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Entre los retazos de los recuerdos y los años perdidos.
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Capitulo 1 - La paciente desconocida
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Descansaba postrada en una cama de hospital una joven rubia. Tenía los ojos cerrados. Su respiración era pausada. Todos los días los médicos iban a verla y siempre salían con una expresión similar. No reaccionaba, no entendían como había llegado ahí una muchacha que de seguro ya debía estar casada. Pero a quien nadie había ido a ver. Había estado dormida por mucho tiempo. Cual ninfa del sueño, reposaba sin saber nada de su alrededor. Si supiera que en ese tiempo había conseguido sin proponérselo mas admiradores de los que tuvo en toda su corta vida, pues se había reído incrédula. Pues no era soberbia, ni tampoco engreída.
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-Buen día, doctor.-decía una enfermera de manera amable al joven que entro a la habitación donde estaba la ninfa dormida. Justo le estaba lavando el cabello a la rubia. Para que fuera más rápido se lo habían cortado tiempo atrás.
-Buenos días, Sophie.-decía el doctor con una ligera referencia. Entro y tomo los papeles que estaban a un lado de la cama de la rubia. Los hojeaba y leía todo con atención. Pues le gustaba ser diligente en su trabajo.
-Creo que se equivoco de habitación…Esta paciente esta al cuidado del doct…-decía la enfermera. Pero el joven doctor le hizo una seña de que le dejara hablar.
-Si, lo se... Pero mi colega me informo que debido a que le fue asignado mas pacientes que regresan del frente y por lo que decidió derivarme sus pacientes que requieren mas atención personalizada…-decía el joven, tomo aire y la miro interrogante.-Aquí dice que la paciente no tuvo en toda su estadía desde que fue ingresada hasta ahora ni una sola visita ni nadie que preguntara por ella... No es bueno… Por favor trate de averiguar todo lo que pueda de la paciente 42…-
-Eso intentamos, pero para ello como mínimo deberíamos saber su nombre… Y cuando ingreso no pudo ser identificada, pues no portaba documentos consigo… Solo un boleto de tren… El cual estaba roto y no pudimos identificar de donde pudo haber venido o de alguna idea de donde esta su familia…-decía Sophie con mirada preocupada. Termino de lavar el cabello de la rubia y lo secaba con una toalla.
-Déjelo, yo termino… Se que tiene una charla con el jefe de pabellón en unos minutos, Sophie.-decía el joven. Tomando la toalla y procediendo a secarlos cabellos rubios de su paciente.
-¡Oh! Muchas gracias, doctor… Es tan amable…-decía Sophie, mirando con una sonrisa al joven...-De lo contrario me ganaría una sermón del jefe de pabellón….Ya sabe el es muy renegón…
-Si, ¿como olvidarlo?… Dese prisa, Sophie…-decía el joven apremiándola. Sophie salió de la habitación con paso apresurado. Pero antes le dijo de manera picara:
-Cuidado con mirarla demasiado….Se que eres hombre, aunque parezcas muy inocente…-decía Sophie, antes de salir.
-¿Cómo se te ocurre, Sophie?-decía el joven, con fastidio.- ¡Ay! Ni que Sophie fuera mi novia…¡Jajajaja!…. Bueno veamos…. No tienes nombre o mejor dicho no lo sabemos, así que te diré la paciente incógnita 42… ¿Te parece bien?-decía el doctor a la rubia inconsciente. Quien seguía dormida.
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El joven doctor suspiro y la miro. La encontró tan pálida. De pestañas largas y oscuras. De rostro con facciones infantiles, mejor dicho aun conservaba la hermosura como de una niña inocente.
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-Me gustaría ver tus ojos… Me pregunto de qué color serán…-decía el joven doctor. Analizando a la joven paciente. Después el doctor trajo unas flores y las coloco en un jarrón en donde el mismo agrego agua.
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-Es triste que nadie venga a verte, pues te haría bien que te hablen… Es mi primera vez que te veo, sino yo hubiera venido a hablar contigo antes… ¿Sabes? Hoy hace un día hermoso, y hasta creo que te recomendaría comer un helado y pasear por el parque…-decía el doctor, de manera animada.
Quien miro a la rubia, y negó con la cabeza.
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-En tal caso tu eres como una rosa, que se mueren en el invierno y resurgen en la primavera…. Despertaras… Lo harás…Lo se…-decía el joven, antes de tomar la mano de la rubia que estaba fuera de las sabanas, para meterla bajo las sabanas.
En eso sintió que la mano de la rubia se cerró en la suya. Abrió mas los ojos el joven medico. Miro a la rubia, quien se movió un poco. Ella lentamente abrió los ojos. Y lo primero que vio fue unos ojos azules color cielo que la veían sorprendido. La muchacha estaba aturdida.
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"¿Qué hago aquí? ¿Quién es el? ¿Por qué se viste de blanco? ¿Por qué me mira con asombro? Pero sobretodo…. ¿Quién soy? No lo recuerdo…." Pensaba la rubia, que aun tenia sujetada la mano del medico.
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"Esos ojos… Esos ojos… Me recuerdan a los de ella… Si tan solo ella no hubiera muerto ese día… Yo ahora tal vez ya estaría casado con ella…. ¿Por qué tuvo que irse? ¿Por qué tuvo que morir la única mujer a lo que yo ame?" pensó el joven medico.
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-Esta en un hospital…-decía el medico saliendo de su asombro. Aun tenía sujetada la mano de la rubia. No sabían porque, pero no les importaba tenerlas manos juntas.
-¿Hospital?-decía la rubia sorprendida.-Esta equivocado, yo no estoy enferma…Y ahí solo van las personas enfermas…
-Y las accidentadas…-decía el medico. Quien soltó su mano y volvió a mirar las hojas de informe de la paciente.
-¡¿Me quiere usted decir que yo tuve un accidente?!-decía la rubia extrañada.
-Si, según su informe usted tuvo un accidente de tren…-decía el medico. La rubia se estremeció y se sujeto de las sabanas. Tenia un vago recuerdo de ello, pero nada claro.
-¡No!…-decía la muchacha.-Eso no es verdad…-
-Bueno yo solo le leo lo que decía este informe…-decía el medico.- ¿Me podría decir su nombre, señorita?
-Yo...Yo… Yo no…-decía la rubia, con una mirada desviada.-No…No lo recuerdo…-decía en voz baja la muchacha.
-¿No lo recuerda usted?-decía el joven medico extrañado. Volvió a leer el informe y leyó la parte que decía:
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"Golpes por caída en la cabeza y en las extremidades inferiores. Cabeza con lecciones importantes. Diagnostico en observación. Paciente en estado coma." Leyó en su mente. El galeno la miro con una mirada preocupada.
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"No recuerda…No recuerda su nombre…." Pensó el joven. Hizo otro intento y le pregunto:
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-¿Sabe que estaba haciendo antes del accidente?-decía el medico. La rubia negó con la cabeza.
-No, no lo se… -decía la rubia.- ¿Usted sabe quien soy yo?
-Me encantaría saberlo y decírselo, pero yo recién vine hoy a hacerme cargo de usted como su medico….-decía el joven.-Por lo que no se, y en sus documentos no lo decía…
-¿No?… ¿No sabe quien soy yo? ¿Quién es usted?-decía la rubia desorientada.
-Como le dije soy su medico a cargo de usted…-decía el joven. En eso la puerta se abrió y entro Sophie con un vaso de refresco de manzana.
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-Le traje uno, por ayudarme con…-decía Sophie, quien tiro de nerviosismo el vaso al ver a la paciente rubia levantada.- ¡Ah! Ella… ¡La paciente!….Ella….-decía Sophie, acercándose a la rubia. Quien no entendía porque la veía así.
-¿Usted me conoce, señorita?-decía la rubia a Sophie, quien salió corriendo fuera de la habitación.-Por favor dígame...-¿Dije algo malo?-decía la rubia al ver que se fue la enfermera.-Ella me miro extrañada…-
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Después, antes de que el joven medico le pudiera contestar entro Sophie a la habitación de la rubia.
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-¡La paciente despertó, doctor Johnson!-decía Sophie al medico con el que entro a ese cuarto.
-Puedo verlo, señorita…-decía el doctor Johnson mientras veía a la rubia.- ¡Ah! No lo había visto... ¡Buen día, doctor Brown!…-decía el al ver al joven medico a un lado de la cama parado.
-¡Buen día, doctor Johnson!…-decía el joven medico.
-¿Lo ve, doctor Johnson? El doctor Brown logro despertar a la paciente…-decía Sophie de manera atropellada.
-Sophie, por favor… Vaya a buscar toda la información de esta paciente…Inmediatamente…-decía el doctor Johnson, al ver la ansiedad de la enfermera.
-Si, doctor…. ¡Voy ahora mismo!...-decía Sophie yéndose a prisa de ahí.
-¿Pudo averiguar el nombre de la paciente, doctor Brown?-decía el doctor Johnson al joven. Quien negó con la cabeza.
-No, la señorita no puede recordar los acontecimientos producidos antes ni durante el accidente, porque no puede ni recordar su propio nombre….-decía el joven medico.
-¿Señorita, no sabe como se llama?-decía el doctor Johnson a la rubia.
-No… No lo recuerdo, doctor….-decía la rubia.
-Haga un esfuerzo…-decía el doctor Johnson. La paciente cerraba los ojos con fuerza. Solo recordaba la palabra.
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"Adiós… Adiós….Adiós…." se repetía en su mente, se sacudió la cabeza. Esa voz sonaba triste.
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-Adiós…-decía la rubia, los dos médicos la miraron sin entender.-Recuerdo solamente que alguien se despedía de mí… Y ni siquiera recuerdo quien era esa persona…-
-Doctor Brown, sígame a fuera un momento…. Debo hablar con usted…-decía el doctor Johnson. Brown le siguió a detrás, no sin primero decirle a la rubia:
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-Por favor no te preocupes… Despertaste de un largo sueño, por eso no recuerdas bien….Pero me comprometo a poner todo de mi parte por tu pronta recuperación…. No te desanimes…-decía Brown, el medico joven con una sonrisa cálida y reconfortante.
-¿Me ayudara?-decía la rubia algo aliviada.
-Si, es una promesa… No te abandonare sola…-decía Brown. Luego se fue del cuarto, los ojos de la rubia se aguaron, le conmovió ese gesto.
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"No te abandonare sola…" le había dicho el doctor Brown. No sabía porque estas palabras la ponían tan sensible. Trato de ponerse en pie, pero sintió que no podía. Se movió haciendo un esfuerzo, pero solo consiguió caerse de la cama. Se quejó de dolor. Pero no demasiado fuerte, se sentía avergonzada por su caída estruendosa.
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-¡Ayayay! –decía la rubia, en el suelo. Miro sus piernas, parecían algo entumecidas, algo delgadas.
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Se trato de levantar, pero sus piernas eran muy débiles y apenas lo lograba, ella se tambaleaba y se volvía a caer.
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-¡¿Por qué?!-decía la rubia.- ¿Por qué no me responden las piernas? No parecen fracturadas… Solo algo torpes…-decía mientras se sentó abrazando sus rodillas.
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Lloraba confundida, no sabia porque se había accidentado, no sabia si eso de no poder caminar era de nacimiento o por lo del accidente. No sabía ni su nombre. Ni lo que había echo antes del accidente. En resumen no recordaba nada, solo como hablar y algunas cosas de sentido común.
Tapo sus ojos con sus dos manos. Gemía y miraba el techo de la habitación y las blancas cortinas. Se levanto y tomando impulso se lanzo sobre la mesa y casi la derribo. Mas no lo hizo, tomo las hojas de la mesa. Sonrió pues entendía que decía la letra. Aún recordaba como leer.
Sus ojos volvían a empañarse al leer que nadie en todo el tiempo que se registraba estuvo en el hospital, el cual ya era bastante tiempo. Varios meses en realidad después de ese accidente registrado. Nadie se digno en ir a ver como estaba.
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-¡No le importo a nadie al parecer!…-decía la joven rubia llorando desconsolada.-Pero el doctor Brown me dijo que….Me dijo que… ¡Que me ayudaría!….-decía ella tratando de calmarse.-Debo confiar en que lo hará… -
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No pudo seguir soportando su peso y cayo sentada al suelo con las hojas. La mesa también se volcó haciendo un ruido metálico. Se golpeo el brazo, pero no le importo.
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Mientras que fuera de la habitación de la rubia ambos médicos conversaban sobre la situación de la paciente rubia.
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-…No es bueno lo que ella nos dice…-decía el doctor Johnson con mirada preocupado.-
-Si, lo se…-decía el doctor Brown con mirada reflexiva.- Pero soy su doctor a cargo, por lo que veré que logre recordar algo…-
-¿Tiene experiencia con pacientes amnésicos, doctor Brown?-decía el doctor Johnson.
-No, pero se que esos casos las personas están desorientadas y que no saben que hacer…Necesitan ayuda, y se la quiero dar…-decía Brown.-Lo se, pues yo mismo estaba amnésico tras sufrir un accidente que me dejo en coma por varios meses, casi medio año, o hasta un poco mas de tiempo….-
-¿En verdad, Brown? Esto no es un asunto personal, ¿Verdad?
-¿Personal? Es un ser humano que necesita ayuda…-
-Bien, será su responsabilidad…Aunque dudo que la dejen en esa habitación que esta, pues como no esta registrada será llevada a la habitación común, junto con los demás que no tiene parientes que los vean…-
-Eso no será necesario… La registrare…-decía Brown.
-¿Cómo si no la conoces, Brown?-decía el doctor mayor.
-Si, pero puedo decir que la conozco…-decía Brown.
-¿Por qué harías algo así?
-Es amnésica, no una enferma común… Debe tener un tratamiento especializado…-decía Brown, analizando eso.
-¿No será porque te recuerda a tu difunta novia?
-No, y para empezar no fue mi novia, pues no me dio tiempo para pedírselo... Ella se fue en el momento menos pensado…. Y segundo yo se lo prometí a la paciente…. Prometí ayudarla…No tiene a nadie, y yo no tengo una familia a la cual dar prioridad por lo que no veo que perjudique a nadie que yo la quiera ayudar…-decía Brown.
-Si, es verdad….Eres soltero "de nacimiento"…-decía el doctor Johnson con una sonrisa algo burlona. Pero corrigió su postura, pues sabia que el joven había sufrido por la muerte de su amiga.
-Iré a explicarle lo que haremos, el tipo de tratamiento que deberemos seguir…Y por favor regístrela a nombre de… ¡Ay! ¿Qué nombre le quedaría bien a ella? ¿Rossy? No, no le queda… Clara, no tampoco….-decía Brown.
-¿Cindy?-decía el doctor Johnson.-Como tu amiga…
-No, ella no se llamaba Cindy, su nombre era precioso. Y no, no pienso nombrarla como mi amiga… Pues ella ERA ÚNICA…. Aun no lo se…-
-¿Alguna variante de tu propio nombre quizá?
-Tal vez, por el momento regístrala como señorita Brown… La harás pasar como una prima lejana mía…Ya lo tengo… Heidi, no…. Lady Brown….Si, suena casi lindo…Pero por las dudas se lo consultare a ella. Solo déjale por ahora como señorita Brown, mi prima lejana….-decía Brown.
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Antes de entrar a la habitación de la rubia. Al abrir la puerta no la hallo en la cama, se preocupo. Observo las ventanas abiertas por donde se metía mucho aire. Las cortinas bailaban, por así decirlo. Luego la busco con la mirada y no encontró nada. En eso observo a un lado de la pata de la cama a una joven que tenia la cabeza apoyada en sus piernas y en la mano las hojas de informe.
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-No le importo a nadie… ¿Verdad, doctor?-decía la rubia, al sentir su presencia. Fue raro, pues el joven ni hizo ruido, ni se dejo notar. Aun estaba con la cabeza apoyada en las piernas.
-Eso no es verdad... Solo no lo recuerdas… Es todo…-decía Brown, antes de levantar su rostro de la chica. Y sonreírle de manera amable. Ella también le sonrió. Le agradaba su presencia, sin saber porque. Luego el joven la cargo en sus brazos y con cuidado la sentó en la cama apoyándola. Le quito su bata, hasta la altura de la cintura y examino sus brazos.
-Te golpeaste al caer.-decía Brown, mirando el área lastimada. La rubia solo se cubrió los pechos desnudos.-Lo siento, no era mi intención dejarla así…. Pensé que tenia algo de bajo….-decía el joven desviando la mirada.
Aunque pudo apreciar vagamente los redondos y firmes pechos de la rubia. Quien estaba sonrojada, y cubría con sus brazos sus atributos.
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-Te conseguiré algo de ropa después...-decía Brown, antes de volver a cubrirle con su bata rápidamente. Después de curar sus raspones y de revisar sus piernas, observando que no estuvieran lesionadas. Ni fracturadas, la acostó y se sentó en una silla a su costado.
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-Eres muy inquieta, ¿Sabes? Pero supongo que así pudiste ver que no puedes utilizar tus piernas…Por lo menos no por ahora, pero descuida veremos la causa de ello….Yo diría que debilidad por su estudia hospitalaria inconsciente…Pero podría ser un defecto de nacimiento, no lo sabemos…Pero lo averiguaremos…No sabemos su nombre, pero necesita uno para seguir el tratamiento….Así que por mientras usted lo recuerde… Les diré a todos que usted es mi prima…
-¿Su prima?-decía la rubia, sin creerlo.-No le creerán, doctor…-
-Si, lo harán si lo digo con seguridad…Además tengo mis motivos… Que son que usted no sea trasladada a otro pabellón o a otro hospital…-decía Brown mirando a la rubia. Quien estaba atenta a todo lo que el le decía.
-De acuerdo seré su prima, doctor...-decía la rubia.-Pero si no nos creen pues…-
-Eso déjelo por cuenta mía…-decía Brown.-Odio mentir, pero en este caso es obligatorio…-
-¡Oh! ¿Pero que les dirá de mi nombre, doctor Brown?
-Estaba pensando en que llevara por mientras mi apellido, así nadie se extrañara de que yo le brinde mi ayuda, y su nombre no quedara en entredicho… Sera la señorita Brown…-
-Suena bonito…-decía la rubia con una sonrisa.- ¿Y mi nombre?-pregunto con interés, Era extraño que la nombran ahí. Ese doctor, pero no sabia nada. Solo le quedaba confiar en el.
-Lady…-decía Brown.-Lady Brown… Le parece bien o ¿Le gustaría un nombre diferente?
-Es un nombre hermoso….Lady… ¡Me encanta!…-decía la rubia riéndose.
-Bien, así será tu nombre por ahora. Serás Lady Brown…. Hasta que logres recordar tu nombre original…-
-Lady Brown…-decía la rubia, le dio la mano al medico.-Gracias por prestarme su apellido, lo llevare con mucha dignidad… -
-No es nada….-decía Brown.
-Por cierto, no se cual es su nombre, doctor…-decía la rubia.
-Si, es verdad…. No me presente como era debido hacerlo….-decía Brown.-Mi nombre es Anthony Charles Brown, medico…. Pero puedes decirme Charles, o Charlie… Cual te parezca mejor, Lady…-
-¡Oh! Me gusta su nombre, doctor Charles...-decía la rubia con sinceridad. El doctor sonrió y la miro con ternura.
-¿En verdad? Pues yo ya pensaba cambiarlo….-decía Brown.
-¡No! ¡No lo haga! Ese nombre le queda como anillo al dedo…-decía la rubia sonriéndole.-Le queda bien…-
-Aclarando eso, vendré todos los días a ver tu progreso. Seré el que dirija tu tratamiento…. Sophie, mi colega, una enfermera….Es la enfermera asignada a asistirme…Ella y yo estaremos mas al corriente de ti, Lady…-decía Brown.
-¿La joven ansiosa de hace un rato, doctor?
-Si, la misma…. Ella te cuido desde que llegaste, por eso se sorprendió de ver que despertaste… Justo ella hoy te lavaba el cabello…-
-Sophie… Seré agradecida con ella….-decía la rubia.
-Y no lo olvides…Desde ahora serás Lady Brown, mi prima…. Si alguien pregunta yo te reconocí…-
-¡Oh! Espero que eso no lo meta en problemas, doctor Charles…
-No lo creo…Están tan ocupados con los pacientes que regresan del frente…Que dudo que se pongan investigar paso por paso…-
-¿Por qué me ayuda, doctor?
-Porque es nuestro deber como médico velar por la seguridad y la recuperación de nuestros pacientes….-
-Se ve que esta es su vocación…Me pregunto cual era la mía, o si es que la tenia…-decía la rubia.
-Lo recordara, o si no pues la puede reedescubrir…-trataba de sonar optimista.
-Gracias, doctor…-decía la rubia.-Por animarme… Yo estaba confundida, aun lo estoy, pero ya me siento mas tranquila de que usted me quiera ayudar….No se como pagarle por…-
-Es nuestro deber…-decía Brown.- Ahora déjeme ir a decirle al doctor Johnson su nombre para que la registre…. ¿No volverá a intentar caminar sin supervisión?
-No, pues ya vi que es peligroso,doctor Charles…-decía la rubia, mirando sus raspones.
-Entonces creo que ya lo entendió, y me podre ir tranquilo…-decía Brown, antes de retirarse de la habitación de la rubia. Quien se acomodo y miraba al joven irse. No lo concia .Mejor dicho no recordaba, pues estaba amnésica. Pues de haberlo echo se hubiera llevado una gran sorpresa.
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"Lady Brown" decía la rubia en su mente. Sonreía al pensar en ese medico joven. Era rubio como ella, aunque sus cabellos eran de un tono más oscuro que los de ella.
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Mientras que unos jóvenes estaban en la agencia policial, en Chicago.
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-¡¿Cómo que van a cancelar su búsqueda?!-decía alterado un joven castaño claro mirando a los agentes policiales con molestia.
-Ella desapareció por un periodo de diez meses….Casi un año entero…-decía el agente policial.-Y en ese tiempo no se tiene ni la menor sospecha de su actual paradero o si es que ella sigue con vida…
-¡Ni lo diga, oficial!-decía Archie, negándose a creer que Candice estuviera muerta.-Seguiremos buscando, así ustedes no deseen seguir en esta búsqueda…-decía el muchacho antes de retirarse de esa habitación policial. Albert le siguió detrás. También se negaba creer que Candice hubiera muerto.
-Archi, no creo que enfadándonos logremos nada…-decía un rubio tratando de calmar al muchacho castaño claro.
-¡Es que me preocupa, Albert!-decía el gatito, al borde de las lagrimas por impotencia.-Yo sabia que ese idiota no la cuidaría bien,… ¡Sabia que el NO la merecía!
-Si, pero ya fuimos donde el y le preguntamos si sabia algo de Candy…-decía Albert, negó con la cabeza.-Pero el estaba tan perdido como nosotros respecto a su paradero…Aunque tu trataste de sacarle información a golpes…..No nos dijo nada mas de que ella lo dejo de noche y que después según nos dijo tomo el tren que salía esa misma noche, pero ya fuimos a consultar donde ellos y su nombre no aparecía registrado… Es como si la tierra se la hubiera tragado….
-¡Maldita sea!-decía Archie enojado.-Anthony en su lugar no la hubiera descuidado…. El si la merecía…. ¡Maldita la hora en que se murió! Si le hubiera estado vivo , Candy ni se hubiera volteado a mirar a Grandchester…. Ambos se amaban…-decía Archie, recordando la relación de ambos rubios.
-Es lo más probable, Archie…. Aun lamento su muerte…-decía Albert.
-Al menos tu estas conmigo en esto, Albert….-decía el gatito.-Pues estoy solo, Stear se fue a la guerra, Patty esta en Florida tratando de olvidarlo, después de que nos informaron de que el avión en donde iba…Exploto….-decía el gatito cabizbajo, casi con ojos acuosos.-Y Annie como que no me comprende, Albert… Fue un error acercarme a Annie…Es buena chica y eso, pero no la veo como mi esposa…-
-En ese caso, Archie, se lo debes decir con toda sinceridad…Pues ella se hará ilusiones y estaría aun mas lastimada…-decía Albert.
-Si, tienes razón, Albert… ¿Sabes? Debería de decirte tío…-trataba de bromear, pues estaba decaído.
-Archie, me haces sentir un viejo…-decía Albert regañándolo sin severidad. -Además según escuche de la tía abuela pues Patty vendrá de Florida….-
-¿En serio? ¡Que bien! Ella es mas centrada… Ella quedo afectada cuando Stear se fue y después cuando la Gatita desapareció… Pero al menos ella actuó con mas madurez en todo ese tiempo, y en ningún momento pensó en cancelar su búsqueda…Incluso desde Florida trata de mover a las autoridades... ¿Sabes? Creo que vivir todo esto le hizo sacar carácter…-
-¿Lo ves, Archie? Es un ejemplo para nosotros…-decía Albert.-Ella saco fuerzas ante los problemas…-
-Si, me alegra que venga a aquí…-decía Archie con sinceridad.
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En todo ese tiempo se había vuelto más cercano con Patricia. Ambos habían perdido a una gran persona. Archie a su hermano, Patty al hombre que amaba. Y ellos perdieron a una amiga entrañable. Pero no se daban por vencidos, aun la buscaban. No iban a rendirse así de fácil. Pues no encontraron nigun cuerpo. Prueba de que podría seguir viva, perdida ,pero viva.
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"Mientras hay vida hay esperanza de que nos volveremos a encontrar...Algún día..."
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En New York….
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-Mamá, ¿Crees que este vestido me quedaría bien?-decía una rubia frente al espejo. Sostenía la prenda en sus manos, y se veía en el espejo.
-Si, te va bien…-decía la señora, mientras ayudaba a expandir y mostrar mejor el vestido.
-¿Crees que me veré bonita para la cena que dará en la compañía de Teatro después del siguiente estreno de la obra de Terruce?-decía la joven rubia, que estaba sentada en una silla de ruedas.
-¿Es para esa fecha, Susana?-decía la señora Marlowe. Algo extrañada.
-Si, ya se que falta bastante… Es solo que yo quería verme bonita para Terry…-decía Susana con una sonrisa soñadora.
-Hablando de el… ¿Donde se supone que esta?-decía la señora algo molesta.-
-Tuvo que hacer un viaje….-decía la rubia. Pero se interrumpió pues no sabia a donde fue el actor.
-¿Así? ¿Y a donde fue? Estando tú así…Con tu salud delicada…-decía la señora molesta.
-No lo se…-decía Susana.-No me dijo, y yo no quería agobiarlo con demasiadas preguntas…-
-Eres una tonta, Susana…-decía la señora.-El podría haber ido a buscar a la chica de Chicago… ¿No pensaste en eso?
-No, el no hará eso…-decía Susana con seguridad.-Solo se que no será así…-decía la rubia, con una sonrisa retorcida.
-¿Qué tu que?-decía la señora alarmada.- ¿Qué fue exactamente lo que hiciste, Susana?-decía preocupada la madre de la ex actriz.
-¿Yo?-decía la rubia simulando ser una paloma herida e inocente.-Nada…-
-¿Tuviste que ver con la desaparición de esa muchacha?-decía la señora Marlowe, con nerviosismo.
-Yo no… Si solo soy una minusválida…-decía Susana con tranquilidad.-Todo el mundo cree que ella tomo el tren de la noche, pero ella no tomo ese tren…Tomo el del día siguiente porque se lo perdió…Y por eso regreso al hotel, a la mañana siguiente compro un boleto a….Creo que a Chicago, pero lo mas sospechoso de todo es que no aparece su nombre...…-
-¿Cómo sabes todo eso?-decía la madre de la rubia con suspicacia.
-Lo investigue…-decía la rubia.-La tierra se la trago… Nadie sabe nada de su paradero…
-¡Ah! Y lo dices tan tranquila que podría parecer que tu…-
-¿Qué yo la mate, madre?
-No iba a decir eso, pero así pudiera parecer…Dime que no hiciste eso….-
-Claro que no, madre… ¿Sabes? Según mi informante alguien vio a una chica saltar del tren en movimiento, pero no se sabe que pasó con el cuerpo, otros dicen que ya estaba muerta para cuando cayó…Y que solo la lanzaron para disimular… Pero nada seguro, solo suposiciones... ¡Espero que sea ella y que este muerta!
-No digas esas cosas podría venir en contra tuya, Susana…-decía la señora Marlowe.
-Todo parece indicar que se suicido y que el tren aplasto su cuerpo y que por eso no se hallo tal…
-Igual no es motivo para que tú te alegres… Yo sufrí cuando tú intentaste quitarte la vida…-decía la señora Marlowe.
-¡Como sea!, ella ya no es rival para mi...-decía Susana.-Debo lucir bonita para Terruce…
-Aun no te ha pedido matrimonio.-decía la señora escéptica.-Tu reputación podría verse afectada, pues el viene muy seguido aquí…
-Si, pero estas tu aquí…-decía la rubia, aunque mas sonaba como reproche.
-Solo espero que no se tome demasiado tiempo en pedírtelo, o deberé tomar medidas…-
-¿Cómo que?-decía la rubia.
-Lo que sea necesario para que tú seas feliz…-decía la señora Marlowe.
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En otro de New York, una joven leía el periódico sentada en una banca del parque. Ella leyó con especial cuidado la parte que decía "Celebridades y otras personas conocidas".
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"Entre muchas noticias lamentables recientes. Este caso de la señorita Andrey nos llamo la atención. Es una enorme lastima que la heredera de la familia millonaria Andrey halla desaparecido. Nadie sabe cual es su paradero, y no se hallo nada que indique que le ocurrió a esta jovencita de alta sociedad. Según informes policiales, la señorita Andrey jamás abordo el tren que la traería de regreso a su casa. La policía de manera circunstancial lo declaro como un suicidio, por lo que la búsqueda queda anulada de manera indefinida. Creemos que merece un minuto de silencio esta joven fuera de lo común, pues era enfermera, lo cual demostró su gran bondad hacia las demás personas. ¡Descanse en paz, señorita Andrey!"
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Junto a aquel informe se anexaba una foto de la muchacha sonriendo. Tenía el cabello con sus dos coletas de siempre y esa mirada hacia el horizonte con esperanzas.
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-Candy…-decía la muchacha, con pena. Miro la foto de la rubia.-Grandchester no puede ver este periódico… ¡Se volverá loco!…¡Vamos, Karen!… ¡Contrólate!, hoy regresa de haber viajado quien sabe a donde…No creo que se haya tomado tiempo de leer un periódico.
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Karen negó con la cabeza, y volvió al teatro, había acabado su descanso. Llego al lugar, saludo con algo de prisa a cuanto compañero se encontró en el camino. Se encerró en su camerino, había tenido algo de prestigio al lado del castaño. No se podía decir que eran amigos, pero se soportaban de alguna forma con sus respectivos temperamentos.
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-No puede ver los periódicos…-decía Karen, escondiendo el periódico entre sus cartas de sus admiradores.-No puede...-
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De pronto alguien toco su puerta. Le entregaron unas flores, atadas en un ramo grande. Observo que eran lilas. Sonrió un poco y las puso sobre su mesa. Leyó la tarjeta por la curiosidad de saber quien había sido el que se había molestado de traerle flores tan bonitas. La nota decía:
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"Para la señorita Kleis…
Gracias por su dedicación al teatro… Me inspiro a seguir mis metas y fue como decidí convertirme en alguien útil a la sociedad…
De un admirador agradecido"
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-¡Aigh! ¿Quién habrá sido el amable?-decía Karen, olio las flores. Extrajo una y con nostalgia la dejo ahí.-No puedo alegrarme, pues las autoridades declararon la desaparición de Candy como suicidio y eso…-iba a decir Karen, cuando en eso alguien la interrumpió.
-¿Qué dijiste, Karen?-decía una voz a sus espaldas. La actriz maldijo en su mente y se giro a ver al dueño de esa voz.
-¿No que vendrías hasta mas tarde? Por el tren que se retraso.,…-decía Karen, tratando de evadir el tema.
-No me quieras despistar, Karen….-decía el castaño.- ¿Qué decías de Candy?
-Nada, solo dije cosas sin sentido….Estuve bebiendo por el idiota que me termino ayer, por eso digo lo que se me viene a la mente…-decía Karen, tratando de distorsionar su voz.
-Tú nunca bebes, y menos en horario de trabajo…-decía el castaño con suspicacia.
-Si, solo que no me ves…-decía Karen, haciendo como que se tambaleaba.
-¡Ya deja de actuar!-decía Terruce apremiándola.-Dime que sabes de Candy…
-Ella esta desaparecida….-decía Karen tratando de sonar tranquila.-Pero eso ya lo sabes…-
-Dijiste algo más…
-No, no dije algo más…
-¡Karen!
-¡Bien! Tu lo quisiste saber…. –decía la actriz sacando el periódico de su cajón y dándoselo al actor, quien lo tomo y lo desdoblo.
-Aquí solo dice de un descuento en una tienda de ropa…-decía el castaño impaciente.
-Eso no, tarado…-decía Karen, empezando a desbordarse.-Esto… ía señalando la parte que mencionaba a la rubia.
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Terruce lo leyó, se negaba a creer lo que leía. Pensó que la rubia solo estaba perdida por ahí, pero viva. Y ahora decían que las autoridades lo declararon como suicido, y que no se hayo el cuerpo.
Sostenía con fuerza el papel entre sus manos. El había vuelto de Chicago, había ido a buscar por su cuenta algún indicio del paradero de la rubia pecosa. Pero no encontró nada, estaba fuera del mapa. Nadie la había visto volver de New York. Iba a Chicago cada cierto tiempo cuando creía saber en donde podía estar la rubia.
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-Ella no se suicido…-decía el castaño, con una mirada inexpresiva.- Ella me prometió que seria feliz…-
-¿Tu lo cumpliste?-decía la actriz.
-No…-decía el castaño, antes de irse de ahí.
-¿Terry?-la actriz lo miro alejarse.
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Continuará…
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Aclaraciones:
Mmm, jugando al detective… ¡Nah!, Pecas anda desaparecida…
La rubia del hospital ("Lady Brown", cursivas pues NO es verdadero nombre, solo el que va en el informe hospitalario) conoció a un tal "Anthony Charles Brown". (Encima rubio y de ojos azules… Me recuerda a alguien… ¿Ustedes que dicen?)
Este último se hace llamar Charles, y no Anthony, como es su primer nombre…
Solo una serie de sucesos que cambian la historia, mejor dicho la continúan y redireccionan ligeramente…
Esto parte desde el día de la despedida en el hospital…. Pecas desaparece, y nadie sabe donde esta…
Gusana, es decir Susana parece algo sospechosa, pero quien sabe…
Lady Brown es amnésica, no puede caminar…. Y es rubia… Veremos que pasa con esta rubiecita….
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OOOOOOO
(En el siguiente capitulo….)
-¿A dónde vamos?-pregunto la rubia, quien estaba sentada en una silla de ruedas. Miraba los pasillos con interés.
-A que veas el exterior, si te dejo encerrada en tu habitación te vas a deprimir, y mucho, Lady…-decía Brown. Quien empujaba la silla de ruedas
-¡Oh, gracias, Charlie!-decía la rubia, mirando con aprecio al doctor.
-No hay de que, Lady... Lo que sea por verla mas tranquila…-
-¿Qué cosas dices, Charlie?-la muchacha se llevo unas manos a la boca.
-Mira ¿Te parece bien este lugar para descansar, Lady?
-Si, me parece bien estar a la sombra de ese frondoso árbol…-
-Si, vamos…-decía el doctor, quien siguió empujando la silla de ruedas.- ¿Sabes? Tu rostro me resulta muy familiar, pero se que solo es porque tienes un rostro bonito… Me recuerdas a una entrañable amiga que tenia…-
-¿Por eso me ayuda, doctor?-la chica se sintió algo dolida sin saber porque.- ¿Verdad?
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-¡¿Cómo que estas embarazada?!-exclamo el castaño.
-Te digo la verdad, Terry….-decía Susanna, quien miraba el suelo.-Tu…-
-Nunca estuvimos juntos, Susanna…-
-Si, solo no lo recuerdas, pero si estuvimos….-decía la rubia lacia, mirando al joven fijamente.
-¡Estas inventando cosas!…-
-No, no invento nada… Tu no lo recuerdas, pero…-
-¿Qué? ¿En que momento se supone que….-
-Te quedaste callado, pues ¿Ves? Hasta tu lo sabes, lo sabes bien…Por lo que no me salgas con que no estoy esperando un hijo tuyo, Terruce…-la rubia lacia miro su vientre. Puso una mano sobre su abdomen, sonrió con alegría o eso parecía. –Me alegra tanto llevar aquí un hijo tuyo, Terry….-decía tocando su vientre plano.-¡Gracias!….-
(Hasta aquí no mas, los veo después)
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