The Legend of Zelda.
La historia de un Corazón Guerrero.
Aquí les traigo otro Zelink, espero sea de su agrado, y si no, pues no lo lean, XD. No, ya en serio, estaba esperando la hora de salir del trabajo y se me ocurrió, ¿Cómo sería la vida de Link y Zelda en una Hyrule diferente? Pues diferente en mis términos es DIFERENTE. Léanlo, comenten y sigan leyendo. Como saben los personajes son de la empresa Nintendo, los lugares que no se les ocurra de donde diantres son, pues yo los invente, al igual que los personajes que desconozcan. Ahora, lean, amigos lectores.
Capítulo 1.
Me encontraba en el bar de Midna, por el camino hacia Hyrule. Estoy atrapado en el vaso que contiene mi bebida la cual no me ha ayudado a olvidar… Una honda tristeza se apodera de mi ser desde hace ya dos años, y es que se que tuve parte de la culpa que las cosas no funcionaran… Me llamo Link, y soy Hylian, pero hace más de año y medio vivo en Ordon, dedicado a la granja. Mi amiga, Ilia, me ha empleado, tal vez por misericordia, o porque nadie más la ayudaba. Solo se que ella ha sido muy buena conmigo.
Hace tiempo, yo era un joven feliz, muy divertido, me encantaba disfrutar de mis amigos y de la vida, y fue cuando me enamore… Era una bella muchacha llamada Zelda, ah, Zelda, un nombre tan celestial que solo mencionarlo, me eriza el cuerpo…. Ella vivía muy cómoda en el castillo de Hyrule, sí, es una Princesa. Su cabello rubio y largo, tan dorado como el trigo en verano, y sus ojos, azules océanos, me cautivaron. Desde el primer día que la vi, supe que era la dueña de mi corazón. Muchos me decían que era una chica muy lejana a mí, pero yo hice oídos sordos, dispuesto a conquistarla, cosa que fue muy altanera de mi parte.
Los guardias del castillo no me dejaban acercar, creyendo que era solo un vago sin que hacer, hasta que me enliste en las filas de los guerreros que disputarían una pelea a muerte contra el Reino de Taghon, al sur de Hyrule, ya que las diferencias eran irreconciliables. En un principio no me querían en el ejército, decían que era muy joven, débil y que me matarían apenas pisara el campo de batalla, pero insistí tanto que mi general no vio de otra que darme una prueba. Fueron días terribles, peleaba contra 10 hombres, portando una espada y un escudo miserables, no sé de donde saque las fuerzas pero los derrotaba, aunque terminaba casi muerto.
En fin, para no hacer largo esto, me aceptaron, y admitieron mis habilidades de guerrero y estratega militar. En pocos meses subí de rango y ya tenía a mi cargo a mas de cien hombres, con solo 19 años ya me llamaban capitán. Pasaron alrededor de 8 meses y volvimos a Hyrule, donde la Princesa Zelda, actual monarca, nos recibió con vítores y una celebración a lo grande, me sentí en las nubes.
Fue tanta mi popularidad, que la misma Princesa pidió verme en un banquete especial. Estaba de lo más emocionado, lleno de felicidad. Ilia me aconsejaba no ser tan engreído, pues, según ella, los de sangre azul nos ven solo como sus sirvientes, y una cena con ellos es como recibir una limosna.
Hice de cuenta que no la había escuchado y me vestí con la mejor ropa que tenia. Una vecina, cuyo hijo murió hace tiempo, me prestó una capa de caballero negra, muy elegante, y me pidió la llevara puesta, para que los de la realeza no notaran mi pobreza. Le estuve muy agradecido, pues esa noche las doncellas asistentes no dejaban de verme, aunque ellas creían que yo no lo notaba, y Zelda fue una de ellas, pero lo hacía con disimulo. Los consejeros me envidiaban, pues la Princesa me sacaba plática, respecto a la guerra, a cuantos había matado, que estrategias utilizaba, fue un cuestionario larguísimo, pero yo estaba fascinado, solo me hablaba a mí…
Al terminar la cena, me armé de valor, pensado que se trataba solo de otra chica, y me atreví a invitarla a salir. Me miró algo intrigada, tal vez pensando: "¿Y este que se cree para proponerme semejante cosa?" Pero por fortuna dijo: -Claro, cuando gustes, Héroe de Hyrule, te estoy agradecida"
Como lo leen, la princesa término aceptando, yo no cabía de la felicidad, al salir del castillo, monté en mi fiel Epona y corrí a todo galope. Gritaba con las fuerzas de mi corazón, irradiando felicidad, varios vecinos salían a callarme, pues era muy noche, pero no me importó, yo era el hombre más feliz de la tierra…
Con unas pocas rupias, llevaba a Zelda y algún pequeño sitio y la invitaba a comer, y es que los soldados son pobres, no ganamos mucho. Pero ella lo entendió. La montaba en Epona y dábamos paseos salvajes, por las orillas del lago Hylia, cruzando los pastizales del campo e internándonos en el bosque. A veces ella se sujetaba demás de mi cintura, y aumentaba la velocidad, hasta sentir su bello rostro en mi espalda, víctima del vértigo. La bajaba de mi fiel yegua y caminábamos un poco. Con el tiempo, advertí que ella sentía lo mismo por mí, y cuando estuve a punto de confesarlo, ella me dijo algo que me dejó triste, y algo desesperanzado.
-Link, estos días contigo han sido maravillosos, soy muy feliz… Pero, tengo un compromiso importante.
-¿De que se trata, Princesa?
-Pues veras, como no hay Rey en Hyrule, debo contraer nupcias antes de acabar el año. Tengo 20, y antes de los 21 debo estar casada y ser coronada como Reina. El problema es, que tengo un prometido, y vive en el Reino de Britania, en las tierras nevadas del Norte. Lo vi una vez siendo niña, y no sé si me recuerde… Estoy muy triste.
-Princesa, no tienes por qué sentirte obligada, eres la Princesa de esta Nación, puedes hacer lo que dispongas, ¿Quién te lo cuestionará?
-Link, que simple es tu pensar, aunque muy tierno. Si fuera así de simple, ya hubiera hecho algo al respecto, pero… La única manera de librarme de tal matrimonio sería comprometiéndome con un hombre honorable, famoso, que haya hecho algo extraordinario por Hyrule y sus pequeñas provincias.
-Zelda…
En ese instante, sentí que debía hablar. La tome de la mano, mirándola a los ojos, determinado a decirle cuanto la amaba, y lo que sentía por ella desde el primer día que la vi. Estaba extrañada, mirándome como si estuviera loco, pero era mi oportunidad, si de verdad la quería como mi esposa, debía decírselo.
-Zelda, perdona mi atrevimiento, pero es que te amo, lo hago desde hace tanto, me enlisté en el ejército para ser alguien importante, defender la ciudad que amas fue el más grande honor que repetiré hasta el día que muera, pero, si lo deseas, tómame como tu esposo, seré tan fiel, como lo es esta yegua conmigo, la cual nunca me abandona…
-Link… Es que…
-Zelda, sabes que lo que digo es verdad, te amo, y no dejaré de hacerlo, no soy un hombre millonario, pero sé trabajar, aprenderé lo que sea necesario, y te demostraré que mi vida será dedicada a ti, a tu Reino y a lo que mandes, por el resto de mis días…
Se quedó pensativa un momento, que me pareció un largo año, sus ojos azules me miraban de una manera que me hizo sentir un estúpido. Por las Diosas… Un pobre granjero pidiendo matrimonio a una estrella tan alta, que idiota…
-Link, arrodíllate.
-Eh, sí, claro…-Me sorprendió.
Tomo una varita de un fresno, y se paro frente mío. Levantándola con ambas manos, toco mis hombros, uno por uno, diciendo unas palabras que apenas comprendí en ese instante.
-Link, yo la Princesa Zelda, te nombro Caballero Real de Hyrule, toma este nombramiento con total entrega y honor, pues te acepto como futuro esposo y Rey de Hyrule.
El corazón me saltaba en el pecho, y cuando me dejó ponerme de pie, la abracé con mis fuerzas, jurándole fidelidad y amor eterno. Ella sonreía, y me decía que mucho me amaba igual, y que por eso aceptaba mi propuesta con mucho agrado. Aunque, claro, tenía que hablar con el consejo, no serían fáciles de convencer, pero la mitad del camino la llevaba ganada.
Más tarde comprendí que ningún hombre podía casarse con la Princesa sin tener un titulo honorifico, por eso Zelda lo hizo oficial en una ceremonia dentro del Castillo, lleno de Hylians y cortesanos, ese fue el día que cambio mi vida, aunque no sabía que tanto lo haría…
Continuará…
Pues esta será una pequeña historia que se me ocurrió en un día de sol, sin muchos deberes. Es la segunda historia melosa que escribo, la anterior fue un One-Shot, espero les guste. Después le sigo con otro capítulo. See ya!
