Shinohara Yuuko camino hacia el despacho de su jefe con el informe completo de la empresa Higarashi en mano, se sentía muy orgullosa de sí misma por haber conseguido información privilegiada, estaba segura de que esta vez lograría impresionar a su exigente jefe, llamó a la puerta y esperó.
-Adelante Shinohara –Escuchó del otro lado de la puerta, entró con el ceño ligeramente fruncido.
-¿Cómo es que siempre sabes cuándo soy yo jefe? –El hombre apuesto detrás del escritorio sonrió.
-Por tu forma de llamar a la puerta, además Hidenori simplemente entra.
-Bueno jefe, te sorprenderá saber que obtuve el premio gordo en Higarashi –Dijo mientras extendía un folder color caqui hacia el hombre que lo recibió y lo leyó durante un momento antes de cerrarlo con una sonrisa en su rostro.
-Muy bien, Shinohara puedes llevarlo al departamento legal, estarán felices de recibirlo, con esto la victoria está decidida, felicitaciones fue un trabajo excelente.
-Gracias Jefe –Sonrió feliz de que reconociera su trabajo -ahora… ¿Cuál es el trabajo que mencionaste?
-Directa al punto, eso me gusta –Sonrió mientras sacaba un folder negro de un cajón de su escritorio que deslizó hasta las manos de Shinohara, contenía un único papel, una fotografía con un nombre escrito a mano, era una captura de pantalla de un programa de televisión, conocía ese programa porque se había topado con él un par de veces mientras hacía horas de vigilancia, también a la mujer en la foto, últimamente había estado sustituyendo al famoso abogado Katagiri -quien había colapsado debido al estrés –en todas sus apariciones en televisión.
-La abogada Mogami Saena… ¿Está en algún caso importante?
-No lo sé, eso me lo dirás tú, Quiero en mi escritorio un detallado informe de la vida de esta mujer, no solo su vida laboral, también la personal, lo quiero todo.
-Comenzará de inmediato Jefe.
Tres días después Shinohara Yuuko estaba de nuevo sentada frente al escritorio de su jefe con un imponente folder gris con el nombre Mogami rotulado al frente, el jefe le dirigió una mirada al grueso folder de costilla que esperaba frente a él y por un momento Yuuko sintió que vacilaba a la hora de tomarlo, lo abrió y comenzó a leer, pero de repente la miró por encima de su lectura y le sonrió con una cara a la que Yuuko llamaba sonrisa de negocios.
-Gracias por tu duro trabajo Shinohara, puedes retirarte por ahora.
-Gracias Jefe –dijo sonriendo también mientras salía y cerraba la puerta a sus espaldas ¿era su imaginación o el jefe actuaba de manera extraña? La abogada Mogami no estaba asignada a ningún caso importante, justo ahora su único deber era sustituir a Katagiri en sus apariciones en tv y como asesora en un drama, nada que pudiera llamar la atención de ese hombre… ¿tal vez le gustaba? Era guapa sin lugar a duda, casi podría ser una celebridad… casi, si se dignara a sonreír de vez en cuando.
