Tradición
Dean y Sam
Lo ubicaría en algún momento de la primer temporada.
Capítulo Uno.
- ¿Que te dé un que? - Dice Dean dando unos pasos hacia atrás, mortificado y con una cara de espanto que ni el peor monstruo conocido había producido en él.
Dean sabia que a su hermano le fascinaba descubrir cosas nuevas, investigar cosas y ponerlas en práctica, lo que no sabía es que ahora lo hacía partícipe a él de esas cosas.
Debía saber que cuando esta muy callado es porque está maquinando en como poner en práctica alguna de esas cosas raras que sólo a su pequeño hermano le fascinan, así que permanece alejado de él y tratando de serenarse vuelve a preguntarle:
- Explícame de nuevo, despacio, porque debo darte un beso. - De forma inconsciente le daba vueltas a lo que tenía en la mano.
Sam sabía que su hermano no iba a reaccionar bien al principio, sabia como podía llegar a reaccionar, pero a base de insistencia y alguna que otra cara irresistible lo haría caer. Sólo debía llegar al punto en el que Dean viera que lo que quería lo favorecía más a él mismo y que no era "el capricho del día" de hermano pequeño. Así que puso su mejor cara y despacio empezó a explicarse:
- Es una vieja tradición que proviene del América del Sur, y debe cumplirse durante los primeros siete días del mes de julio, consiste en darle a tus seres queridos algo dulce y éste te tiene que dar un beso (vale, sí lo había adornado soberanamente; primero porque no era tradición, y segundo porque no era obligación. Pero eso NO se lo iba a decir a Dean, alguna ventaja tiene que sacarle a esa antipatía de Dean por no querer leer nada que no lleve fotografías de mujeres desnudas.)
Dean se vio perdido, ya que veía esa determinación mirada y si le ponía algún "pero" iba a sacar a relucir su vena de abogado y empezar a dar un argumento tras otro para que haga lo que el pequeño quisiera y de solo pensarlo ya se le estaba produciendo una migraña. Pero lo que no entendía era el motivo que lo llevo a implementar esa tradición, ¿Será que su hermano siente...? No, Sam no pensaría en él de esa forma, no divagues ¡Dean se dijo a si mismo!
Así que con mucho recelo y con todos los sentidos alertas ante cualquier movimiento sospechoso que Sam pueda llegar a dar, se fue acercando despacio hasta llegar a él, estando frente a frente pronto la fragancia de Sam le invadió todos los sentidos, cerro los ojos sin darse cuenta memorizando el momento, recordó de inmediato porque estaba tan cerca de Sam luego de tanto tiempo que venía evitándolo y se golpeó mentalmente. Sus sentidos le decían que Sam seguía aguardando el beso, así que de forma rápida termino de alcanzar la mejilla de su hermano y en un rápido movimiento apoyo y separó sus labios de allí. Poniendo media habitación, dos sillas y una mesa de distancia.
Sam veía los lentos movimientos que su hermano hacía al ir acercándose hacia él, parecía una película extremadamente ralentizada, se mordió por dentro para evitar cualquier mueca pues lo veía como esos animalitos temerosos de acercarse a alguna porción de comida, dejaría que se acercara y si su plan funcionaba, lograría el tan ansiado beso de Dean. Estando sus rostros a milímetros de distancia, saboreó la fragancia de su colonia (esa que le había regalado antes de irse a Stanford, pero no creía que aún tenga esa, seguro que le gusto y se compró otra) y se perdió en el momento, no sabe cuanto tiempo permaneció disfrutando de la cercanía de Dean, pero de repente sintió un leve empujón en su mejilla y cuando quiso darse cuenta vio a su hermano en la otra punta de la habitación.
Ya estaba dándole el primer mordisco al chocolate que le había dado, con una mirada de victoria. Pero no se lo iba a dejar así, había puesto mucho esfuerzo en idear el plan y no pararía hasta conseguir lo que quería.
- ¿A eso llamas beso? ¡Con razón no te dura ninguna chica! - Dice para picarlo un poco.
Dean alzo la ceja ante tal afirmación. Mientras seguía disfrutando ese manjar.
- El beso tiene que ser dado en forma consistente, y tú apenas haz hecho contacto. Te mostraré como tiene que ser.
Cuando llegó junto a Dean, lo tomó por los hombros para que no se le escape y acercó su boca a la mejilla de él, presionando un poco para que lo sienta, haciendo un sonido propio del beso. De a poco dejaba de presionar los hombros de Dean para alejarse, como dándole la pauta de que iba a hacerlo.
Dean no supo si fue por el chocolate, el ruidito que hizo Sam al finalizar el beso o que cuernos, pero al sentir que la presión disminuía lo apresó de la cintura evitando que se aleje y hundió su cabeza en el cuello de su hermano, aspirando todo el aroma de Sam y dejándose llevar. Comenzó a recorrer con la nariz desde los hombros subiendo por la extensa longitud del cuello, llegando a las inmediaciones de la boca de Sam, no quería verlo a los ojos por miedo a lo que pudiera encontrarse, Sam no se alejaba de él ni hacia nada para frenarlo, así que puso si mente en blanco y comenzó de forma lenta a saborear los finos labios del pequeño.
Los primero cinco segundos fueron excelentes, pero cuando Sam comenzó a responderle el beso, eso... fue la gloria.
Grande fue la sorpresa de Sam, cuando al día siguiente, Dean se pareció en la habitación de turno con una bolsa enorme llena de golosinas!
