Había llegado el día, eran las finales de su segundo año en la Winter Cup, esta vez el partido que se disputaba sería un Too vs Shutoku después de que Seirin y Yosen hubiesen sido eliminados en las semifinales del torneo. Los jugadores de ambos equipos se preparaban cada uno en sus respectivos vestuarios esperando el momento de salir a la cancha, Midorima siguió su ritual habitual, había comprado su lucky item (Una almohada) en un tamaño bastante considerable, se había arreglado las uñas, había atado primero su zapatilla derecha y ese día cáncer estaba el tercero en el ranking de Oha Asa, así que parecía que la suerte estaría de su parte durante aquel partido tan importante.
Decidió salir al pasillo antes que sus compañeros para relajar un poco los nervios y despejarse antes de comenzar, estuvo allí durante un par de minutos hasta que notó un dedo dar toques en su hombro.
- Shintaro-kun.- Le llamó Kuroko que había aparecido a su lado de Dios sabe dónde sobresaltándole ya que no esperaba verle allí.
- ¿K-Kuroko?
- He venido a desearte buena suerte.- Explicó en tono tranquilo a pesar del susto que le había dado al mayor.- ¿Le ganarás a Aomine-kun para vengar al Seirin?- Preguntó ya que su equipo había sido eliminado de la Winter Cup por el de Aomine, Midorima asintió tras unos segundos.
- Claro que ganaré.- Respondió como si fuese obvio subiéndose las gafas.
Kuroko sonrió levemente cogiéndole una mano, Midorima le miró sonrojándose un poco sin entender, el menor se puso de puntillas hasta alcanzar a darle un beso en la mejilla, solo consiguiendo aumentar el sonrojo del de las gafas.
- Es un beso de buena suerte.- Aclaró Kuroko volviendo a apoyarse sobre ambos pies.- Aunque probablemente sea más efectivo si es en los labios...- Le dejó caer apartando un poco la vista.
Midorima miró a su alrededor un par de veces para ver que no hubiese nadie más que ellos dos y volvió a mirar a Kuroko, se inclinó un poco sobre él poniendo ambas manos en sus hombros y le dio un beso corto.
- También será más efectivo si es más largo.- Le susurró Kuroko algo sonrojado mientras Midorima aún seguía a apenas centímetros de él.
El mayor asintió y volvió a romper la distancia entre ambos en un beso, esta vez más largo y lento, tirando más de Kuroko hacia él pegándole a su cuerpo, obligando a este a apoyar ambas manos en el pecho de Midorima. Se separaron unos segundos después mirándose sonrojados y Kuroko volvió a sonreír levemente al ver a Midorima tan rojo como un tomate por solo un beso.
- ¿Crees que me traerá suerte ahora?- Preguntó el mayor en voz baja algo avergonzado.
- Estoy bastante seguro de que sí.- Respondió Kuroko volviendo a ponerse de puntillas para darle un besito en la nariz.
- Siento interrumpir, pero nos toca salir a jugar ya, Romeo.- Le llamó Takao desde la puerta del vestuario con todo el equipo detrás tratando de aguantarse la risa al ver el giro de niña del exorcista que Midorima dio al oír su voz.
- Y-Ya voy...- Kuroko se rió interiormente mientras veía a Midorima alejarse con sus compañeros aún muuuy sonrojado y mandando callar a Takao mientras este le hacía bromas con lo del "Beso de buena suerte".
Midorima había realizado su ritual habitual, tenía su lukcy item, sus uñas bien cuidadas, su zapatilla derecha atada antes que la izquierda y su tercer puesto en Oha Asa, añadiendo el beso de buena suerte de su novio (Y aun a pesar de la vergüenza que acababa de pasar delante de su equipo entero), Midorima estaba bastante seguro de una cosa, iba a ganar ese partido.
