Bueno pues aquí estoy de regreso con un nuevo Gruvia, pero esta vez no será tan largo como mi anterior fic sobre ellos, planeo que dure unos 10/12 caps, la idea de este fic me llegó un día que estaba leyendo un antiguo fic mío que tenía este título y en ese momento sentí que tenía que versionarlo y adaptarlo para Gruvia. Finalmente me decidí a escribirlo y aquí tenemos el primer capítulo.


© Fairy Tail y sus personajes pertenecen a Hiro Mashima. Yo solamente los tomo prestados para escribir el Fic.

Antes del cap unas aclaraciones:

(Entre paréntesis y subrayado)- aclaraciones que haré durante el fic para que se entienda porque ocurren esos sucesos y no otros.

En cursiva- pondré los pensamientos de los personajes, cuando un personaje lea algo, manifestación de sueños o durante trozos narrativos en los que no pondré dialogó para que se sepa que dicen los personajes durante esa narración.

En negrita- Recalcan algo importante, como un nombre o un suceso puntual que debe tenerse en cuenta para los siguientes caps.


La dama del lago.

Capítulo 1. La misión.

Un nuevo y maravilloso día transcurría en Magnolia, un agradable y apacible país del reino de Fiore, en este reino existían unas personas con capacidades extraordinarias a las que se denominaba 'magos', los magos se unían a un gremio y desde él podían aceptar solicitudes de trabajos con las que ganarse la vida, para algunos los gremios solo eran lugares de paso, pero para el protagonista de esta historia, su gremio era su familia.

Fairy Tail, el gremio de las hadas, era uno de los más famosos, pero también de los más problemáticos por no decir el que más, cumplía muchas misiones con éxito, pero también era una gran fuente de problemas y costes para algunas ciudades.

-Me aburro mucho.- Se quejaba uno de los magos de este gremio, su nombre era Gray Fullbuster, era un mago especializado en el hielo, su pelo era de color negro y peinado en punta, sus ojos oscuros, su piel algo blanca, su cuerpo tonificado y en estos momentos se encontraba quejándose en la barra del gremio.

-¿Por qué no has ido con Natsu y los demás?.- Preguntó la dulce Mirajane al joven.

-La misión que ese mechero con patas ha elegido es solo para chicas, cuando llegue allí y se lo digan se va a quedar de piedra.- Sonreía animado imaginándose la cara de Salamander.

Mientras conversaban más animadamente los dos, la puerta del gremio se abrió de par en par y el maestro Makarov entró, acababa de venir de una reunión con el consejo y traía cara de pocos amigos. No habló con nadie hasta que llegó a la altura de Gray.

-Tengo una misión para ti.- Informó al muchacho.

Gray abrió los ojos interesado, el maestro dio un salto hasta alcanzar la barra y se sentó en ella mientras fumaba de su característica pipa, rebuscó en su traje y sacó una hoja de misión que entregó al pelinegro en la mano.

'Misión: La dama del lago.

Rango: ¿?

Estimado maestro del gremio Fairy Tail, acudimos a usted para que le haga llegar nuestro pedido a uno de sus magos, más concretamente a uno llamado Gray Fullbuster y del cual según tenemos entendido es mago de hielo.

Nuestro problema tiene que ver con una maga procedente de un gremio oscuro, desde que se asentó en el lago que tenemos cerca de nuestro pueblo hará ya más de un año, no para de llover todos los días, nuestros niños no pueden salir a jugar a las calles, el ganado permanece cerrado en las granjas y lo peor es que nuestras cosechas se están inundando y con ello perdiendo.

No sabemos si la joven lo hace con mala intención o si realmente no puede controlar su poder, varios habitantes han intentado acercarse al lago y una potente corriente de agua los ha arrastrado de regreso al pueblo, eso los que han tenido suerte, algunos también han regresado pero ahogados.

Suplicamos la ayuda de su mago para poner fin a esta pesadilla y que volvamos a ver el sol. Gracias por adelantado.

Presidente de Villa Esperanza'.

-Entiendo lo que ocurre, pero no sé el motivo para que solo me quieran a mí.- Contestó el mago de hielo algo confuso.

-Ese lago se encuentra en un enorme y profundo bosque, por lo que me han contado y por lo que pone en esa carta, todo el que se acerca es rechazado por agua, siendo experto en hielo no creo que tengas problemas para congelar esa agua y llegar hasta la joven.- Dijo el maestro dando una calada fuerte a su pipa.

-Vale, supongamos que llego hasta donde se encuentra, ¿qué demonios quieres que haga con ella abuelo?.- Preguntó ideando un plan.

-Si ves que te ofrece resistencia, intenta que entre en razón, si debes utilizar tu magia contra ella hazlo, pero si ves que puede salir de esa oscuridad que la invade, tráela al gremio, me gustaría hablar con ella.- Dio otra calada.

-¿Se sabe algo de ella?, me refiero a como es, que lleva puesto y ese tipo de cosas, no me gustaría atacar por error a alguna aldeana de esa villa.- Preguntó nuevamente.

-Ahora que lo mencionas, lo único que han podido ver de ella es unos grandes ojos azules, pelo también azul y piel blanca como la nieve, por cierto deberías tener cuidado, estamos en invierno y el bosque estará completamente nevado, podrá esconderse fácilmente entre los charcos si domina el agua.- Aconsejó el maestro.

-Vale viejo, iré a mi casa, prepararé la maleta y partiré a la estación lo más pronto posible.- Se bajó del taburete y salió del gremio rascándose la cabeza.

Una misión era una misión, estaba acostumbrado a hacer misiones solo, pero esta era la primera vez que le pedían para una misión en la que debía controlar a una mujer, que irónica podía ser la vida, él que se la pasaba evitando estar mucho tiempo rodeado de mujeres que pudiesen incomodarle, debía intentar calmar a una y llevarla al gremio.

A las pocas horas de tomar el tren en la estación, Gray llego a la villa, todo el mundo se percató enseguida del recién llegado y todos corrieron a saludarle. Preguntaron si era el famoso mago de hielo de Fairy Tail a lo que el pelinegro solo tuvo que asentir.

En un abrir y cerrar de ojos se encontraba en el despacho del alcalde, era un lugar apacible, tenía todos los muebles de madera, montones de libros y un gran ventanal que mostraba la hermosa montaña que tenían al lado.

-'Esta gente parece realmente desesperada, ¿qué clase de monstruo es esa mujer?'.- Pensó mientras escuchaba al alcalde.

(Mientras tanto en el lago)

-Juvia ha estado buscando el artefacto, pero Juvia todavía no lo ha encontrado.- Una jovencita de pelo azul, piel blanca y ojos también azules hablaba por lacrima con el maestro de su gremio.

- Eres una inútil, Aria mató a esos aldeanos con el agua para que no metiesen las narices en los asuntos que no les convienen, ahora creen que fuiste tú y por eso no se acercan, pero dime Juvia mía, ¿me equivoqué al mandarte a ti a cumplir esa misión que hasta un niño de cinco años haría?.- Contestó una voz furiosa a la joven desde el otro lado.

-Juvia lo siente maestro, Juvia no fallará.- Trató de sonar convincente.

-Muy bien, no hagas que me arrepienta de la decisión que tomé aquel día.- Contestó amenazante el maestro de Phantom.

Juvia se quedó huérfana a los pocos años de su joven vida, el maestro de Phantom era el mejor amigo de su padre y aceptó cuidar de ella cuando los demás familiares la dieron la espalda, ya que según ellos traía mala suerte. Por eso Juvia sentía que debía corresponder a ese hombre que la había criado, aunque ello implicase hacer cosas que no quería y eso incluía unirse a su gremio oscuro.

Por eso se había ofrecido como voluntaria para esta misión, ese artefacto era una herramienta oscura, algo que haría que el maestro fuese feliz y por tanto ella también. Obviamente no estaba de acuerdo con matar a gente, esos pobres aldeanos la temían por algo que ella ni siquiera había hecho. Pero estaba acostumbrada a estar sola. Era mejor eso al rechazo. No podría soportarlo de nuevo. Sacudió su cabeza para despejarse y se centró de nuevo en la misión.

De regreso a la villa. Gray no para de darle vueltas a la historia que el alcalde le había contado en su sillón minutos atrás.

'Esa mujer es peligrosa, llego una noche lluviosa, paso por el pueblo sin decir nada y se internó en el bosque.

Al día siguiente comprobamos que no paraba de llover, pensamos que sería temporal pero no fue así, una gran nube negra se colocó sobre el lago y entonces lo entendimos. La forastera era la causante de esa interminable lluvia, cuando varios de nuestros muchachos se acercaron para hablar con ella, una fuerte corriente de agua guiada por un aire aún más fuerte los trajo de regreso a la villa sin vida, se habían ahogado, fue entonces cuando decidimos pedir ayuda a su gremio mandando a uno de nuestros mensajeros a entregarle la carta a su maestro en la reunión que tenía con el consejo.

Esperamos que acabe con esa mujer y traiga esperanza de nuevo a nuestros corazones y a nuestras vidas'.

El mago de hielo dio un gran salto hacia a tras cuando intentó salir del despacho del alcalde, el agua caía en grandes cantidades, formando un pequeño río en lo que hasta hace apenas unos minutos había sido el camino por el que le habían traído. Maldijo en silencio, agarró uno de los paraguas de la entrada y se preparó para actuar.

-¡Suelo de hielo!.- Gritó el pelinegro mientras colocaba una de sus manos sobre el agua congelándolo al instante.

La gente miró el nuevo suelo al principio algo confusa, pero una niña vio que Fullbuster caminaba sin problemas y enseguida le imitó, aunque con peor resultado, resbaló y terminó empapada por la lluvia que caía y por el hielo.

Pero eso no impidió que se levantase sonriendo y que volviese a intentarlo, esta vez con mejor resultado, varios niños la imitaron y finalmente los adultos, por fin un poco de alegría se escuchaba en esa villa después de tanto tiempo.

Gray estaba concentrado en la misión, no podía perder el tiempo viendo como los aldeanos disfrutaban con algo tan simple como era el agua en estado sólido o en otras palabras del hielo.

Quería terminar esa misión cuanto antes, atrapar a esa mujer, hacer que se marchase, obligarla si la mujer se negaba y llevarla al gremio por orden del maestro que tenía una curiosidad muy extraña por la joven.

Por lo menos el maestro podía ser útil algunas veces, la joven tenía las características de tener el pelo y los ojos azules, la piel blanca y dominar el agua.

-'Esto cada vez se pone mejor, como demonios voy a encontrarla si se oculta en algún charco…'.- Maldecía Gray al darse cuenta de que su objetivo tenía ventaja sobre él.

Atravesó el resto de la villa en silencio y llegó a la entrada del bosque, efectivamente el maestro era muy listo cuando quería, la nieve cubría gran parte de las copas de imponentes árboles que parecían tocar el cielo, el camino estaba cubierto por un pequeño manto níveo, miró de nuevo al cielo y vio que la gran anchura de las copas de los árboles no dejaban atravesar la lluvia, por lo que en ese sitio no necesitaría de ese ridículo objeto que había necesitado para llegar hasta allí.

Cuando lo cerró supo el motivo por el cual algunas aldeanas se habían estado riendo disimuladamente, por las prisas había tomado un paraguas de mujer de color rosa con corazones y bordado blanco. Se llevó una de las manos a la cara al darse cuenta de lo idiota que debía de verse con ese paraguas y un leve rubor tiñó su angelical rostro.

-'Primero la lluvia, ahora el paraguas, no te conozco y ya te odio mujer, te odio…'.- De nuevo el carácter temperamental del muchacho salió a relucir.

De regreso en el lago. Una joven maga de agua descansaba con las manos metidas en el lago de su largo día, cuando se sentía fatigada o cansada el agua era el mejor compañero que ella necesitaba, instantáneamente todo su cuerpo reaccionaba proporcionándole un extra de energía.

El maestro la gritaría de nuevo, pero ella había buscado donde Aria había ordenado, ese objeto no estaba allí, no podía seguir por hoy, necesitaba comer algo, dormir, distraerse, podía escuchar la lluvia caer sobre los grandes árboles desde su lugar de reposo.

-Juvia siempre atrae a la lluvia… Por eso los padres de Juvia…- Dobló sus piernas y se las agarró con ambos brazos adoptando la forma de una pequeña bolita azul debido no solo a su pelo sino a su abrigo característico.

Pasó varios minutos así hasta que decidió que lo mejor era cazar algo para comer y después darse un buen baño. Si seguía compadeciéndose la pena se apoderaría de ella y entonces llovería hasta dentro de ese hermoso bosque.

Por suerte para la joven, Gajeel su hermano mayor la había enseñado a cazar en una de las acampadas que habían hecho días antes del trágico accidente, siempre se metía con ella pero era muy buen amigo y un excelente hermano.

-'La trampa se coloca de esta forma, el conejo viene por aquí y se queda atrapado por las patas, de esta forma puedes atraparlo bien, ¿me estás escuchando cabeza hueca?.- Protestaba un niño de largo pelo negro y ojos rojos.

-Sí, Juvia está escuchándote, Gajeel-kun.- Contestaba animada una joven Juvia'

Juvia se secó una de las lágrimas que resbalaba por su mejilla derecha, perder a unos padres casi inexistentes en su vida había sido duro, pero perder a su hermano, su único pilar en la vida era lo peor por lo que había tenido que pasar, ese recuerdo no había hecho más que reabrir la herida.

Revisó la trampa y vio en ella a un conejo de gran tamaño, al menos no pasaría hambre, llevó al animal de las orejas hasta el campamento donde se alojaba, terminó con su sufrimiento de un golpe rápido en la cabeza y se puso a cocinarlo, tardaría de veinte minutos a media hora, tiempo suficiente para darse un buen baño en la oscuridad de la noche.

Dejo su ropa colgada de una rama de un árbol cercano y se zambulló en el agua, al instante su cuerpo empezó a volverse casi transparente llegando a camuflarse completamente con la cristalina agua del lago.

Ajeno a todo esto un joven mago de pelo negro caminaba por el bosque para encontrar ese 'maldito lago del demonio' como lo denominaba. Estaba muerto de hambre, debía de haber comprado algo en la villa antes de salir tan apresuradamente. Ahora su estómago rugía en señal de protesta y eso solo aumentaba su mal humor.

Mientras caminaba tropezó con una roca que estaba oculta en la nieve, ese fue el desencadenante para que Gray estallase, levantó la piedra a pulso y la lanzó hacia delante con toda la rabia que tenía acumulada. A los pocos segundos pudo escuchar como la roca resonó al chocar contra algo que parecía agua.

Aceleró el paso y llegó a lo que parecía un pequeño campamento, pero lo que realmente le impresionó fue la belleza del lago, nadie le había dicho nunca de la existencia de semejante maravilla de la naturaleza, la palabra hermoso no podía ni definirlo.

Mientras observaba en silencio el lago, un leve olor a comida llegó a su nariz, al girarse para mirar la procedencia del aroma tan delicioso fue cuando se percató del campamento con hoguera y tienda de campaña que había.

-Comida…- Dijo finalmente al ver al suculento animal dorado que se encontraba sobre la hoguera, pero su cabeza pensó más rápido que su estómago, ese debía de ser el refugio de la mujer.

Miró por todos lados pero no había rastro de ella, además que fuese de noche no ayudaba mucho para diferenciar nada, miró nuevamente al conejo ya listo que la hoguera había preparado tan deliciosamente y quiso probar un poco del manjar.

Juvia estaba relajada en su baño cuando una roca chocó contra su costado, alarmada miró por todos lados pero no consiguió ver nada, hasta que un hombre vestido con un abrigo blanco se acercó a su campamento mientras pronunciaba unas palabras que Juvia no se atrevería a pronunciar.

Era alto, tenía el pelo negro, iba vestido con un pantalón oscuro y un abrigo blanco, era guapo, eso Juvia no podía negarlo, pero no parecía un aldeano de los que había en esa villa, parecía alguien más fuerte, sin duda un mago contratado por la gente para hacerla fracasar en su misión.

Estaba enfadada consigo misma, no era momento de pensar, debía actuar y para ello debía darle una lección a ese hombre, estaba pensando como poder hacer que pagase por su osadía cuando el joven puso rumbo al conejo que había atrapado minutos después. Y eso era algo por lo que no iba a pasar. Nadó en silencio y lo más rápido que pudo hasta donde estaba su ropa y se vistió rápidamente.

-Juvia no le recomienda que toque eso.- Dijo finalmente.

Gray se sorprendió al escuchar detrás de él una melodiosa voz, cuando se giró pudo comprobar que realmente tenía delante de él a una diosa, su pelo azul caía empapado por encima de ese abrigo tan sexy que llevaba puesto haciendo que el agua resbalase por su cuerpo, mientras que sus piernas seguramente preciosas no se podían ver ocultas en esas largas botas marrones. Pero cuando la miró a la cara fue cuando quedó realmente hipnotizado, esos enormes ojos azules mostraban tristeza, pero también mostraban la fiereza de alguien que lucha hasta el final por lo que quiere y unos jugosos labios que debían ser las puertas del paraíso. Al final no iba a ser tan malo que le hubiesen mandado a esa misión, después de todo por fin una mujer llamaba su atención, aunque fuese su enemiga…


Bueno pues hasta aquí este cap, de este nuevo fic, como siempre dejen sus preciosos reviews que son fuente de inspiración y que hacen que siga escribiendo cosas. Un saludo.

Misdry~