BLUTSAUGER... el beso oscuro
"Encontraré la libertad hasta que haya cumplido mi sentencia eterna… ¿Seré capaz de librarme y ver así tu rostro de nuevo?"
Hola mis queridos lectores… sé que me reclamarán por todo el trabajo que tengo con las demás historias pero este fic, apoyada incondicionalmente por mis mejores amigas, Asahina y Momo ^^ a las que les dedico esta historia.
Es una trama fuerte, algo nuevo pero interesante. Encontrarán escenas fuertes tanto de sexo como de… ^^ bueno, eso lo leerán con el tiempo. Así que recomiendo leer bajo su consideración. No es espantarlos, al contrario, deseo de todo corazón que les guste y me apoyen…
Ahora si, sin más comencemos a leer… esperando un review suyo…
''...--Prólogo--...''
-Vamos… ¡Hermano tenemos que huir!- Corrían por las heladas calles de Londres. Tenían huyendo algunas calles y no podían librarse de esos asesinos.
-Yuko tranquila…- En verdad estaba desesperado. Jamás se imaginó que ese jarrón fuera robado por los "mayores". Tenían que esconderse y así librarse de una muerte segura. A él podía pasarle lo que fuera, pero a su hermana jamás.
Al paso que tuvieron, sin descanso, él visualizó a unas calles un diminuto callejón en el cual se metió y jalándola de tal manera que, cubriendo con sus manos la boca de ella, dejó que los malvivientes pasaran sin verlos.
-Naruto…- la chica intentó hablar, pero su hermano la cayó de nuevo.
-SCH… pueden escucharnos- sonrió y acarició el rostro de su hermana. Tomó uno de esos cabellos rojizos y abrazándola fuertemente intentó controlar esos temblores, causados por el miedo. –Tranquila, no dejaré que te hagan nada-
Quedaron en ese lugar por unos minutos. Por nada del mundo saldrían y era mejor esperar al día… era su única salvación.
-Naruto, te quiero mucho-
-Yo también Yuko…-
-¡Pero miren que escena tan conmovedora!- una tercera voz apareció detrás de ellos y con un gran brinco Naruto se acomodó enfrente de su hermana, la cual gritó por el susto.
-Tienes razón Paul, nunca me hubiera imaginado ver tan buen final para esos dos-
-¡Ya les dimos el maldito jarrón! ¡Déjennos tranquilos!- el rubio estaba destrozado. 5 sujetos de gran tamaño comenzaron a entrar al callejón, dejándolos sin alguna salida.
-NO es suficiente… nadie nos roba niño… ¡Y ustedes se entrometieron en nuestro camino!- el más viejo contestó con un tono sádico, burlón –y es tiempo que paguen-
-No… no… ¡NO!- Yuko gritó aterrada. Ella sabía a la perfección que su hermanito intentaría luchar contra esos cinco… ¡moriría sin que ella hiciera nada!
-Hermana, cuando te indique correrás con todas tus fuerzas- le dijo Naruto tan bajo que ella era la única que podía escucharle –y no mires atrás… solo corre-
-No, no me iré sin ti-
-Vamos, así buscas ayuda-
No tenía de otra. Planeó atraer la atención de los cinco, dándole aunque fuera un pequeño espacio de libertad. ¿Pero cómo? ¡Que Dios lo ayudase!
-Pero…-
-Hazme caso, confía en mí-
-¡Déjense de cuchicheos! ¡Maldita sea!- a sus hermanos –Yo pido a la chiquilla, al parecer es virgen-
-¡No te atrevas a tocarla bastardo!- Esta vez explotó. Primero muerto antes de que tocaran a su hermana…
-¡AH!- la joven gritó al sentir que, de la nada, a un hombre con una capa negra le tomó del brazo y la jaló. La tomó inmediatamente por la cintura y con una navaja amenazó al rubio que, por el enojo y adrenalina, tumbó a uno y estaba a punto de golpear a otro, librándose deforma sorprendente de los demás.
-¡YUk..- no pudo decir más… un golpe en su nuca lo dejó desarmado. Sintió como cayó en el suelo y todo se puso negro.
-¡No…ahhh!-
-¿Y esos gritos? ¿Por qué no podía moverse?... ¿Qué había pasado?- Naruto comenzó a deslumbrar una pequeña luz. Sentía húmeda su frente y cuello… pero reaccionó inmediatamente al escuchar un último grito… reconociendo a su dueña… ¡Yuko!
Y lo que vio lo mató. A unos metros se encontraba su hermana mirándolo con esos ojos verdes que ahora se encontraban vacíos… sufriendo por tener al hombre encapuchado encima de ella recibiendo… teniendo la cadera de ese hombre entre sus piernas… recibiendo envites que le desgarraron todo su ser.
-¡NO!- gritó y entre lágrimas intentó zafarse y detener a ese hombre, pero no pudo por estar atado de pies y manos. No estaba pasando eso… ¡Era un terrible sueño!
Miró los alrededores y encontró que todos los hombres tenían desacomodados sus pantalones y uno que otro se atendía a sí mismo. La ira y dolor se combinaron en un solo sentimiento y fue cuando la miró de nuevo. Esos ojos suplicantes le pedían que huyera… que todo estaría bien. Yuko con lágrimas le pidió a Naruto que sobreviviera para salir adelante… pero que no se quedara ahí y viera su desgracia.
-¡AH!- ese hombre terminó su trabajo y cuando su cuerpo recuperó fuerzas, salió de ella bruscamente y levantándose rió con malicia al ver su semen combinado con la sangre de ella.
Después miró a Naruto y sin más, lanzándole una patada en la costilla lo mandó lejos. Intentó pararse, pero el dolor era demasiado… y no por el golpe, si no por ver a su hermana de esa manera… ¡no pudo salvarla!
-Hermanos, tengan aquí la muestra de que el que nos la hace lo paga- sacó una navaja de sus botas y sin más se agachó para tomar a la chica y levantando su espalda se la encajó en el vientre, escuchándose un grito desgarrador en Naruto y uno débil y frágil en ella –y a ti preciosura, no permitiré que seas dueña de mis bastardos… ¡primero muerta!- y rió junto con los demás.
Morir. Eso era lo que deseaba con todo su ser. Gritó y lloró. ¿Qué podía hacer si no pudo detener nada de lo que le pasó a su hermana?
Fue soltado y sin fuerzas se acercó a ese cuerpo inerte… a ese cuerpo que le pertenecía la ser que tanto amo en el mundo… a es ser que le dio un significado a su vida y que necesitaba para continuar viviendo.
La tomó suavemente y abrazándola, acariciando su mejilla fría.
-Perdóname hermanita…- lágrimas salían a brotes. ¡Por qué no lo mataron a él!
-Na… na…- logró despertar al reconocer la voz dulce y tierna de Naruto.
-Yuko, tranquila… verás que…-
-Recu… recuerda … q…que te quie… ro mucho…-
-No hables, te vas a curar…- intentó levantarse, pero la mano en su mejilla lo detuvo
-Vive-
Y dejó de respirar.
1, 2, 3, 4… no… no… ¡NO! Gritó con todas sus fuerzas y abrazó a su hermana. La cabeza se apoyó en el pecho ensangrentado de él y así pudo sentir el rubio el fallecimiento de Yuko. Se aferró a ella y cuando percibió las risas de esos malditos se llenó de una furia tal, que le importó un comino la promesa de su hermana… ¡Mataría a esos malditos aunque fuera lo último que hiciera en la vida!
-Mátalos…-
Una voz oscura y siniestra apareció de la nada. ¿Matarlos? Eso ni dudarlos…
-Venganza…-
El tener en sus manos la sangre de ese ser inocente le mató toda la humanidad que alguna vez sintió.
-Vamos a divertirnos…-
¿Cómo esos desgraciados? Lo dudaba, él se divertiría más…
-Disfruta la venganza…-
Permitió que se acercara uno de ellos y sonrió maliciosamente en silencio al encontrarse con la navaja que tenía su hermana aún en su vientre. Sin que se dieran cuenta la tomó y en el preciso momento en que un chico pelirrojo, con ojos avellana le tomó del hombro para separarlo de "tan bello momento", pero el recién llegado no contó con que el arma fuera encajarse inmediatamente en su cuello.
Ni tiempo tuvo de gritar. El filo penetró hasta dentro y de un solo movimiento Naruto lo desangró en segundos. Volteó inmediatamente y se encontró con los demás. Por desgracia sólo pudo herir al encapuchado en el pecho, antes de que una espada traspasara su pecho.
-Te daré lo que buscas…- esa misma voz macabra sonó en su cabeza.
-¿Cómo?- Naruto cayó de rodillas.
-Entrégame lo más valioso que posees y obtendrás lo que tanto deseas…-
-Venganza… ¡Quiero venganza!- todo su cuerpo fue recibido en el frio piso, a unos pasos de su hermana.
-Dame lo que quiero y tendrás lo que tu adorada hermana te regaló… te daré poder… el poder que necesitas para cumplir tu deseo- el silencio fue roto por las malditas voces de esos sujetos que riendo los dejaron ahí, en ese callejón sucio y lúgubre. –Tiempo… vida…-
-¿Vida? ¿Acaso eso es posible?- la energía de su cuerpo se perdía poco a poco. -Te daré lo que sea… solo déjame vengarme-
-Deseo… tu humanidad-
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-AH Sasame! ¡Qué horror!- una de sus amigas gritó por el susto.
-Pero es cierto, bueno… eso fue lo que leí- otra de las presentes intentó justificarse.
-¿Y qué fue lo que pasó después?- la más valiente de las cuatro amigas. Se supone que esta pijamada sería solo para contar historias de horror pero y para su desgracia, tenía amigas tan, pero tan gallinas.
-El chico de manera misteriosa se recuperó y literalmente torturó y descuartizó con sus propias manos a los asesinos de su hermana… ¡Y eso no fue todo! Dejó al encapuchado al último y le cortó el cuerpo pedazo por pedazo…- el tono de esas palabras intentó darle un toque macabro.
-¿En serio?-
-Ajá… y cuando llegó a esa parte masculina dicen que le encajo la navaja de su hermana y con un "no volverás a lastimar a nadie" la comenzó a subir hasta llegar al cuello… ¡sin sacarlo!-
-¡Wow!- las tres gritaron en unísono.
-Encontraron al día siguiente los restos humanos en el callejón y el cuerpo de la joven en una iglesia… Eso sí que se llama venganza- suspiró la cuenta cuentos –tomando en cuenta que era del siglo pasado creo que fue mucha sangre, ¿no lo crees Hanabi?-
-Vamos Sasame, creo que hay más sangre y muerte en REC que en tu aburrida historia…-
-¡Eres una amargada!- otra de ellas hablo, se encontraba atrás de su almohada… ¡ese relato era más que aterrador!
-Yo no tengo la culpa que tenga amigas tan collonas… Sasame por un lado y ustedes dos, Laurent y Soma… ¡son un caso!-
-¡bueno, bueno!- Soma intentó calmar la discusión sin sentido –Hanabi te toca contar otra!-
-Esta sí les dará miedo, ya que es una leyenda de este año… leyenda urbana del 2010…-
Continuará…
