ESTE ES MI HOGAR

Belle terminó de arreglar la tienda en el momento justo en el que Mr. Gold entraba. Aquel día se había levantado pronto y se había ido sin decirle nada a su mujer, pero a ella no le hacía falta que le dijera dónde iba, con mirar el calendario le bastaba: hacía un año que Neal había muerto.

Cuando Rumple entró, trató de sonreír a Belle, pero su sonrisa se convirtió en una mueca. Ella se acercó y lo besó suavemente en la mejilla mientras apretaba su mano con fuerza. Él agradeció el gesto y le devolvió el apretón, pero enseguida se metió en la trastienda, dispuesto a no pensar en nada.

Aquel día Rumple no apareció por la tienda, y tampoco por casa, hasta que la noche estuvo bien entrada. Belle esperaba a su marido en el salón, mirando al fuego y perdida en sus pensamientos con un libro abierto en el regazo. Él sonrió al verla y se sintió feliz de tenerla cerca.

-Querida, es demasiado tarde, deberías ir a dormir.-Susurró él mientras se sentaba a su lado.

-No podía dormir, y como no llegabas decidí esperar despierta.-Belle cambió de postura y apoyo su cabeza en el hombro de Rumple, que comenzó a acariciar sus cabellos.

Los dos permanecieron largo rato en silencio mirando al fuego, sintiendo que la presencia del otro era suficiente para aplacar los temores que en aquella fría noche atenazaban sus corazones. Al fin, cuando el reloj del salón marcó las dos de la mañana, Belle se incorporó.

-Rumple…tengo algo que decirte. He esperado demasiado, y ya no puedo ocultarlo más.-Estaba nerviosa.

Rumpelstinski abrió los ojos y miró a Belle atentamente esperando que continuase hablando, pero las palabras se negaban a salir de la boca de la joven.

-Vamos querida, ¿qué quieres decirme?-Preguntó él con un nudo en la garganta.

-Rumple yo…nosotros…-No sabía cómo decir aquello que estaba guardando dentro de ella.-Estoy embarazada.-Belle se quedó quieta, mirando al suelo, esperando la reacción de Rumple, que se levantó como impulsado por un resorte.

-¿Qué dices?-Preguntó él mientras la tomaba de la cintura.-Es lo mejor que podía pasarnos…-La besó suavemente en los labios mientras apretaba el cuerpo encinto de su mujer contra él, sintiendo como el calor inundaba su corazón. Una lágrima se escapó rodando por su mejilla y volvió a besar a su mujer.-Belle…no sabes lo feliz que me haces.

Esa noche hicieron el amor hasta caer rendidos y, mientras Rumple contemplaba a Belle durmiendo en sus brazos, pensó que aquel era el único lugar en el que quería estar. Aquel era su hogar y, a pesar de todo lo pasado, era el mejor que nunca antes había tenido.

MK!

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