El baul de las tres almas

Prologo: Las señas del rival

El timbre del final de clase sono. Casi de golpe, un grupo de veinte alumnos comenzaban a recoger sus apuntes del dia.

- Recuerden que quiero los esquemas de los gigais para el final de la semana, damas y caballeros.- Dijo el profesor.

Aunque nadie lo dijera, muchos de sus alumnos le tenian muchisimo respeto a ese maestro. Quizas por su altura y porte, mas cercano a un shinigami soldado que a un maestro de la Academia. O tal vez por aquellos ojos marrones, imponentes incluso detras de aquellos anteojos. Pero, ya fueran novatos de primero como veteranos de sexto, lo respetaban por el mutuo respeto, nunca admitido pero si demostrado, que tenia con todos ellos.

Headbone recogio su maletin y salio de aquel aula. El sol de mediodia le atosigaba un poco, quizas por culpa de la calor del final de mayo. Habia terminado su clase con los de segundo y no tenia que volver hasta despues de comer, cuando daria las ultimas advertencias a la gente de cuarto que iba de practicas al mundo mortal. Solia hacerlo el capitan general Yammamoto, pero a el siempre le gustaba ver sus caras: Los reflejos de nervios, exitacion y alegria mezclados normalmente en partes desiguales.

Recorria los pasillos de la academia como cuando fue uno de sus estudiantes: Miraba alrededor con una ligera tranquilidad, respirando aquella brisa y tratando de esquivar a los que iban a grandes zancadas.

Habian pasado cinco años desde que él, Nalya, Longinus, Aira, Zoy y Hecate se habian colado en Hueco Mundo para rescatar a Kuniko de las garras del gran traidor Sousuke Aizen. Desde entoces, muchas cosas habian cambiado. Bueno, tal vez una seguia ahi clavada, y era el amor que sentia por su compañera de la sexta division.

La relacion con Aira se habia enfriado de sobremanera, tal vez por las destituciones sorpresa que hubo varios años atras en la decima division a la que pertenece la chica: De sopeton, y sin motivo aparente, la camara de los 46 ceso a Yutaru como capitana, asi como a Data, su teniente. En la escabechina tambien destituyeron a Gaby. Era ella por la que mas sentia todo aquello Headbone, pues fue una victima en algo que nadie comprendio.

Por su parte, con Longinus y las chicas de la 11 seguian con aquella amistad. Longi tenia una relacion duradera con Lerin-san, su novia de siempre (Al menos, en la cabeza de Longinus.) Por su parte, las chicas seguian en su division dando guerra a un desesperado Neburo. Por suerte, siempre tenia sus apoyos.

Nalya era la que mas cambios habia tenido sin duda. Una tarde de julio, Headbone se desperto con la noticia de que Nalya habia sido madre. Una sorpresa, sin duda. Kyo, como se llamaba el chico, era un pequeño diablillo de cabellos morenos, ojos aviolatados y apendices invisibles, claramente heredados de sus genes maternos. Fruto de ese nacimiento, el temperamento siempre mostrado por la tercera oficial de la novena division se habi a dulcificado, aunque seguia teniendo la misma borderia encima. Solo ese dulzor se perdio en una ocasion, cuando Pandora, teniente de la novena, decidio "retirarse" a un reposo espiritual.

Ahora, ademas de ser shinigami, era madre. Algo que en principio podria ser incompatible, ella demostraba lo contrario. Tipico de Nalya.

Mientras llegaba a su despacho, siguio repasando mentalmente los hechos ocurridos en cinco años: La boda de Mitsuko y Eliaz, la llegada de Ari, el retorno de Kara... Muchas cosas.

En cuanto a el, pues no habia pasado gran cosa: Desde su "encarcelamiento" en la Sociedad de las Almas habia pasado de todo: Al principio se quedo en la division como encargado de los novatos, pero diferencias con Yuber le hicieron plantearse otras tareas. Fue entonces cuando Rido le sugirio que cogiera el cargo de profesor en el departamento de Asuntos Mortales, dada su experiencia con ellos. Tambien habia dado alguna que otra ponencia sobre la crisis Vizard en las clases de Rido, pero eso no le llevaba mucho tiempo.

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Llegue al despacho un tanto agotado, tras tres horas de clases. De todos los dias, los martes eran los mas cargaditos. Clase con los de sexto a primera hora, con los de primero a segunda y los de cuarto de postre. Vaya menu.

Sin embargo, ahora tenia tiempo hasta la tarde. Normalmente me gustaba ir a dar un paseo, pero como cada primer martes de cada mes, tenia comida interdepartamental. Asi que, dejando el maletin encima de la mesa y, tras comprobar que alguien de quinto me habia dejado un trabajo sobre "Formas y usos de los gigais en momentos de crisis" me dirigi al comedor.

Como siempre a aquellas horas, estaba a rebosar de estudiantes. Solo entonces daba gracias al cielo que los maestros tuvieramos un comedor aparte. Pase un par de puertas, saludando a algun que otro alumno y me dirgi alli.

Era el ultimo en llegar esa vez. En una mesa para cuatro nos encontramos los de siempre: Rido, Xelloss y Mitsuko.

- Lamento el retraso.- Dije, sentandome.- Los de cuarto me han acribillado a preguntas sobre que era algo llamado "Playstation 3".-

- Bueno, algo de excusa tienes.- Dijo Rido, mirando a los otros dos comensales.- Estos dos han llegado juntos y se han quedado muy calladitos. No me han dicho nada.-

- Ya te lo dije antes.- se quejo Xelloss.- El juramento hipocratico me impide...-

- El juramento hipocratico es del mundo humano.- Contradeci.- Tan solo di que la paciente aqui presente no quiere decirselo a nadie.-

Xelloss y Mitsuko se miraron nuevamente. El teniente de la cuarta division movio la cabeza, dando a entender que tarde o temprano nos enterariamos. Sobre todo los dos que estabamos ahi.

- Estoy de dos meses.- Dijo en un susurro la chica.

Rido y yo nos miramos confundidos. Nuestra cara se torno sorpresa cuando se nos paso por la cabeza una posibilidad.

- Dime que el cateto de Eliaz no esta esperando descendencia.- Dijo el quinto oficial de la novena division en tono de sorpresa, un poco de coña.

- Sufre, Rido.- Le dije encogiendome de hombros.- Otro crio viene de camino.

Me dirigi a Mitsuko, dandole mi mas profunda enhorabuena. Estuvimos charlando y discutiendo durante la comida posibles nombres, pero antes de que llegara el postre, Xelloss recibio un mensaje en una mariposa infernal.

- Lo siento, tengo que marcharme.- Dijo levantandose con prisa.- Han llegado heridos del mundo mortal.-

- ¿Del mundo mortal?- Pregunte inquieto.- ¿Que ha pasado?-

- No tengo los detalles, pero sera mejor que vengas conmigo.- Me dijo entonces el teniente de la cuarta division.- Son tres de tu division.-

Me levante de un brinco y segui a Xelloss todo lo rapido que pude. La asociacion de las palabras "heridos" y "mundo mortal" hacia bastante tiempo que no se escuchaba. De hecho, la Sociedad de las Almas vivia una epoca tranquila. Por mi mente, algo era seguro.

La tranquilidad se habia roto.

Llegamos a la cuarta division y Xelloss se encamino hacia las habitaciones, dejandome en la sala de espera. Iba de un lado a otro, sin saber nada, sin tener noticias.

- No esperaba verte aqui.- Me dijo una voz a mis espaldas. Risa Yadomaru estaba ahi, destras mio.- Cuando me dijeron que Xelloss venia con alguien de la seis, no supuse que serias tu.-

- ¿Que ha pasado?- Le pregunte nervioso.- ¿Tu sabes algo?-

- Me temo que no tengo buenas noticias.- Explico.- Dos de tus compañeras estan en estado grave, pero saldran de esta. La tercera esta peor.-

- ¿Quien es?- Pregunte.- ¿Cual es el diagnostico?-

- Se trata de Kuukaku.- Dijo Risa. Se me vino el alma al suelo.- Esta en coma profundo.

Aquella mañana; Kuukau, Martha y Kiiro tenian unos entierros de almas en el mundo mortal. Ellas habian recibido el ataque. ¿Por que?

- Encontramos esto entre los uniformes.- Dijo, extendiendome un papel.- Mi madre ha reportado a los capitanes el hallazgo. Esto no me gusta.-

Las palabras eran escuetas, pero sabia quien era. O al menos, de quien habian salido esas palabras.

"Hemos vuelto."

Aizen volvia a la carga.