Este fue mi primer fic que escribí, le tengo mucho cariño pero se nota que eran mis comienzos en lo cortito de los capítulos. Espero que os guste.

(CAPÍTULO I)

Acababan de llegar al santuario. Ellos eran Camus y Milo; aspirantes a la armadura de acuario y escorpio respectivamente.

Nada más llegar les hicieron pasar a una estancia en donde esperaron a sus maestros. Los dos ofrecían una magnífica estampa, ambos eran altos, musculosos y poseedores de una gran belleza. Camus era ligeramente más alto, su largo pelo le caía por su frente enmarcándole el bello rostro; Milo era de complexión parecida pero lo que realmente diferenciaba a estos magníficos hombres era el aura que los rodeaba ya que era totalmente diferente, como el día y la noche, fuego y hielo. Mientras que Milo tenía siempre los ojos llenos de vida y una sonrisa en la boca, Camus, te helaba con una sola de sus miradas y su boca parecía no conocer el significado de sonreír.
Después de presentarle a sus maestros les condujeron a una sala en la que todos sus nuevos compañeros les esperaban para darles la bienvenida. Al rato se decidió que debían irse a dormir porque al día siguiente empezarían con su entrenamiento y tenían que estar descansados.
Cada uno se fue a su cuarto sin cruzar ni una mirada entre ellos. Desde el primer momento se cayeron mal.
CAMUS: Que día más agotador. Todo fue muy rápido pero me alegro de haber conocido a todos mis compañeros, o a casi todos.... ese milo me saca de mis casillas. Se pasó toda la noche haciendo bromitas y ligoteando con los otros alumnos. Que comportamiento más deshonroso para un futuro caballero de Atenea!!!
MILO: Ah! Creo que aquí me lo voy a pasar muy bien. Todos mis compañeros son muy agradables y sobre todo atractivos. Pero Camus.....es otra historia, ese engreído sabe perfectamente que posee una belleza sin igual, la pena es que lo estropee todo con esa boquita tan seria. En fin, creo que será mejor que no me acerque demasiado a él, tan solo miraré su magnífico cuerpo desde la distancia.
Y con estos pensamientos se durmieron pensando en que con suerte no tendrían que aguantarse mucho entre ellos. Lo que ninguno podía imaginarse era lo muy equivocados que estaban.
Al día siguiente......