hacía Sheen.
"Por lo menos lo nuestro es más formal! Yo aún no entiendo cómo es que TÚ desperdicias tu tiempo esperando a Neutron!"
"Shhh", dijo Cindy tratando de que Libby bajara la voz.
"Tú solias decirlo, es un gran tonto!", susurraba Libby. "Ya han pasado varios años y aun no se te declara. Para él es la ciencia primero. No tiene prioridades." Decía la morena.
"Libby"
"No puedes seguirle el jueguito de es que aún no estoy listo o lo que sea que él diga", siguió diciendo.
"Libby"
"Yo digo que lo ignores, y que te des a desear", sugirió Libby casi exasperada.
"Libby!", interrumpió Cindy por última vez. "Aprecio tu interés. En verdad. Pero creo que las cosas están…. bien así", contestó, aunque no parecía muy segura de lo que decía.
Libby conocía a su amiga. Era muy inteligente, astuta, capaz de todo. A veces lamentaba no poder hacer más que aconsejarle. Pero sabía que ella tomaba siempre buenas decisiones y al final, en cuestiones del amor, uno no puede simplemente interferir.
"Nena, admiro tu paciencia.", le sonrió, poniendo la mano sobre su cadera.
"Lo sé. Aunque a veces no sé que pensar.", comenzó a decir Cindy. "Jimmy es encantador cuando se lo propone y en otras muchas ocasiones simplemente me deja en segundo plano.", admitió.
"O tercero", complemento Libby.
"O en ninguno", terminó de decir Cindy.
"Creo que has madurado mucho amiga."
"Si, bueno, ya sabes lo que dicen… las chicas maduran antes". Ambas se rieron un poco de eso.
"Si, pero que aguante tienes con Neutrón, eh." Comentó Libby. "Yo no sé si podría esperar tanto."
"Ordenes 03, 09, 05, lista. Si, si." dijo Sam a lo lejos.
"Voy", respondió la rubia.
"Bueno, tengo que trabajar", exclamó, "No me esperes hoy, disfruta la noche." Sugirió Cindy
"Disfrutarla? Creo que puedo intentarlo," comentó la morena con un semblante pícaro, mientras miraba a Sheen.
"Oye Libs," hizo una pausa Cindy "No más complots de citas a ciegas por favor".
"Vale vale", contestó Libby, mientras se acercaba al trio de amigos y los saludaba.
Cindy, por otro lado, se puso a hacer las entregas de los pedidos a los correspondientes clientes, mientras repasaba la conversación que tuvo con Libby en su mente.
Desde hace años su relación con Jimmy era diferente, pero no podía llamarse realmente una relación ya que no había alguna formalidad. De vez en cuando, Jimmy la invitaba a salir pero de alguna forma nunca conversaban de sus sentimientos, incluso aún después de robarle algún beso a ella, él no daría comentario o justificación alguna por su acción. En público siempre guardaron apariencias. Es por lo mismo que Cindy recibía continuamente una que otra nota de amor o invitaciones de otros chicos, porque todos desconocían que estaba de alguna forma con Jimmy.
Suspiró. En verdad era complicado, pero, al mismo tiempo le gustaba la dinámica, nunca sabía en qué momento le sorprendería con algo. Eso sí, algo que se propuso desde mucho tiempo atrás era: no presionar al genio. Que si en verdad era un genio, reaccionaría en su momento. Si algo debía suceder, él debería ser el del primero paso.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un cliente que intentaba llamar su atención a lo lejos levantando su mano.
"Señorita, me da un especial?", exclamaba el señor.
Sus ojos verdes brillaron con un semblante de emoción al mismo tiempo que noto como Sam tenía lista la orden.
"Sale un especial!", gritó Sam sin esperarse el siguiente movimiento de Cindy.
Era su oportunidad para lucirse. Patinó en un instante hacia la barra y de un salto tomó la orden y velozmente se deslizó por toda la tabla para agarrar impulso, saltar a la pared contigua y darse una vuelta por el aire.
"Vortex, no!", fue lo que alcanzó a decir su jefe.
Butch, quien estaba por salir del Candybar con ayuda de Oleander, se detuvo solo para ver cómo un patinazo le daba en la cara. Cindy salió impulsada de ahí hasta llegar a la mesa con el cliente con un aterrizaje perfecto y…. sin derramar ni una pizca del postre.
Recibió una oleada de aplausos de la clientela ante tal espectáculo.
"Esto no puede estarme pasando", decía Butch aturdido en el suelo.
Aprovechando la ovación, Cindy se quitó el gorro y comenzó a pasar por todas las mesas. "Gracias por la propina!" Exclamaba con una gran sonrisa, mientras recibía billetes de la gente.
"Wow, Cindy! Eso fue-", comenzó a decir Jimmy.
"UltraIncreíble! Saliste de algún circo chino?", interrumpió Sheen.
Cindy roló sus ojos. "Paga o vete", dijo, aceptando su propina.
Se retiró orgullosa hacia la barra.
"Tuviste suerte esta vez", comentó Sam.
"Y las últimas 137 veces." Dijo una Cindy sonriente, contando sus ganancias.
"Jah, quita esa sonrisa de la cara y ponte a limpiar las mesas. Estamos por cerrar. Y ni creas que te pagaré tiempo extra si tardas más."
"No esperaba menos de ti, Sam"
Por fin, terminaba el día. No pasó mucho tiempo después hasta que se retiró el último cliente. Dejó limpia todas las mesas e incluso tuvo oportunidad de cambiarse el uniforme antes de salir. Ahora lucía una blusa verde de tirantes, y usaba un short de mezclilla, ya que la noche en Retroville era calurosa y también se puso unos cómodos converse que se sentían como el paraíso. Los patines eran muy agotadores después de todo.
Se despidió de Sam y salió de la dulcería. No hay nada mejor que el final de un buen día de trabajo.
"Vas a casa?", escuchó a lo lejos. Era Jimmy."Te importa si te doy el ride?", preguntó señalándo su vehículo.
Cindy miró a su alrededor. Sólo estaba él.
"Estuviste esperandome todo este rato?", fue su respuesta.
"Si, bueno, no, es que se me ocurrió que, y no quería, ahm, y esas ecuaciones", balbuceó el genio. "Perdón, estoy algo cansado. Mi cabeza da vueltas. Creo que los parches pierden su efecto." Dijo, mientras le echaba una mirada a los parches de su brazo.
"Pierden efecto después de usar los primeros 10, tonto. Otra vez te has sobrepasado con el trabajo?", le regañó. No sería la primera vez.
"Sólo sube a la motoslide. Te llevo a casa", dijo Jimmy, evitando llevar la conversación a otro lado. Se subió a la moto deslizadora primero pero parecia que en cualquier momento se quedaría dormido al volante.
"Creo que alguien más necesita ayuda", observó Cindy. "Hazte a un lado, genio", le ordenó, mientras se subía ella adelante. Jimmy solo retrocedió un poco. Ella ya había manejado la motoslide alguna vez, así que, su cerebro le permitió ceder por esta ocasión.
"Uhm.. bueno", dijo renuentemente.
Cindy activó el sistema y se alzó en el aire la moto, enseguida de esto, presionó un par de botones más y de un instante a otro la motoslide aumentó su velocidad gradualmente a casi turbo. Jimmy tenía casi abrazada a Cindy por la cintura, no pudo evitar apoyar su cabeza sobre su hombro. Hubo un momento de silencio incómodo y Cindy intentó hacer conversación.
"No pude evitar escuchar que no has avanzado en el proyecto de energía quantum… A qué se debe?", le interrogó, manteniendo su mirada fija al frente.
"Cosas personales", contestó el castaño con un bostezo.
"Para ti? El hombre de ciencia? Qué te puede distraer más que el descubrir una revolucionaria fuente de poder?", volvió a cuestionar Cindy.
"Bueno, es que yo… uhm…", decía Jimmy.
"Anda, dílo", continuaba la rubia.
"No es nada, solo distracciones", concluyó.
Cindy no quiso insistir. Sabía que no llegaría a nada y el chico se estaba quedado dormido evidentemente. Bueno, ya estaban por llegar a sus casas, no podía decir que la conversación había sido fructífera pero era mejor que nada. De pronto, se sorprendió que él continuará hablando por su propia cuenta.
"La verdad es que…", comenzó a decir nuevamente el genio."He estado pensando en no-" hizo una pausa.
"En no?", dijo una Cindy confundida.
"En noso-…"
Y sin más, Neutrón quedó dormido, dejando así caer su peso sin previo aviso sobre la espalda de Cindy, quien recibió el peso conllevo a que las manos del genio, que se encontraban en la cintura, se deslizaran un poco hacia la parte norte de Cindy y esta casi perdiera el control de dos cosas: de la moto y de sí misma.
La rubia se enrojeció. "Eres un…pervertido!" gritó, dando un frenón súbito con la motoslide y dejando que Jimmy saliera volando del vehículo por la fuerza ejercida. Para ella, Jimmy había hecho eso a propósito.
Mal para él, lo próximo que Jimmy vio al abrir los ojos fue una Cindy refunfuñando y caminando hacia su casa.
"Ugh, Cindy? Qué ha pasado?", fue lo único que alcanzó a decir.
Desorientado, y confundido, quedó tendido sobre el pasto a las afueras de su casa. Levantó su brazó y lo acercó a su rostro. "Recordatorio: No abusar de los parches de cafeína", comentó, para luego dejar caer su brazo a un lado. "Mujeres…qué complicado" susurró.
Miro el cielo y antes de quedar dormido, encontró una pequeña nube en forma de remolino. Ja,Vortex.
...
Y bueno, eso es. Mi primer fic. Espero les haya gustado! Estoy ansiosa de saber qué opinan. No tengan miedo de expresar quejas y asi jaja xD ... Esta fue una loca idea que se me ocurrió hace unas noches a las 4 de la madrugada. (wut?)
Creo que he dejado la posibilidad de darle seguimiento a la historia, ustedes me dirán! Creo que pueden ocurrir muchas cosas en un verano :D
Saludos, amigos!
