Aclaraciones: Glee ni sus personajes (Kurt y Blaine) me pertenecen. La historia sí


Un encuentro extraño

POV Kurt

Voy caminando alegremente, como cualquier otro día a mi trabajo. Director de la vogue. Hoy estoy sonriente, sin razón aparente, sólo feliz, porque por fin soy reconocido en el mundo de la moda, y estoy con el amor de mi vida, al cual por cierto, extraño intensamente, a pesar de haberlo visto ayer por la tarde.

Estoy absorto en mis pensamientos cuando un "¡Señor Anderson!" proveniente de mi secretaria la cual se aproximaba hacia mí con cara de preocupación, me trajo de nuevo al mundo real. Cuando Blaine y yo nos casamos, después de mucha charla, decidimos que yo llevaría su apellido, para demostrarle que sólo lo amo a él, que es el amor de mi vida, y aunque dijo que no era necesario, nadie iba a hacerme retroceder ante mi decisión. Una sonrisa se hace en mi cara. Ahora mi nombre es: Kurt Elizabeth Anderson.

-Lo siento mucho Señor Anderson- Dijo finalmente cuando llegó hasta donde me encontraba parado, mirándome con tristeza.

Mi cara confusa fue incompensable -Le dije que puede llamarme Kurt, Amelia- Dije sonriendo amablemente -Pero...- Mi cara reflejó nuevamente confusión -¿Qué sientes?- Pregunté mirándola fijamente.

Amelia quedó parada como una piedra, con mucho nerviosismo mirándome -¿No es obvio?- Me miró incrédula.

-¿Qué es obvio señorita?- Comencé a desesperarse.

-Lo sucedido con el Señor Anderson- Respondió mirando hacia el suelo.

Mi corazón se paralizó y mi cara se transformó en una de horror, cuando Amelia terminó esa oración -¿Qué le sucedió?- Pregunté elevando el tono de voz.

-¿No lo sabe? Yo supuse que lo sabía cuando lo llamaron esta mañana dejando mensajes de apoyo dirigidas hacia usted...- Comenzó a divagar.

-Sólo dime por favor qué le sucedió- Trato de no sonar grosero, pero era difícil, ya que estaba muy nervioso, y no me decía qué le había pasado a Blaine, quién ayer lo llamaron por un problema con el disco que estaba grabando, en el cual también tenemos una canción juntos, por lo que tuvo que ir a hablar con los productores a las ocho de la noche, la última vez que lo vi. Traté de llamarlo, pero como no contestaba, pensé que estaba muy ocupado, así que dejé de llamar, pensando que molestaba, y que enseguida se contactaría conmigo. Me quedé dormido, esperando que cuando despertara estuviera acostado a mi lado. No fue así. Sin embargo, no me preocupé, ya que a veces Blaine iba a dormir a casa de Sam, el mejor amigo y socio de mi amado. Me resultó extraño que no me haya avisado, pero pensé que estaba bien, hasta este momento -Amelia, por favor, dime- Le suplico al ver que la chica sólo mira al piso.

Ella levanta la mirada y me ve a los ojos, los cuales están llenos de lágrimas -Al parecer, está en coma Señor Hummel- me responde suavemente.

-¿Dónde está?- Se me quiebra la voz.

-En el hospital central-

Salgo corriendo, paro un taxi lo más rápido posible, y saco mi celular texteando un "gracias" a Amelia, en el momento que me percate que no le había agradecido por contarme los acontecimientos. Cuando finalmente se envió el mensaje, cerré los ojos, y finalmente me permití llorar. Nunca lloro, pero eso me impacto fuertemente. Cierro los ojos con fuerza, y no puedo evitar pensar en Blaine. ¡Dios! ¡Cuánto lo extraño! Realmente estoy muy preocupado, tanto, que hasta parece que tengo taquicardia. Si al amor de mi vida le pasa algo, no sé qué sería de mí.

Cuando el taxista me avisó que llegamos a destino, me seco las lágrimas bruscamente, pago lo debido y bajo del auto rápidamente, casi corriendo. Entro por la entrada principal, y llego a recepción.

-Disculpe, quisiera saber sobre un paciente- Digo con tono desesperante.

-Claro, ¿Cuál es el nombre del paciente?- Pregunta la recepcionista con un tono extrañamente alegre.

-Blaine Anderson-

-Oh, claro, ya lo busco- Empieza a buscar en la computadora.

Mi cara cada vez muestra más desesperación, y frustración, al ver que la chica busca todo tan lentamente y con una sonrisa extra grande en su rostro.

-En la habitación 212, Señor Anderson- Me dice sonriendo exageradamente y emocionada.

-Gracias- Respondo y subo rápidamente las escaleras, un poco confundido por la actitud de la joven, pero prefiero no prestarle mucha importancia.

Cuando visualizo la puerta, veo un doctor que justo está saliendo de la habitación.

-Familiares del señor Anderson- Escucho su voz grave.

Corro rápidamente hacia él, casi tropezándome en el camino con un nene que está en el piso, ganándome malas caras por parte de los padres, pero no me importa.

-¡Yo!- Grito más fuerte de lo necesario, pero tampoco me importó.

-¿Qué relación tiene con el paciente?- Me evalúa el médico con la mirada.

-Soy el esposo- Respondo tratando de calmarme.

-Bueno, en ese caso...- Me mira un poco más y continúa -Él está bien- Siento que un gran alivio me recorre -Cuando llegó estaba alterado por lo que le dimos un tranquilizante. Se quebró un brazo y hasta el momento no presenta daños graves, sin embargo, cuando despierte, que por cierto lo hará en unas horas, ya que está bajo los efectos del tranquilizante, le haremos más estudios para diagnosticar si no hay algún golpe interno, ni nada similar-Termina y me sigue mirando.

-¿Y qué le sucedió exactamente?-Pregunto, ya que realmente, no lo sé.

-¿No lo sabe?- Levanta una ceja y yo solo niego con la cabeza -Tuvo un accidente automovilístico- Me responde -Ahora, si me disculpa...- Pasa por mi lado.

-¡Espere!- Grito desesperado.

El profesional, pone los ojos en blanco, pero me mira lo mismo -¿Qué se le ofrece?- Pregunta con cansancio.

*Debe estar cansado, o está pasando por un mal momento* Pienso. Pero en este momento, no me importa nada más que Blaine. -¿Puedo pasar a verlo?- Se me quiebra la voz y señalo la puerta donde está mi amor.

-Claro- Me sonríe forzadamente, y sigue su camino.

Entro y lo primero que busco es a Blaine. Y lo veo. Pero está acostado, dormido, golpeado, con un yeso en un brazo, y la aguja de un suero en el otro.

Mis ojos se llenan de lágrimas, lo sé, porque empiezo a ver borroso.

-Blaine- Puedo susurrar y las lágrimas comienzan a caer. Me acerco a la camilla y le agarro su mano izquierda, donde resalta el anillo de oro en el dedo anular -No tienes idea de cuánto me alegro que no te haya pasado nada más grave- Le digo despacio. Acaricio su pelo, acomodándolo suavemente -Cuando despiertes, iremos a casa y juro que te cuidaré aún más de lo que ya lo hago- Le doy un beso en la frente -Haré lo que quieras, pero por favor, ponte bien- Un sollozo se escapa de mis labios -Te amo demasiado- No aguanto más y me largo a llorar.

De repente, siento pasos apenas audibles acercándose a mí y un escalofrío me atraviesa.

-No llores cariño- Escucho a mi espalda, por lo que me doy vuelta rápidamente.

No puede ser.

Me quedo totalmente paralizado e inconscientemente miro repetidas veces hacia Blaine, que está acostado en la camilla, y al que está parado frente a mí con un tono deslumbrante.

Esto no puede estar pasándome a mí.


Hola! De nuevo yo con una loca idea :)

Espero que les guste! Nos leemos!