Shutoku

Takao despertó porque le quitaron las cobijas de encima y su hermana menor, Ayame de 9 años, comenzó a gritar y saltarle encima. Takao rio, la tomo en brazos y giro para dejarla debajo de el y así poder hacerle cosquillas como venganza pero con cuidado de no lastimarla. Ayame pataleo retorciéndose, rio con fuerza, suplico y pidió ayuda.

Ayame y el se parecían mucho físicamente solo que su hermana tenia los ojos más grandes y color naranjas y el pelo ondulado a las caderas. A pesar de su diferencia de edades, Takao era más grande que ella por 7 años, tenían una buena relación de hermanos y pasaban mucho tiempo juntos disfrutándolos a cada instante. Se querían mucho.

Escucho la voz de su madre avisándole que ya era tarde, Kazunari con su ojo de halcón busco el reloj y al ver que hora era, palideció y corrió para arreglarse, ya era muy tarde y si no se apuraba, llegaría tarde a la escuela.

Su alarma no había sonado y como su hermana no tenia clases y su papá entraba los jueves tarde a su trabajo, su madre no se levanto temprano y por lo tanto no lo levanto tampoco a el. El rickshaw estaba descompuesto y en la casa de Shin-chan desde el martes por lo que se iban solos en el transporte, Takao no tenia motivo para levantarse un poco más temprano, y su celular por algún motivo que el desconocía, no servía. Había muchos factores que provocaron que no se levantara a tiempo aunque principalmente por su irresponsabilidad.

Solo esperaba que mañana viernes todo se solucionara para su cumpleaños, tal vez tendría que consultar Oha-asa y tener buena suerte. Agarro una manzana para comérsela en el camino y salió corriendo. Tomó el transporte y en el camino terminó de arreglarse. Corrió las últimas calles restantes a la escuela y alcanzó a entrar antes de que cerrarán las puertas. Suspiró aliviado y se dirigió al salón.

Shin-chan ya estaba en su lugar y este sólo lo miró unos segundos antes de regresar la vista a su ítem lucky. Takao sonrió y se sentó atrás de el, como lo hacía habitualmente. Takao recargo su cabeza en su mano y miró hacia afuera.

Tenía el presentimiento de que estaba olvidando algo peor no estaba seguro de que. Había hecho todas sus tareas, no quería que sus padres lo castigaran en su cumpleaños y no había hecho ninguna travesura por lo mismo, hoy no tendría práctica porque había junta de no se que, no puso atención y había hecho todo lo que su mamá le había dicho. Entonces, ¿qué era?

Suspiró pesadamente y sacudió la cabeza. Bueno, tarde o temprano lo descubriría. Miró hacia enfrente para poner atención a la clase, o al menos intentarlo. El era bueno en ingles, sus padres lo habían metido a cursos cuando era un niño y lo hablaba muy fluido, tanto como Kagami y Tatsuya con quienes mantenía una amistad y hablaba en ese idioma lo cual molestaba a los demás cuando se reunían.

El resto de las clases continuaron y llegó el receso. En su segundo año seguía juntándose con Midorima en la azotea aunque a veces se les unía Yuya o los nuevos de primero. Se recargo en la pared y hecho la cabeza hacia atrás respirando hondo.

Se sentía raro pero no sabía el porque. Cerró los ojos con la intención de dormir una pequeña siesta cuando escucho la voz de Kurosaki, un nuevo miembro del club de basket de pelo naranja y ojos chocolate.

-¿Que hará para su cumpleaños Takao-sempai?

Takao abrió los ojos para verlo y se encogió de hombros.

-No lo sé, a lo mejor salgo en la tarde después de la práctica con unos amigos de la secundaria y posiblemente mi mamá haga algo el sábado por si quieren ir, yo les mandó un mensaje para verificarlo

Kurosaki le sonrió y siguió comiendo de su bento. Fue cuando Takao notó que no estaban solos, los nuevos integrantes estaban. Takao platico con Kurosaki, Midorima sólo escuchaba en silencio y Nakamura, un chico de pelo castaño a los hombros y ojos miel, estaba jugando con su celular y de vez en cuando levantaba la mirada para verlos.

Terminando fueron a su salón y Takao volvió a mirar por la ventana sin que ese sentimiento desapareciera. Noto la mirada de Midorima sobre el y otros de sus compañeros y eso fue extraño. No supo atención a ninguna de sus clases y terminó siendo regañado. Tendría que quedarse al final para limpiar y acomodar el salón solo. Takao sólo inflo los cachetes y fruncido el ceño.

Hoy era su día libre y estaba castigado. Lo bueno es que no era su cumpleaños o seria deprimente. Miro como el peliverde sacudió la cabeza a la vez que suspiraba y Takao podía intuir que era por el, como si se estuviera burlando de el o resignándose a que ocurriera eso.

Takao resoplo y rodó los ojos. Su ánimo se fue por los suelos, ya no tenía ganas de hacer nada. Terminando su castigo iría directo a su casa para dormir y comer. Luego saldría con Ayame. El resto de la jornada se la pasó en las nubes aunque fingía poner atención. Dos de sus compañeros también salieron castigados así que tendría ayuda.

La última clase acabó y Takao dejó caer la cabeza en su mesabanco bufanda molesto. Levantó la mirada justo en el momento en que Midorima se levantó con sus cosas. Se miraron a los ojos unos segundos hasta que el peliverde acomodo sus lentes.

-Hasta mañana Takao

Takao sonrió ampliamente y le guiño un ojo.

-Adiós Shin-chan. No me extrañes demasiado y mañana espero mi regalo

Midorima no le dijo nada, sólo entrecerró ligeramente los ojos antes de darse media vuelta e irse a su casa. Takao respiro hondo tallándose el rostro antes de levantarse y ponerse a arreglar el salón para también irse.

-¡Vamos Takao! ¡Manos a la obra!

El chico ojo de halcón río ante el entusiasmo de su compañero y más cuando el otro lo golpeó por su efusividad. No fue mucho tiempo lo que se quedaron pero casi terminando Yamamoto desapareció unos minutos y regreso como si nada. Finalizando, cuando se despidió de ellos, se sorprendió de recibir un mensaje de Yuya pidiéndole que fuera a las canchas. Frunció el ceño totalmente extrañado pero obedeció. Yuya podía ser incluso peor con los castigos que su hermano mayor y Takao apreciaba su vida como para contradecirlo.

Frunció el ceño al ver el gimnasio cerrado pero como tenia candado se acerco y toco varias veces. Pego la oreja a la puerta al escuchar ruidos dentro del gimnasio pero al querer abrir, las puertas no cedían.

-¿Miyaji-san? Soy yo, Takao

Los ruidos cesaron y Takao comenzó a asustarse. ¿El gimnasio estaba embrujado o que era eso? A su alrededor no había personas, estaba solo y al parecer Yuya no estaba en el gimnasio pero si un fantasma. Toco otra vez y empujo un poco las puertas, estas se movieron y salto hacia atrás.

Ok, eso si era raro. Primero no querían abrir y ahora si. Dudo unos segundos si entrar o no pero armándose de valor, pidiendo al cielo, a los dioses, a Oha-asa que todo fuera bien, respiro hondo e inflando el pecho, abrió las puertas.

Las luces se prendieron en ese instante, confeti y serpentinas le cayeron encima y unos fuertes gritos se escucharon por todo el gimnasio retumbando en sus oídos.

Takao se quedo en shock, mirando lo que estaba frente a sus ojos y su boca se abrió mucho, casi sintiendo que su mandíbula se había desprendido.

Le habían organizado una fiesta sorpresa en su cumpleaños en el gimnasio. Estaba todos sus compañeros del equipo de basket, unos del salón, Midorima, el entrenador, sus sempais Miyaji, Otsubo y Kimura también estaban presentes, los titulares de Seirin, la generación de los milagros, Momoi, Himuro y Kasamatsu.

Parpadeo varias veces y los miro confundido.

-Pero hoy no es mi cumpleaños-murmuro

Sonrojo cuando todos rieron y Yuya le palmeo la espalda.

-No Takao, hoy es viernes, hoy es tu cumpleaños

Takao estaba más que confundido. No podía ser viernes. Sacudió la cabeza pero antes de que pudiera decir algo, Midorima hablo primero.

-No fue muy difícil hacerte creer lo contrario-nonadayo

Entonces Takao cayo en la cuenta de lo que había pasado. Lo habían engañado, por eso tenia esa sensación. Lo habían confundido todos estos días haciéndole creer que era un día antes y así no tuviera cuenta de que día era realmente y hacer posible esa fiesta sorpresa y realmente lo habían sorprendido.

Sonrió ampliamente y comenzó a reír.

-Gracias, gracias a todos

Estaba feliz de tener amigos como ellos, que se tomaban la molestia de hacer eso por el. Su sonrisa no se borro y sus ojos brillaron con intensidad. Recibió gustoso las felicitaciones de todos y rio cuando Kise y Himuro lo abrazaron con fuerza. Su cumpleaños numero 17 fue fantástico. Hacia años que no disfrutaba uno como ese día. Jamás se había imaginado que le organizaran una fiesta sorpresa y menos que hayan hecho todo eso.

Rió, habló más de lo normal, bromeo, comió, bebió, canto en el karaoke e hice muchas cosas, incluso jugaron basket. Se entero que los organizadores de todo habían sido sus compañeros de Shutoku, Kise y Himuro pero que todos habían cooperado con algo, hasta su familia.

-¿Y como estaban seguros de que no descubriría todo?-pregunto

Midorima se acomodo los lentes antes de contestar.

-Oha-asa nunca se equivoca Bakao

Takao sonrió y sacudió la cabeza.

Takao podía asegurar, que mejores amigos no podría tener y que ese día, lo atesoraría con mucho cariño.

BU! No quedo como en un principio me lo imaginaba pero bueno, es el primer one-shot por el cumpleaños de Takao, faltan más.

Quiero su opinión, no planeo hacer muchos y por eso quisiera su ayuda.

Aomine

Kagami

Kise

Kasamatsu

Himuro

Nijimura

Kuroko

Akashi

Miyaji Kiyoshi

Miyaji Yuya

Izuki

Murasakibara

Haizaki

Mibuchi

Voten y escojan sus personajes favoritos para hacer los one-shots, también acepto sugerencias. No hare todos, solo por quienes pidan.

Obvio habrá un MidoTaka pero ese será el último. MidoTaka es mi OTP

Gracias por leer, nos vemos en el siguiente one-shot.