Disclaimer: Nada del Potterverso me pertenece.
Este fic participa en el minirreto de diciembre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Personaje: Alecto Carrow
Género: Romance
Palabras: 400 exactas
A través de la ventana
Unos cuantos copos vespertinos comienzan a caer. Te asomas por la ventana, ves caer unos cuantos en el alféizar y sonríes; es lo que más te gusta hacer en invierno.
Alzas la vista y le ves. El corazón te late con fuerza, como si amenazara con salirse de su lugar. Acaba de salir por la puerta, con sus mejillas sonrosadas que tan adorable te resulta. Parece demasiado guapo para ser un simple muggle; si Amycus o algún otro miembro de tu familia supieran que estás enamorada de uno, te repudiarían ipso facto.
Bajas corriendo hasta vuestro seto para verle más cerca. Parece que esté buscando algo o dando caza a algún bicho, por la expresión de su rostro.
Ojalá pudieras escuchar lo que le está diciendo a su padre. Ahora te imaginas cómo será su voz; seguro que es más hermosa de lo que piensas.
Le ves correr detrás de un conejo y recuerdas que hoy es ese día especial que los muggles celebran todos los años, así que seguramente estén preparándose para la cena.
Cada año te escapas un rato después de cenar y le observas, a través de la ventana, cómo sonríe y se divierte con sus familiares. Este año pretendes ayudarle para poder apreciar más de cerca esa sonrisa que te quita el aliento.
Visualizas un par de orejas moverse detrás de un arbusto y atrapas a la presa, cogiéndola de las orejas. Sacas de tu túnica la daga de tu padre y degüellas rápidamente al conejo, haciendo que la sangre salga a borbotones y te salpique en la ropa. Pero no te importa, porque todo habrá valido la pena por él.
Sin pensártelo más, te encaminas hacia su casa con la mejor de tus sonrisas y llamas. Él abre la puerta y te sonríe al verte, pero se le desvanece de golpe al ver lo que llevas entre las manos y comienza a llorar y a gritarte, a insultarte, echándote de mala manera por haber matado cruelmente a su mascota, que se había escapado esa misma mañana y de la que llevaba un buen rato intentando recuperar. Su voz, dulce en tus sueños, es áspera y desgarradora.
Las lágrimas recorren tus ardientes mejillas como un barco extraviado en el mar. Es ahora cuando comprendes, enjugándote el rostro con el puño, que tus padres tienen razón: los muggles son escoria y hay que exterminarlos.
Sea como sea.
NOTA: Bueno, aunque sé más que de sobra que los magos no se relacionaban con los muggles, muchos de ellos sí que los tenían por vecinos. No hay más que mirar el ejemplo de la familia Black, que vivían en pleno centro de Londres entre dos casas muggles. Así que me he imaginado a la de los Carrow siendo más de lo mismo, por eso él no sabe de la existencia de Alecto, aunque ella sí que pudiera verlo desde su ventana (es muy stalker la tía, lo sé).
No sé cómo me habrá quedado la historia, porque quería que fuera una mezcla entre tierna y creepy (como diría Nea xD), así que espero haber conseguido mi propósito. Ah, casi se me olvida: Alecto en el fic tiene 14 años, una edad perfecta para sufrir su primer (y único, para qué engañarnos xD) amor, y comenzar, también, a odiar eternamente a los muggles (o al menos del todo).
En fin, no soy muy fan de escribir sobre mortífagos, pero no me ha desagradado escribir este fic. Así que espero que haya gustado un poco aunque sea.
Un saludo y hasta la próxima.
Miss Lefroy Fraser
