Disclamer: Los personajes de Sekaiichi Hatsukoi pertenecen a la grandiosa y bella Shungiku Nakamura-sama. Yo solo los tomo prestados para fantasear de vez en cuando. Sin fines de lucros. (Si hay cambios en eso, avisenme!)
Nota: *modofangirl super-emocionada* ¡Espero que sea de su gusto!
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Tenias que ser tú
Chapter 1:
"Hello my old heart"
By Cerezo de Luna
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-Te amo, Ritsu.
Otra vez su voz le congelaba. Le hacia temblar.
No tenía una mínima idea de lo que lograba con aquello. Él simple y llanamente, lo decía en voz alta, con los pulmones dejando salir el aire... con la media sonrisa asomando a su boca. Con sus ojos profesando su única verdad. Y luego no tomaba más de tres segundos en besarlo. Lento, calido. No existía una pizca de engaño en sus labios.
Otra vez su alma se escapada de su sitio. Le hacia latir frenético, al borde del colapso.
No. Nunca sabría lo que provocaba. Acariciaba su boca, como si fuera un pecado que tímido buscaba romper. Le recorría la nuca con sus dedos, dibujando su nombre en él. Su tacto, ponía ciego cualquier sentido. Se perdía en su olor a cerezos en primavera. Se perdía en cada centímetro de la piel del otro... descubierta y que lo descubría.
-Sempai...
Su propia voz lo traicionaba. Sus recuerdos se arremolinaban todos juntos y explotaban al cerrar los parpados.
Él... él seguía siendo aquel chiquillo de preparatoria. Masamune, continuaba allí. Sempai, siempre seria sempai.
Quizás esa palabra libre en la habitación fue suficiente para darle un clic a todo. A eso. Inevitable.
- Te amo, Masamune.
Y pudo palpar como su corazón le abandonaba en un segundo. Un segundo inmenso, mientras todo a su alrededor se derrumbaba. Las murallas de contención se fisuraron hasta este instante. Demolió cualquier rastro de su yo resistente al pasado.
Quería amarlo. Amarlo hasta la última hebra de cabello, hasta el pequeño centímetro de su alma. Quería besarlo con hambre, con deseos... con nostalgia.
Nostalgia que ya no dolía. Solo nostalgia de anhelo. De tenerlo, de quererlo, de desearlo sin censura.
-Ritsu...
Esta vez Onodera tomo su boca. Le beso, con temor, con ternura. Si trasmitía su arrepentimiento, Takano-san se quedaría. Si le demostraba que había sido un imbecil sin precedentes, Takano-san se quedaría.
Takano-san...
-Quédate... quédate conmigo...quédate por favor...- Y su voz libre de traiciones, le susurraba la suplica al oído.
No podía ver sus ojos. No aún. Sus mechones oscuros le cubrían la frente y Ritsu permanecía enterrado a su hombro. Rezando. Cerrando los ojos ante el salto desde el precipicio. Porque después de que él respondiera, se daría por vencido.
-Idiota.-La fuerza en su voz hacia que Ritsu cristalizara sus ojos.- Idiota... Después de todo, no lo has entendido.
Un suave vaivén entre las almohadas, con la fuerza sutil en las muñecas del castaño. Takano tenía el poder de destruirlo. Y estaba dispuesto a romperse en pedazos si él lo quería así.
-Jamás voy a dejarte de nuevo, jamás...
Hilo una sonrisa que derramaba lágrimas, golpeando a Onodera en lo más hondo de si. Frente sí tenía al hombre de su vida, con los ojos rebalsados en llanto, derramando felicidad. Takano Masamune por primera vez en diez años abrió por completo su corazón. De nuevo.
-Sempai...-elevo su mano, acariciando el rostro del otro.- Te amo, Masamune.
Sus pupilas olvidaron llorar, se abrieron de par en par para recibir un beso más profundo. Ritsu le rodeo el cuello, acomodando sus piernas alrededor de su cadera. Atrapándolo.
-Te amo, Saga...
Le dijo los nombres que lo evocaban en estos años. Saga, Sempai, Takano-san. Y dejaba al final su nombre, su único nombre como lo más sagrado que nunca había pronunciado.
-Masamune.
Tuvo que besarlo con brusquedad. Aquello lo llevo al límite. Revolvió con sus dedos el cabello del ojiverde, se zambulló en su boca. La garganta de Ritsu se ahogaba por gemidos. Su piel se coloreaba, y Takano sonreía entre besos.
-Ritsu, te amo.
Otra vez su voz le hacia temblar. Empero aquel frío antiguo, no existía.
Un abrasador calor emergía desde su interior. Emanaba del cuerpo de Takano, se colaba en cada poro de su piel. Gemía, susurraba. Clavaba sus manos en la espalda tersa y ancha. Abría sus piernas con toda osadía, apretándose más a su gusto. Su mirada esmeralda se volvía borrosa por segundos, perdida en alguna exclamación por el goce. Takano recorría la extensión de piel, tanteaba con sumo cuidado cada parte de su amante.
Saboreo cada palabra que salía de su amor. Cada esencia se enredada entre ambos. Ciego, completo y loco, Masamune no dudo en murmurar las palabras benditas. "Te amo tanto... tanto, no tienes idea cuanto duele amarte, idiota" Sonreía con los ojos verdes, y el corazón de Takano parecía explotar. "Sempai... idiota, más rápido."
Aceleraron como si estuvieran temerosos de que la magia se esfumara. Diez años de malentendidos, diez años sin poder rozarse, con ideas equivocadas. Oh, merecían una compensación.
Desarmaron las sabanas. Gastaron más de la mitad de los pulmones y los labios. Sus yemas perfeccionaron la técnica de amar. Sus voces encontraron el matiz exacto en que lograban tocar el cielo. Su amor atravesó más que sus cuerpos, que sus corazones y sus almas. Estaban fundidos por completo en algo que jamás moriría. No existía el tiempo, no había temor a la muerte, aquí y en el más allá estarían juntos por siempre.
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Buenas! Espero que les guste esta pequeña viñeta(? de mi queridisima OTP *(se esconde por si alguien quiere lanzar un tomatazo) Es la primera vez que escribo sobre Sekaiichi ¡Me moria de ganas! Así que tengan piedad, esto es como mi debut al igual que Ritsu(?*
Tengo planeado seguir la historia con más cursilerias de aqui, de allá y de acullá, con esta parejita :3 como protagonista, de modo que tendra una continuacion.
Un beso enorme, y gracias por leer.
Espero sus reviews.
(^^)~
P/D: El titulo del capitulo es una cancion llamada "Hola mi viejo corazón" de The Oh Hello's, por si les pica la curiosidad de buscarla.
