Título: One Reason

Autor: Oni No Ao y Chibi (no tiene pag.)

Una simple aclaración más: M por mal vocabulario (a lo Argentino), descripciones (intento) precisas y posibilidades de Lemmon/Violaciones.

Lamentablemente FT no me pertenece, y si fuera así, estaría dibujando Nalu, Gruvia, Gale, ETC. ¿No sería un mundo ideal? Ah, y le pertenece a Hiro Mashima.


Gritos de desconfianza

Ah… la primavera… es una de las estaciones más bellas. Se suele llevar a cabo más actividades al aire libre, encontrar pareja, ver los pájaros con gran variedad de colores volar por los cielos, también el espectáculo que nos ofrecen las flores al volver iluminando con su hermosura los parques o jardines. ¡Bah! El problema acá es, a mí no me llego aquel encanto, por una razón muy lógica, no crean que soy un monstruo o algo similar que aborrece estas cosas, me gustan como a cualquiera, pero no las puedo disfrutar de la misma manera. Supongo que sería por seguir estando en el trabajo, ver a todos preocupados, desesperados y malhumorados. Me desquicia su forma de actuar… bueno, creo que debo ser algo parecido, estamos en el mismo lugar y nos suceden relativamente cosas iguales después de todo. Con este oficio, nadie puede estar tranquilo, peor si tu compañero no es de fiar.

-¿¡Cómo se te ocurre hacernos esto, hijo de puta!?- dije mientras lo golpeaba en el rostro.

Como les decía, ahí estaba yo, Fullbuster Gray, un detective como cualquiera, teniendo una reacción impulsiva ante la traición de su compañero. ¿Creen que fue realmente impulsiva? O… ¿apropósito?

Se sumaban espectadores a la escena, entre ellos me percaté que apareció mi jefe, como siempre, serio y malhumorado.

-Que alguien me explique qué carajo pasa acá- esa era la voz, mejor expresado, el grito del mismísimo Dreyar Laxus.

-Lo que pasa es que este puto peliblanco me re cago- le dije desquiciado, ya no me importaba quien fuese el que me hablase. Tengo suerte de tener un cargo superior, sino fuese así, no zafaba ni que Dreyar estuviera en pedo.

-¿Y ahora que hizo?- mencionó cubriéndose la cara con una mano, como era de esperarse, despreocupadamente.

-¿Sabes qué hizo?- le conteste con un tono desafiante, mientras volví a agarrar al ojos rasgados del cuello de su camisa. -Pasa que este tarado se terminó enamorando del enemigo, se hizo pasar por doble agente, le conto cuales eran nuestros planes. Eso no es todo, lo ayudo a escaparse. Y ahora no sabemos dónde mierda puede llegar a estar- respondí eufórico –Ah, y encima se perdieron todas las pistas gracias al inútil este- dije, exagerando lo último, tirándolo al suelo violentamente para luego mirar a Dreyar.

–Vastia, anda a buscarte un buen abogado, porque estas despedido- Él lo miro seriamente.

–¿¡Eso es todo, no escuchaste todo lo que hizo este tipo!?- le grité, insatisfecho por lo que escuché.

–Ubicate Fullbuster, el que toma las decisiones acá soy yo, así que ándate a tu oficina antes de que te pase algo similar- me miro pedante aquel rubio malhumorado.

Dreyar se fue a su oficina seguido por su secretaria, Strauss Mirajane; todos caen rendidos a sus pies, nadie le puede decir que no, a menos que sea mujer… sin embargo, he conocido algunas que tampoco pudieron negarle algo, para ser concretos, siempre consigue lo que quiere. Ah, creo que hay un rumor de que una vez no le dieron algo o parecido y… ¿aquella persona había llegado al hospital por su culpa? Bah, no recuerdo muy bien, pero desde que se sabe esto, le dicen "La Demonio". Por lo que había entendido, se quería convertir en modelo pero por algún motivo, vino a este sitio a trabajar abandonando aquel sueño. Supongo que debe ser por el otro rumor, el cual dice que ella y el jefe ocultan algo, como una relación. Pero como dije, son rumores y nada está confirmado. Imitándolos, me fui a mí oficina. Me senté, bah, me tire en el sillón de la misma. Tenía un humor de perros, así que puse mis codos en la mesa para pensar mejor.

-Entonces, el pelotudo este de Lyon pudo llegar hasta haber hecho pistas falsas. Así que volvemos a empezar de cero- dije para mí mismo. –Lo único que tenemos en concreto es que este grupo está constituido por un hombre y una mujer- Me puse en la computadora para buscar cosas que no hayan estado en manos de Lyon. –Ah, cierto… lo único que se sabía concretamente era que se hacían llamar "Ex Phantom"-

Seguí buscando información en esa chatarra que tenía como computadora, obteniendo como respuesta todos los indicios construidos con anterioridad por el careta de Lyon. No me puedo quedar con esto solo, de todas formas los guardaré para comprobar si son reales o solo pura farsa, y así enterarnos si realmente me estaba cagando a mí y a la compañía, mejor dicho, a todos, por ser un doble agente. Aunque hubiera estado perfecto si nos ayudase a nosotros antes de ayudar al enemigo. Lo peor de todo es que, Lyon rompió una de las más grandes reglas de ser detective, enamorarse del sospechoso. En fin, debería averiguar por mi cuenta hasta ver a quien se le ocurrirá encajarme como compañero aquel Dreyar que tengo como jefe. Suerte que las horas pasan volando cuando te pones a pensar, o eso es lo que sucede a mí. Ya faltando unos 15 minutos antes de que termine mi jornada, apareció la fanática del caso, mi secretaria; si, por suerte yo también tengo una, McGarden Levy.

-Gray, ¿avanzaste con el caso? – me dijo con una sonrisa de oreja a oreja, mientras me dejaba un café sobre el escritorio.

-No, es más, retrocedí. Estoy de nuevo en el comienzo- dije desanimado mientras tomaba el café.

-¿Cómo? Todo se debe a la pelea que tuviste con Lyon, ¿no? – al escuchar su nombre, sentí como la sangre me hervía nuevamente, ya ni su nombre podía escuchar.

-Sí, esa basura de persona interfirió y arruino todo- dije golpeando la mesa, luego solté una carcajada –Pero bueno, ya recibió su merecido, aunque no vendría mal un poco más-

Vi como Levy retrocedió un poco al escucharme, pero no dejo de sonreír. Cambiándome de tema, me comentó que le quería dar una sorpresa a su novio, Max, por estar ya un año juntos. Se la veía muy emocionada al hablarme sobre eso. Al rato, revisó su reloj de mano mostrándome y, sin dejar su expresión de felicidad, me indicó que era hora de salir de este lugar. Me despedí de ella y le deseé suerte. Fui directo al estacionamiento, buscando con la mirada donde había dejado mi porche azul marino, lo encontré en un santiamén; así que me subí. Justo antes de encender el motor recibí una llamada. Era de Dragneel Natsu.

-¿Qué queres flamitas?- No se confundan, él se ganó ese apodo por lo efusivo que es.

-Che, ¿Qué te parece si nos juntamos así charlamos como siempre, hielito?- lamentablemente, yo también me gane ese apodo por lo serio que soy con las personas.

-Bueno, vamos a donde siempre, ¿Está bien? –

-Sí, nos vemos allá-

Luego de cortar, encendiendo el motor –Hoy no me vendría mal un trago… con este día ya tuve suficiente- pensé. Intentando sacar la gran capa de presión que tenía encima, me dirigía hacia allí. Posteriormente de haber pasado por varios semáforos, logré estacionarme frente al bar, "Metamorfosis", lugar donde discutíamos con Natsu. Ya nos conocían, era una costumbre ir allí. Nunca volvíamos con menos de 3 copas de más encima, todo por la culpa de la camarera que no conocía los límites para dejar de tomar. Imagínense, si ella no era consciente de ello, menos se preocuparía por los demás.

Al entrar al bar, busqué con la mirada a Natsu, se encontraba sentado en la barra, como de costumbre, hablando con Alberona Cana, la misma camarera de la que hablaba antes. Me fui directo hacia donde estaban, pero antes me tropecé con una persona, que al parecer era una camarera más que llevaba algo líquido, porque me empapó.

-Lo que me faltaba- suspiré mientras me miraba la ropa.

-L…Lo siento… mucho señor- me lo dijo tartamudeando buscando desesperadamente algo.

Alcé mi vista y vi a la susodicha con una servilleta en la mano queriendo secarme. Ahí me percaté de su extravagante color de pelo, bah, no sé si era para que me llamara tanto la atención porque comparado con Natsu, no era para tanto; en fin, lo tenía azul.

Al haberme terminado de secar, la peliazul levantó la vista, nuestras miradas se encontraron. Pude observar el azul marino que había en sus ojos, por un momento me perdí, fue como si el tiempo se detuviera.

Cuando se dio cuenta, se sonrojo por completo. Aún medio despistado, vi venir corriendo a Cana pidiendo disculpas en nombre de la chica, según entendí, la habían contratado hace menos de 2 semanas.

Decidí no darle mucha importancia al asunto, vine para olvidarme de los problemas por un rato; así que lo deje en segundo plano. Fui a sentarme al lado de Natsu, esta vez, sin interrupciones. Cana me invito un trago para suavizar por lo sucedido anteriormente, no pude rechazar tal oferta.

-Qué día tuviste, eh!- me dijo tomando un trago de la cerveza que había pedido anteriormente a mi llegada.

-Ni hablemos del tema, vinimos acá para pasarla bien- sonreí de costado –Y bien, ¿qué me querías comentar?-

-¡Ah sí!, te quería decir que Laxus me asigno como tu compañero- me dijo sonriendo como un idiota para luego cambiar a una expresión sumamente seria –no sé cómo vamos a hacer para no hundirnos mutuamente-

-¡Ja! Este tipo no sabe que cometió el peor error de su vida- dije recibiendo el vaso de whisky, Jack Daniells, que Cana me había ofrecido.

-Seguro, vamos a hacer el mayor dolor de su cabeza- Riéndose a carcajadas.

-Ah, ¿pero vos no tenías otro caso?-

-Me olvide de contarte la mejor parte, los dos tenemos que trabajar en conjunto haciendo ambos casos- me dijo aun sonriendo, ni se inmuta este boludo.

-¿Eh? Este tipo que se cree que somos ¿magos o algo así?- le dije en un tono burlón –Bue, contame de que trata tu caso así estoy al tanto de todo-

-Está bien, no te emociones, es el de "Loke, el león"–

-Que caso de mierda te toco- bufé -a mí me toco ex Phantom- el mío tampoco era la gran cosa.

-Bueno, vos tampoco te salvas- me dijo riendo al final -Supongo que juntos, tal vez, podremos sacar conclusiones más rápido, ¿no crees?- menciono tan optimista como siempre.

-Si, al parecer Dreyar no estaba tan errado- dije despectivamente su nombre.

En ese momento apareció Cana limpiando la barra –Vaya, mis detectives favoritos me ignoran por completo ¿serían amables de decirme de qué trata esta vez su caso?- dijo agarrándole el mentón a Natsu, haciéndose la coqueta, aunque él ni se mosqueó. Natsu repitió todo lo sucedido como si fuera un loro.

-Uh… pero que pesado que es su jefe, encima teniendo dos casos graves- dice Cana echándose sobre la barra.

-Igual no creo que se nos complique tanto, ya que le arruinaremos los planes al león- dijo con entusiasmo -Y luego, desenmascaremos a los fantasmas- agregue a carcajadas.

Cambiamos de tema varias veces, hablando de cosas triviales, como de costumbre. Sinceramente, creí que moriría por lo que comentaba Cana sobre lo que encontraba cuando iba al baño y también en el callejón que da a la puerta trasera del bar. Tenía esas sensaciones de que me observaban, y no de segundos, sino constantemente. Aprovechando el momento en el que Cana fue por más vino, pude fijar la mirada en aquella chica azulada, estaba del otro lado de la barra disimulando que la limpiaba. Cuando volvió, mientras completaba en su totalidad a la copa, lo más discreto posible le pregunte si sabía cómo era su nombre.

-Con que te gustó la nueva, ¿no?- dijo pícaramente acercándose a mi cara.

-No, pelotuda, solo quiero saber su nombre- le contesté cerio y cortándole la emoción.

-Bueno bueno, no te enojes, tampoco es para tanto- me sonrió -Se llama Juvia, Juvia Loxar-


Fin.

Nah, mentira, no es un One Shot. XD

Si, realmente lo escribimos entre dos. Gracioso fue como se nos ocurrió...

En fin, el otro cap. ya esta escrito, así que lo subiré mañana. MUAJAJAJA!

Ah, el comentarista (?) acá es ONI NO AO!

See you in the next chapter...