Bueno hace tiempo que esto estaba rondado en mi mente sinceramente no sé si tendrá aceptación pero aquí les dejo la historia.

Naruto ni Inuyasha me pertenecen

EPOCA FEUDAL

Observaba el cielo azul con detenimiento, perdiéndose por completo en sus pensamientos, poco a poco fue recordando cómo había llegado a la era feudal, la primera vez que vio a Inuyasha y lo libero de su sello, a partir de entonces su vida se vio envuelta en un sinfín de cosas, las aventuras que vivió al lado de sus amigos, los problemas que tuvieron que sobrellevar, muchas veces rieron, lloraron, salieron heridos, hasta que al final lograron derrotar de una vez por todas a Naraku, sin embargo ella había tenido que volver a su época después de pedir el deseo de que la perla de Shikon desapareciera para siempre, en ese tiempo había extrañado a sus amigos y a Inuyasha el ser de quien se enamoró perdidamente. Pero había podido regresar y ahora permanecía al lado de su amado Hanyou.

-Se lo diré hoy-Estaba más que feliz, hace poco que Kagome Higurashi había descubierto que estaba embarazada. Sango y Rin ya lo sabían por lo tanto solo faltaba darle la gran noticia al Hanyou. Volvió a la aldea con paso lento, al llegar se encontró con Miroku quien la saludo, a lo que ella respondió con una sonrisa al igual que Rin, ansiosa pregunto por Inuyasha, al enterarse que se hallaba en el bosque decidió ir junto a Rin quien había crecido bastante ahora era una adolescente muy hermosa, desde que el Yokai perro la dejo en la aldea ambas se habían hecho muy cercanas.

-¿Señorita Kagome?

-Dime Rin

-Que cree que sea, es decir ¿niño o niña?

-Umnh…..no lo sé, pero bueno en esta época no existe forma de saberlo, si estuviéramos en mi época sabríamos el sexo del bebe sin ningún problema supongo que tendremos que esperar a que nazca aunque admito que me muero de la curiosidad.

-Rin también tiene curiosidad pero también estoy muy ansiosa, ya quiero que nazca.

Ella sonrió ante eso. Rin era una chica muy gentil y muy amable, sinceramente estaba feliz de haberla conocido, la consideraba como una hermanita y al mismo tiempo ella era una Hermana para ella.

-¿Qué es eso?- Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió una enorme energía negativa, el aire se puso pesado, a lo lejos se escuchó un explosión.

-¡Kagome-sama la aldea!

-Rin regresemos, lo que sea que esté sucediendo nos necesitan-Empezaron a correr con el afán de llegar a la aldea cuando de repente una gran serpiente las atrapo a ambas arrastrándolas, pero Kagome uso su poder espiritual purificándola al instante. Sin embargo de en medio del bosque apareció un hombre, con una cicatriz en la mejilla izquierda, de cabello negro, ojos rojos al igual que la sangre.

- Shikon no Miko - Kagome y Rin se sobresaltaron al oír esa voz, aun agitadas se levantaron del suelo al que habían caído, ese hombre emitía un aura de pura maldad. Al fijarse mejor descubrieron que se trataba de un Yokai.

-¿Quién eres?-Kagome estaba asustada sea quien fuere ese sujeto tenia un mal presentimiento sin más levanto una barrera para proteger a Rin y a ella misma.

Mientras tato en la aldea se podían escuchar gritos proveniente de niños y algunos adultos y no era para menos habían sido atacados de un momento a otro, en esa explosión desaparecieron muchas cabañas, había heridos pero afortunadamente nadie había muerto, la anciana Kaede hacia todo lo posible para que se calmaran, mientras que Sango y Miroku luchaban contra cuatro serpientes gigantes que habían aparecido.

-¡Viento Cortante!- Ese ataque había terminado con dos de esas serpientes. Inuyasha había corrido con todas su fuerzas después de oír a aquella explosión.

-¡Sango donde esta Kagome!

-¡Debe de estar en el bosque ve a buscarla nosotros nos encargaremos del resto!

Sin más empezó a correr cuando de repente sintió dos aromas, sorprendido se paró abruptamente dirigiendo su mirada al lugar del que provenía, no daba crédito a lo que estaba percibiendo eso era imposible pero para creerlo tendría que verlo con sus propios ojos.

-Kikyo-menciono corriendo hacia el lugar

-Shikon no miko al fin te he encontrado-Menciono antes de sacar una espada y en un abrir y cerrar de ojos destruyo la barrera de Kagome. Esta tomo de las manos a Rin y corrió tanto como se lo permitían sus pies, sentía tanto miedo, esa aura era más maligna que la del mismo Naraku, no sabía ni hacia donde se dirigía tan solo quería huir de aquel sujeto.

-No sirve de nada Huir, eres mi presa-Vocifero el Yokai, desapareciendo al instante.

-Señorita Kagome nos persigue y se está acercando-Jadeo Rin, Kagome no respondió solo siguió corriendo, hasta que llegaron a un acantilado, quisieron tomar un camino diferente pero era tarde no había escapatoria. Antes de que siquiera lo intentaran una corriente de aire las derribo arrastrándolas varios metros. Kagome sintió un fuerte dolor en su cuerpo y se preocupó por su bebe, respiraba agitadamente mientras la consumía la desesperación y las lágrimas se asomaron por sus ojos.

-¡No escaparan!-El yokai apareció con una mirada llena de furia.

-¿Quién eres?-Kagome estaba adolorida y se percató de que Rin estaba sangrando de su mano izquierda, mientras yacía inconsciente.

-No necesitas saberlo. Lo único que quiero es tu sangre y absorber el poder que duerme en ti-Con una inmensa velocidad tomo a Kagome del cuello del Kimono acercándola a una joya con forma hexagonal de un rojo sangre muy intenso, ella forcejeo pero no pudo liberarse y ya no le quedaban fuerzas.

-¡Inuyasha!-Vocifero, no quería vivir esta situación, apenas esa mañana había estado feliz con la idea de darle la noticia del bebe que esperaban y ahora se encontraba en las manos de un sujeto que quería matarla, temía tanto por la vida de su pequeño, no quería que nada le pasara.

-¿Inuyasha?...lamento decirte que él no vendrá, siempre has ocupado el segundo lugar en sus prioridades, es patético que clames por él, ¿quisieras verlo?-En ese momento la joya empezó a brillar mostrando a Inuyasha quien corría a toda velocidad, cuando llego menciono el nombre de Kikyo, se le veía que estaba sorprendido, y sin más se acercó hacia ella y la estrecho entre sus brazos. Kagome se exalto eso no podía ser verdad,

-Eso es mentira-Respondió-se suponía que Kikyo desapareció, entonces por qué esa joya le había mostrado eso, no tenía sentido, debía ser mentira, solo eso una mentira, él no podía haberla dejado a merced de este monstruo-Kagome trato de convencerse de ello y retuvo sus lágrimas con todas sus fuerzas.

-Si es así por que no vino a ayudarte, de todas formas él te dejo a mi merced, dime Miko es que acaso no eres capaz de sentir las presencias de los demás-Kagome solo agacho la mirada.

-¡Bastardo!-Grito, lo sentía, podía sentir la presencia de Inuyasha y la de Kikyo, no entendía como, era como si de repente ambos estuvieran a su lado, pero no entendía el por que.

-Eres bastante impredecible, esas palabras no son usuales vieniendo de alguien que está a punto de morir-Tomo la joya otra vez, de ella surgieron unas ataduras en formas de cadena y se unieron al cuerpo de la Miko causándole un gran dolor.

-¡Kyaaaaaaaaaaaaa!-Dolía mucho, ese dolor era insoportable como si le hubiesen arrancado las extremidades, además de que todas sus energías estaban siendo drenadas mientras su cuerpo emitía relámpagos de color rosa alrededor de ella.

-¡basta ya!- Esa voz era de Rin, en un afán de ayudar a Kagome tomo una piedra y se la arrojo al Yokai, pero no le causo ningún daño. Rin estaba muy herida apenas y podía mantenerse en pie, el de ojos rojos se enfureció, soltó a Kagome que cayó al suelo como una muñeca mientras sus ojos perdían brillo y respiraba entrecortado, aun así sus lágrimas se deslizaban como ríos, no podía emitir ningún sonido, pero en su mente clamaba ayuda, que salvaran a Rin, a su bebe y a ella, clamo con todas sus fuerzas por Inuyasha, ¿por qué no venía?, fue ahí cuando se convenció de que el no vendría, al parecer ese Yokai tenía razón, siempre fue la segunda, que tonta fue al creer que no era así.

-Rin-Salio un suave susurro de sus labios, quería gritar que huyera, que salvara su vida, no podía hacer nada tan solo observar como la pequeña a la que ella consideraba su hermana menor, fue tomada del cuello y lanzada muy cerca de ella, aun así la pequeña se levantó y estiro ambos brazos colocándose delante de ella. Una vez más la corriente de aire le dio e hizo que ella cayera al acantilado. Entonces el sujeto tomo a Kagome del cabello levantándola a su altura, le arrebato toda su energía y la apuñalo en el vientre con la espada, un hilo de sangre se extendió desde la comisura de los labios de Kagome, entonces fue lanzada al acantilado, mientras caía miles de cosas se le pasaron por su mente, ella no quería perder a nadie, no quería morir, clamaba porque su pequeño estuviera bien, daría todo porque así fuera, entonces su cuerpo empezó a rodearse de un color azul.

MUNDO SHINOBI

En medio del bosque, frente a una tumba se encontraba un joven de ojos azules, mientras arrancaba con las manos las malezas que se encontraban alrededor, cuando ceso de hacer aquello empezó a hablar.

-Sabe Ero-sennin hace poco que termino la cuarta gran guerra ninja, he sido capaz de traer devuelta a Sasuke y cumplí la promesa que le hice a Sakura-chan, aunque antes tuvimos que pelear, pero no fue nada grave solo perdimos un brazo y lo bueno es que el comprendió y volvió a la hoja con nosotros, de hecho ahora debe estar viajando, queriendo encontrar las respuestas que busca. También he encontrado la respuesta con respecto al odio y he podido hacer algo con él, dattebayo.

Se levantó del suelo en el que estaba acuclillado y decidió irse, estar en este lugar le causaba nostalgia, tantos recuerdos se arremolinaban en su mente, cuando viajaron por tres años y él le enseño técnicas. Iba tan perdido en sus recuerdos, cuando de repente en frente suyo apareció una luz azul en forma circular, cuando el resplandor desapareció, allí se encontraba una mujer sumamente herida. El chico se sobresaltó y cogió a la chica, activo el modo chakra y se dirigió a toda velocidad a Konoha, debía llegar cuanto antes o esa chica moriría.