*se pone nerviosa porque por fin entra decentemente en el fandom de Supernatural*

Sup, everypony. Con cincuenta mil fanfics a la mitad, aquí vengo con otro nuevo porque sí, vivo al límite. (?) Eso no quiere decir que haya pensado dejar ninguno sin acabar. *whisperssss*

Btw, a lo que vamos.

Aquí dejo mi primer Destiel. Las advertencias son que contendrá lemon/lime, angst, es un AU y... bueno, hay una OC pero no es como si formase parte de la trama en si, sólo está ahí bc yes. Vamos, que no es importante.

Supernatural no me pertenece y lo sabéis. (?)

Eso es todo, espero que disfrutéis~~


Los hielos en el vaso medio vacío de bourbon vuelven a moverse a causa del perezoso movimiento de la mano que lo sostiene; los ojos verdes y apagados del dueño de dicha extremidad captan el brillo de los cubitos bajo la tenue luz del antro de carretera donde está y también el repiqueteo de estos contra el cristal.

Justo hoy, hace dieciséis años.

Sin aviso previo, una botella se acerca a su vaso y lo rellena de nuevo. El hombre levanta la cabeza para encontrarse, sin sorpresa alguna, con los ojos pardos de la joven camarera que antes le ha atendido.

—Invita la casa. —dice ésta, dedicándole una pícara y calculada sonrisa. Él sabe qué significa todo aquello.

—Dean Winchester. —contesta el hombre, queriendo acortar las cosas.

La camarera le observa perpleja un par de segundos, aún con la botella en la mano. Al final acaba volviendo a sonreírle, pero esta vez de forma más cómplice y delicada, incluso inocente. "Ninguna chica que trabaje en un bar de carretera es inocente" le había dicho a su hermano Sammy años atrás.

—Piper Heard. —acaba contestando la joven. Extiende una mano por encima de la barra y la otra deja la botella al lado del vaso de Dean, que arquea las cejas; ahora el sorprendido es él, pues las chicas no suelen saludarle así.

—¿Y qué te lleva a invitar a un tío como yo a una copa, Piper Heard? —El Winchester mayor también intenta sonreír, pero sólo estira los labios de manera casi torpe para él mientras le estrecha la mano y los ojos almendrados de la chica se entrecierran levemente.

—Pareces desanimado. —Se queda un momento en silencio, esperando una respuesta que no llega.— En realidad tienes pinta de no haber dormido en años. ¿Una mujer?

—Casi. —responde al fin. Después da un trago a su bebida y se pasa la lengua por los labios. Piper espera otra vez y Dean, con el alcohol ya muy calado en las venas, decide satisfacerla.— Teníamos dieciocho años cuando me dejó. Era como la relación perfecta, ¿sabes? Lo que todo el mundo quiere. Éramos nosotros y mi Impala contra el mundo. —Hace una pequeña pausa, mueve el vaso, los hielos repiquetean de nuevo y sus ojos brillan de nostalgia.— Ahora suena estúpido.

—Vaya. —suelta en un suspiro Piper, con sus ojos fijos en el rostro pecoso que tiene frente a ella.— No suena estúpido, Dean.

La voz de Piper Heard, camarera del Atahualpa, chica mala por defecto, hace que Dean vuelva a prestarle atención. Ella le devuelve la mirada y sus ojos parecen vidriosos, llenos de ternura mal oculta; su rostro reflejando una inevitable compasión. A los Winchester no les gusta que se compadezcan de ellos, ni mucho menos, pero la situación le descoloca tanto que su primera reacción es sorprenderse, pues su gran experiencia con las mujeres les dice que a ellas les gusta ser escuchadas, no escuchar.

También sabe que una "chica mala" -como esperaba que fuese la señorita Heard- nunca escucha realmente ni muestra verdadera compasión. Va a lo que va y, cuando lo consigue, desaparece. Adiós, siempre adiós.

—No eres una chica mala. —piensa en voz alta, ronca. Piper le dedica más sincera al escuchar el tono pobremente escondido de fascinación y Dean se hubiese sentido estúpido de no ser porque lleva toda la noche de bar en bar, bebiendo y sufriendo las consecuencias de ello.

—Eso aún no lo sabes, cariño. —reprocha la rubia, volviendo a ponerse la máscara de picardía que había conseguido engañar a Dean al principio.— ¿Cómo era ella?

Dean respira hondo ante la pregunta y se yergue en el taburete, alzando los ojos durante un instante, concentrado en sus recuerdos. Sabe que Piper le contempla, muy atenta; no podría tener una audiencia mejor y ella probablemente tampoco.

Antes de volver a hablar, da un largo trago a su segunda ronda de bourbon.

—Intentaba domar su pelo como si todos los días tuviese que ir a la iglesia. —Dean suelta una risa cascada.— Pero cuando se metía en el Impala, yo mismo me ocupaba de que no saliera con ningún mechón en su sitio.

—Te gustaba mucho. —Algo en los ojos moteados de la rubia deja ver que lo sabe y el Winchester siente las mejillas ligeramente más cálidas. ¿Se va a sonrojar a sus treinta y cuatro años? "Maldita sea, claro que no" se dice para si mismo.— Ey, chico tierno, dame cinco minutos y acabaré mi turno. Después te volveré a invitar a una ronda.

Piper deja el bourbon junto a él y le guiña un ojo antes de darse la vuelta y perderse detrás de las estanterías llenas de botellas de diferentes licores. Dean tuerce ligeramente los labios, pensando que tal vez ha hablado demasiado esta vez y que, si quería huir, ahora es el momento.

En vez de eso, su mente empieza a dar marcha atrás, retrocediendo dieciséis años, cuando le conoció.

.

—Y esa, Sammy —el mayor de los hermanos señaló a una chica rubia que pasaba a varios metros más allá de ellos—, esa es Jo Harvelle.

—¿Esa es la chica que siempre te ignora? —respondió con demasiada inocencia como para ser real un Sam de catorce años, mirándole.

—S-... claro que no. ¿Quién te ha dicho eso? —Dean le echa una mirada acusativa al más pequeño, que disimula clavando la vista al frente.

—Oh, nadie. —Se queda unos segundos en silencio y después da un cabeceo hacia delante.— ¿Y ese?

No había duda de que Dean Winchester conocía a todas y cada una de las chicas de su curso y, si se concentraba, podría recordar a casi todas las de su instituto. Probablemente también tenía el número de teléfono de la mayoría, pero en cuanto a chicos… en fin, no sabía cómo entablar una amistad, así que conocía a pocos aparte de los del equipo de baseball en el que estaba.

Aun así, hizo el esfuerzo de intentar reconocer al chico que señaló Sam de forma discreta. Dean frunció el ceño, aquel chico… le sonaba mucho.

—¿Y bien? —insistió el Winchester menor, mirando de reojo a su hermano, que seguía con sus ojos verdes clavados en el moreno que tanto le sonaba.

—¿Por qué preguntas por él? ¿Es que te van los tíos, Sammy? —Para intentar desviar la atención de aquel chico, Dean intentó bromear y le dio un suave empujón al más joven, que refunfuñó un poco.

—Claro que no. Es que lo he visto varias veces a tu alrededor. —Sammy se levantó del banco donde estaba con Dean y cogió su mochila.— Igual tienes un acosador.

Antes de que el mayor pudiese contestar, Sam echó a andar de vuelta al instituto con prisas. Dean abrió la boca y la volvió a cerrar; observó cómo su hermano entraba por las puertas del edificio y después volvió a mirar al supuesto acosador.

Ya estaba bastante lejos y Dean sólo pudo reconocer que tenía el pelo negro, ropa algo anticuada y un caminar tenso. Por un instante, vio cómo él le miraba por encima del hombro mientras caminaba, o tal vez tan sólo se lo pareció.

Y entonces, su vida no volvió a ser la misma.


Bueeeeno, pues espero que os haya gustado el principio. El fanfic entero estará así, con flashbacks cuties y esas cosas. Ya lo iréis viendo.

Cualquier duda o lloriqueo o panties o lo que sea en forma de review, ¿vale? (?)

Hasta el próximo~~ ´w`)/ -que será relativamente pronto :-)-