Esta es una traducción y adaptación echa por mí. La historia original pertenece a MeganLouLou y tengo su permiso para traducirla y hacerle algunos ajustes.
Ella decidió hacer un pequeño giro en una parte de Cincuenta sombras más oscuras, cuando Jack conoce a Ana, sin embargo las cosas son un poco diferentes esta vez. Como que Christian no está fuera a recogerla, ya que está trabajando hasta tarde.
Por favor, díganme si les gusta y si debería seguirla.
-Me deseas. Admítelo, Ana. ¡Quieres que te dé, maldita perra!- Jack lame lentamente el labio inferior mientras se acerca a mí. Retrocedo consecuentemente con la respiración acelerada. Puedo sentir como mi pulso golpea fuertemente mis cienes.
Me inmoviliza agarrando fieramente mis muñecas y aprisionándolas cada una en sus asquerosas manos. Un escalofrío recorre mi columna y no puedo evitar cerrar los ojos fuertemente cuando entierra su nariz en mi cuello. Oliendo la ligera esencia de mi perfume Coco- Chanel.
Christian va a encontrarme. Christian va a encontrarme.
-Jack- tartamudeé debido a la incómoda cercanía- Lo dejé claro. – Por más que lo intentaba mi voz salía más temblorosa de lo que pretendía- Amo a Christian.- tartamudeo a la vez que doy un fuerte jalón a mis mañecas tratando de liberarlas de su firme agarre.
Sus ojos se oscurecen con una furia oscura, provocando su siguiente desagradable movimiento. Jack estampa fuertemente mi espalda contra la fría pared de ladrillo detrás de mí. El impacto contra mi espalda me abruma haciéndome jadear en una busca desesperada por aire. Desgarra mi camisa negra, provocando una explosión de botones saltando alrededor. Y un pensamiento se instala automáticamente en mi mente.
Golpéalo en las pelotas. ¡Golpéalo en las pelotas!
-Lo que el hijo de puta no sepa, no le hará daño.- Jack susurra en el lado derecho de mi cuello.
-Por favor… … Jack. Por favor - suplico- ¡No quiero esto!- grito. Tal vez si entiende que no deseo esto se detendrá.
¡No seas ridícula, Ana! ¡Este hijo de puta no se detendrá!- mi subconsciente gritó con lágrimas de desesperación surcando su rostro. Me arrastro de mi sopor cuando una palma se estrella violentamente contra mi mejilla.
-¡ARGGGGG!- sollozo. No por el dolor. Por el sentimiento de que esto no será lo peor que pasara.
- ¡Cállate, perra! No pierdas el tiempo, ¡Nadie puede oírte!- me sacude violentamente de los brazos- ¿Dónde está Grey ahora, eh? ¡¿Dónde?!- me escupe en la cara. Ladeo la cabeza y presiono el rostro contra la pared, intentando así ganar un poco más de espacio vital. Golpéalo en las pelotas. Golpéalo en las pelotas.- me recuerdo.
Impulso violentamente mi rodilla hacia arriba tratando de golpear su masculinidad, pero es bloqueada por su propia rodilla.
Mis ojos salen de sus orbitas debido a la preocupación cuando el presiona fuertemente su pecho contra el mío y mordisque fuertemente la piel de mi cuello. Un jadeo se precipita por mi garganta cuando siento los pinchazos de dolor.
Lo hace de nuevo, y siento como hilos de sangre de deslizan por mi piel y descienden rápidamente mientras el pánico que estoy experimentando me deja sin aliento.
Ohh, prepárate cariño- dice- Te voy a hacer mía, nena.- Sonríe mostrando sus dientes amarillos claramente afectados por su adicción al café. Continua sonriendo aterradoramente cuando de repente escucho un sonido rápido. Un sonido que había escuchado antes. Pero en este instante provoca que me invada un terror helado.
Había bajado la bragueta de su pantalón. Un nueva ola de estupefacción recorre cada centímetro de mi ser.
Solo Christian me dice "nena".
-JACK. Maldición ¡DETENDE MALDITO BASTARDO! ¡AHORA!- Grito a todo lo que mis pulmones me lo permiten con la vaga esperanza de que alguien pudiera oírme. Pero sabía que era poco probable ya que hacía tiempo que el horario de trabajo había llegado a su fin.
Cualquiera.
No estoy dispuesta a rendirme. Es el momento de poner en práctica todo lo que mi padre me ha enseñado. Me impuso hacia delante tratando de empujarlo y apartarlo de mí. Pero definitivamente no funciona. Su agarre en mis muñecas me corta la circulación. En definitiva muy doloroso.
Sé que otra patada en su ingle sería muy predecible por lo que utilizo la única parte de mi cuerpo que no está prisionera. Mi cabeza.
La inclino hacia atrás, exponiendo mi cuello. Y el muy bastardo piensa que es una invitación.
Estúpido.
La echo hacia delante con todas mis fuerzas y lo golpeo justo en la nariz. Produce un sonido sordo.
Piel con piel. Hueso con hueso. Dolor con dolor.
Porque lo admita o no fue realmente insatisfactorio.
Logré desestabilizarlo. Solo por un segundo. Volvió a agarrarme fuertemente. Y supe que había colmado su paciencia.
Jack atrapa brutalmente mi cabello en su puño firme y presiona sus labios poderosamente contra los míos. Silenciando mis desgarradores gritos de socorro. Sacudo mi cabeza tratando de liberarme pero solamente sirvió para que su agarre se afianzara cada vez más. Frenéticamente tironeo de mi falda hasta subirla en su totalidad y fieramente desgarro mis bragas rojas de encaje arrancándolas de mi cuerpo sin ningún pudor o consideración. Lastimandome.
Intente resistirme con todas mis fuerzas pero él volvió a arrojarme contra la pared aplastándome con su pecho, para luego presionar desagradablemente sus labios contra los míos. Intentando acallarme de nuevo.
Jack rápidamente me lanza contra en frio suelo de cerámica. Mi cabeza entra en contacto con el suelo, revotando y provocando que mi visión sea borrosa. Empiezo a mover mis pies frenéticamente tratando de herirlo, pero esta acción termina abruptamente cuando Jack se abalanza sobre mí con los pantalones de vestir y los calzoncillos anticuados bajados descuidadamente hasta los tobillos.
Ahora sé que he perdido miserablemente la batalla. Y no importa lo que suceda después, pues este acto barbárico dejara una cicatriz en mi vida.
Para siempre.
Inevitablemente entro en un estado de shock cuando mis rígidas caderas se ven aprisionadas contra el frio suelo por sus sucias manos. Sintiendo el frio en mi trasero. Sintiendo como mi vida se resquebrajaba.
Y lo inevitable ocurrió.
Me desconecto de mi cuerpo, porque quiero evitar al máximo el recuerdo de este momento.
Siento como la Ana que conocía se desmorona de la nada. Como todo lo que fui y lo que pude ser desaparece sin dejar rastro. Este trágico momento me seguirá hasta el día en el que eventualmente muera. Porque la Ana que Christian finalmente decidió amar se fue para siempre.
Siento como algo me aplasta, algo sabré mí hace que me agite. Siento puños que aprietan fuertemente mis costillas infinidad de veces.
Pero no siento dolor físico. Ni terror. Ni pánico. Ni todo el nido de sensaciones que me recorrió minutos atrás. Solo unos cuantos minutos que hicieron la diferencia.
Una lagrima rueda por mi mejilla mientras siento como me pierdo a la deriva en la inconciencia.
