CAPITULO UNO

Naruto Uzumaki había cambiado, la guerra lo había cambiado, como a todos pero en él se notaba aun más.

Ya no quedaba nada de ese chico hiperactivo y cabeza hueca que fue durante su infancia y adolescencia.

La Cuarta Guerra le había dejado cicatrices que todavía no podían sanar completamente.
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— No puedo hacer eso —Dijo el hombre detrás del escritorio más importante que tenía la Aldea de la Hoja.

— Por favor, nunca tuviste problema con esto ¿Qué te cuesta ahora?

— Naruto, ya no hay misiones en donde seas requerido —La firmeza en la voz del hombre lo hizo ponerse rígido en su asiento—De ahora en más, te estoy otorgando todos los días de vacaciones que se te deben.

— No, eso no, quiero irme a una misión.

— No estás en posición de discutir nada, ya hablé con Tsunade y ella también está de acuerdo.

— ¿Qué tiene que ver la vieja en esto? —Naruto golpeó el escritorio con un puño— Kakashi-sensei, sabes lo difícil que es quedarme en este lugar, necesito salir. N-no aguanto más.

El peligris vio a su antiguo alumno frente a él.

Sus ojos estaban apagados y su cabello demasiado largo, su ropa desaliñada y sucia le dio a entender que seguramente hacía tiempo que no se daba una ducha, la venda en su brazo también estaba demasiado mugrienta, se ve que tampoco paso por el hospital luego de la anterior misión.

— Mira, Naruto —Comenzó el Hokage— Te daré una última misión, pero será una sencilla, de escolta, pero, y escúchame bien, luego de que esta misión finalice, te ordeno tomarte tus correspondientes días.

— ¿Escolta? Vamos Kakashi-sensei, necesito algo más complicado.

— No, lo que necesitas es ducharte y dormir por un mes. Sales en dos horas—Sentencio el hombre.

— Pero…

— Pero nada, ahora retírate, estas interrumpiendo mi siesta.
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— Hola Naruto —Le dijo una chica frente a el— ¿Vas a la misión del Señor Feudal?

— Creo que si…
Tenten dio un puntapié en el suelo con nerviosismo. Hacía mucho tiempo que no se cruzaba con el rubio, era sabido que su antiguo compañero solía solicitar misiones largas en solitario, le pareció muy raro encontrarlo en la entrada.

— Uh, es de escolta.

— Ah, entonces si —El chico se levantó del suelo y comenzó a caminar hacia la salida de la Aldea.

Voltio al no sentir a su compañera.

La miro fijamente, en estos años ella había cambiado mucho, su cabello lo llevaba en una trenza a un lado, su atuendo era un vestido y lo trataba distantemente, le recordaba a como lo trataba la gente cuando era niño.

No pienses en eso, se dijo.

— Aun no estamos todos… —Susurro y luego giro el rostro rápidamente para levantar el brazo y moverlo de un lado al otro— ¡Por aquí!

Naruto alzo la vista para ver cómo se acercaba una pelirroja hacia ellos.

— Tenten —Dijo saludando la chica— Uh…Naruto.

— ¿Quién eres?

La pelirroja se acomodó los lentes y comenzó a atarse el cabello en una coleta alta.

— Karin, soy integrante del grupo que escoltara al Feudal, veo que tú también.

— ¿Karin? —El rubio se quitó un largo mechón que caía sobre su ojo derecho y afilo la mirada— ¿Dónde te vi antes?

La chica dudo, y miro a su compañera de equipo.

— Era miembro de Taka.

Naruto no dijo nada y solo siguió su camino para salir de la Aldea de la Hoja, las dos simplemente lo siguieron sin decir nada, tampoco es que era necesario, irían hasta la mansión del Feudal y de ahí lo llevarían al País del Viento para tener una junta, luego solo quedaba regresarlo.
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Tenten no estaba acostumbrada al silencio, con Gai y Lee como compañeros era algo difícil de lograr, sobre todo desde que Neji ya no estaba para ser el sensato del equipo.

Voltio a ver a su compañera de lentes y suspiro, Karin tampoco le hablaba mucho más de lo necesario, las misiones con ella eran regularmente ya que las dos se complementaban bastante bien pero no sabía cómo tratarla, una vez le dijeron que no se acercara demasiado a ella porque tenía problemas de ira, aunque nunca lo hizo notar.

No es que le tuviese miedo ni nada, solo, prefería evitar los problemas.

Y Naruto es otro tema, él ya no era el chico que ella recordaba, ni se acercaba a ese recuerdo.

El muchacho no tenía misiones en equipo desde el primer incidente que tuvo con Sai hacía dos años, y a pesar de que el herido no presento cargos, el concejo y los líderes de los clanes exigieron que el Uzumaki tuviera misiones en solitario por el bien de la comunidad.
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Karin freno su paso de golpe, alarmando a su compañera, por su parte el rubio tardo unos metros en darse cuenta de que las mujeres se habían retrasado.

— Karin-san —Susurro Tenten. La pelirroja asintió y concentrándose comenzó a recorrer el perímetro.

Cuatro chackras se acercaban al punto donde estaban ellos, claramente una emboscada ya que provenían de distintos sitios, parecían haberlos estado esperando.

— ¿Qué pasa? —Dijo Naruto ya fastidiado de las miradas secretas que se daban sus compañeros— Ah, viene alguien.

Los tres se dispersaron en menos de cinco segundos.
Naruto se encontró con dos shinobis sin banda, no tardo nada en dejarlos inconscientes.

Un suspiro salio de su boca, todo lo sentía demasiado fácil. Ato a los dos hombres y los dejo tirados contra un árbol para después volver a donde había estado con el equipo.

Unos metros más lejos, Karin terminaba de atar a el shinobi que trato de atacarla. También fue muy sencillo, con una pequeña aguja envenenada logro que el tipo cayera en menos de diez segundos sin siquiera llegar a verla.

Tenten tomo los pergaminos que le había sacado a su víctima, no era nada importante, solo decía que tenían que intervenirlos para que no pudiesen buscar al Señor Feudal.

Sin retrasarse más, los tres se reunieron sin decir nada, para seguir el recorrido original.
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— Ah, Naruto, querido —Dijo el hombre mayor intentando darle un abrazo al rubio— Tanto tiempo, no esperaba que te mandaran de escolta, creí que estabas en cosas más peligrosas muchacho.

— ¿Vamos?

El Señor Feudal solo asintió mientras le daba a Tenten su bolsa.
Karin se acercó a Naruto con un mapa.

— ¿Te parece bien si vamos por aquí? —Su larga uña se clavó en un punto en el papel— Unas lluvias arruinaron el camino principal.

— Haz lo que quieras —Dijo sin casi mirar el mapa.

— Naruto, tu eres el líder —El rubio comenzó a caminar hacia donde se encontraba el cliente pero se frenó al sentir un tirón en la manga- ¡Naruto!

— No me toques.

La pelirroja gruño y volvió a tironear de él logrando tener su atención.

— Escucha Naruto, estamos en una misión importante, deja de comportarte como un imbécil y empieza a cooperar.

Tenten retrocedió al escuchar que sus compañeros estaban por comenzar una discusión, no quería que el Señor Feudal estuviese en el medio, así que procedió a comentarle que esta vez no recorrerían el camino habitual.

— ¿Por qué no te limitas a seguir mis órdenes en vez de molestarme?

— Vete al diablo Uzumaki –Dijo para dirigirse a la seguridad personal del Feudal para informar de los cambios del recorrido.

El rubio simplemente gruño como respuesta que no llego a dar.
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Luego de dejar al Feudal en la mansión del País del Viento, el equipo se dirigió al centro de la aldea que rodeaba el territorio, separándose cada uno para hacer lo que quisiera en el lapso de tiempo que tenían hasta reencontrarse con su cliente.

Tenten se acercó a un gran negocio de armamento ninja, decían que era el mejor del País del Viento y muchos shinobis aseguraban que valía la pena gastar tanto dinero por el material.

Por su parte, Naruto encontró a un local de comida, el viaje había sido tedioso y solo podía tranquilizarse con su amado ramen, ninguno como el de Ichiraku pero ramen al fin y al cabo.

Voltio al sentir la presencia de alguien conocido en el lugar, apretó los dientes al ver que era su compañera de equipo, ella, sin mirarlo se sentó a dos puestos de el en la larga barra.

— Uzumaki-san –Dijo el chico detrás del mostrador, el rubio levanto la mirada para contestar pero no fue necesario.

— Hola, lo de siempre —La pelirroja susurró mientras se quitaba los lentes para dejarlos en su morral.

Ella sintió una mirada a su costado y se encontró con la mirada azul.

— ¿Qué quieres?

— Eres una Uzumaki…

— Si, ¿Y? –Ella lo miro desafiantemente y luego desvió la vista hacia el chico que estaba esperando que Naruto le hiciera el pedido.

— Ramen, el más grande –Dijo volviendo a la realidad.

¿Desde cuándo él no era el único Uzumaki? ¿Desde cuándo ella sabía que él era un Uzumaki? ¿Por qué nadie le había dicho nada?

Un hombre mayor salió de la cocina con un pequeño plato de ramen básico, con una botella de sake y un vaso, Karin agradeció y se dispuso a comenzar a comer, tomándose su tiempo en saborear la comida.

— Ah, Karin –Ambos se voltearon a ver a Tenten- Uh, ¿Interrumpo? –La pelirroja solo negó- Quería saber dónde compraste el veneno que me comentaste la otra vez, me dijiste que fue en este país…

— Si, fue en una pequeña aldea que seguro bordearemos al regresar.

— N-naruto –Susurro- ¿Podríamos pasar al volver?

— Hagan lo que quieran.

— Ella te está preguntando porque eres el líder.

El Uzumaki se voltio al ver como depositaban su comida frente a èl.

— Hagan lo que quieran.
Tenten rogó que Karin no le contestara otra vez y esta vez su pedido fue escuchado, la chica palmeo su asiento a su lado, entre los dos, donde todos disfrutaron de su cena en silencio.

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Los tres entraron a la habitación compartida que habían solicitado lo suficientemente cerca del Feudal para que ante cualquier problema ellos pudiesen ir en su ayuda, todo esto lo más discreto posible.

— Iré a cambiarme —Dijo en voz alta la castaña— Traten de llevarse bien, ¿Si?

Karin vio salir a su compañera, localizo su chackra dirigiéndose a los baños compartidos, enfoco su atención en otra cosa.

Naruto suspiro tirándose sobre el pequeño futon.

Miro a Karin que se quitó los lentes y se ajustó la coleta.
— ¿No piensas ir a cambiarte? —Le dijo para romper el silencio. Ella solo lo miro— ¿No trajiste otra muda de ropa?

— No.

— Que clase de shinobi no trae ropa sabiendo que no es una misión de un día…—Susurro más para el que para ella.

— ¿Un shinobi que no tiene dinero?

— ¿Eh? ¿Y qué haces con la paga?

Ella desvió la vista hacia el techo.

— Ah, no tengo.

El muchacho no dijo nada, parecía que trataba de conectar algo pero no podía. Karin se mordió el labio enojada, el héroe de Konoha nunca entendería por lo que ella pasaba.

Se recostó en su futon dándole la espalda al chico.

La puerta se abrió para que Tenten apareciera frente a ella.

— Karin-san, traje una remera de más para que duermas —Dijo alcanzándole una camiseta negra y amplia. La pelirroja solo saco la mano de debajo de la sabana para tomarla, dándole una sonrisa tímida que solo su compañera vio. Con movimientos rápidos se sacó su ropa habitual para dejarla luego a un lado.

— Gracias, Tenten.
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Karin volteo tratando de que la luz solar no le diera en los ojos, seguramente Naruto se había olvidado de cerrar la cortina después de haber estado dos horas asomado en la ventana hablándole a la nada.

Se quitó la sabana de la cara para ver a su lado el futon de Tenten vacío, ella siempre madrugaba para desayunar. La pelirroja se enderezó y vio a su lado a Naruto durmiendo como un tronco, miro la hora en el reloj de la pared y maldijo.

— Naruto —Dijo picándolo en una mejilla, pero el rubio ni se inmuto. Salió de su futon y se arrodillo frente a el- Oye, tienes que levantarte o no limpiaran la habitación.

Nada. La mujer trono los dedos, siempre se caracterizó por tener poca paciencia.

— Uzumaki —Esta vez uso la voz más dura que tenía. Su compañero abrió un ojo y luego la insulto— Bien…

Naruto se encorvó del dolor, tomándose las costillas. Frente a él la mujer de cabello rojo lo miraba con furia.

— Te dije que te levantaras, maldita sea.

— ¿Qué mierda te pasa Karin? —Le grito incorporándose como podía— ¿No podes tener un poco de consideración?

— Consideración… consideración tendría si estuvieses herido —Murmuro acercando su rostro al suyo violentamente- pero si te quedaste hablándole al aire hasta la madrugada no es mi culpa. Ahora cámbiate rápido así vienen a limpiar.

— Bueno tú también cámbiate y apúrate.

Ella miro su ropa, había olvidado que aún tenía la camiseta que le dio Tenten, no dijo nada, se dio la vuelta y de un tirón se la saco quedándose solo en su ropa interior. Tomo su short y bucaneras y mientras se colocaba el short sintió un roce en uno de sus brazos.

Voltio para ver a Naruto acariciando una cicatriz.

Karin le dio un manotazo para terminar de vestirse y salir a buscar a su compañera.