Sonic y Amy llegaron juntos al lugar de la fiesta.

- Que alegría me da que aceptaras mi invitación, Sonikku. - dijo Amy.

- Siendo una invitación tuya, nunca se me hubiera ocurrido rechazarla ni por un segundo, mi Rosita. - dijo él.

- ¿Hay algo que te guste de la fiesta, Sonikku?.

- Sí, mi Rosita, me gusta haber venido contigo. Si otra me hubiera invitado, nunca habría aceptado ni por todos los chilli dogs del mundo. Tú siempre serás la única a la que le aceptaré todo tipo de invitación para lo que quiera. Haría cualquier cosa por ti.

- ¿Cualquier cosa?.

- Sí.

Ella puso su mano derecha en la mejilla izquierda de él.

- Entonces cierra los ojos y bésame en la boca ahora mismo.

- De acuerdo.

Él puso su mano izquierda en la espalda de ella, puso la otra en su nuca, ella hizo lo mismo, cerraron los ojos y se besaron en sus bellas bocas por treinta segundos. Una vez terminado el beso, separaron un poco sus caras manteniéndose abrazados.

- Nunca me dejes, Sonikku el Erizo.

- Nunca te dejaré, Amy, porque te amo y desde ahora y para siempre, quiero ser tu novio.

- Igual yo.

- Con otro beso iniciemos nuestro noviazgo, ¿bueno?.

- Sí.

Iniciaron su noviazgo eterno con otro beso de treinta segundos en la boca. Desde ese día, ellos fueron novios eternamente, Sonic se mudó con Amy, y así, se amaron y vivieron contentos por siempre.

FIN